lunes, 31 de marzo de 2014

LO QUE NUNCA SE CONTO DE LA ABDUCCION DE JULIO F.

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El incidente de Julio F. es uno de los episodios de supuesta abducción alienígena mas conocidos y divulgados de nuestro país. Desde que el decano de los ufólogos españoles, Antonio Ribera, lo incluyera en su clásica obra “Secuestrados por extraterrestres” (1981), dicho episodio pasó a convertirse en un referente con mayúsculas de este tipo de experiencias de encuentros cercanos, de las que por cierto, no existen demasiadas documentadas en España. De hecho lo más sorprendente de este caso, cuyo contenido fue “rescatado” mediante la hipnosis, fue la ingente cantidad de detalles que pudo aportar el testigo. Incluso Ribera no vacilaba en señalar en sus libros y reportajes que “el de Julio F. es uno de los casos de abducción mejor investigados del mundo”.
Sin embargo nuevas investigaciones conducidas 35 años después por el autor del reportaje han dado un inesperado giro a un icono de la literatura ufológica hispana y europea…
Pero antes de profundizar en estas nuevas pesquisas es obligado hacer un breve repaso del supuesto secuestro alienígena de Julio F..


 

EL CAZADOR “CAZADO”

La madrugada del domingo 5 de febrero, de 1978, Julio F. de 30 años, decidió salir de caza acompañado de su fiel perro Mus, un pointer inglés, a una zona cercana al pueblo de Casavieja en la provincia de Ávila. Sin embargo obedeciendo a un “impulso” desconocido, en esos momentos, decide cambiar su ruta y se dirige hacia Medinaceli, dentro de los límites de la misma provincia. Por el  camino ocurre un hecho tremendamente singular. Sobre las 4:30 horas, Julio F. percibe una “extraña voz”, que se superpone a la música que escucha en el radiocassete de su vehículo, que le indica que se detenga en un determinado hostal de carretera.

En aquella cafetería (Hostal 113) el testigo es atendido por un camarero de 1´90 metros de altura, de pelo rubio, que al testigo le parece más bien una peluca, y utilizando unos guantes amarillos de goma. El recinto tiene un fuerte olor a pino y mientras que nuestro protagonista permanece allí nadie más entra en el local. El camarero le sugiere un lugar de caza “pasada la carretera de Soria”. Antes de las 6:00 horas Julio enfiló el camino para el lugar señalado, pero en un carril su Seat 127, se detiene misteriosamente. Todo el sistema eléctrico del coche dejó de funcionar. Incluso su reloj de pulsera quedó paralizado. Malhumorado salió del vehículo para ver que es lo que fallaba, entonces su perro comenzó a mostrarse muy inquieto. Armado con su escopeta Julio F. observa como unas sombras se acercan. Las siluetas tienen un ligero resplandor que se difumina al acercarse al testigo.  Al aproximarse comprueba que se trata de dos humanoides muy altos, de unos 2 metros de altura, de complexión atlética que visten unos trajes ajustados de color verde pastel. Sobre las cabezas llevaban una especie de capucha de color amarillo que les dejaba el rostro al descubierto. Sus cráneos eran enormes, así como sus ojos redondos y azules. Tenían la piel pálida, sin bello, con una barbilla inusualmente puntiaguda y la nariz recta. Sus manos tenían los dedos muy largos, cosa que distinguió perfectamente a través de los guantes amarillos que portaban. Julio no sintió miedo e incluso tranquilizó a su perro para que no les atacara. Desde un primer momento, aseguro a los investigadores bajo hipnosis, que no sintió temor alguno ante su presencia y supo que procedían de otro mundo. Con extremada amabilidad le pidieron que les acompañara y el testigo notó que la voz resonaba en su mente. “Se comunicaban conmigo mediante imágenes semejantes a diapositivas, que yo sentía, más que veía. Ellos también podían leer mis pensamientos. Me miraban fijamente a los ojos con una mirada penetrante y tranquilizadora” describió el testigo a los investigadores, tal y como recogió Ribera en su libro “Secuestrados por extraterrestres”.
 
Objeto observado por Julio F. Según la descripción del testigo el disco era de grandes proporciones.





Tras andar unos metros, Julio se sorprende al ver un enorme disco de color plata mate, de unos 70 metros diámetro, flotando a escasos metros del suelo en total silencio. Conducido a su interior gracias a un “ascensor” que se hallaba en el centro del aparato, Julio F. es trasladado hacia la cabina central, donde observa distintos paneles con aspecto de “computadoras”, pantallas transparentes, sillas en forma de V y una “camilla”. “El techo era abovedado. El suelo parecía de cristal liso, totalmente pulido y luminiscente. En todo el interior del platillo reinaba una intensa luz blanca que no procedía de foco alguno, sino que parecía emanar de todas partes. Allí adentro no se proyectaba sombra alguna. En el centro había una especia de consola, con una pantalla parecida a la de cinerama, alargada, más alta en sus extremos y que se estrechaba en el centro. Ante ella, dos sillones muy extraños: descansaban en un soporte cónico que se estrechaba al llegar al suelo, encajándose en una especia de guía sobre la que se desplazaban cuando pulsaban unos botones ocultos bajo el brazo de los mismos”.


Los humanoides que Julio F. describió a los investigadores.




La iluminación parecía provenir del techo y le daba a toda la estancia una claridad brillante que no deslumbraba. Dentro había un olor idéntico al del Hostal 113, por lo que los investigadores dedujeron que el aroma a pino quizás fuera ozono. A todo esto su perro Mus le acompañaba en la insólita aventura. En aquella sala había otro humanoide que también le tranquilizó. Lo más curioso es que la habitación estaba circundada por ventanas rectangulares por la que se veía el exterior como si fuera completamente de día. Algo desconcertante fue el momento en que Mus comenzó a “olisquear” a uno de los tripulantes y éste mostró cierto temor ante las reacciones del can. Los humanoides le pidieron permiso para examinar al perro cosa que hicieron en una camilla negra, que tenía una extraña pantalla, donde al colocar al animal éste quedo paralizado. Le extrajeron sangre de una pata con ayuda de una “jeringuilla” de color gris plomizo. Tras esto, los seres comenzaron a manipular los controles de las “computadoras” con una agilidad pasmosa, mientras Julio observaba en silencio. En total había 5 tripulantes, tres hombres y dos mujeres. Julio quiso saber entonces de donde procedían los misteriosos visitantes: “Les preguntó de donde venían, a lo que ellos respondieron con signos mentales -escribió posteriormente Ribera en su libro Abducción (1988). El ufólogo catalán explicaba que los símbolos: eran muchos pero Julio recuerda principalmente 2 que recibía de forma insistente. El primero parecía un 3 y un 7 unidos, y el segundo se asemejaba a dos paréntesis enlazadas por un par de rectas (…) también cree haber captado una especie de lambda y una jota al revés con un trazo vertical” .


 Julio F. afirmó bajo hipnosis que los humanoides le transmitieron telepáticamente un mensaje repleto de símbolos extraños (arriba a la izquierda). En el presente dibujo se ofrece también una visión de las silla y las "consolas" de mandos del platillo volador.




 
De pronto en una de las pantallas, tras escucharse repetidas veces un pitido, apareció otro ser, de mayor edad, de 55 ó 60 años, que parecía ser el jefe de la tripulación. Conversando en un idioma que parecía “alemán y chino” les daba unas instrucciones que evidentemente Julio no comprendió, pues la “telepatía” se vio interrumpida en el momento que comenzó a hablar el jefe. Tras el mensaje la pantalla volvió a su transparencia.
En una de las múltiples sesiones de hipnosis a las que fue sometido Julio, el testigo hace referencia a un extraño episodio donde es paralizado y conducido “levitando” hacía un habitáculo descrito como una “esfera transparente”, donde es desnudado y sometido a un examen médico, con una bola metálica de la que surgen finos cables que se introducen por todos los orificios de su cuerpo. También nota como le extraen muestras con una jeringuilla de la espalda.

Tanto el testigo como su perro fueron sometidos a un examen medico.





Después de éste episodio, Julio F. informa que la nave despegó y realizaron un corto viaje “fuera de la Tierra” que les hizo flotar ingrávidos por la estancia. El testigo indica que las estrellas no parpadean, lo que sugiere a Antonio Ribera que Julio F. no miente: “el parpadeo sólo puede apreciarse dentro de la atmosfera terrestre, pues es debido a una refracción de la luz”. Al regresar a tierra, después del pequeño periplo espacial, Julio decidió, como la cosa más normal del mundo, fumarse un pitillo, ante lo cual sus anfitriones se limitaron a solicitarle un cigarrillo para examinarlo, aunque el testigo invito a uno de ellos a fumar, cosa que no hizo. El cazador confesó a los investigadores que a falta de “ceniceros” depositó las cenizas en el suelo de la estancia.

Julio F. describió son sumo detalle el interior del platillo volador.





