viernes, 28 de mayo de 2021

EL DEPARTAMENTO DE DEFENSA CONFIRMA QUE HA ELIMINADO TODOS LOS CORREOS ELECTRONICOS DE ELIZONDO DURANTE SU ETAPA DE INVESTIGADOR OVNI PARA EL GOBIERNO






El investigador John Greenwald ha publicado un sorprendente artículo titulado «Pentagon Destroyed E-mails Of Former Intelligence Official Tied To UFO Investigation Claims» (27/05/2021) donde denuncia que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha eliminado los correos electrónicos de la cuenta de Lue Elizondo cuando estuvo al mando del AATIP: «Elizondo tardó poco menos de dos meses en recibir el rechazo de su antiguo empleador, que cuestionó algunas de sus afirmaciones. Luego, aproximadamente un año y medio después de que irrumpiera en los medios, el Pentágono dispararía un tiro más preciso apuntando directamente a la integridad de Elizondo con lo que parecía ser una acusación condenatoria. Le dijeron a The Intercept en junio de 2019 que Elizondo no tenía "responsabilidades" dentro del AATIP (aunque luego rectificaría al decir que no tenía" responsabilidades no asignadas "). Pero todo esto se armaba tan solo con declaraciones oficiales, pero sin ofrecer documentación de respaldo, parecía que el Pentágono tenía un gran interés en negar todo lo que Elizondo había presentado al público. Ahora, más de tres años y medio después de que Elizondo contara su extraordinaria historia sobre la investigación de amenazas aéreas no identificadas para el gobierno de los Estados Unidos, la trama ha dado un giro inesperado. El Departamento de Defensa admite ahora, exclusivamente para The Black Vault, que han destruido algunas de las pruebas más cruciales que podrían probar o refutar el historial de trabajo de Elizondo dentro de un estudio OVNI secreto conocido como AATIP. El descubrimiento se produjo cuando el Departamento de Defensa envió a The Black Vault una carta de "determinación final" después de tres años de numerosas solicitudes de FOIA y múltiples apelaciones en busca de correos electrónicos de Elizondo (...) El Departamento de Defensa ha confirmado casi dos meses después de que escribieran su nota, que su determinación final equivale a que los correos electrónicos por Elizondo han sido destruidos sin forma de recuperación. Más allá de la confirmación de este hecho, no ofrecen una declaración oficial que explique o amplíe la situación. Lo que no está claro es si el protocolo autorizó o no la eliminación de estos registros electrónicos. Para eliminar registros como estos, los procedimientos establecidos que sigue la agencia denominados "programas de retención de registros" deben cumplir con ciertos requisitos previos para eliminar o destruir archivos. Sin embargo, después de una extensa investigación sobre estos plazos, la consulta con Elizondo sobre su historial laboral y un esfuerzo de casi dos meses para obtener una aclaración del Departamento de Defensa sobre quién autorizó hacer esto, parece que no puede haber una autorización adecuada que pueda citarse para que esta destrucción haya tenido lugar».

Al conocer esta información Elizondo dijo que: «Si la declaración del Pentágono es cierta, lo cual no estoy convencido de que lo sea, sería una pérdida significativa de información que pertenece al público y que incluso puede ser relevante para futuros esfuerzos legales. También es cada vez más evidente que la destrucción de mis correos electrónicos, etc. puede ser una táctica conveniente para ocultar la verdad de mi participación en actividades de seguridad nacional. Espero sinceramente que este no sea el caso». Pero existe otro detalle curioso con respecto a la información almacenada por el Departamento de Defensa sobre Elizondo que nunca se había aclarado hasta la fecha: «The Black Vault había presentado al menos ocho solicitudes de FOIA en los últimos años, buscando palabras clave que probablemente agregarían información y aclaraciones a las muchas historias que han circulado. Palabras como "No identificado", "AATIP", "AAWSAP", "UAP", "Comunidad de interés", "To The Stars", "DeLonge" y "Puthoff" fueron solo algunas de las solicitudes presentadas para ver qué había en los correos de Elizondo durante su trayectoria. Sin embargo, curiosamente, muchas de estas solicitudes arrojaron respuestas como "sin registros", sin más aclaraciones. En otras palabras, según el antiguo empleador de Elizondo, no pudieron encontrar ningún mensaje enviado o recibido por Elizondo con las palabras clave antes mencionadas. Nunca hubo una discusión de que el buzón de correo electrónico no existía». Elizondo concluyó diciendo que: «No quiero especular sobre la posibilidad de que esto fuera un acto intencionado. Me cierro ante la posibilidad de que alguien en una posición de autoridad destruiría deliberadamente registros de importancia histórica con el propósito de ofuscarnos y engañarnos; posiblemente cruzando los límites de la actividad criminal. Por esta razón, prefiero dejar que el sistema responda a su consulta. Sin embargo, no sorprenderá a muchos que han visto como durante los últimos 3 años algunos en el Pentágono me han atacado con varias represalias,lo que continúa hasta el día de hoy. Realmente espero que esto no esté relacionado».





JOSE ANTONIO CARAV@CA


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martes, 25 de mayo de 2021

¿SON LOS OVNIS ESTRELLADOS UN METODO DE «COMUNICACIÓN» DE UNA INTELIGENCIA DESCONOCIDA?: JACQUES VALLÉE LO DEFIENDE EN SU ULTIMO LIBRO





Las conclusiones de Jacques Vallée sobre el ovni estrellado en 1945 en San Antonio (Nuevo México) son algo confusas y a lo largo del libro se mezclan varias ideas interesantes (por supuesto no tengo en cuenta los planteamientos de Paola Harris). Si bien por un lado, en alguna parte del texto, Vallée deja entrever la posibilidad de que este incidente pudo tratarse de algún tipo de prueba secreta, con vehículos experimentales que involucró también la participación de personas o niños deformes, los cuales habían sido sometido, a su vez, a todo tipo de atrocidades médicas, al final del libro opta por dar una explicación un poco más en consonancia con sus anteriores hipótesis aunque de una manera poco definida. Aunque durante el libro Vallée se desmarca claramente de la clásica hipótesis extraterrestre, se muestra contundente al afirmar que algo extraño se estrelló en el desierto aquel verano de 1945, y que los niños testigos implicados en el caso incluso recuperaron una parte de este artefacto y pudieron mantener un conato de contacto con la inteligencia que estaba detrás de este fenómeno. Pero Vallée se cuestiona la procedencia de esta nave tras analizar las muestras y comprobar que no había nada extraño en ellas: «"¿Qué tipo de alienígenas vendrían del otro extremo de la galaxia, solo para toparse con una onda de radio y estrellarse contra unos arbustos?" A lo que podríamos agregar, “¿Qué tipo de nave espacial interplanetaria contendría un material hecho de una aleación industrial humana común, sin identificación de marca, fabricado con dimensiones métricas precisas (30 cm de largo por 9 centímetros de alto) y diámetros métricos para todos los agujeros?"» Por lo que el conocido autor de Pasaporte a Magonia planteaba la posibilidad de que una inteligencia desconocida (no extraterrestre) ha estado enviado mensajes a la humanidad precisamente después de que esta descubriera la energía atómica, y su peligroso uso militar. El método de comunicación elegido seria poco usual ya se trataría de enviar una nave espacial que se estrellara contra la Tierra, para iniciar un dialogo con la especie humana. Por eso Vallée decía que: «¿Y si estos aparatos llamados OVNIS hubieran sido diseñados de tal manera para que no pudieran ser objeto de una ingeniería inversa por personas con nuestro actual nivel de conocimiento y desarrollo social?» Vallée está convencido que los OVNIS están «fabricados» con una tecnología mimética a la terrestre, aunque quizás conteniendo solo un poco de elementos desconocidos, para precisamente evitar que la ciencia humana consiga ningún avance radical de su análisis, porque el principal propósito que busca esta inteligencia es muy diferente al esperado por nuestra ciencia. Vallée señalaba que la parte física del fenómeno, como tal, es insustancial para profundizar en el fenómeno: «¿Y si el objeto fuera un producto de una forma de la física de la información (una ciencia en gestación) en lugar de un simple vehículo físico? ¿Y si su objetivo estuviera a otro nivel? En un nivel simbólico, ¿sobre nuestra forma de relacionarnos con la vida. En un nivel psíquico, ¿sobre nuestra relación con el universo? ¿Y si contuvieran una advertencia existencial?» ... Sin entrar en muchos más detalles Vallée advierte que existe «algo» indeterminado que se quiere comunicar con nosotros pero que aún no hemos aprendido a interpretar su mensaje, aunque sea tan persuasivo como enviarnos una nave espacial y estrellarla ante nuestras narices...  





JOSE ANTONIO CARAV@CA


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miércoles, 19 de mayo de 2021

LOS OVNIS DEL PENTAGONO: ¿UNA TRAMA URDIDA POR ELIZONDO Y MELLON… Y LA CIA?

