sábado, 14 de febrero de 2015

DIAPOSITIVAS DE ROSWELL: ENTRE SIMIOS Y ESLABONES PERDIDOS

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El investigador británico Nick Redfern, en un reportaje titulado “Roswell Slides”: What Will They Prove?” (06/02/2015) realizaba una interesante reflexión (que nosotros vamos a desarrollar y ampliar)  sobre lo que puede ocurrir el día después de la presentación pública de las diapositivas de Roswell. Si en el mejor (poco probable) de los escenarios posibles para los integrantes del “Dream Team” resultara que no puede hallarse indicios de fraude en las imágenes, que realmente pertenezcan a finales de los años cuarenta, y que el presunto “humanoide extraterrestre” tuviera un aspecto desconcertante, las posteriores consecuencias quizás fueran muy diferentes a las esperadas por los investigadores norteamericanos. Pese a que los ufólogos ansían que la noticia de la presentación de sus pruebas de la vuelta al mundo generando una polémica sin precedentes sobre la realidad del fenómeno OVNI, y del incidente Roswell en concreto, las repercusiones pueden extinguirse más rápido de lo que esperan y desean. Ya que, probablemente, la información visual expuesta en las diapositivas, al no ir acompañadas de ninguna otra evidencia documental, no es lo suficientemente contundente para acallar la dudas planteadas y generar un gran “incendio mediático”. Y es que existe un precedente con el que podemos comparar los acontecimientos que están por devenir. En 1967 Roger Patterson aseguró que tenía la prueba definitiva de la existencia de un gran homínido que vivía escondido en los bosques de norteamérica y Canadá. Patterson afirmaba que había logrado obtener una grabación de 16 mm de un BigFoot que había avistado en  Bluff Creek (California). Cuando la noticia se dio a conocer la prensa esperó expectante las imágenes. Pero una vez presentada, la polémica película solo sirvió para aumentar los debates en torno a la supuesta existencia del Pies Grandes y apenas hubo reacciones en la comunidad científica. Sin embargo, lo más curioso para nuestro presente caso, es que ambos bandos, defensores y detractores de la realidad de la filmación de Patterson utilizaban argumentos evidentemente contrapuestos. Zoólogos, primatólogos y diversos estudiosos ofrecían un rico y dispar abanico de opiniones sobre la criatura “cazada” por la cámara de Patterson. Mientras que para algunos la forma de andar y moverse indicaban certeramente que no se trata de un ser humano disfrazado, para otros expertos, su giro providencial de cabeza, para exponer su rostro a cámara era un descarado “gesto cinematográfico” que evidenciaba el fraude. Por ejemplo, Ryan Peterson, especialista en efectos especiales de Hollywood aseguraba en el periódico Salt Lake Tribune (Octubre de 2007) que: “En mi opinión, la tecnología y los recursos artísticos no estaban disponibles en 1967 para crear un disfraz de Piegrande tan convincente”. Por su parte el profesor D. W. Grieve, experto en biomecánica, escribió lo siguiente en un informe titulado “Report On the Film of a Supposed Sasquatch” (1977): “Mi impresión subjetiva ha oscilado entre la aceptación total del Sasquatch, basándome en que la película era de difícil falsificación, y un rechazo irracional fundado en una respuesta emocional a la posibilidad de la existencia real del Sasquatch. Creo importante decirlo, pues otras personas han reaccionado de manera similar ante la película”. El antropólogo Grover Krantz, en su libro “Footprints: A Scientific Inquiry Into The Reality Of Sasquatch” (1992) llegó a la conclusión de que la película presenta una criatura real, ya que sus movimientos no pueden ser imitados por una persona que llevara un disfraz de gorila. Ian Redmond un destacado primatólogo británico que trabajó con gorilas en África, ofreció su opinión en un documental titulado “Bigfoot el análisis definitivo”  (2014) asegurando que la filmación era real y muy convincente, ya que mostraba una criatura muy parecía a un gorila de espalda plateada que eran prácticamente desconocidos en aquellas fechas para el gran público.
El film de Roger Patterson sigue generando una polémica infinita...