En la última parte del encuentro, los humanoides comenzaron a interrogar al testigo con preguntas que le parecieron un poco absurdas, pues parecían ignorar muchas cuestiones. Le interpelaron indistintamente sobre política, economía o la propia caza de animales. Recelando de los seres, pues pensaba que le tomaban el pelo, al hacer “preguntas tan simples” Julio comenzó a desconfiar y a sentirse incomodo. Como intuyendo el malestar del testigo, los tripulantes del gigantesco platillo volador le invitaron a abandonar la nave. Tras llegar a tierra se encaminó hacía su vehículo y asombrado comprobó que arrancó a la primera. Julio F. estuvo 3 horas en el interior de la nave. Hay que señalar que los recuerdos conscientes del testigo se detenían en el momento que salió del Hostal 113 y el resto fue recuperado totalmente gracias a las sesiones de hipnosis a las que se sometió el testigo por parte del parapsicólogo José Luis Jordán Peña, la hipnóloga Ana Mozo, Maite Pérez Álvarez doctora y bióloga y el siquiatra e hipnólogo Dr. Jesús Durán. Referido al Hostal 113, el investigador José Antonio Campaña comprobó, entrevistando al dueño del establecimiento, que el local no abre antes de las 8:00 horas del domingo y que no tiene ningún empleado de las características reseñadas por Julio. Personados en el lugar del supuesto encuentro del testigo con el “platillo volador” los investigadores tampoco pudieron encontrar ningún tipo de marca o huella anómala que indicara la presencia de aquel enorme objeto.
Como dato curioso, durante algunas de las múltiples sesiones de hipnosis a las que fue sometido Julio F. este se “convirtió” en antena de los seres y los investigadores pudieran comunicarse con ellos a través del testigo.
Tras conocerse, en un primer momento, los pormenores del impactante suceso en la mítica revista “Contactos extraterrestres” (1979) de la mano del investigador Enrique de Vicente, en un articulo denominado “Examinado a bordo de un OVNI” la notoriedad del suceso no se hizo esperar, siendo constantes, a partir de entonces, las referencias a la supuesta abducción de Julio F. en reportajes y libros.

El investigador Enrique de Vicente durante una entrevista con Julio F. (de espaldas)





Pero sobre todo, la inclusión del caso en un extenso capitulo en la citada obra de Antonio Ribera, ilustrado profusamente con sugerentes y espectaculares dibujos, contribuyó sobremanera a cimentar la fama de la supuesta abducción del cazador español, incluso, a nivel internacional. Pero quizás el caso era demasiado perfecto…

 

 

LOS ORIGENES DEL CASO: DESMONTADO A JULIO F.

Inexplicablemente, la extraordinaria y asombrosa riqueza de detalles del incidente no hizo sospechar ni recelar a los numerosos investigadores que se aproximaron al relato de Julio F.. Quizás, esto fue debido a que el testimonio del cazador fue “recuperado” mediante hipnosis y se descartaba, por tanto, cualquier indicio consciente de fraude. Además la opinión favorable de los diferentes expertos y facultativos que atendieron a Julio F. durante las regresiones hipnóticas apostaban por la veracidad de su experiencia. No en vano, Enrique de Vicente en la citada revista Contactos extraterrestres escribía lo siguiente: “La primera regresión hipnótica tuvo lugar en la consulta psiquiátrica del Dr. Fernando Jiménez del Oso, que coincidió con la docena de médicos, psicólogos, hipnólogos y estudiosos asistentes a la misma en la credibilidad que les inspiraba el relato y la idoneidad con que Jordán condujo la prueba. A la segunda sesión, realizada en el Colegio Menesiano madrileño, asistieron unas 50 personas, entre las que se incluían prestigiosos profesionales y especialistas en las mas diversas materias, cuya opinión subjetiva, tras asistir a las dramatizaciones con las que Julio revivía bajo hipnosis los momentos mas intensos emocionalmente de sus experiencia, fue mayoritariamente positivo.”
Curiosamente, para empezar nuestra investigación, rescatamos un dato sumamente divulgado, pero injustamente olvidado en nuestras fechas.
El caso de Julio F. fue conocido por primera vez por José Luis Jordán Peña, controvertido parapsicólogo madrileño, autor confeso del fraude de UMMO y las fotografías de San José de Valderas. Tal y como escribía De Vicente en el mismo reporte: “la primera noticia del mismo la obtuvo el propio Jordán. Había acudido a dar una de sus acostumbradas conferencias, cuando llegó el obligado turno de preguntas, alguien le interrogó sobre las ya citadas experiencias de quienes habiendo tenido un encuentro con OVNIS, y, en busca de sus recuerdos perdidos, fueron sometidos a hipnosis, acababan detallando sus veladas vivencias en el interior de aquellos. Aquel hombre le pidió su teléfono al término de la disertación, para llamarle a los pocos días, indicándole deseaba narrarle un suceso que le interesaría. Quedaron citados en una cafetería y allí estaba su comunicante, acompañado de su hermano, Julio F., cuya identidad respetaremos.”
Al parecer Manuel F. era aficionado a los OVNIs y había acudido a una conferencia de Jordán Peña donde decidió hablarle de la experiencia de su hermano Julio. Por tanto, no se podía pasar por alto con tanta ligereza, que el primer investigador que habló con Julio F. fue el polémico creador confeso del “affaire UMMO”. Además las primeras sesiones de hipnosis fueron llevadas a cabo por el propio Jordán Peña. Así pues, era obligado realizar una relectura del caso teniendo en cuenta la probable participación de Jordán Peña, en la elaboración fraudulenta del supuesto cazador abducido. Y conociendo estos pormenores las sorpresas no tardaron en surgir.

El controvertido investigador José Luis Jordán Peña, autor confeso del caso UMMO, fue el "descubridor" del caso. El mismo se encargó de realizar la sesión de hipnosis...





Evidentemente si la mente de Jordán Peña estaba detrás de la trama de Julio F. el relato del mismo, debía contener detalles que lo relacionaran con el asunto ummita, porque quizás ese hubiera sido uno de los objetivos encubiertos del parapsicólogo en la gestación de éste nuevo “experimento psicosocial”. Para empezar, las dudas o sospechas que pudieran surgir sobre la veracidad del testimonio del joven cazador fueron debidamente “contenidas” por el propio Jordán Peña, y así lo recoge Ribera en su libro: “los tests psicológicos a que fue sometido Julio revelaron un coeficiente intelectual superior al normal, combinado con una personalidad perfectamente integrada, muy equilibrada y en absoluto psicótico. Julio no es ni un débil mental ni un fabulador ni un mitómano. Es por el contrarío, un hombre muy realista, muy objetivo y, sobre todo, incapaz de mentir.  Esto es lo que han revelado los exámenes psicológicos. Y quiero recordar aquí que quien se los hizo fue el meticuloso y escéptico Jordan Peña”. Por tanto si nuestra tesis estaba en lo cierto, Jordán Peña elaboró una perfecta coartada “psicológica favorable” para que todos creyeran a Julio F. sin titubear.
Siguiendo esta premisa, de la “tutela” del testigo por parte de Jordán Peña para ofrecer información sobre UMMO, sería lógico pensar que si analizáramos detenidamente el testimonio de Julio F. deberíamos descubrir numerosas “referencias” que lo relacionaran con los polémicos visitantes de la estrella Wolf 424…

 

 

LA ALARGADA SOMBRA DE UMMO…

Las primeras coincidencias con el asunto UMMO, la encontramos en el retrato que realiza Julio F. de sus alienígenas, a los que define como “científicos y militares”, esto concuerda con los pretendidos ummitas, que Antonio Ribera ha definido hasta la saciedad como científicos en misión de exploración sobre nuestro planeta y alejados por completo de cualquier tipo de mensaje mesiánico, tan común en las experiencias de contacto OVNI. Además Julio F. menciona que el aspecto físico de sus interlocutores “era nórdico”. Antonio Ribera en su obra “Un Caso perfecto” (1969) dice que los ummitas tenían “aspecto escandinavo, o sea altos y rubios”.
Así mismo, la descripción que realiza Julio del extravagante camarero que lo atiende en la madrugada, tiene ciertos rasgos  ummitas. El detalle de las manos de largos dedos, protegidas con guantes, recuerda a las delicadas manos de los habitantes de UMMO. Antonio Ribera incluía en su libro “El misterio de UMMO” (1979) información facilitada supuestamente por los ummita que decía que: “las yemas de los dedos nos son particularmente valiosas para la integración de esquemas vibromecánicas por ser especialmente sensibles a estas frecuencias. Las palmas de las manos son fotosensibles, aunque en menor grado que las muñecas. Eso nos impide realizar con los dedos ciertos trabajos a los que ustedes pueden habituarse (…) en operaciones tan inocuas para ustedes como presionar algunos pulsadores para accionar ascensores e interruptores eléctricos”. Tanto el camarero como los tripulantes del enorme “platillo volador” protegían sus manos con guantes en todo momento…

Los informes ummitas estaban repletos de dibujos detallados y símbolos extraños, muy similares a los descritos por Julio F..



 


La descripción de Julio F. de las manos de los visitantes parece calcada del libro de Ribera: “Eran débiles y huesudas, muy frágiles como de pianistas (…) diríase que nunca habían cogido un pico o levantado peso”…
Pero hay más similitudes entre los humanoides observados por el cazador y los famosos ummitas…
En las regresiones hipnóticas Julio F. explicaba a los investigadores que mientras conducía su coche una voz se intercalaba sobre la música proporcionándole instrucciones:

“- ¿Qué has oído?.

- Una voz muy rara.

- ¿Cómo era?

- Gangosa.”