 





En 2017 el tema OVNI volvió a la rabiosa actualidad mundial tras la publicación de un sensacional artículo en el New York Times que demostraba que el Pentágono había destinado 22 millones de dólares a un programa secreto para el estudio de los No Identificados. La noticia de que en pleno siglo XXI las autoridades norteamericanas se dedicaban a investigar fenómenos aéreos no identificados provocó un revuelo sin precedentes. Pero lo que pocos sabían entonces es que todos los acontecimientos que se precipitaron desde entonces estaban perfectamente calculados en la sombra por dos extraños personajes. Y es que los artífices de este plan eran ni más ni menos que Lue Elizondo y Chris Mellon, dos antiguos miembros del Departamento de Defensa vinculados a la inteligencia. Ambos se conocieron cuando Elizondo dirigía el controvertido AATIP (Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas) para el Pentágono. En algún momento Mellon supo de la existencia de este grupo dedicado a estudiar OVNIS y le impresionó, por su posición (director del Comité de Inteligencia del Senado) no conocer nada sobre este asunto. Tal como expresó en una entrevista para OpenMinds: «Me sorprendió porque yo estaba involucrado, tenía en mi mano casi todas las cosas espeluznantes cuando estaba allí (...) Y era algo que siempre me había interesado. Entonces, me sorprendió ver que tenían algo organizado». Al parecer Mellon ofreció su ayuda desinteresada a Elizondo para que su labor fuera debidamente reconocida y tuviera mayor repercusión en el Departamento de Defensa: «Lo que me motivó en gran medida, es que Lou estaba molesto, simplemente indignado, de que los pilotos militares no recibieran más apoyo (...) Como miembro de la comunidad de inteligencia y alguien que se preocupa por la seguridad nacional, estaba consternado y decidido a ver si podía hacer algo para ayudar a solucionar este problema». Pero según pudo averiguar en poco tiempo, la Oficina del Secretario de Defensa (OSD) no quería saber nada de las investigaciones de Elizondo por temor a que originaran mucho ruido, a sabiendas del desprestigio que conlleva todo lo relacionado con los OVNIS: «Tenían miedo de que incluso una simple sesión informativa con él (Elizondo), de alguna manera, manchara o comprometiera la reputación de Sterling». Sin embargo, Mellon movió algunos hilos para buscar más apoyos en las altas esferas de Washington: «Lo que traté de hacer fue presentar a Lou a algunas personas muy importantes en el departamento con las que sabía que tenía conexiones y que eran muy cercanas al secretario de defensa (...) Traté de ayudarlo. Primero trabajaron a través del sistema, y ​​se llevaron a cabo algunas reuniones, y se llevaron a cabo más reuniones informativas, etc., pero al final resultó imposible presentar esto frente a la secretaria». Y justo en este momento comienza la verdadera intrahistoria de los denominados OVNIS del Pentágono. Según cuentan ambos, Elizondo se hartó de esperar que sus superiores tomaran en serio sus investigaciones y decidió renunciar a su puesto. Pero antes de marcharse, como asegura el investigador Alejandro Rojas en un esclarecedor reportaje titulado «How US Intelligence Community Insiders Got the Senate’s Attention Regarding UFOs» (23/10/20): «Elizondo y Mellon tramaron su plan. Mellón afirmó sin temor a comprometer su papel en esta trama, que: «Teníamos una estrategia desde el principio y un plan antes de que se fuera (...) Discutimos cómo sería eso, y lo hemos estado ejecutando desde entonces».

Junto a la presentación de la Academia de las Estrellas de Tom DeLogue la publicación en 2017 de un artículo en el New York Times (Helene Cooper, Ralph Blumenthal y Leslie Kean) supuso la irrupción imparable de los OVNIS del Pentágono en el panorama ufológico mundial.


En muy poco tiempo Lue Elizondo y Chris Mellon se han erigido como dos de los personajes mas influyentes de la ufología norteamericana





Rojas lo explica con detalle cuales fueron los primeros movimientos de esta singular pareja de baile: «Elizondo y Mellon comenzaron a acercarse a los periodistas con sus videos, documentos y datos sobre los OVNIS». Y el 4 de octubre de 2017, por mediación de varios amigos, Elizondo se entrevistó con Leslie Kean. La propia periodista lo narró a OpenMinds: «Bajé y fui a Washington, y pasamos tres o cuatro horas juntos (...) Me mostraron los videos que finalmente se publicaron con nuestra historia (...) En ese momento me di cuenta de que era una historia a nivel del New York Times, dada la documentación de la disponía el programa y por las personas involucradas y todo lo demás (...) Y así fue como empezó todo». Pero las maniobras planeadas por Mellon y Elizondo no acabaron ahí. Ni mucho menos. Rojas cuenta que: «Mientras Kean y Bender trabajaban en el desarrollo de sus historias sobre el AATIP, el mundo conoció a Elizondo el 10 de octubre de 2017, con el lanzamiento de la Academia de Artes y Ciencias, la "To the Stars" de Tom DeLonge (originalmente TTS / AAS, ahora conocida como TTSA). El anuncio se hizo junto al artículo de Kean en “The Huffington Post”». Y es que mientras se filtraban, a través de la prensa, las primeras informaciones y videos, había en marcha otro movimiento que iba a influir notablemente en el devenir de la ufología norteamericana. Se trataba de una conferencia de prensa organizada por DeLonge en compañía de algunos miembros de su equipo para presentar la TTSA. Allí estaban Elizondo y Mellon como si nunca hubieran roto un plato. Pero hay datos muy curiosos y sospechosos en esta trama. La reunión de Elizondo y Kean se produjo solo un día después de su renuncia a su trabajo para el Departamento de Defensa: «Tenía especial curiosidad por conocer a Luis Elizondo porque dirigía un programa en el DOD que involucraba el estudio de amenazas aéreas anómalas (...) Lue había renunciado a este puesto literalmente el día antes de que nos conociéramos». Pero hay más. Después de todo el revuelo formado por la TTSA a finales de 2020 se disuelve con un azucarillo, olvidándose por completo de todas sus promesas, a sus seguidores y patrocinadores, de aportar pruebas irrefutables sobre el fenómeno OVNI para reconvertirse en una empresa de entretenimiento. Por lo que las sospechas sobre quien estaba realmente detrás de la TTSA aumentan a medida que se van conociendo todos estos datos. Y es que nadie era consciente en 2017, entre tantas revelaciones al más alto nivel y el escándalo mediático producido tras la publicación del artículo del New York Times, que Mellon y Elizondo eran los que movían los hilos. Y es que lo más sorprendente, y lo que realmente produjo el gigantesco incendio informativo, es que la propia Marina estadounidense, al contrario de otras ocasiones, ratificó públicamente las informaciones publicitadas por Elizondo, aseverando que se tomaban muy en serio los avistamientos sobre OVNIS. Y aunque la mayoría de investigadores vieron este reconocimiento oficial como una medida casi ineludible por parte de las autoridades ante la magnitud de la «filtración», es muy probable que todo obedeciera al mismo plan trazado por ambos extrabajadores (?) del Departamento de Defensa. Pero ¿dónde nos lleva esto? Rojas dice que: «En menos de tres años, la estrategia de Mellon y Elizondo ha dado como resultado que el gobierno de los EE. UU. admita que se toman en serio la UAP, revirtiendo sus negativas de décadas de este hecho, y que el comité de Inteligencia del Senado se haya dado cuenta y por ello solicita más información». Pese a que es evidente que la campaña emprendida por Mellon y Elizondo ha conseguido elevar el interés por los OVNIS de la comunidad científica, los medios de comunicación, la sociedad, la clase política y los estamentos militares y de inteligencia hasta cotas insospechadas hace unos años, no es menos cierto que el material facilitado hasta el momento ni es concluyente ni definitorio de la existencia de un fenómeno anómalo de altísima extrañeza. Los videos e imágenes filtrados están muy lejos de poder ser considerados como pruebas fehacientes de la realidad de los OVNIS como un fenómeno completamente desconocido para nuestra ciencia. Y es que los análisis de estas supuestas evidencias son insuficientes para convencer a los escépticos. Pero lo más extraño es que, aunque la Marina ha autentificado que dichas filmaciones y fotografías han sido logradas por personal militar, no han emitido ningún juicio sobre las mismas pese a que están originando gran repercusión en los medios. A nadie se le escapa que parte de este material supuestamente filtrado es perfectamente identificable por los expertos del ejercito y si quisieran, hubieran evitado el sensacionalismo que acompaña a estas imágenes. Por tanto, de alguna manera las autoridades están siendo, por alguna razón que se nos escapa, muy permisivos con el tratamiento que la prensa realiza sobre estas informaciones y parecen muy interesados en que se propague la idea de los OVNIS como objetos No identificados y como posibles amenazas.

Cada vez parece mas claro que Tom DeLongue y su TTSA cumplieron el objetivo de introducir a Elizondo y Mellon en la comunidad OVNI internacional.