Sin embargo, aunque estas declaraciones parezcan convincentes, según los expertos que consultemos los resultados pueden ser opuestos o radicalmente opuestos a los expuestos anteriormente. Y donde antes no existían posibilidades de que fuera un disfraz, ahora se ofrecen hasta detalles del trucaje. Así Lothar Frenz, en su libro “El libro de los animales misteriosos” (2003) decía que: “En 1998 un equipo cinematográfico de la BBC copió con convincente autenticidad la sensacional película de Patterson con un actor disfrazado, demostrando de ese modo que esas tomas eran muy probablemente una falsificación, una hábil escenificación de Roger Patterson que podría haber utilizado a su incauto acompañante Gimlin como testigo imparcial”. Y puestos a contradecir opiniones, Eduardo Ángulo, en su libro “Monstruos. Una visión científica de la criptozoología” (2007) recogía unas declaraciones que invalidaban la tesis de que no se trataba de un hombre disfrazado: “En 1998, los criptozoólogos Cliff Crook y Chris Murphy han estudiado con medios informáticos de análisis de imagen cuatro fotogramas de la película y han encontrado un extraño objeto colgante que consideran de fabricación humana. Proponen que es algún tipo de cierre del disfraz. En conclusión, es una cremallera. También se dice que el disfraz lo fabricó John Chambers, galardonado con el Oscar al mejor maquillaje por El planeta de los simios. Quizá no sea cierto, pero por lo menos es adecuado. Para terminar, hoy también sabemos que dentro del disfraz estaba Bob Heironimus, embotellador del Pepsi-Cola, al que habían prometido mil dólares por hacer el antropoide un rato”. El Dr. David Daeling, antropólogo de la universidad de Florida argumentaba en el documental "Is It Real?" (2009) que: "algunos estafadores son muy creativos y los científicos no están acostumbrados a ver las cosas de ese modo", concluyendo que: “No hay forma de determinar sin una cuota de duda razonable que exista ese animal sin tener el cuerpo en una mesa de disección"...
Pocos investigadores creen que la presentación pública de estas diapositivas (algo mejoradas), puedan llegar a provocar un terremoto social o mediático sobre la realidad de los OVNIs.
 
 
 
 
Esto demuestra que los “infalibles”  argumentos de los expertos, especialistas o científicos, ofrecen un amplio marco de veredictos, según consultemos a unos o a otros, demostrando que enjuiciar sobre algo no tangible, en este caso una filmación o una diapositivas, es muy relativo… demasiado relativo.
Por tanto, el propietario de las diapositivas de Roswell, así como los ufólogos implicados en la revelación de estas supuestas evidencias de vida extraterrestre, si demuestran que las imágenes no son un trucaje ni aparentemente un ser humano deformado o enfermo, aún tendrían ante sí un insalvable muro de escepticismo para llegar a calar con su discurso en la opinión pública mundial, y mucho más complicado aún, para llegar a perturbar al “establishment científico”. Tal y como expone Nick Redfern en su acertado planteamiento: “A menos que, o, hasta que, alguien nos proporcione el cadáver de un alienígena que pueda ser comparado con el cuerpo que aparece en las diapositivas, las imágenes siempre serán el equivalente "ufológico" de la película de Patterson. Sólo una sólida evidencia física de lo que pasó en Roswell -para la comparación– cambiará las cosas".









JOSE ANTONIO CARAV@CA




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3 comentarios:

  1. Ahi esta. Vease Belmez, nadie ha demostrado que sea falso el caso. En cambio ¿de que sirve? La repercusión es nula, la gente sigue siendo escéptica aunque le muestres pruebas.

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  2. El video en cuestión lo he visto muchas veces y la verdad, no sé qué decir. Lo que si sé, es que no me imagino al fotógrafo buscando a los técnicos que en ese momento trabajaban en la filmación del clásico ¨El Planeta de los Simios¨ para que le recreen un supuesto ser de ultratumba. Y si hubiera logrado disponer de los especialistas, veo muy difícil que estos hayan logrado recrear a la criatura como se ve en el film sobre todo el rostro. Actualmente se puede armar un video como este con medios relativamente accesibles, pero no en 1967.

    Para terminar, considero, tal como usted diserta en su artículo, que con las diapositivas del presunto cadáver del humaniode va a sucederr lo previsible: lluvia de análisis dispares a favor y en contra.Y me temo que la ansiada prueba tangible para comparar no se va dar aunque exista realmente, ya que de ser así estaría muy seguramente al eterno resguardo de algún gobierno.

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  3. Estimado Héctor, sobre la veracidad de la filmación del Bigfoot habría mucho que discutir, sobre todo, si analizamos en profundidad la compleja personalidad de su autor, Roger Patterson... y las sospechosas circunstancias en la que se obtuvo.... pero respecto a la metáfora creo que es bastante acertada... sin cuerpo para analizar... debate infinito... y como dice el amigo anónimo, ni siquiera Bélmez en su máximo apogeo, consiguió mas que algunas portadas de periódicos...

    saludos a ambos...

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