Curiosamente, los implicados en la recepción de las misivas ummitas recibían unas no menos misteriosas llamadas telefónicas por parte de unos extraterrestres de voz gangosa…
José Luis Jordan Peña confesó públicamente que: “utilizaba un aparato distorsionador eléctrico, que me fabriqué yo mismo, y que daba a mi voz, o a cualquiera que lo usase, una apariencia metálica o gangosa.” De hecho era bien conocido por los seguidores del asunto UMMO que los ummitas tenían muchas dificultades para hablar correctamente. Antonio Ribera en su libro “El Misterio de UMMO” incluía una supuesta carta ummita que informaba sobre esta cuestión:“una característica verdaderamente discriminatoria, aunque no es privativa de gran parte de los habitantes de UMMO, es el atrofiamiento, hacia la edad de los 16 años terrestres, de la epiglotis, así como del músculo tiroaritenoideo y cuerdas linguales (…) en gran parte de nuestros hermanos, los órganos de fonación están hipertrofiados (cuerdas vocales) (sic) y nosotros supimos suplimos esta esclerosis por medios artificiales de expresión”.


Sospechosamente los humanoides de Julio F. compartían muchas semejanzas con los pretendidos ummitas.





Conociendo estos pormenores podemos realizar otra lectura sobre la opinión de Julio F. sobre la forma de hablar de sus visitantes: “Resultaba desagradable. Yo lo compararía con una mezcla de alemán y chino. Alemán, por lo seco y gutural y chino porque era monosilábico. Desde luego no era un espectáculo nada agradable oírles hablar. Aquellas gentes escupían las palabras, los sonidos les salían como una tos (…) no emitían vocablos con las cuerdas vocales, sino que éstos surgían impelidos por el diafragma.”. Aunque más sospechoso aún si cabe, es el siguiente comentario de Julio F. que parece dictado directamente por un entusiasta del asunto UMMO: “daban la impresión de tener problemas laríngeos o algo así”.
Y para mayor desconcierto Ribera añade la siguiente nota:“En cierta ocasión, hojeando el libro El enigma de UMMO, de Antonio Ribera, Julio identificó, entre los vocablos ummitas, algunas de las palabras escuchadas en la nave: la coincidencia nos impresionó a todos”. Menos a Jordán claro…
A titulo, quizás puramente anecdótico, hay dos puntos curiosos en la narración de Julio F. que al menos se deben reseñar para los puristas del dato. Primero, el hecho que el testigo tras fumar en la nave, dijera que los extraterrestres: “me pidieron un cigarrillo, también con fines de investigación”. Ya que existe un carta ummita, publicada en el libro de Ribera “UMMO: La increíble verdad” (1985) que bajo el epígrafe “Intriga en torno a las chimeneas toberas y cigarrillos”, los habitantes de UMMO hablan sobre el tabaco de la siguiente manera: “no pueden ustedes figurarse el asombro que nos causó algo que para ustedes es familiar, los pequeños cilindros en la boca de algunos humanos”…
Y segundo, en la supuesta regresión hipnótica efectuada a Julio F., en un determinado momento, cuando recuerda el itinerario realizado la madrugada de los hechos, el testigo menciona un lugar muy conocido por los amigos de los ummitas: “Tomo la desviación hacia Madrid. ¿Qué desviación?”- le preguntan. “La del túnel, la desviación a Aluche”.
Aluche donde supuestamente aterrizó una nave ummita el 6 de febrero de 1966… un caso con huellas sobre el terreno “inventado” por Jordán Peña. En un reportaje titulado "Ummo: sectas, ovnis, sexo y servicios secretos" (2001) el investigador Manuel Carballal explicaba el asunto del supuesto aterrizaje OVNI de Aluche:
"Tras hacer las huellas, Jordán entró dando gritos en la finca El Regajal, e hizo salir a varias personas para verlas. La voz se corrió por el barrio y algunos llegaron a afirmar haber visto una luz extraña esa noche. "Me sorprendió a mí mismo -confesaría Jordán- entrevistar a gente de Aluche que decía haber visto el OVNI que yo me había inventado, pero que al contar eso podía disfrutar de su dosis de protagonismo en la prensa".

  

¿UN “ACERTIJO” ESCONDIDO?

Todos los investigadores y estudiosos que han conocido a José Luis Jordan Peña lo han definido como una persona de gran inteligencia y cultura. Por lo que, no sería extraño, que en todo el entramado de Julio F. hubiera incluido algún tipo de “acertijo”, a modo de firma, para dejar constancia de su participación.
De hecho, existen antecedentes de éste tipo. En el citado incidente de Aluche, cuando ofreció su testimonio a la prensa, se identificó sólo por su segundo apellido para ocultar su identidad. Durante años nadie supo que el famoso Sr. Peña, el supuesto testigo del aterrizaje OVNI, era realmente Jordán Peña…
Volviendo al caso que nos ocupa, durante su supuesto encuentro Julio F. preguntó a los humanoides sobre su origen, y estos le transmitieron varios símbolos; “un 3 y un 7 unidos, y el segundo se asemejaba a dos paréntesis enlazados por un par de rectas”. También había una especie de “J” invertida con trazo horizontal en su centro y tres cruces. En el libro de Antonio Ribera, “Secuestrados por extraterrestres”, se recogen algunos de estos signos, y lo más desconcertante de todo, es que los símbolos dibujados por el propio Julio F. se pueden combinar de una forma peculiar y muy sugerente. Tal y como aparecen en la pagina 259, la “J” invertida, si se desliza hacia abajo, conforma, junto a los “paréntesis”, el anagrama de UMMO. Lo curioso es que Ribera en su libro Abducción reconocía que el símbolo de los “paréntesis”: “recordaba ligeramente el famoso signo de UMMO”.
El reportaje de Enrique de Vicente, incluía una información sobre los signos que no se repite en los libros de Ribera. Según el director de la revista Año Cero los extraterrestres informaron a Julio que el símbolo de los “paréntesis” era similar al signo de la constelación de Géminis ¿conocían los extraterrestres nuestros signos zodiacales?... Este dato es muy curioso y desconcertante en el contexto general de la experiencia, ya que Julio F. señala que los extraterrestres parecían saber muy poco de nosotros pero sin embargo conocían el símbolo astrológico de Géminis e incluso el nombre del liquido que extrajeron al testigo de la espalda; cefalorraquídeo.

Símbolos dibujados por Julio F. y que supuestamente indicaban el lugar de origen de los extraterrestres.


Si desplazamos hacia abajo la "J" invertida surge el símbolo ummita.

Este es el resultado de la superposición de ambos símbolos, si borramos las partes que no encajan...




Pero existen más presuntas claves ocultas. Si sumamos los números 3 y 7 obtenemos 10. La décima letra del abecedario es la J, ¿una firma de Jordán Peña?, cuanto menos interesante ya que no es la primera “J” que aparece entre los símbolos. Pero todavía hay más. Julio F. mencionaba la existencia de una figura formada por 3 cruces +++, otro anagrama “simplificado” de UMMO.
Por tanto, está meridianamente claro que el encuentro de Julio F. contiene algunos “ingredientes” del affaire UMMO, pero agregados con cierta sutileza, para que el caso no se vinculara “directamente” con este polémico asunto. Quizás la prudencia de Antonio Ribera impidió que ambos paradigmas se fusionaran, o los propios implicados decidieran dejar las cosas como estaban, a tenor del gran “éxito” cosechado con su elaborado y “teatral” engaño. No en vano habían conseguido engañar a un buen número de investigadores y profesionales de la medicina. De todas formas, no deja de ser un dato a tener en cuenta, el hecho que el veterano investigador Antonio Ribera no estableciera, en ninguno de sus escritos, un claro paralelismo “reivindicativo” entre la abducción de Julio F., supuestamente uno de los incidentes “mejor documentados del mundo” y el caso UMMO. A tenor que con este encuentro, tenía entre sus manos una mas que convincente prueba de la realidad de los pretendidos ummitas ¿Por qué no lo hizo?... quien sabe….

  

LA PENULTIMA CONFESION DE JORDAN PEÑA

Conocedor de parte de estas pesquisas, el periodista e investigador David Cuevas, responsable del programa radiofónico Dimensión Límite acudió al domicilio de José Luis Jordan Peña, en junio de 2013, para preguntarle directamente sobre su posible participación en la elaboración del caso de Julio F.. Sus respuestas confirmaron todas las sospechas. Aunque, sin recordar muchos detalles (hay que señalar que Jordán Peña vive retirado de la vida pública tras sufrir una trombosis cerebral en 1988) el famoso parapsicólogo confirmó a Cuevas que él fue, el responsable intelectual del engaño. En la entrevista Jordán Peña rememoraba los acontecimientos de aquellos años, afirmando que después de una rutinaria conferencia sobre OVNIs, una persona del público se le acercó para narrarle una supuesta experiencia de abducción.

Una vez en el domicilio del parapsicólogo, el artífice de UMMO, un redomado mentiroso, no tardó mucho tiempo en percatarse que aquel joven era un "fantasioso" que estaba  intentando tomarle el pelo. "Lo que esta contando es mentira"- recuerda Jordán Peña que dijo cuando escuchó el relato de su interlocutor. Pero lo más increíble del asunto es que decidió continuar con la farsa y ampliarla hasta límites insospechados. "Con Julio simulamos una sesión de hipnosis (...) yo le adiestro para que fingiera una hipnosis (...) recuerdo que lo que mas impresionó es que veía que las estrellas no tiritaban" recordaba a duras penas, ante los micrófonos de Dimensión Límite Jordán Peña. Sin embargo en sus años mas proliferos el parapsicólogo era capaz de todo para conseguir sus objetivos. Asi lo denunciaba Manuel Carballal en su obra “Los expedientes secretos” (2001) cuando explicaba las técnicas de “persuasión” que Jordán Peña empleaba para llevar a cabo sus engaños, en esta ocasión con fines sexuales: “a través de un complejo y elaborado plan de manipulación de las creencias, Jordán había convencido a ambas mujeres de que un supuesto maestro hindú las había elegido para desarrollar una misión”.
David Cuevas le preguntó al creador del affaire contactista mas popular de Europa si había añadido al relato de Julio F. conceptos ummitas, y ante la afirmación rotunda de éste, quiso saber el motivo: "clarísimo, contribuir a fomentar UMMO"

Conociendo los descubrimientos del autor del reportaje, el reportero e investigador David Cuevas entrevistó a Jordán Peña y confirmó su participación en el montaje.