Y aunque tanto Mellon y Elizondo se erigen como los artífices y adalides de este gran cambio en el estamento militar, no está nada claro cuál es su grado de involucración en el asunto, y lo más importante, cuál es el verdadero objetivo y propósito de este aparente aperturismo gubernamental. Hay que recordar que cuando el Departamento de Defensa controlaba al 100% la situación, y podía evitar las filtraciones, no hacía el menor caso al AATIP y pensaba que los OVNIS eran un tema muy controvertido que no merecía la pena investigarlo o tomarlo en serio. Pero ahora, es todo lo contrario. Desde la irrupción pública de Elizondo y Mellon, las autoridades consideran no solo de gran interés al fenómeno OVNI, sino que lo califican una potencial amenaza para la seguridad nacional. ¿En que momento se dieron cuenta de su error? ¿Qué hay de verdad tras los OVNIS del Pentágono? Lo único que parece aclarado a día de hoy, es que los acontecimientos derivados desde 2017 están perfectamente trazados con unos propósitos que se nos antojan confusos y desconcertantes pero que a la vez parecen seguir una hoja de ruta convenientemente consensuada por la inteligencia norteamericana. También queda demostrado que tanto Mellon como Elizondo siguen teniendo contactos con sus antiguos empleadores y que, de hecho, no podría descartarse completamente que aún podrían estar trabajando o colaborando en secreto con alguna agencia del Departamento de Defensa. De hecho, la TTSA parece que se «creó» con la única intención de servir de plataforma mediática para que ambos personajes fueran conocidos por el público y situarse en una posición adecuada para trasladar su mensaje a la sociedad y los medios. Pero sin duda lo más sospechoso de esta situación son los ambiguos mensajes que Elizondo y Mellon introducen en sus alocuciones con la prensa sobre el origen oculto tras los OVNIS. Mientras que en algunas entrevistas afirman de manera explícita que estos fenómenos no tienen nada que ver ningún tipo de tecnología que haya sido desarrollada en nuestro planeta, por otro lado, apuntan, sin vacilar, contradiciéndose a ellos mismos, a la posibilidad de que alguna nación haya podido dar un salto tecnológico sin precedentes y que los Estados Unidos están en peligro. Esta doble postura es insostenible. Si Lue Elizondo, que es un analista de amplia experiencia, tras investigar estos avistamientos ha llegado a la conclusión de que el fenómeno OVNI tiene un origen interdimensional y desconocido no parece lógico que también sostenga que los OVNIS son de manufactura china o rusa, a no ser, que, lo que realmente busque con sus algunas de sus afirmaciones, es el impacto mediático con las constantes alusiones a un factor exógeno y extraordinario. Sin embargo, es interesante reseñar que Elizondo nunca utiliza la palabra extraterrestre para referirse a estos avistamientos. Por tanto, lo que se traduce de todo esto es que el argumentario está montado y presentado de tal manera, para, que, en un momento dado, la opinión pública acepte ambas realidades: la convencional y la anómala. Aunque habrá que esperar para comprobar hacía que lado de la balanza se desequilibra el misterio definitivamente o si por el contrario se quedará oscilando eternamente. Sin embargo, al margen de estas consideraciones, todo apunta a que los OVNIS del Pentágono son fruto de una enorme operación de inteligencia con unos objetivos finales que poco o nada tendrán que ver con los genuinos OVNIS.






JOSE ANTONIO CARAV@CA



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sábado, 15 de mayo de 2021

¿SE ESTRELLO UN OVNI EN SAN ANTONIO EN 1945?








De ser un caso prácticamente desconocido para muchos entusiastas al fenómeno OVNI, el incidente del supuesto OVNI estrellado en San Antonio (Nuevo México) en 1945 ha resurgido con fuerza en las últimas semanas para convertirse en un foco de interés mundial. Y es que el investigador Jacques Vallée acaba de publicar un libro, junto a la investigadora Paola Harris, «Trinity: The best-kept secret» (2021) que promete ofrecer pruebas de este sensacional suceso. El ufólogo Kevin Randle realiza un preciso resumen de este singular episodio, que precede al conocido caso Roswell, en un artículo titulado «The San Antonio UFO Crash» (09/05/21): «Ahora hay un renovado interés en el estrellamiento OVNI ocurrido cerca de San Antonio, Nuevo México, el 16 de agosto de 1945. Hay que advertir que esto sucede casi dos años antes del accidente de Roswell y a menos de 160 kilómetros del campo de extraños restos metálicos que me mostró Bill Brazel. Esta historia es contada por Reme Baca y José Padilla, dos niños de siete y nueve años en aquellas fechas, que escucharon el impacto contra el suelo y habrían sido los primeras personas en llegar a la escena. La trama de los hechos, tal como se contó originalmente, era que los jóvenes habían sido enviados en busca de una vaca preñada. El padre de uno de los niños temía que si el ternero nacía en la pradera y ellos no eran los primeros en reclamarlo, otro ganadero lo encontraría y lo marcaría. Tras cabalgar por el amplio desierto, escalar unas formaciones rocosas, hacer una parada para almorzar, se resguardaron de una tormenta. Cuando terminó de llover y salieron de la cornisa en la que se habían protegido, observaron una luz brillante acompañada de un fuerte sonido que hizo temblar el suelo. Los chicos se dirigieron en dirección al estruendo, donde parecía haber una nube de polvo y humo. Encontraron una "hendidura de tamaño gigante" que, según dijeron, parecía haber sido oradada por una maquinaria pesada creando un camino de unos treinta metros de ancho, unos 30 metros de ancho y quizá 90 metros de largo. Con los prismáticos, José pudo ver que el surco llegaba hasta una cresta montañosa donde se detenía. En el extremo más alejado pudieron ver un objeto que estaba enterrado profundamente en el suelo arenoso.

José Padilla uno de los testigos de este controvertido caso.

 



Al igual que se encontró cerca de Roswell dos años después, aquí también había un campo cubierto de restos. Reme dijo que recogió un trozo de papel de aluminio fino y brillante, como el de un paquete de cigarrillo. Cuando lo dobló o lo enrolló, volvió a su forma original. Se acercaron y, a través de los prismáticos, José vio tres criaturas pequeñas. Se movían rápidamente, casi como si pudieran teletransportarse de una posición a otra. El movimiento fue descrito como si se deslizaran. Las criaturas tenían un aspecto de insecto. Tenían ojos grandes y saltones, brazos delgados como agujas y una altura de 1´20 metros. La cabeza era grande y, al describirla, la comparó con la de una mantis religiosa. Su piel era de color gris claro y llevaban un mono muy ajustado o su propia piel estaba muy tensa. La nave tenía una forma parecida a la de un aguacate, con un agujero en el lateral. Trataron de obtener una estimación del tamaño, decidiendo que tenía unos 30 metros de largo. Había un ruido proveniente de la nave. El sonido era como el que haría un conejo en problemas o tal vez como el llanto de un bebé. Mientras lo observaban, ambos dijeron que tenían "imágenes en la cabeza". Esto parecía ser fruto de una especie de comunicación telepática. Reme diría más tarde que no sabían que eran estas imágenes. Décadas después, aseguró que seguía sin saber qué significaban esas imágenes. Para entonces, se dieron cuenta de que se estaba haciendo tarde, estaba oscureciendo, y tenían que volver a casa. Una vez allí, le contaron al padre de José, Faustino, lo que habían visto y le dijeron de la presencia de las criaturas humanoides a las que llamaron Hombrecitos. Faustino dijo que lo comprobarían en uno o dos días. Dos días después volvieron al lugar del accidente. No sólo les acompañaba Faustino, sino también un policía estatal, Eddie Apodaca. Al acercarse al lugar del accidente, no vieron a las criaturas alienígenas, ni tampoco, en un principio, la nave. Era como si hubiera desaparecido. Pero entonces, cuando se adentraron en el cañón, el objeto reapareció, "como por arte de magia". Parecía que la mayoría de los restos habían sido retirados del lugar por alguien. No quedaba mucho de aquellos restos, aparte de la propia nave. Había piezas extrañas colgando por todas partes. Los dos hombres les dijeron a los chicos que esperaran, mientras se introdujeron en el objeto a través de un corte que tenían en el costado. Cuando salieron, según Reme, los hombres parecían haber cambiados, estaban diferentes. Ahora estaban más serios. Faustino advirtió a los chicos que no contaran a nadie lo que habían visto. Dijo, extrañado, que el gobierno llama a este tipo de cosas, globos meteorológicos. Y añadió: "Querrán recuperar esta cosa". Reme contó que no se parecía a ningún globo meteorológico que hubieran visto en el pasado. Y le intrigaba lo que había pasado con los hombrecillos.  Dos días después de esa segunda visita a la nave, la operación de recuperación comenzó en serio. Un sargento llamado Ávila, probablemente sargento del ejército, se acercó a la casa de los Padilla. Quería permiso para hacer un agujero en una valla para poder trasladar su equipo pesado al lugar del accidente. Iban a retirar la nave y necesitaban construir un mejor acceso a la zona. Se llegó a un acuerdo, se construyó un camino en la zona y se instaló la verja. Los jóvenes, Reme y José, siguieron vigilando el lugar del accidente, incluso después de la advertencia que podrían tener problemas si volvían por allí. Según las observaciones de Reme y José, nosotros sabemos que los soldados no hicieron un buen trabajo. En lugar de recoger todos los restos, enterraron parte de ellos en el lugar. Otros escombros fueron arrojados a las grietas y cubiertos de arena. Observaron cómo trajeron un camión de carga. Utilizando ganchos y una grúa, los soldados subieron la nave al camión. La cubrieron con una lona y, aunque no estaba lista para ser retirada, los soldados se marcharon por ese día. Una vez abandonaron el lugar, los chicos se acercaron para ver mejor la nave. José desató las cuerdas que sujetaban la lona y se metió dentro del objeto. Encontró algo interesante dentro de la nave y se lo entregó a Reme. Era muy ligero y frío al tacto. Los chicos se marcharon, llevando consigo el trozo de la nave. Unas dos semanas después de la operación de recuperación y de la retirada del objeto, cuatro soldados llegaron a la casa de los Padilla. Buscaban algo y pidieron permiso para registrar el inmueble. Querían saber si Faustino tenía algo que pudiera pertenecerles, es decir, cualquier metal u otros objetos extraídos del lugar del accidente. Los soldados fueron conducidos a una habitación trasera donde registraron cuidadosamente, confiscando finalmente uno o dos globos meteorológicos y otros objetos. Asi es, al parecer, Faustino había encontrado globos meteorológicos en el pasado y los había guardado en su casa. Pero los militares no consiguieron hacerse con los restos que los chicos habían encontrado». 

