Que la hipnosis no es fiable para recuperar recuerdos de nuestra memoria es una certeza que cada vez está más afianzada entre los diferentes especialistas en la materia. Adrián Triglia, psicólogo y Director Editorial de Psicología y Mente decía en un artículo titulado «El mito de los recuerdos "desbloqueados" por la hipnosis» que: «Hace algunos años, varios países vieron cómo personas que habían sido condenadas a penas de cárcel eran liberadas después de haber sido identificadas por testigos que, aunque parezca mentira, juraban y perjuraban haber visto cómo se cometía el crimen y quién lo había realizado. En estos casos, el ingrediente común era el siguiente: los testigos habían identificado a los culpables después de haber pasado por sesiones de hipnosis». Esto sin duda marcaba un antes y un después en la confianza en un método que hasta hace poco se consideraba infalible. Y por si fuera poco, las investigaciones seguían ofreciendo más datos alarmantes, un individuo bajo hipnosis podía ser fácilmente influenciable por el «terapeuta» para que recreara experiencias que no había vivido realmente, pero que gracias a la mala utilización de esta técnica podía incorporar a su memoria como un recuerdo falso. La Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada (AAHEA) lo explica claro: «La amplia investigación empírica que existe sobre la regresión de edad hipnótica y sobre la relación entre memoria e hipnosis indica que las personas sometidas a la citada regresión hipnótica actúan conforme a sus expectativas, creencias, y presiones del contexto, y no como en realidad se comportaron cuando tenían tal edad. Lo que se recuerda cuando se está en regresión hipnótica puede ser o no real, siendo más probable que el recuerdo sea falso cuando se pretenden recordar sucesos en periodo de "amnesia infantil". Lo que se recuerda es un trauma (abuso sexual, rituales y torturas satánicas o de otro tipo, no digamos abducciones extraterrestres), pero la investigación muestra que la memoria es reconstructiva y constructiva, por lo que está expuesta a ser poco precisa para numerosos eventos, cuando no a fabricar recuerdos, a veces con ayuda del hipnotizador. Tal y como indica el informe de la Sociedad Psicológica Británica, "no hay ninguna evidencia de peso que apoye la idea de que los procedimientos hipnóticos mejoren con precisión el recuerdo del testigo de un delito. Por el contrario, la hipnosis puede abocar en falsos recuerdos y en una confianza inadecuada en el recuerdo. Por lo tanto, si la hipnosis se utiliza con fines de investigación, toda evidencia que se obtenga debe tratarse con la máxima prudencia" (...) No se puede distinguir un recuerdo falso de otro verdadero. Un alto convencimiento en quien recuerda, el dar muchos detalles sobre lo sucedido, que se dé implicación e intensidad emocional alta, e incluso dolor y sufrimiento psicológico al recordar, no garantizan que el recuerdo sea real.»
Dos de los libros mas influyentes sobre abducciones publicados en los Estados Unidos |
Por tanto, la hipnosis no era esa herramienta idolatrada como «máquina de la verdad absoluta» que muchos creían y defendían. Y sobre todo, su utilización dentro de la investigación ovni quedaba muy tocada, cuando en realidad, la mayoría de ufólogos que han aplicado esta técnica para recuperar la memoria o supuestamente tiempos perdidos de la psique de centenares de personas, no estaban capacitados para ello. Por tanto, como poco, habría que poner en cuarentena mucha de las informaciones extraídas a los supuestos abducidos (y testigos ovnis en general) que han sido sometidos a hipnosis para extraer sus recuerdos porque probablemente fueron influenciados por sus entrevistadores y los medios de comunicación para narrar ese tipo concreto de experiencias. Y que gracias a la mala praxis de la hipnosis recrearon como si fueran ciertas, hasta tal punto de sufrirlas con angustia y terror, escalofriantes episodios de secuestros alienígenas. Por lo que no queda más remedio que revisar, desde sus cimientos, el controvertido asunto de las abducciones, que en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado proliferaron como las setas, y alumbraron un nuevo y desconcertante paradigma dentro del universo ovni. Es muy posible que el gigantesco edificio construido en torno a este aspecto de la ufología se tambalee ante un análisis crítico hasta derrumbarse por completo. Y es que los propios intereses y creencias de los diferentes investigadores implicados en estas pesquisas, mas preocupados en demostrar sus delirantes ideas que en ayudar al prójimo, contribuyeron en gran medida, y a veces incluso sin pretenderlo, ya que por el contrario algunos eran muy conscientes de la estafa que estaban perpetrando, en el moldeado y modificación de unas experiencias
que estarían
muy lejos, casi en las antípodas, de la fantasía narrada en cientos de
artículos y libros sobre extraterrestres cabezones interesados en intercambiar
fluidos con humanos, en embarazar mujeres indefensas o extraerles muestras de
sangre a una persona en una tosca y burda camilla en el interior de un platillo
volante. La memoria no puede fallarnos para revisar y denunciar todo este
disparate...
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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