David Cuevas comentó al autor del presente reportaje que: “Mi opinión es que, aunque quizá sea pronto para sacar conclusiones, la inclusión de elementos ummitas está más que probada y el hecho de que Jordán Peña fuera el primero en tener acceso al caso y en "hipnotizar" a Julio F, ya es lo suficientemente sospechoso como para dudar. Jordán es culpable del fraude. Y quien sabe de cuantos más”.

Uno de los investigadores que mejor conoce a Jordán Peña, Manuel Carballal, no dudaba en realizar la siguiente valoración del polémico parapsicólogo al autor del reportaje en exclusiva para este reporte: "Pocos personajes han existido en la historia del misterio en España tan terribles, siniestros y perniciosos como José Luis Jordán Peña. Con una carencia de escrúpulos, compasión y sensibilidad, que roza la psicopatía, Jordán Peña creó, a mediados de los años sesenta, el fraude ufológico más importante de la historia. UMMO. Durante años sacó beneficios de aquella mascarada, que probablemente comenzó como una broma, sexuales, económicos y de poder. Y contempló, desde su atalaya, como personas de todo el mundo, algunos “amigos” personales, se tragaban todas sus patrañas, y llegaban a condicionar sus vidas, en base a las cartas ummitas que José Luís Jordán Peña redactaba en la intimidad de su domicilio. Con infame crueldad fomentó, una y otra vez, aquella ilusión,  aquellas esperanzas, y aquella creencia sincera y honesta en la presencia extraterrestre, de miles de apasionados por los OVNIs en todos los rincones del mundo. Muchos de ellos se gastaron auténticas fortunas, y la mitad de sus vidas, en seguir las pistas de UMMO en España, Francia, Italia… ¿Cómo cuantificar el daño moral, económico y psicológico que les infringió? Desde el principio José Luis Jordán Peña se hizo un nombre y un lugar en la comunidad parapsicológica del Madrid de los años 60 y 70. Vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología, es fácil seguir su rastro en las hemerotecas. Solo hay que echar un vistazo a las revistas Karma-7, Psi-Comunicación, Algo, etc, de la época, para encontrarlo, omnipresente, en los principales casos ufológicos y paranormales de la época. Ahora confiesa su implicación en el caso Julio F., uno de los clásicos más importante de la ufología española, manipulando el fraude en su propio beneficio… una vez más. Pero apostaría la vida a que no es el único. ¿Cuántos avistamientos OVNI, poltergeist, investigaciones paranormales, etc., de los años 70 u 80 fueron intoxicados, cuando no totalmente fabricados, por esta especie de Dr. Mengele de las anomalías? ¿Y cuántos de sus contemporáneos, pecaron de complicidad o de omisión de su deber de contrastar la información sosteniendo el protagonismo de Jordán Peña en sus revistas, libros o programas de radio y/o televisión? ¿Debemos poner en cuarentena toda una época de la investigación paranormal, por temor a que el cáncer Jordán Peña también hubiese intoxicado otros casos? No, no se me ocurre una forma de cuantificar el profundo daño irreparable que este siniestro personaje ha hecho a la investigación de los fenómenos anómalos en España. Y cada vez que releo sus artículos, en la revista oficial de A.R.P., la primera publicación relevante del Movimiento Escéptico Organizado (MEO) no puedo evitar sospechar de malsanas alianzas entre el gran engañador, y los pseudoescépticos, los principales beneficiarios de todos y cada uno de esos fraudes".

Comprobado la singular y casi patólogica personalidad de Jordán Peña y su afán de manipular y engañar al personal, no es desdeñable pensar que al presentarse la oportunidad de inventar un caso de abducción extraterrestre, organizara todo el asunto semanas antes de dar a conocer, entre sus “colegas”, el caso de Julio F., en complot con ambos hermanos. Su intervención directa en la investigación, dirigiendo las primeras regresiones, le daría la ocasión de preparar y memorizar un “guión” con el testigo. Donde las preguntas y respuestas estarían mas que ensayadas, asegurándose que una buena interpretación de Julio F. acompañada de gestos y emociones, provocarían el asombro y la credulidad de los integrantes de la comisión de estudio. Los conocimientos científicos, de sobra acreditados de Jordán Peña, junto a su innegable y poderosa imaginación añadieron los demás pormenores del encuentro. Por ejemplo, el detalle de las estrellas, que no parpadean observadas desde el espacio, y que aún recordaba el parapsicólogo durante su reciente entrevista con David Cuevas, así como el nombre del líquido extraído de la espalda del testigo, harían las delicias de los asistentes que jamás imaginarían que Julio F. podría engañarles con aquellos datos…
José Luis Jordán Peña era un erudito autodidacta en muchas materias tal y como lo definió Enrique de Vicente en su citado articulo; “psicólogo, perfectamente informado de dos mil y una materias científicas y técnicas, tremendamente comunicativo y humano, discutidor incansable y empecinado, pero abierto a todo”.
Recurrimos de nuevo a Manuel Carballal que decía en su libro sobre los expedientes secretos españoles: “las cartas de los ummitas, (…) estaban llenas de tecnicismos y cientificísmos. Lo que pocos saben es que José Luis Jordán Peña fue profesor de física y matemáticas en el Instituto de Enseñanza Media Lope de Vega, donde dirigía precisamente el área de física. Además, Jordán Peña siempre ha seguido puntualmente las publicaciones científicas, y ha mantenido contactos con científicos de diferentes países”.
Esto explicaría que las cartas de UMMO estuvieran repletas de supuestos “adelantos” técnicos “extraterrestres”, pero que en realidad serían fruto y obra de la imaginación y creatividad imparable de Jordán Peña. Pues bien, en el relato de Julio F. hallamos también múltiples referencias a supuestos adelantos técnicos observados por el testigo en su visita a la nave espacial, desde ventanas con “infrarrojos”, “computadoras” de grandes pantallas transparentes, esferas metálicas con cables “inteligentes” para reconocimientos médicos, sillones triangulares que se deslizan sobre railes, etc…
La tesis del “montaje” explicaría por qué Julio F. nunca quiso dar a conocer su verdadero nombre, a sabiendas que participaba en un engaño.
Además es sospechoso que una persona que quiera guardar su anonimato celosamente, se prestase a narrar públicamente su experiencia en conferencias. Como hizo Julio F., aunque fuese sentado de espaldas al público, o través de un micrófono, escondido en una habitación en el Primer Simposium Nacional de Ovniología/Ufología (Abril de 1979) y  el 1 Congreso Mediterráneo de Ufología (Junio de 1979) respectivamente.
Lamentablemente la persona que más podía aclarar las circunstancias de la gestación de este embrollo, Julio F. falleció en un accidente de tráfico en 1992, poco tiempo después que su hermano Manuel. Su muerte estuvo envuelta en cierto halo de misterio ya que su cuerpo y vehículo aparecieron días después del percance. Con dicha perdida se impide conocer todos los pormenores de este singular incidente que durante muchos años fue injustamente etiquetado como uno de los casos de abducción mejor documentados del mundo
 
 
 
 


 
 
 
 
JOSE ANTONIO CARAV@CA
 
 
 (Este articulo fue publicado en la revista El Ojo Crítico Nº 74 que dirige Manuel Carballal)

http://elojocritico.info/julio-f-historia-de-un-fraude-ufologico/
 





Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor . Propiedad de Jose Antonio Caravaca.
 

LA ABDUCCION DE LOS HILL: ENTRE NAZIS, MAPAS ESTELARES Y PRUEBAS DE EMBARAZO

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Centenares de libros, documentales y revistas de toda índole recogen la “sobrenatural” experiencia vivida por el matrimonio Hill. Ejemplarizados como el caso perfecto de secuestros extraterrestres, durante muchas décadas ha sido esgrimido como la prueba perfecta de la visitación a nuestro planeta por parte de seres de otros planetas. Incluso dicha afirmación, venía avalada por las supuestas evidencias irrefutables que podían extraerse de dicho incidente. Y para ello, los investigadores exponían como ejemplo incuestionable y demoledor el supuesto mapa estelar observado por la testigo en el interior de la nave espacial, y que era una confirmación de su relato. Sin embargo pese a todo lo dicho y a todo lo escrito es posible realizar una nueva revisión del caso aportando datos y elementos desestabilizadores y desconcertantes, que ofrecen una nueva visión del suceso trasformándolo por completo…
Repasemos la historia…



UN ENCUENTRO EN LA CARRETERA
Sin duda pocos casos dentro de la fenomenología OVNI han creado tanta “escuela” como el pretendido secuestro de Betty (Eunice Elizabeth Barrett Hill) y Barney Hill. El peculiar matrimonio, casi sin pretenderlo, “dieron a luz” al paradigma base de las supuestas experiencias de abducción alienígenas aportando  los componentes que se “repetirían” hasta la saciedad en muchos lugares del mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, patria por excelencia de las secuestros extraterrestres.
En la madrugada del 19 al 20 de septiembre de 1961, los Hill iban a ser protagonistas de lo que sería un hito en la ufología moderna. Regresando de unas plácidas vacaciones en Canadá, el matrimonio formado por Barney (hombre de color) y Betty Hill (mujer blanca), fueron, al parecer, secuestrados por los tripulantes de un OVNI cuando circulaban al sur de la pequeña localidad de Groveton en News Hampshire. Cuando tuvo lugar este inquietante incidente los Hill no pudieron recordar nada, excepto la observación de una extraña aeronave luminosa que se posó cerca de ellos, en la cual, pudieron distinguir a varios seres.