En una entrevista que Paola Harris mantuvo con Reme Baca (Washington. 5 de julio de 2010), uno de los testigos del incidente de 1945, este habló abiertamente sobre la operación llevada a cabo por los militares en la zona arrojando algunos datos poco menos que sorprendentes a la vez que sospechosos sobre la manera de actuar del operativo de recuperar una supuesta nave extraterrestre: «La recuperación no fue como la que leímos en los libros de ovnis, gente con uniformes morados que llegaban desde helicópteros, todo desinfectado. Nada como eso (...) llevaban uniforme. Levantaron una carpa, pusieron una radio, con música occidental (...) los veíamos tan a menudo como podíamos, a veces por la mañana y por la noche. Nuestro trabajo era revisar y mantener las cercas, realizar un seguimiento de la manada, incluidos los caballos. Podíamos escuchar la música de la radio. Había un tipo en la tienda y dos o tres trabajando recogiendo los escombros. Traen este tractor-remolque, tienen un soldador, un soldador de acetileno, y construyen este bastidor para que puedan colocar el artefacto en él porque tiene que ir de lado (...) a veces hablábamos con ellos durante el café, pero no mucho, porque no teníamos nada en común. El trabajo que estaban haciendo no les parecía tan importante. No les pareció gran cosa. No creemos que nadie supiera lo importante que podría haber sido este objeto, ciertamente no nosotros». 

Como vemos hay una serie de aspectos confusos en el relato de Baca que siembran la duda. ¿Pero que fue de los misteriosos restos? ¿Se analizaron? Kevin Randle indica que: «Según Reme, el material fue analizado posteriormente, pero no se identificaron ni las instalaciones ni los científicos que llevaron a cabo el estudio, salvo uno al que se le dio el seudónimo de Dr. Smith. Al parecer, el metal tenía una alta concentración de carbono. Las muestras cortadas y pulidas mostraban "estructuras muy extrañas... parecen esqueletos de insectos". Se consultó a otros científicos de otros laboratorios que confirmaron los primeros resultados, que se trataba de un metal inusual. También descubrieron que el metal podía "transferir calor de un extremo a otro... un poco como las baldosas del transbordador espacial". Pero ese no fue el final de los análisis. En The "Black Vault2 se publicaron otros resultados más completos. La conclusión fue que no parecía haber nada en el metal que sugiera un origen extraterrestre. Se observó que los objetos están hechos de una aleación de aluminio con cobre y silicio. Las proporciones isotópicas determinadas para el níquel, el cobre y el zinc se compararon con el valor terrestre, pero eso no descarta totalmente una fuente extraterrestre para este material». 

Supuestos restos del OVNI estrellado en San Antonio.

Vista microscópica de la pieza

El supuesto resto de la nave parece una pieza de una maquinaria terrestre. 


Otro ejemplo de pieza de maquinaria






Kevin Randle se muestra muy prudente sobre esta pintoresca historia y señala en su reporte varios elementos que no encajan en la trama: «Entonces, ¿Dónde nos deja esto? Mirando este caso con ojo crítico, tengo serios problemas con su credibilidad. En primer lugar, la edades de los testigos en el momento del evento. Es cierto, que puedo imaginarme a unos niños tratando de acercarse al lugar para descubrir lo que había sucedido, pero la cronología no parece funcionar muy bien. En las entrevistas, el tiempo parece fluir rápidamente y luego ralentizarse, para luego volver a acelerarse. ¿Es una crítica menor? Sí, pero no es el único problema que encuentro. Me llamó la atención la descripción del metal como si fuera una lámina de aluminio muy delgada, como la que se encuentra en un paquete de cigarrillos. Esta fue la descripción utilizada por Jesse Marcel, al hablar de algunos de los restos que había visto en el campo de restos cerca de Corona en 1947. Esta información se publicó mucho antes de que cualquiera de los chicos (ahora hombres) contara su historia a personas ajenas a su circulo. Más tarde, hablaron de un metal que se podía arrugar y que volvía a su forma original. Reme dijo: "...así que lo saqué de debajo de la roca y como que lo enrollé y lo doblé... y volvía a la misma forma que tenía. Así que, lo cogí y lo puse en mi bolsillo..."  Robert Smith, que había sido asignado a Roswell en julio de 1947, dijo que uno de los sargentos había cogido un poco de restos del accidente. Nos dijo a Don Schmitt y a mí: "Era sólo un pequeño trozo de metal o papel de aluminio o lo que fuera. Lo suficientemente pequeño como para meterlo en un bolsillo". Bill Brazel afirmó que: "La única razón por la que me fijé en el papel de aluminio fue porque recogí el material y lo metí en el bolsillo de mi chaqueta... cuando puse el trozo de papel de aluminio en la caja empezó a desplegarse y a aplanarse". De nuevo, esta información había sido bien documentada antes de que Reme o José la mencionaran. También es interesante que los chicos hablen de que cuatro militares acudieron a la casa para buscar algo inusual. Bill Brazel habló de que cuatro soldados fueron a su casa y confiscaron los restos que había recogido. Por supuesto, en este caso no encontraron nada, pero Bill Brazel entregó lo que había hallado en el desierto. Estos puntos coincidentes pueden ser vistos de dos maneras. Uno es que aquí hubo una corroboración independiente de los tipos de material encontrados en Roswell. La otra es que los chicos, cuando fueron entrevistados décadas después, habían oído hablar del material hallado en Roswell y utilizaron esas mismas descripciones. Está claro en las entrevistas que ambos habían estado leyendo sobre OVNIs y sobre estrellamientos de naves, basándose en las respuestas a algunas de las preguntas y en sus conversaciones con los investigadores. 


Jacques Vallée junto a Paola Harris han escrito un libro dedicado al incidente de San Antonio (1945). Antes de salir a la venta está originado una gran polémica por la implicación de Vallée en este controvertido suceso.


 La investigadora Paola Harris está convencida que las pruebas nucleares que se llevaban a cabo en la zona de Nuevo México fueron el detonante para la visita de los tripulantes de los OVNIS: «Ahora  sabemos que hubo muchos accidentes OVNIS en Nuevo México y quizás muchas civilizaciones diferentes muy interesadas en nuestras pruebas de la bomba nuclear. Con más de 70 años y tranquilos porque sus familias apoyarán sus esfuerzos por revelar la verdad, Reme baca y José Padilla, están ahora decididos a hablar públicamente. Este es un buen relato histórico de personas que vivieron esta experiencia. Se suma al misterio y a la mística de esta área de accidentes en Nuevo México y de todo el fenómeno OVNI».





Otro de los problemas que tengo es la forma bastante despreocupada con la que los militares trataron el lugar del accidente. Aunque hay indicios de que habían localizado la zona, a veces parecían dejarla sin ninguna vigilancia. Sea lo que sea lo que haya caído si los militares han pensado que es lo suficientemente importante como para construir una carretera para llegar al lugar, y poner una puerta adecuada para que puedan entrar un camión de carga, entonces es lo suficientemente importante como para vigilarlo adecuadamente. Eso significaría que los soldados estarían allí las veinticuatro horas del día hasta que se limpiara el lugar completamente. Sin embargo, según los testigos, eso simplemente no fue así. El otro aspecto a destacar es la falta de limpieza adecuada del lugar. Al parecer, enviaron soldados para recoger los escombros, pero a veces, los soldados se limitaron a tirar el material en una grieta y enterrarlo. No parece que hubo ningún oficial allí, y una vez más, dada la naturaleza del material, y la nave que supuestamente se estrelló, habría habido un verdadero esfuerzo para limpiarlo todo. No querrían que quedara nada atrás. El último escollo es que a los chicos se les habló de globos meteorológicos. Dado que esto ocurrió en 1945, dos años antes de que el caso Roswell fuera "identificado" como un globo meteorológico, esta referencia es anacrónica. Está fuera de lugar porque nadie hablaba de globos meteorológicos para explicar los avistamientos de OVNIS. Este es un problema importante. En un aspecto más positivo, un tipo llamado Bill Brophy dijo que su padre había sido miembro del grupo de bombarderos B-29 231 (en realidad la Unidad de Base de la Fuerza Aérea del Ejército 231) en Alamogordo, Nuevo México. Según Brophy, el 231º formó parte de la operación de recuperación en agosto de 1945. He podido confirmar que la 231ª estaba estacionada en el Campo Aéreo del Ejército de Alamogordo y tenía B-29 en la época que se afirma. Esto podría ser un tercer testigo del accidente y proporciona una pista sobre dónde buscar información adicional. Al final, soy escéptico sobre esta historia». 

Randle es consciente que los supuestos testigos del caso de San Antonio han jugado con cierta ventaja porque eran conocedores de lo que la literatura OVNI expone sobre este tipo de sucesos. Y por eso no terminar de ver demasiado claro la apuesta de Vallée por este incidente: «Hay demasiadas pequeñas cosas que me molestan, desde las descripciones del material que coinciden con las de Roswell, el conocimiento que los dos testigos tienen sobre los OVNIS, incluso hablando de libros como "El día después de Roswell", por no hablar de la falta de seguridad militar adecuada. Aunque los oficiales no reconocieran la nave como extraterrestre, la habrían visto como una aeronave de diseño único que requeriría una seguridad mas severa. Sin embargo, dentro de un mes aproximadamente saldrá un libro que podría responder adecuadamente a estas preguntas. Este es mi análisis de la situación ahora y espero ver qué información adicional aparece». No hay que olvidar que en 2006 comentando sobre el libro de Nick Redfern sobre Roswell, donde exponía la teoría de la experimentación secreta, Jacques Vallée decía que: «Hay un secreto en Roswell, pero el error de la ufología es hacer de este caso el número uno». Y es que en aquellas fechas, Vallée pensaba que en la zona de Nuevo México ocurrieron muchos supuestos accidentes OVNI porque era un lugar de amplia experimentación aeronáutica y de todo tipo. 


En una entrevista que mantuvo Lue Elizondo con Nico A, en el programa francés «Dossier X» (27/04/21) el exdirector del AATIP dio a entender que antes del famoso incidente de Roswell, el ejercito de los Estados Unidos estuvo involucrado, años atrás, en la recuperación de un OVNI. 
Nico: «La primera intervención militar [en la que los] EE.UU. se han involucrado en este tema de los OVNIs ha sido con la Fuerza Aérea en 1947. No tenemos ni idea de lo que realmente ocurrió allí. No estoy hablando de OVNIs, lo que sea, sólo estoy pensando que algo pasó y la Fuerza Aérea estuvo involucrada. Y cuando miras la línea de tiempo en 1994, la Fuerza Aérea publicó un informe que decía, "El Informe Roswell: Caso cerrado". ¿Qué opinas de esta posición de la Fuerza Aérea sobre este tema?»
Luis Elizondo: «Me has hecho bastantes preguntas, déjame empezar por Roswell. Roswell... algo pasó. Eso está bastante claro. Los detalles de lo que realmente sucedió todavía están en debate, pero ese evento o eventos tuvo la suficiente importancia como para provocar una respuesta oficial de los Estados Unidos. Y no sólo desde el punto de vista operativo, es decir, el despliegue de soldados para una misión de recuperación, sino también desde la perspectiva de los medios de comunicación, de la PAO, ya que realmente habían emitido un comunicado sobre lo sucedido en Roswell. Obviamente no estuve en Roswell, ya sabes... vi información anecdótica. Pero usted dijo algo... que esa fue la primera vez que el gobierno de los EE.UU. se involucró y voy a compartir con usted, que puede no ser necesariamente cierto. Puede haber información adicional que indique que tal vez el gobierno de EE.UU. estuvo involucrado incluso antes de esa fecha, en supuestas actividades de recuperación»
Nico: «¿Te refieres probablemente a 1942, en Los Ángeles o algo así?»
Luis Elizondo: «No quiero dar más detalles, todavía. Creo que alguna información va a salir a la luz pública, probablemente muy pronto, sobre unos incidentes interesantes. De nuevo, no depende de mí... creo que hay algunas personas que están dispuestas a dar la cara. Sólo estoy proporcionando la información que se me dio. Creo que debemos tener cuidado al hacer presunciones o suposiciones de que Roswell fue el primer evento relacionado con lo que estamos planteando. Eso puede no ser necesariamente cierto».
Curiosamente recientemente se ha anunciado la aparición de un nuevo libro de  Jacques Vallée y Paola Leopizzi Harris, titulado «Trinity: The best-kept secret» (2021) donde hablan de un supuesto estrellamiento OVNI ocurrido en San Antonio (Nuevo México) en 1945 y recuperado en secreto por los militares estadounidenses. ¿Qué sabe exactamente Elizondo de este suceso? ¿Ha hablado con Vallée? Elizondo no para de generar dudas y ambigüedades en torno a su labor.







El escéptico Jason Colavito en un artículo titulado «New Book from Jacques Vallée Claims Evidence for 1945 New Mexico UFO Crash» (05/07/21) muestra su desconcierto por el interés de Vallée en esta dudosa historia: «Vallée ha estado recolectando y examinando supuestos restos de platillos volantes durante años, tanto en conjunto como en paralelo a los esfuerzos de su viejo amigo y colega Hal Puthoff en la Academia de Artes y Ciencias "To the Stars". La historia del accidente de San Antonio es bastante increíble, incluso para los estándares ufológicos. Según la versión más común de la historia, José Padilla y Reme Baca, que entonces tenían 9 y 7 años, presenciaron el choque de una nave espacial de casi diez metros de largo en el desierto (...) La historia se basa en los recuerdos, seis décadas después del hecho, de niños muy jóvenes que repiten un cuento sacado directamente de una tira cómica de Flash Gordon o Buck Rogers. La historia del accidente de San Antonio llamó la atención nacional por primera vez en 2003 en un artículo de un periódico, pero luego Paola Harris "investigó" y escribió un libro en 2011 sobre el encuentro, "Born on the Edge of Ground Zero", que lo mejor que puedo decir es que casi no tuvo repercusión. Lo interesante, sin embargo, es que desde el principio esta historia se mezcló de forma impostada con fantasías al estilo de History Channel. Resulta casi doloroso leer los extensos comentarios en el sitio web de The Wanderling, pero el autor explica que su tío fue un aparente tercer testigo -quizás el que Vallée alega que es el "nuevo" testigo que hizo esencial la revisión del libro- que vio el accidente de la nave espacial, y explica con tedioso detalle la posterior participación de su tío en todo tipo de conspiraciones marginales, desde el accidente de Roswell hasta la Piedra Rúnica de Kensington, así como su interés en sus años de juventud por la Piedra del Decálogo de Los Lunas. A lo largo de las muchas páginas de divagaciones, queda bastante claro que tanto el tío como el sobrino están involucrados en un mundo fantástico de la magia y el misterio que sólo tiene una relación tangencial con el mundo material que nos rodea. El tío afirmaba que los platillos volantes estrellados y la Piedra Rúnica compartían un código rúnico secreto que comunicaba mensajes del más allá. Las marcas, según él, eran similares a las utilizadas en los espejos de señalización de emergencia de la época de la Segunda Guerra Mundial y podían utilizarse para apuntar a estrellas específicas. El tío también afirmaba ser amigo de todo el mundo, desde Albert Einstein hasta Allen Ginsberg, y haber sido sometido a un interrogatorio del gobierno. Sus fantasías son muy difíciles de creer. Habrá que esperar al libro de Vallée y Harris para comprobar qué pruebas pueden presentar sobre la veracidad de esta extraña historia, pero su fecha tardía y su conexión con otras afirmaciones pseudohistóricas desmentidas desde hace tiempo no auguran nada bueno. Lo mismo ocurre con la ausencia total de referencias a una nave espacial estrellada en los archivos desclasificados del gobierno. Las Fuerzas Aéreas del Ejército no se habrían visto tan sorprendidas por la oleada de OVNIS de 1947 si ya hubieran estado estudiando a los extraterrestres y una de sus naves durante dos años. En resumen, la historia no tiene sentido contextual. Quizá por eso Vallée está autopublicado su libro en Amazon en lugar de buscar una mayor distribución a través de una editorial profesional». Al igual que Colavito, muchos otros ufólogos creen que Vallée comete un grave error al apostar por la credibilidad de esta historia. Incluso varios investigadores que conocen al célebre investigador de origen galo, han comentado al autor del presente artículo, que dudan seriamente de este movimiento inesperado del autor de «Pasaporte a Magonia».

Por tanto la comunidad ufológica esta poco menos que ojiplática ante este drástico cambio de rumbo del famoso creador del Sistema de Control... Habrá que esperar cuales son esas evidencias sobre el secreto mejor guardado del gobierno estadounidense...






JOSE ANTONIO CARAV@CA


Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.

miércoles, 5 de mayo de 2021

SI EL PENTAGONO ENCONTRARA EVIDENCIAS DEL ORIGEN EXTRATERRESTRE DEL FENOMENO OVNI LO OCULTARIA


 


Eso al menos defiende Cristina Gómez una experta norteamericana en una reciente entrevista. El diario «Daily Star» ha publicado un articulo titulado «'UFO arms race' feared if imminent Pentagon report reveals alien technology exists» (03/05/21) donde recoge las opiniones vertidas por la periodista Cristina Gómez en relación a las últimas informaciones surgidas en torno al fenómeno OVNI y las investigaciones oficiales que pretenden esclarecer su origen: «El Pentágono pronto lanzará un informe bomba sobre los OVNI y un experto ha afirmado que si alguna vez se encontrara una tecnología alienígena superior, podría conducir a una "carrera armamentista". Cristina Gomez, quien dirige el canal OVNI de Paradigm Shifts en YouTube y colabora como productora y presentadora con The Debrief, habló con Daily Star sobre las implicaciones de la tecnología "fuera del mundo" (...) Cristina no cree que el gobierno ofrezca una "divulgación completa" inmediatamente si lograran detectar la presencia de extraterrestres y cree que es muy probable que el informe del Pentágono describa los UAP (fenómenos aéreos no identificados) como resultado de "tecnologías de aviones no tripulados de adversarios extranjeros sospechosos, en lugar de mencionarlos como de origen" fuera del mundo". Cristina afirmó que: "Si un gobierno adquiriera evidencia concreta de que estas naves que vuelan por nuestros cielos y viajan por nuestros océanos son provocados por una o más civilizaciones extraterrestres, sería totalmente prudente por su parte investigar si representan o no un amenaza existencial para nosotros como especie. “Y esta, imagino, sería la primera preocupación urgente que tendrían con respecto a la presencia de tales visitantes en nuestro mundo. 