El matrimonio Hill protagonizó uno de los incidentes OVNIs mas populares de todos los tiempos.



El investigador John G. Fuller autor del best-seller dedicado al caso, “El Viaje Interrumpido” (1966), comentaba los detalles del encuentro con el OVNI: “En tanto Barney miraba a través de los prismáticos el enorme objeto -su diámetro tenía la misma anchura que la distancia entre dos de los postes del teléfono a lo largo de la carretera- dio silenciosamente una vuelta completa sobre la carretera, quedando sólo a unos treinta metros de distancia de ellos. La doble hilera de ventanas de aquel objeto era ahora perfectamente visible. (...) Barney estaba muy asustado, pero, sin saber por qué, cruzó la carretera, se adentró luego por el campo y avanzó directamente hacia el objeto. Ahora, el enorme disco estaba inclinado en ángulo hacia Barney; dos proyecciones, semejantes a aletas de pez, salían por ambos lados, y tenían luces rojas en los extremos. Las ventanas parecían convexas y se extendían en torno al perímetro del disco grueso y en forma de torta. Seguía sin oírse el menor ruido. Lleno de agitación, pero poseído todavía de un irresistible impulso de acercarse más y más al vehículo, Barney continuó avanzando por el campo, llegando a sólo quince metros de distancia del objeto, que había descendido hasta la altura de las copas de los árboles. Barney no calculó su tamaño, pero se dijo que era tan grande como un avión de pasajeros de propulsión a chorro, o mayor quizá. (...) Detrás de las ventanas, Barney ve las figuras; por lo menos media docena de seres vivos. Parecían estar apoyados contra las ventanas transparentes, mientras el objeto descendía hacia él. Estaban agrupados, mirándole. Advirtió vagamente que iban de uniforme. Betty, a casi sesenta metros de distancia, le gritaba desde el coche, pero Barney no recuerda haberla oído”.
En un principio creyeron que su avistamiento había concluido con aquél susto sin embargo solo era el principio...

El misterioso artefacto observado por los Hill.



Mucho tiempo después y a raíz de unas pesadillas de la señora Hill, acudieron a su médico el Dr. Duncan Sthepens, que a su vez solicitó la cooperación del psiquiatra, neurólogo e hipnólogo Dr. Benjamin Simons. Fue en ese momento, cuando Betty recordó toda la traumática experiencia que habían vivido aquella madrugada cuando fueron introducidos en el interior del OVNI por varios humanoides, no muy altos, de grandes ojos, sin labios y que vestían uniformes al estilo nazi (sic). 
“Parece un nazi alemán -relata Barney. Es un nazi (...) llevaba un uniforme- pregunta el doctor Simons- (...) tenia una bufanda negra arrollada al cuello, que le caía sobre el hombro izquierdo (...) los ojos eran oblicuos. Pero no como los de los chinos”.
Bajo sugestión hipnótica, tanto Betty como su marido por separado,  relataron una coherente historia que asombró a los doctores que le atendían que no sabían exactamente a qué se enfrentaban. Según la información revelada bajo hipnosis el matrimonio fue sometido a un profundo examen médico en el interior del OVNI. Según Betty éste chequeo se realizó en una gran habitación iluminada por todos lados (techo, suelo, paredes..) con una camilla en el centro. "Al entrar en esa habitación  -afirmaba Betty- vienen con un hombre que habla inglés. Se queda por un minuto, no sé quienes son; creo que tal vez sea la tripulación... y entra otro hombre. No lo he visto antes. Creo que es un médico. Traen la máquina... es algo parecido a un microscopio, pero un microscopio con gran lente. Me dio la idea de que estaban tomando una fotografía de mi piel. Luego toman algo similar a un abrecartas, pero no lo era, y raparon mi brazo aquí... había como un trozo de celofán o plástico, o algo así, ellos rasparon y colocaron lo que sacaron en ese plástico”.
Para los ufólogos que creen a pies juntillas en el relato del matrimonio, el siguiente episodio que relata la Sra. Hill representa una clara prueba de la realidad del caso, pues se describe una prueba médica desconocida en la fecha. Ésto fue lo que dijo Betty: “Y ahora dice que quiere pincharme el ombligo! Que no es más que un experimento. Y me echo a llorar y le digo: “Me duele, me duele, ¡sáquela, sáquela!”. Y el jefe, el que parece mandar, me tapa los ojos con la mano y me dice que todo irá bien, que no sentiré nada. Y el dolor desaparece, pero todavía me escuece donde me pincharon con la aguja” (...)
“Y yo le pregunté al jefe: Porqué me metieron la aguja por el ombligo?. Y él me dijo que era para comprobar si estaba embarazada”.
Al parecer, esta "prueba" se asemeja la ovaroscopia, una técnica ginecológica desconocida en 1961 y que consistía en introducir una aguja por el ombligo de la paciente para saber si se encontraba embarazada. 

La pareja fué conducida al interior del OVNI por unos humanoides uniformados con gorras militares.



Mientras tanto, Barney Hill en otra habitación del OVNI también era examinado a conciencia. “Podía sentir cómo me revisaban con sus manos... Miraron mi espalda, y los podía sentir tocando mi piel..., como si estuvieran contando mi columna vertebral... y luego me dieron vuelta, y de nuevo me revisaron. Me abrieron la boca, y yo podía sentir dos dedos que la cerraban. Después oí como si vinieran más hombres, y los podía sentir que se desplazaban por el costado de la mesa en que yo me encontraba. Algo me raspó con suavidad, como un palito contra mi brazo izquierdo. Y luego esos hombres se fueron. Al rato volvieron, me pusieron los zapatos, y pude bajar de la mesa. Pienso que me sentí bien porque supe que había terminado... Bajé por la rampa y abrí mis ojos y seguí caminando. Vi mi auto... y Betty venía caminando por la carretera, y luego abrió la puerta."

Descripción de los humanoides que secuestraron a los Hill. 


Aún con el dolor en el vientre, Betty, con gran sentido común teniendo en cuenta la angustiosa situación en la que se encuentra, piensa que debe conseguir por todos los medios una prueba que confirme al mundo la existencia de los OVNIs, y para ello aprovecha un momento que tiene a solas con uno de los tripulantes para conseguir una "evidencia": “Yo le estaba agradecida porque me había quitado el dolor y porque él no me producía ningún miedo (se refiere al humanoide al que consideraba el jefe del grupo y el mas amable) (...) Y le dije que aquello había sido una experiencia para mí. Que nadie me creería jamás si lo contaba (...) Y que yo lo que necesitaba era una prueba de que todo aquello había ocurrido de verdad. Y el jefe se echó a reír y me preguntó qué clase de prueba quería. Qué me gustaría llevarme. Y le dije: Algo que pudiera llevarme y enseñar a la gente porque, entonces, me creerían. Y me dijo que mirara y viera si encontraba algo de mi gusto. Y miré... No había muchas cosas en aquel cuarto... Pero vi un libro en el armario. Un libro bastante grueso. Entonces, cogí el libro y le dije: ¿puedo llevarme esto? Y él me dijo que hojease el libro, y yo lo hice. Tenía páginas y estaban escritas. Pero la escritura era completamente distinta de todas las que conozco. Parecía casi como... no sé... la escritura no cruzaba la página, iba de arriba abajo”. (…) Tenían algunos puntos, tenían líneas rectas y líneas curvas. Y el jefe se echó a reír y me preguntó si me creía capaz de leer aquello. Y yo le dije que no. El se hecho a reir de nuevo y yo le dije que no me importaba por que no quería llevarmelo para leerlo, si no para que me sirviera de prueba de lo que me había ocurrido, y el, entonces me dijo que bueno, que me lo llevara. Y yo lo cogí y quede encantada. La verdad, aquello era mas de lo que yo había esperado. Y yo estaba allí, diciéndole  que nunca había visto nada parecido a aquél libro y que estaba contentísima de que me lo hubiera dado”. Entonces, en esos instantes se produce el episodio mas divulgado y polémico de la experiencia de los Hill, y que mas ríos de tinta ha hecho verter. Betty le pregunta a sus captores por su lugar de procedencia  y el “jefe” le mostró un mapa; “Y el fué al otro extremo del cuarto, a la mesa, e hizo algo: abrió algo que no era un cajón (...) y el metal de la pared se abrió y sacó un mapa y me preguntó si había visto yo alguna vez un mapa como aquel. Y yo cruce el cuarto y me incline sobre la mesa. Y lo miré. Y era un mapa, un mapa oblongo. No era cuadrado. Era mucho mas ancho que largo. Y había muchos puntos en él. Estaban esparcidos por toda su superficie. Algunos eran pequeños como punzadas de alfiler. Y otros eran del tamaño de una moneda pequeña. Y había líneas, había líneas en algunos de los puntos. Eran líneas curvas que unían un punto con otro. Y había un gran círculo y muchas líneas que salían de él. Muchas líneas iban a otro círculo situado muy cerca, pero no tan grande. Y estas líneas eran gruesas. Y yo le pregunté qué querían decir y él me dijo que las líneas gruesas eran rutas comerciales y, luego, las otras líneas eran rutas hacia lugares adonde iban de cuando en cuando. Y me dijo también que las líneas de puntos seguidos eran rutas de expediciones”. Betty volvió a preguntarle por su lugar de procedencia y de nuevo el alienígena evitó la respuesta argumentando que no entendería el mapa.