La periodista Cristina Gómez está siguiendo muy de cerca todas informaciones relacionadas con los OVNIS del Pentágono.



"Puedo imaginar entonces que todo ese material recibiría la clasificación de seguridad más alta durante el proceso de investigación". Cristina teorizó que la tecnología alienígena, si existiera y se encontrara en la Tierra, podría desestabilizar las relaciones globales y conducir a un nuevo tipo de "carrera armamentista". Ella aseguró que: "En este escenario, si tal fuera el caso de que la evidencia concreta consistiera en restos, o al menos en recuperar algunos componentes de tecnología muy superior, entonces lógicamente existiría la preocupación de que dicha tecnología cayera en manos de uno o más de sus adversarios extranjeros."El gobierno en cuestión no solo no querría alertar a otras naciones sobre el hecho de que ahora posee tecnología extraterrestre, sino que también tendría una necesidad repentina de saber si otras naciones también tenían en su poder y estaban estudiando artefactos tecnológicos similares."Podría y sería visto en los niveles más altos como una nueva forma de carrera armamentista militar"».





JOSE ANTONIO CARAV@CA


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lunes, 3 de mayo de 2021

LA GRAN MENTIRA DE LOS OVNIS DEL PENTAGONO: LAS AGENCIAS DE INTELIGENCIA SI CONOCEN EL ORIGEN DEL FENOMENO

 






¿POR QUE LOS IMPLICADOS ESTAN PROMOVIENDO IDEAS CONTRAPUESTAS?

Desde 2017 las informaciones sobre el interés del gobierno estadounidense en el fenómeno OVNI no paran de crecer. Pero a medida que esto ocurre empiezan a florecer numerosas contradicciones y mentiras, demostrando que las autoridades están muy lejos de ser transparentes en su comunicación con la opinión pública. De hecho, ni siquiera la figura de Lue Elizondo, el nuevo adalid de la ufología norteamericana se sustrae a la atmosfera enrarecida que reina en el ambiente. Ya que algunos investigadores comienzan a cuestionarse seriamente el papel que está desempeñando el exagente de inteligencia en toda esta rocambolesca trama de los OVNIS del Pentágono. Y es que las constantes ambigüedades, silencios y contradicciones de Elizondo en sus declaraciones públicas están levantando muchas sospechas entre los estudiosos y periodistas. No en vano, recientemente saltaba la polémica cuando el exdirector del AATIP (Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas) manifestaba en una entrevista que podría estar asesorando al UAPTF (Grupo de Trabajo sobre fenómenos aéreos no identificados) en su informe final que presentará ante el congreso en junio de 2021.  Concretamente decía que: «Si quieren saber si estoy desempeñando algún papel con el gobierno, me desviaré respetuosamente y dejaré que le pregunten al gobierno y que ellos tomen una determinación sobre cuál sería la respuesta adecuada». Pero, cuando el estudioso Adam Kehoe, tal y como refleja en un reporte titulado «Conflict and Contradiction Over Luis Elizondo's Role in AATIP and UAPTF» (29/04/2021) preguntó sobre esta precisa cuestión a las autoridades, la respuesta no dejaba en buen lugar a Elizondo: «La portavoz del Departamento de Defensa, Susan Gough, me dijo en un correo electrónico esta semana que Lue Elizondo "no ha estado involucrado con la UAPTF". Su negación incluyó específicamente consultoría y/o cualquier otro tipo de compromiso». Inmediatamente Kehoe se puso en contacto con Elizondo que respondió a través de un correo electrónico: «Estoy decepcionado pero no sorprendido por la declaración de la Sra. Gough. Como indiqué anteriormente, dejaré que el Gobierno determine el nivel en el que se sienten cómodos discutiendo este tema y cualquier función [en la que] pueda o no estar involucrado. Sin embargo, a medida que salga a la luz más información, espero sinceramente que sus declaraciones algún día se sometan al mismo nivel de escrutinio que las mías». Cierto o  no, este doble juego parece esconder un propósito que aún se nos escapa. Kehoe en su artículo exponía las dudas existentes sobre la función de Elizondo en el AATIP: «El asunto del papel de Elizondo en el AATIP, un estudio gubernamental sobre OVNIS que duró cinco años y que finalizó en 2012, es objeto de considerable controversia. Hablando con Keith Kloor para The Intercept en 2019, el portavoz del Pentágono, Christopher Sherwood, declaró que: «el Sr. Elizondo no tenía responsabilidades con respecto al programa AATIP mientras trabajaba en OUSDI [la Oficina del Subsecretario de Defensa para Inteligencia], hasta el momento en que renunció a partir del 4/10/2017”. Kloor comentó la falta de documentación que respalde las afirmaciones de Elizondo: "Vale la pena señalar que, aunque Elizondo se ha esforzado por proporcionar varios documentos a los periodistas (incluido yo) para establecer su buena fe, no parece haber proporcionado ningún material que valide su conexión con el programa OVNI del gobierno que insiste en que dirigió. Sin memorandos, sin correos electrónicos que discutan los informes o hallazgos, y sin documentación dirigida a él o por él que lo conecte con AATIP». Otros investigadores directamente señalan que no existe constancia documental que corrobore que el AATIP, y Lue Elizondo estuvieran investigando OVNIS durante los años de actividad del grupo (2007/2012). 

 
Desde su meteórica irrupción en la comunidad ufológica norteamericana, Lue Elizondo se ha convertido en un personaje muy ambiguo y controvertido. Y aunque asegura que ya no tiene vínculos profesionales con el Departamento de Defensa ni con la inteligencia estadounidense, resulta tremendamente sospechoso que Elizondo afirme que está colaborando con el UAPTF en la confección del informe OVNI que presentará ante el congreso. Recordar que el exdirector del AATIP se presenta ante el gran público en la pomposa inauguración de la Academia de las Estrellas (TTSA. 2017) de Tom DeLongue para anunciar que, junto a personal de inteligencia y otros destacados especialistas van a ofrecer sustanciales avances en la investigación OVNI. Sin embargo una vez situado en el seno de la comunidad ufológica, y siendo un personaje tremendamente popular y foco de atención mundial, Elizondo abandona sorprendentemente la TTSA (Diciembre. 2020) para anunciar la creación de una nueva organización para el estudio de los OVNIS. Y por su parte la TTSA informa escuetamente a sus socios y simpatizantes que deja a un lado las investigaciones ufológicas para centrarse en el mundo del entretenimiento (Enero. 2021). Esta maniobra parece más bien una orquestada operación de inteligencia para situar a un agente infiltrado dentro del movimiento ufológico estadounidense para controlar tanto la información que circula en su interior como para direccionar las comunicaciones con la prensa. ¿Se creó la TTSA para posicionar a Lue Elizondo en la comunidad ufológica?  (En la imagen aparece en centro, a su derecha Tom DeLonge y a su izquierda el ex-subsecretario adjunto de Defensa Chris Mellon)






Por su parte el senador Harry Reid, con motivo de esta agria polémica, hizo pública una carta (26/04/2021) donde se dejaba claro que Elizondo si estuvo involucrado en el AATIP: «Como líder de la mayoría del Senado de los Estados Unidos, trabajé con el senador republicano Ted Stevens, de Alaska, y el senador demócrata Dan Inouye, de Hawai, para conseguir 22 millones de dólares de financiación para lo que se conocería como el Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP), un esfuerzo de investigación no clasificado pero no publicitado dedicado a estudiar los Fenómenos Aéreos No Identificados.  Como uno de los patrocinadores originales del AATIP, puedo dejar constancia de la participación y el liderazgo de Lue Elizondo en este programa. El Sr. Elizondo es un antiguo oficial de inteligencia que ha pasado su carrera trabajando incansablemente en la sombra en asuntos sensibles de seguridad nacional, incluyendo la investigación de los UAPS como jefe del  AATIP. El desempeñó estas funciones de forma admirable». En un artículo titulado «Feds’ cover-up of UFOs puts US at risk, ex-Pentagon official warns» (30/04/2021) los periodistas Michael Kaplan y Steven Greenstreet publicaron la nota de dimisión de Elizondo de su puesto en el Departamento de Defensa: «Carta de dimisión y jubilación particular. Sr. Secretario; Ha sido para mí un sincero honor y un placer haber servido con algunos de los mejores hombres y mujeres de los Estados Unidos, tanto en tiempos de paz como de guerra. Durante más de 22 años he tenido la suerte de aprender y trabajar con líderes de talla mundial, entre los que se encuentra usted. Con esto en mente, los desafíos burocráticos y las mentalidades inflexibles siguen plagando el departamento a todos los niveles. Esto es especialmente cierto en lo que respecta al controvertido asunto de las amenazas aeroespaciales anómalas. A pesar de las abrumadoras pruebas, tanto a nivel no clasificado como clasificado, algunas personas del Departamento siguen oponiéndose firmemente a que se siga investigando lo que podría ser una amenaza táctica para nuestros pilotos, marineros y soldados, y quizás incluso una amenaza existencial para nuestra seguridad nacional. En muchos casos, parece haber una correlación directa entre la exhibición del fenómeno ante nuestras capacidades nucleares y militares. El Departamento debe tomarse en serio los numerosos relatos de la Armada y de otros Servicios sobre sistemas aéreos inusuales que interfieren con las plataformas de armamento militar y se muestran más allá de las capacidades de la próxima generación. Subestimar o ignorar estas amenazas potenciales no es lo mejor para el Departamento, independientemente del nivel de contención política. Sigue siendo una necesidad vital determinar la capacidad y la intención de estos fenómenos en beneficio de las fuerzas armadas y de la nación. Por esta razón, a partir del 4 de octubre de 2017. Presento humildemente mi dimisión con la esperanza de que les anime a plantear las preguntas difíciles: "¿quién más lo sabe?", "¿cuáles son sus capacidades?" y "¿por qué no estamos dedicando más tiempo y esfuerzo a investigar?". Mientras paso a un nuevo capítulo de mi vida, sepan que ha sido un honor y un privilegio de toda la vida servir con ustedes. Tengan la seguridad de que, no importa a dónde me lleve el camino de la vida. Siempre tendré como principio rector el mejor interés del Departamento y del pueblo estadounidense. Luis D. Elizondo Director de Programas Nacionales Personal de Gestión Especial OUSD(1)» Ante estos mismos periodistas Elizondo admitió que: «Existen algunas personas dentro del Pentágono a las que todavía no les agrado mucho. Creo que están enojados conmigo por la forma en que me fui. Ahora están tratando de sembrar la duda, diciendo que: "No tenía responsabilidades asignadas en el AATIP"».

Pero Kehoe sigue señalando las sombras que se ciernen sobre las actividades de Elizondo y su posible participación en el UAPTF: «A pesar de que el apoyo con respecto a sus afirmaciones sobre el AATIP ha aumentado, siguen existiendo dudas sobre Elizondo. Al afrontar públicamente las expectativas creadas sobre el esperado informe, en la conferencia de prensa, invitó a los periodistas a cuestionarse su rol. Aunque para calibrar con justicia sus comentarios, debe esclarecerse si actúa como un simple observador que ofrece un análisis o si se trata de una parte interesada que está ofreciendo un avance del informe. Las palabras clave contenidas en su respuesta sobre esto fueron "aplazar", "evadir" y "desviar", aunque "evadir" se utilizó en el contexto de una especie de negación preventiva de esa eventual identificación». Kehoe hace hincapié en la gran ambigüedad manifiesta en todos los actores de esta trama: «El problema de fondo es la ambigüedad. Los críticos de las comunicaciones públicas del gobierno encontrarán amplia munición para alimentar sus dudas entre los muchos testigos (con diversos grados de credibilidad individual) que sostienen las proclamas de Elizondo. Y los críticos del Sr. Elizondo hallaran suficientes motivos sus respuestas evasivas y los escasos registros oficiales que detallan su participación. Mientras tanto, el público sigue teniendo muy poca información creíble o documentada con respecto a un posible problema para la seguridad nacional».

Todas las informaciones aparecidas hasta el momento están causando cierta confusión entre la opinión pública que no sabe exactamente que dirección van a tomar las autoridades en su informe final sobre los UAPS (OVNIS). Aunque por el momento, como dato a destacar, ninguna de los documentos, fotografías y filmaciones filtradas por el Departamento de Defensa parecen tener una trascendencia más allá de sembrar mas incertidumbre y debate estéril sobre los OVNIS.






En la conversación con Michael Kaplan y Steven Greenstreet, Elizondo volvió a sacar su habitual repertorio de vaguedades e imprecisiones. Para empezar, mostró su creencia irrefutable en la existencia de estos fenómenos y las reticencias de las autoridades por dar a conocer los hechos: «Los ovnis existen, pero el gobierno no quiere que usted lo sepa». Incluso detalla el momento justo en que supo de la realidad de los OVNIS: «Fue un momento sagrado: “Oh, Dios mío, es real. Bueno, joder, ahora tenemos que hacer algo al respecto».  Kaplan y Greenstreet señalan que no todo el mundo parecía estar de acuerdo en valorar la importancia de las investigaciones del AATIP: «Sin embargo, Elizondo no ha podido lograr que los federales actúen sobre lo que él describe como un grave riesgo para la seguridad nacional debido a una letanía de barricadas, incluido el encubrimiento de la existencia de los OVNIS debido a objeciones religiosas, preocupaciones sobre empañar la reputación y temores de incitar al pánico público». Y es que Elizondo insiste en afirmar que dentro de la elite del Departamento de Defensa existe un grupo de personas, con fuertes convicciones religiosas católicas, que no quiere que se investigue el tema OVNI porque lo considera diabólico.

Lo más sorprendente es que, aunque en otras entrevistas Elizondo ha señalado sin tapujos que los OVNIS pueden provenir de otra dimensión, descartando que tengan algo que ver con una tecnología desarrollada en nuestro planeta, ante los reporteros del «New York Post» oscila contantemente entre ambas posibilidades: «Al rememorar sus años en el Pentágono, Elizondo recuerda que su mayor preocupación en relación a los OVNIS no se basaba en el miedo a que fueran extraterrestres. Se centraba en los enemigos terrestres de los Estados Unidos: "Estábamos por detrás de la curva de poder", como resultado de que los jefes militares estaban haciendo la vista gorda a los fenómenos inexplicables. "Sabíamos que los adversarios extranjeros de otros países están interesados en este tema. Así que surge un verdadero problema desde el punto de vista de la seguridad nacional"». Pero inmediatamente Elizondo vuelve a contradecirse en su siguiente respuesta: «Esta es una conversación sobre alguien, en algún lugar, que se exhibe más allá de la tecnología de la próxima generación, que permite que las naves vuelen sin alas o sin tener una construcción obvia de aeronavegabilidad, en nuestro espacio aéreo controlado. Y no hay mucho que podamos hacer al respecto (…) [Estas] cosas no tienen alas, ni cabinas, ni superficies de control, ni remaches en el fuselaje, ni signos obvios de propulsión, y de alguna manera son capaces de desafiar los efectos naturales de la gravedad de la Tierra. ¿Cómo es posible?». Y en otro giro argumental imprevisible Elizondo vuelve a esgrimir en otro momento de la entrevista la omnipresente conjetura terrestre por enésima vez: «Supongamos que se trata de algún tipo de tecnología adversaria o extranjera que durante varias décadas ha logrado superarnos y evadir a las 18 agencias de la comunidad de inteligencia. Eso sería una falla de inteligencia que eclipsa casi cualquier otra cosa que este país haya enfrentado». No hace falta ser un especialista en inteligencia para ver que el planteamiento de Elizondo no es congruente con una información detallada como la que dicen disponer sobre el fenómeno OVNI. De lo contrario, no se explica que después de investigar durante varios años aún tengan dudas sobre cuestiones tan básicas. Como si lo que en realidad quisiera Elizondo es soltar una bomba humo para cubrir todas las opciones posibles y que nunca se sepa a ciencia cierta hacia donde se dirige el exdirector del AATIP. Y es que a raíz de las declaraciones de Elizondo desde 2017 se pueden extraer hasta 5 posibles hipótesis:

1.- Los OVNIS son aeronaves espías de una potencia extranjera.

2.- Los OVNIS son prototipos secretos estadounidenses.

3.- Los OVNIS provienen de otras dimensiones.

4.- Los OVNIS son extraterrestres.

5.- Los «OVNIS» son aeronaves fabricadas por alguna nación que tras investigar seriamente este fenómeno ha sido capaz de replicar la tecnología de los genuinos OVNIS.


 

¿QUE ES LO QUE NO CUADRA EN ESTA TRAMA?

Parece poco probable, por no decir imposible, que los estudios emprendidos por el gobierno estadounidense en los últimos 70 años sobre el fenómeno OVNI no hayan podido determinar con cierta rotundidad si estamos ante el despliegue de una tecnología terrestre o si nos enfrentamos a otra cosa totalmente diferente.  El interminable listado de hipótesis que se está poniendo sobre la mesa no parece tener más objetivo que confundir a la opinión pública y sembrar un poco de caos. Tampoco parece muy sensato que después de 7 décadas de incesante y continua investigación OVNI oficial, en los amplios archivos de todas estas agencias de inteligencia estadounidenses no exista ni una sola evidencia gráfica de mayor calado, que las mostradas o filtradas hasta el momento. Y es que, todo el material que ha trascendido a los medios de comunicación en los últimos tiempos es insuficiente para convencer a los escépticos, y ni tan siquiera satisface a los devotos creyentes. De hecho, todas estas supuestas evidencias son objeto de interminables y tediosos debates con el único propósito de determinar, no si es una prueba de peso de la existencia de los OVNIS que sería lo lógico en estas circunstancias teniendo en cuenta la categoría de la fuente emisora de la información, sino, exclusivamente para dilucidar si la imagen corresponde a un OVNI en su sentido más literal, o por el contrario se trata de un globo de feria, un pájaro o un drone. Como vemos los argumentos que se colocan sobre la mesa de los analistas indican que las pruebas de por sí, antes de ponerle siquiera la lupa, carecen por completo de valor. Cuando lo mínimo que se espera, es que las autoridades en consecuencia con la supuesta gravedad del asunto, faciliten una imagen o filmación de estos fenómenos a corta distancia o al menos donde los objetos aparezcan enfocados, para eliminar debates que llevan décadas sin ofrecer ningún avance. Sin embargo, nada de lo mostrado en estas filtraciones se ajusta, ni muchísimo menos, a un verdadero índice de extrañeza de tal calibre como para dejar al personal sin palabras.  ¿No existen pruebas que avalen la realidad extrahumana del fenómeno OVNI aparte de fotos tomadas con móviles o filmaciones nada claras o movidas?