Bajo hipnosis Betty Hill dibujó el mapa estelar que le había mostrado uno de los tripulantes del  OVNI.



Y cuando la conversación se hallaba en su punto mas álgido e interesante, algunos  humanoides irrumpieron en la sala  sobresaltados y comentaron algo con el “jefe”. A continuación trataron de sacarle los dientes a Betty, y ésta molesta les pregunto que hacían. Al parecer Barney los tenía postizos y creían que los de la mujer también los eran.
Entre risas Betty les expuso que su marido había perdido los dientes naturales en un accidente y por eso llevaba esa dentadura. También les explicó que con los años los seres humanos pierden a veces los dientes, pero los “extraterrestres” no parecieron comprender el concepto de tiempo y longevidad. La experiencia toca a su fin y los acompañan a la salida. Betty se aferra al libro pensado que lleva consigo una prueba irrefutable. “Estamos otra vez en el pasillo. Barney está detrás de mí y tiene los ojos cerrados; y un hombre a cada lado. Y cuando yo ya empiezo a bajar la rampa, varios de los hombres, no el jefe, sino algunos de los otros, se ponen a hablar. No sé lo que están diciendo pero parecen muy excitados. Y entonces el jefe se me acerca y me quita el libro”.
 Betty se pone muy furiosa y grita al “jefe” que le prometió  el libro como prueba. “Si, ya sé (...). Y precisamente porque es una prueba los otros no quieren. Quieren que olviden lo que ha ocurrido, que lo olviden por completo”.
Ya desde el interior del automóvil el matrimonio observa como el OVNI, del tamaño de la Luna llena, se eleva majestuosamente, despidiendo una gran luminosidad anaranjada y girando como una pelota, para desaparecer  inmediatamente en la lejanía...



UN MAPA PARA LLEGAR A OZ

Bajo hipnosis Betty Hill fue capaz de dibujar el mapa estelar que había contemplado en el interior del OVNI. A raíz de ese momento, los esfuerzos por parte de los partidarios de la hipótesis extraterrestre se concentraron en intentar identificar y trasladar a un mapa astronómico las presuntas “estrellas” del mapa alienígena, para intentar demostrar la realidad de este tipo de experiencias.
Aunque se realizaron muchos intentos por intentar “descifrar” el contenido del famoso plano estelar, ninguno de los investigadores ni agrupaciones ufológicas que lo intentaron pudieron encontrar paralelismo alguno con las estrellas y constelaciones que conocemos en la Tierra.
Fue una profesora de Ohio, Marjorie Fish quien tuvo la ocurrencia de colgar del techo los “puntos” del mapa para intentar verlo desde otra perspectiva, como hubieran hecho hipotéticamente los extraterrestres que lo hubieran trazado desde su lugar de origen y no desde nuestro planeta. Con un planteamiento mas que lógico, la profesora tardó bastante tiempo (1966/1972) en encontrar un patrón de estrellas que se asemejaran a los puntos garabateados por Betty durante las sesiones de hipnosis. Pero al final lo consiguió. Estaba segura que el mapa correspondía a la Constelación de Retícula , una pequeña constelación solo visible desde el hemisferio sur. Destacan dos estrellas Zeta 1 y Zeta 2 situadas a 37 años luz de nuestro planeta. La profesora estaba convencida que en el año 1964 (fecha de la regresión y obtención del mapa) nadie tenía ese conocimiento astronómico, por la tanto la fuente de la información debían ser los tripulantes de una nave extraterrestre, como defendían los Hill. Tan impactante fué la publicación del hallazgo, en su día (1975), que el físico nuclear y ufólogo Stanton Friedman reclamó, con excesiva fe,  para la profesora un “premio” de 50.000 dolares que otorgaba  la revista The National Enquirer a cualquier persona que aportara una prueba sólida de la realidad de los OVNIs.
No obstante algunas voces críticas han demostrado que con un poco de tiempo se puede encontrar paralelismos con otras estrellas del firmamento. Incluso el conocido divulgador científico Carl Sagan decía que: “si tenemos la intención de encontrar una correlación entre los dos mapas “el de Betty y el de Marjorie” seleccionando a su voluntad elementos de cada uno e ignorando otros, siempre tendremos éxito”.

Para los investigadores el mapa de Betty era una evidencia de la realidad de su experiencia a bordo de un "platillo volante". Según las pesquisas de la Srta. Fish dicho plano correspondía al sistema Zeta Reticuli.



Hay que tener en cuenta en detrimento de la buena voluntad de Marjorie Fish, que el mapa original de Betty Hill lo componían 26 puntos, y la profesora solo encontró 15 referencias en su mapa, por lo que faltaban, para ser una confirmación 100 % fiable, la correspondencia de esos 11 puntos restantes.  Incluso escépticos a ultranza como Robert Sheaffer aseguraban que existían mapas mas certeros que los de la profesora de Ohio. “La segunda supuesta identificación del mapa estelar de Betty Hill fue propuesta por Charles W. Atterberg -leemos en su libro Veredicto OVNI (1986). Este computó la trayectoria por ciertos grupos de estrellas cuando son vistas desde diversas perspectivas en el espacio. Después de mucho trabajo, Atterberg descubrió que existe un punto en el espacio, a lo largo del límite sur de la constelación de Ofiuco, desde el cual las estrellas en la vecindad del sol parecen corresponder casi exactamente con el esquema del boceto Hill. El mapa Atterberg se ajusta al boceto con mucha mas precisión que el mapa Fish, e identificar 25 de las 26 estrellas Hill, en lugar de solo 15. Atterberg tan poco se limitó únicamente a las estrellas capaces de tener vida. Comenzó por representar todas las estrellas vecinas al sol, lo que hace mas notable el hecho de que la mayoría de las estrellas supuestamente visitadas por los alienígenas (de acuerdo con este mapa) sean muy favorables para el mantenimiento de la vida. De las once estrellas que podrían haber visitado los extraterrestres (sin contar el sol), siete de ellas figuran en la lista de estudio de la RAM Corporation por Stephen H. Dole,  como estrellas que podrían tener planetas habitables. (No es un porcentaje muy bajo de estrellas elegidas al azar en las vecindades del sol!).
Incluso es mas sorprendente el hecho de que las tres estrellas que forman el corazón del mapa Atterberg - Epsilon Eridani, Epsilon Indi y Tau Ceti-, conectadas por líneas que representan las supuestas rutas principales de los ufonautas, hallan sido descritas por Carl Sagan como  (las tres estrellas mas cercanas con interés biológico potencial). Sin duda, esto es mucho mas destacable que cualquier evidencia a favor del mapa Fish”.
Recientemente el astrónomo Brett Hollan publicó un artículo en noviembre de 2008 en la revista Fortean Times, indicando que el trabajo de Fish carece de rigurosidad en nuestra fecha.
Holman afirma que dos de los puntos del mapa de la profesora han terminado siendo identificados como estrellas variables (54 y Piscium 107), otros dos forman parte de sistemas estelares múltiples y otros dos (Gliese 67 y TAU) están tan separados del resto que no podrían formar parte del mapa observado por la Sra. Hill. Holman demuestra que de los quince aciertos planteados por Fish en su conocido trabajo, al menos 6 son insostenibles hoy día. Despues de invalidar la información astronómica del famoso mapa, quizás podamos ofrecer una nueva y revolucionaria interpretación sobre el "origen" y verdadera "naturaleza" de la carta estelar... pero será mas adelante...



EL SECUESTRO ALIENÍGENA DE LOS HILL BAJO LA LUZ DE LA TEORIA DE LA DISTORSION
La teoría de la Distorsión establece que los encuentros cercanos son producto y resultado de la interacción de la mente del testigo (a nivel inconsciente) con un agente externo desconocido. Tras producirse una “conexión” (comunicación) entre ambos elementos, el factor indeterminado es capaz de sintonizar nuestra mente y es capaz de extraer cuanta información sea necesaria para la conformación de la experiencia, tanto en la apariencia de la nave observada como en el aspecto de los humanoides, así como sus acciones. Esta información, para conformar los "ingredientes" del encuentro cercano, proviene del inconsciente del testigo que imbuido por la literatura, el cine, la TV o su entorno mas inmediato, sirve como una potente fuente de documentación, capaz de rellenar y sustentar todos los elementos de su experiencia. El factor externo, tiene entre sus funciones, limitar las acciones “creativas” y oníricas del inconsciente, haciendo que la vivencia siga unos cauces “lógicos”, dentro del contexto que se quiere expresar; la visitación extraterrestre. Ya que de lo contrario, sin este control o supervisación, la mezcla e incorporación indiscriminada de componentes y contenidos inconscientes (fantásticos y ordinarios) convertiría las experiencias OVNI en autenticas aberraciones mentales (en el caso que quisiéramos prescindir de la existencia de este componente externo a nuestra psique, y adjudicarlo simplemente a procesos mentales privativos del ser humano, alterado por diferentes causas, desde los trastornos mentales, las alucinaciones, las drogas, los campos magnéticos, etc)
Según la teoría de la distorsión, el funcionamiento y puesta en escena de los episodios OVNIs, siguen los patrones de los sueños, como si el agente externo creara una "película" con nuestro material inconsciente.


Tanto la apariencia como el desarrollo de toda la experiencia de los Hill parece
obedecer a los principios de las vivencias oniricas...



El Dr. Helios Jaime en un interesante articulo denominado “Psicofisiología e ideosemántica del sueño” escribía que: “en el sueño se producen las escenas que se desarrollan en un tiempo en el que la sucesión es totalmente trastornada y en un espacio cuyas dimensiones son completamente transformadas. De alguna manera, es lo que sucede en el teatro y, sobre todo, en el cine”. Por su parte Sigmund Freud argumentaba que los sueños son representaciones simbólicas de deseos que han sido reprimidos a nivel consciente. Algunos de estos deseos se manifiestan durante el sueño utilizando para ellos un lenguaje "extraño y absurdo” que oculta su verdadero significado. El médico austriaco estaba convencido que el sueño, pese a manifestarse en un lenguaje absurdo y aparentemente incomprensible, tenía un sentido y una finalidad. El sueño debe interpretarse como la realización simbólica (disfrazada) de deseos reprimidos del inconsciente privativo del individuo. Freud identificó y enumeró una serie de características del psiquismo inconsciente que no se dan en el Consciente: 1.- Pueden coexistir impulsos o ideas incompatibles entre sí sin que parezcan contradecirse. 2.- El significado puede fácilmente desplazarse de una imagen a otra. 3.- Múltiples significados distintos pueden combinarse en una sola imagen. 4.- Los procesos inconscientes son atemporales. Las ideas no están ordenadas cronológicamente ni son alteradas por el paso del tiempo. 5.- Lo Inconsciente no responde a la realidad externa, sino que representa la realidad psíquica interna. 6.- Los procesos de pensamiento de lo Inconsciente están determinados en parte por la interacción de fuerzas inestables y emocionales que se hallan en pugna entre sí (psicodinámica).
Aunque se trate de una experiencia radicalmente distinta (en origen, propósito y finalidad)  la “distorsión” podía enmarcarse perfectamente, por su similitud, en los psicodramas desarrollados por la mente humana durante la etapa del sueño, ya que intenta transmitir un mensaje  a través de las imágenes y las sensaciones. De ahí, que bajo la perspectiva de la teoría de la Distorsión el factor absurdo pierda su halo de misterio inconmensurable y metafísico en el análisis de los encuentros cercanos, dejando de ser una “X” que sumar en la ecuación de la resolución del problema OVNI, para convertirse en un “efecto colateral” de la interacción del agente externo y la mente humana. Durante décadas se ha intentado por parte de diversos investigadores otorgar un grado de relevancia a ciertos aspectos que presenta el fenómeno de los No Identificados, y que bajo una amplia premisa han sido etiquetados bajo la incógnita del “elemento absurdo”, para intentar justificar todos los condicionantes ilógicos e irracionales que rodean las experiencias con los supuestos visitantes del espacio.

¿Fueron los Hill inconscientemente los que contribuyeron a elaborar su rocambolesca experiencia
de secuestro alienígena?.



 El insigne investigador Jacques Vallee escribía en su documentado y revelador libro “Crónica de Otros Mundos”(1999): “El contacto entre los testigos y el fenómeno OVNI se produce siempre en condiciones controladas por este ultimo. Su característica es un factor de absurdidad que conduce a las capas superiores de la sociedad en cuestión a rechazar la historia”. Para Vallee los elementos absurdos en las experiencias OVNIs tendría, entre otros fines, la misión de encubrir la última realidad de los No Identificados, al crear episodios desconcertantes. El ilustre pensador Ignacio Darnaude en una entrevista concedida al investigador Moisés Garrido afirmaba que: “Lo ininteligible, el absurdo y lo extraño constituyen desde 1947 el marchamo más garantizado del modus operandi de nuestros vecinos siderales. Sus actuaciones son, con toda deliberación, estrafalarias, erráticas, sin pies ni cabeza e inverosímiles”.
No obstante podemos hacer otra lectura de todo esto. Si la “distorsión” implica la manifestación “tridimensional” e incluso “física” de diversos procesos mentales, bajo la tutela y dirección de un agente externo, esto quiere decir que las experiencias de encuentros cercanos tendrían aspectos propios e intransferibles de los testigos, que descritos fuera del contexto individual, adquirirían esa atmosfera de absurdez, tan frecuente en los incidentes OVNIs y sello indiscutible del mundo onírico. De hecho los sueños se manifiestan en un lenguaje de símbolos y arquetipos que "escapan", aparentemente, de la lógica cartesiana.

Busto realizado de los tripulantes del OVNI siguiendo las indicaciones de Betty.


El Dr. Simon pensaba, tras analizar las regresiones de los Hill, que: "mucho de lo revelado se parecía a otras revelaciones de tipo onírico".
Pero con todo esto que estamos diciendo no queremos delimitar ni reducir la trascendencia del fenómeno OVNI al universo puramente mental  o quimérico de las ensoñaciones, alucinaciones o trastornos mentales. Por el contrario, el agente externo, que probablemente al igual que “sintoniza” y “descodifica” la mente privativa de los testigos, puede acceder al inconsciente colectivo con toda su carga de símbolos y arquetipos (reconocibles para toda la humanidad), construye y edifica sus elaboradas representaciones con el material psíquico aportado por los testigos, y puede condesar en un espacio físico una “imagen” tridimensional otorgándole una momentánea corporeidad, capaz de dejar huellas y marcas. Pero siempre tenemos que tener en cuenta, que las manifestaciones anómalas que aparecen ante nuestros ojos no dejan de ser distorsiones de nuestro propio psiquismo presentada y modificada por el agente externo para hacernos creer en la visitación extraterrestre (de la misma manera podemos hacer extensible esta idea a las apariciones marianas o por ejemplo los encuentros con fantasmas).
Ateniéndonos a éstos preceptos podemos analizar la abducción de los Hill y presentar un nuevo enfoque de su experiencia de contacto con los supuestos tripulantes de una nave espacial.



 DISTORSIONANDO LOS RECUERDOS
Para comenzar hay que decir que tal como se describe en el libro "El viaje interrumpido" de John Fuller, Barney era un "entusiasta observador de aeroplanos", por tanto a nivel inconsciente, ya encontramos una interesante fuente de información para que el agente externo pudiera "construir" el platillo volante, en base a los conocimiento del marido. De hecho en algunos párrafos del citado libro se lee lo siguiente; "con ayuda de los gemelos, Barney distinguía ahora una sombra parecida al fuselaje de un avión, aunque no tenía alas". Incluso en una ocasión un reactor militar paso a muy baja altura sobre Barney causándole una gran impresión, y así lo expresó bajo hipónisis : "Estoy pensando en bañarme en French Creek, con mis dos hijos. Y este avión me pasa por encima y se nos hecha encima y para a unos centímetros de altura sobre el parque del estado". El propio John Fuller no puede evitar realizar el siguiente comentario, que de alguna manera confirma la realidad de la distorsión: "el movimiento del objeto en el cielo recordó a Barney un incidente semejante, que le había ocurrido hacía algún tiempo con un avión, que le produjo honda impresión. Es interesante comprobar como se relacionan las reminiscencias y cómo conservan la claridad y la viveza, a pesar del tiempo transcurrido". Recordar que precisamente Barney, fue el que mas detalle dió de la misteriosa aeronave.

Barney comparó la vestimenta de los humanoides con los uniformes utilizados
por los soldados alemanes en la II Guerra Mundial.




Sin embargo, mas interesante que la apariencia externa del OVNI, es el aspecto de los tripulantes del OVNI, Barney afirma, bajo hipnosis del Dr. Benjamin Simon que: "Parece un nazi (...) tenía una bufanda negra arrollada al cuello, que le caía sobre el hombro izquierdo" , esta claro que no se trata solo de una simple alusión a que vestían un tipo de uniforme militar, sino que Barney los compara explícitamente con las vestimentas de los soldados nazis, de hecho, él estuvo en el ejercito y combatió en la II guerra Mundial. Insistiendo en esta cuestión Barney añade que el "jefe" de los humanoides era diferente: "Su vestido era distinto del de los otros. Y me acordé de la Flota y de los submarinos, y pensé que los que se apartaron hacia el fondo iban de azul, pero este otro llevaba una guerrera negra brillante y se tocaba con un gorro". Por su parte, Betty nos añade otro detalle que apunta a la integración y distorsión de elementos ya conocidos por la testigo en su experiencia cuando describe a los humanoides: "En cierto modo tenían aspecto de mongoloides. Yo estaba comparándole mentalmente con un caso en el que me había ocupado últimamente, un chico mongoloide: ese tipo de cara redonda y frente ancha, algo basto. Su piel parecía de un gris azulado, pero probablemente era algo más blanco. Sus ojos se movían y tenían pupila. (...) me recordaban los ojos de los gatos"
En un resumen que realizó sobre sus sueños relacionados con su experiencia de abducción, Betty llego a escribir sobre la apariencia de los humanoides: "medirían de metro cincuenta a metro sesenta y cinco. Tienen el pecho mas ancho que nosotros; sus narices son mas grandes (quiere decir mas larga) que las humanas normales, aunque he visto a gente con narices como la de estos hombres; Jimmy Durante, por ejemplo". 

Prueba de la participación de factores inconscientes del testigo (Betty) en la creación de la experiencia, fue la descripción que realizó sobre la nariz de los "alienigenas", que compara con las de un célebre artista estadounidense, Jimmy Durante.


 
No cabe duda, que la descripción de Betty es muy singular sobre todo en el detalle de la nariz, que incluso compara con la de un célebre actor y cantante norteamericano de la época. Y su marido, realiza continuas referencias a uniformes militares con gorra incluida. De nuevo se evidencia que el agente externo es capaz de construir en base a los recuerdos cotidianos de los testigos, fusionando y distorsionado la información para conformar un episodio OVNI. 
Siguiendo la premisa de los nazis encontramos otra casualidad al menos llamativa. Uno de los puntos mas comentados por los investigadores para demostrar la autenticidad del caso, es hacer hincapié en la prueba de embarazo a la que es sometida Betty, la ovaroscópia, una técnica no conocida en la época. Sin embargo, si como queremos demostrar, los encuentros cercanos y las abducciones, desarrollan patrones de funcionamiento similares a las experiencias oníricas, determinadas informaciones pueden transformarse a nivel inconsciente, presentadote de forma velada.
En los campos de concentración nazis, durante la II Guerra Mundial, los médicos alemanes realizaron todo tipo de experimentos sobre los prisioneros. Una de estas pruebas, desarrolladas por los doctores nazis en el campo de la ginecología, derivó en la creación de un método de interrupción del embarazo. Se trataba de la "infección salina", una técnica que consiste en introducir la aguja de una inyección en el abdomen, sustituyendo el liquido amniótico por una solución salina concentrada que intoxica mortalmente al feto.

El aborto mediante la infección "salina" contiene algunos de los elementos descritos por Betty.



¿Conocía estos datos Betty Hill, y transformó la letal aguja del aborto, en una simple prueba de embarazo?. La testigo trabajaba como asistenta social y es muy probable que conociera estos métodos abortivos o que, simplemente hubieran leído, comentando o visto algo parecido en televisión. Además se da la circunstancia que Betty no podía tener hijos y a nivel inconsciente, este tipo de información es importante para desarrollar en un psicodrama.
Hay que añadir, que Barney muy poco tiempo antes de su experiencia había estado en el médico por un problema de ulcera, y se había sometido a rayos X, por lo que, la realización de reconocimientos médicos estaban muy "frescos" en la memoria del matrimonio. A igual que Betty, Barney también hace una referencia a que los "extraterrestres" durante la exploración le tocan la zona del abdomen: "estaba echado en la mesa y me pareció que alguien estaba tocándome la ingle con una taza y, de pronto, paró."
 Si la distorsión esta en lo cierto, el inconsciente del testigo, es utilizado a forma de biblioteca, por un agente externo, para conformar su encuentro cercano con los supuestos seres alienígenas. Ya que resulta poco probable que una civilización alienígena avanzada, necesite un método tan invasivo y “primitivo” como la introducción de una aguja en el abdomen de una mujer, para saber si esta embarazada, cuando al día de hoy, nuestra tecnología dispone de medios mas efectivos.
Los Hill aseguraron que fueron conducidos a bordo del "platillo volante" sujetados por los humanoides, durante la hipnosis, Barney induce en su respuesta el verdadero origen (psíquico) de dicha "idea": "me están ayudando. Y estoy pensando en una película que vi hace muchos años y a este hombre le llevan a la silla eléctrica. Y pienso en esto y pienso en que yo estoy en la misma situación que aquel hombre. (...) tengo la impresión de estar soñando". De nuevo, encontramos referentes mentales en Barney que fueron utilizados para "crear" su célebre episodio de abducción. Pero hay mas ejemplos. 

Comparación de los signos observados por Betty (columna en blanco) con la escritura japonesa.


Cuando Betty relata el episodio del libro "alienígena" que quiso traerse de “recuerdo”, ésta comenta que; "la escritura era completamente distinta de todas las que conozco. Parecía casi como... no sé... la escritura no cruzaba la página, iba de arriba abajo”. Pero sin embargo, si analizamos detenidamente su testimonio, encontramos la respuesta oculta entre sus propias palabras; “Aunque he visto escritura japonesa, ésta escritura era de líneas muy claramente delineadas, y algunas eran muy finas, otras, regular, y otras, muy gruesas”. Durante la hipnosis el Dr. Simon le pregunta: “¿qué idiomas conoce usted cuya escritura vaya de arriba a bajo?... Conocer, no conozco ninguno,- responde Betty- pero reconozco la escritura aunque no se leerla; japonés”. Ella afirma sin tapujos que conoce el japonés, y "curiosamente" lo que ve en las páginas del libro, es precisamente una escritura vertical parecida al japonés, como haría nuestro cerebro en un sueño, modificar o distorsionar recuerdos conocidos. Pero quizás el aspecto mas asombroso y desconcertante de la experiencia de los Hill fue descubierto por el brillante investigador norteamericano Rich Reynolds. Retomamos el enigma del supuesto mapa estelar y comprobamos que su origen pude ser terrenal de lo que suponen algunos.
Reynolds se percató que Betty, en su oficina de trabajo, tenía colgado de la pared un mapa de la II Guerra Mundial, concretamente del célebre desembarco de Normandía. Si observamos el mapa nos daremos cuenta que tiene muchos puntos en común con el supuesto plano estelar que la testigo vió en el interior de la nave.

Mapa original dibujado por Betty en las sesiones de hipnosis.


El sobresaliente investigador Rich Reynolds descubrió que en el lugar de trabajo de Betty, sobre la pared, había un cuadro sobre el célebre y transcendental desembarco de Normandía.

Si superponemos ambos mapas, respetando incluso la inclinación original de ambos, comprobamos que coinciden de manera asombrosa. (Archivo del autor del reportaje)

Lo mas llamativo, entre ambos diseños, son los dos “puntos” que se conectan con varias líneas y que tienen varias ramificaciones en los extremos. El autor del reportaje comprobó que incluso si superponemos ambas imágenes la inclinación de ambas "cartografías" coincide de manera asombrosa. El mapa estelar parece, por tanto, solo una modificación, una distorsión “mental” del plano original como si fuera recordado y representado durante un sueño, pero que es reproducido en otro contexto. No en vano Betty dijo: “Y puso el mapa… el mapa enrollado… lo puso en el lugar de la pared metálica de donde lo había sacado (…) le pregunté si quería volver a desenrollar el mapa”. Resulta tremendamente sospechoso, sin duda producto de una implicación psíquica encubierta, que los alienígenas tengan una carta de navegación espacial para viajar por el vasto infinito, en un formato tan arcaico, una “especie” de papel enrollado, cuál mapa de Jack Sparrow.
¿Por qué no tienen un ordenador táctil plano, por ejemplo? eso si seria revolucionario en 1961. O incluso una holografía proyectada en el aire tendría un aspecto mas futurista y vanguardista. Pero ¿un simple mapa desplegado en una mesa?... esto lo podría haber "soñado" cualquiera de nosotros... Además el matrimonio Hill durante la preparación del viaje consultaron repetidas veces los mapas de carreteras que tienen casualmente, líneas y puntos.

A la izquierda (en azul) el mapa de Betty, si nos fijamos con detenimiento, el plano de Normandía (derecha, señalado en rojo) tiene las mismas líneas que el mapa estelar (3 líneas superiores y 1 línea lateral izquierda) , y prácticamente en la mismas direcciones (incluso la línea con dos direcciones del mapa estelar, puede interpretarse como la "union" mental de dos de las líneas del mapa del desembarco). Por tanto la reproducción del mapa estelar, se trataría de una simple distorsion del plano militar, observado por la testigo en infinidad de ocasiones, y recordado en sueños y  ""recolocado" en un escenario distinto, con un significado "extravagante"... aparentemente... pero en concordancia con toda la escena reproducida por el agente externo, la supuesta visitación extraterrestre y el exámen medico (archivo del autor del reportaje)


Por tanto esta claro que si analizamos el testimonio ofrecido por los Hill encontraremos muchos indicios de que su experiencia, fue conformada (fabricada) con el material psíquico de su propio inconsciente, y que con ayuda del agente externo, este fue proyectado al exterior para crear, siguiendo los patrones del sueño, su particular e intransferible vivencia de secuestro con alienígenas. No se trata de una alucinación provocada por el matrimonio Hill, si no que fue necesaria e imprescindible la participación de un agente externo sin identificar, que es capaz de "materializar" toda esta escenificación, como si tratara de una gigantesca representación teatral. 
El propio Dr. Benjamin Simon atina con nuestras ideas cuando expone en su informe que; "se podía deducir la posibilidad que los Hill hubiesen sufrido una experiencia real con algún fenómeno real inusitado, alguna aparición que estimulase en ellos dos cierta experiencia emocional.". Al fin y al cabo eso es la distorsión, una "comunicación" no verbal, basada en sentimientos e imágenes, en arquetipos y sensaciones que nos enfrenta a un "universo mental" desconocido y apasionante...





JOSE ANTONIO CARAV@CA




Nota: El autor del reportaje en colaboración con Rich Reynolds publicó en noviembre de 2011, un reportaje en ingles en el blog "The UFO Iconoclast  (s)", titulado "Jose Caravaca and the Betty Hill Star Map"  donde abordaba algunas de las cuestiones tratadas en el presente articulo. Sobre todo el "asunto" del mapa estelar y su comparación con el plano del desembarco de Normandía.







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