Indudablemente las autoridades norteamericanas tienen que conocer si los OVNIS son prototipos terrestres o algún tipo de fenómeno desconocido. No parece sensato que después de 70 años investigando este paradigma aún no hayan resuelto esta básica cuestión.




Pero las incongruencias no terminan ahí. También parece poco factible que el AATIP no haya podido salir de ese limbo indeterminado donde lo mismo hablan de drones y aviones espías de última generación como de naves de otras dimensiones y de extraordinarias capacidades aeronáuticas imposibles de realizar para nuestra tecnología. Obviamente ambos conceptos están en los extremos de las posibles respuestas teóricas de este asunto, y no es lógico que un comité de expertos baraje a la vez estas dos posibilidades. Al menos tienen que tener claro estos mínimos indicios sobre la naturaleza del fenómeno. De lo contrario sería como admitir que ni los recursos de inteligencia ni la tecnología de la que dispone los Estados Unidos es capaz de saber si lo que ven sus pilotos es un globo o una mota de polvo en la cabina. No les interesa acabar con el debate, ni en un sentido ni en otro. Promueven la confusión a conciencia. Por lo tanto, o mienten o no se está contando toda verdad de lo que se traen entre manos. Si Elizondo, que ha investigado el tema para el Pentágono, asegura que la realidad del fenómeno OVNI es incuestionable y que su origen puede estar en otras dimensiones, no puede desdecirse continuamente y retomar la posibilidad de una amenaza extranjera. Esta postura dual delata que Elizondo no está siendo honesto en sus respuestas y que juega a sabiendas con en dos frentes distintos enarbolando ambas banderas. Y es que se pasa por alto, sin darle el justo alcance que merece, que muchos de los informes a los que alude frecuentemente Elizondo pertenecen al siglo pasado, por lo que la probabilidad de las incursiones furtivas de una nación de nuestro planeta cae bajo su propio peso (por no hablar que eluden mencionar informes sobre aterrizajes OVNIS o visión de humanoides como si estos no tuvieran nada que ver con la cuestión que nos ocupa).  No hay que olvidar que en el citado reportaje de «New York Post» se mencionaba la existencia de metamateriales recuperados por el gobierno de accidentes OVNIS: «Si alguien se pregunta si el gobierno de los Estados Unidos es plenamente consciente de que existen los ovnis, Elizondo elimina toda duda. Cuando se le preguntó sobre si las autoridades estadounidenses tenían restos físicos de naves estrelladas, proporcionó una respuesta que ningún otro funcionario actual probablemente expresaría: “Me preguntaron si creo que el gobierno de los EE. UU. está en posesión de [OVNIS] y dije: "Sí. Eso creo. Y eso es todo lo que estoy dispuesto a decir". (Elizondo, quien está atado a un acuerdo de confidencialidad de por vida con el gobierno, se encuentra en una delgada línea entre lo que puede revelar y lo que no puede)». Sobre este mismo asunto el exsenador Harry Reid en una entrevista para «The New Yoker» titulada «Former Sen. Harry Reid thinks Lockheed Martin may have UFO fragments» (30/04/2021) confirmó al periodista Tamar Lapin la existencia de estos restos de OVNIS en poder del gobierno: «Me dijeron durante décadas que Lockheed tenía algunos de estos materiales recuperados. Y traté de conseguir, según recuerdo, una aprobación clasificada por el Pentágono para poder ver este material. No lo aprobaron. No sé cuáles eran todos los números, qué tipo de clasificación era, pero no me la dieron». El exdirector de la CIA R. James Woolsey también quiso valorar todas las informaciones aparecidas en torno a los OVNIS y no dudo en afirmar que: «No soy tan escéptico como hace unos años, por decirlo suavemente, pero está ocurriendo algo que sorprende a una serie de aeronaves de vanguardia y a pilotos experimentados». Y uno de sus sucesores en la famosa agencia de inteligencia, John Brennan, afirmó que era «presuntuoso y arrogante» creer que no hay otras formas de vida más que las de la Tierra: «Creo que algunos de los fenómenos que vamos a ver siguen siendo inexplicables y podrían, de hecho, ser algún tipo de fenómeno que es el resultado de algo que todavía no entendemos y que podría implicar algún tipo de actividad que algunos podrían decir que constituye una forma de vida diferente». Por su parte John Ratcliffe Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, entre mayo de 2020 y el 20 de enero de 2021 fue más explicto cuando contestó a la periodista Maria Bartiromo (19/03/2021): «Cuando hablamos de avistamientos, nos referimos a objetos que han sido vistos por pilotos de la Armada o de las Fuerzas Aéreas, o que han sido captados por imágenes de satélite que, francamente, realizan acciones que son difíciles de explicar; movimientos que son difíciles de reproducir, y para los que no tenemos la tecnología, o que viajan a velocidades que sabes que superan la barrera del sonido sin que se produzca una explosión sónica. Así que, en resumen, hay cosas que observamos que son difíciles de explicar. Y por lo tanto, usted sabe, que hay realmente un buen número de ellos, y creo que esa información se está reuniendo y se publicará de una manera que el pueblo estadounidense pueda verla». Después de leer esto, parece una tomadura de pelo de proporciones bíblicas que aún se siga insistiendo por parte de las autoridades que desconocen el origen de estas aeronaves y que continúan investigando. Una cosa es desconocer ciertos detalles complejos del fenómeno, que es admisible, y otra muy diferente admitir públicamente desconocer si se tratan de aeronaves terrestres u otra cosa. Esta cuestión ya tiene que estar meridianamente aclarada después de años de estudio. No se puede decir un día que los OVNIS podrían ser drones chinos y al siguiente promover la idea de que son objetos procedentes de otras dimensiones o que no estamos solos en el universo. Esto es un auténtico disparate. Y más cuando Lue Elizondo en una entrevista con la periodista Cristina Gómez (03/04/2021) aseveró que: «No estamos tratando con drones en absoluto. No son drones, no tenemos ni idea de lo que son». Por tanto, las continuas contradicciones sobre este asunto son un sinsentido que demuestra que se está ocultando información o se esta llevando a cabo una operación de desinformación encubierta con algún propósito oscuro. 

Lo único que parece claro en la actualidad es que las autoridades han lanzado una moneda al aire que contempla dos hipótesis contrapuestas; la terrestre y la desconocida. Pero siempre manteniendo el suspense entre el público como una buena película de Hollywood. Pero finalmente ¿Cuál de las dos variantes promoverán en su ansiado informe?


También hay que destacar que entre toda la información filtrada en los últimos años por las autoridades norteamericanas no existen referencias explicitas a los encuentros cercanos con OVNIS. De hecho no existen menciones ni a aterrizajes OVNIS, ni por supuesto a la visión de extraños ocupantes, como si este tipo de incidentes no estuvieran relacionados con el paradigma ufológico. Lo curioso es que todos los actores que han participado de la trama de los OVNIS del Pentágono han sido muy precavidos para no mencionar siquiera la palabra platillos volantes o rememorar algunas de las investigaciones mas complejas llevadas por la USAF en la época dorada del fenómeno OVNI. Del discurso de los expertos parece dilucidarse que el paradigma que a ellos les preocupa es nuevo y que nada tiene que ver con estas historias. Por lo que cobra mayor fuerza la posibilidad de que culpen a alguna nación de planeta de ser la responsable de estos avistamientos.

Si el esperado informe que ofrecerá el UAPTF se decanta por la hipótesis terrestre, o sea acusando a alguna nación de nuestro planeta de ser la causante de los avistamientos, es muy probable que el genuino fenómeno OVNI sufra un fuerte varapalo para su credibilidad pública. Y es que, tanto la mayoría de los medios de comunicación como la comunidad científica confiaran plenamente en el contenido de esta investigación. 




No debemos pasar por alto que todos los participantes en las informaciones aparecidas sobre los OVNIS del Pentágono desde 2017, desde el senador Marco Rubio, Joseph Gradisher, Chris Mellon hasta el propio Elizondo, han utilizado en algún momento el argumento de la amenaza para seguridad nacional para resaltar uno de los aspectos más llamativos del fenómeno. Por lo que no sería nada extraño que en la esperada respuesta que ofrecerá el UAPTF en junio de 2021 se indicara que los OVNIS son un grave riesgo para los Estados Unidos y que habría que seguir invirtiendo en la industria armamentística para no quedar a la cola por la supremacía militar del planeta. Y es muy posible que el dedo acusador de los analistas del Departamento de Defesa estadounidense en vez de señalar a las estrellas o a otras dimensiones, culpen de una manera u otra a alguna potencia extranjera de estar detrás de estos avistamientos. Al menos eso es lo que se atisba en el horizonte. Pero lo que tenemos claro es que los servicios secretos norteamericanos conocen desde hace tiempo el origen de los OVNIS. Lo que al final admitan o no, es harina de otro costal…






JOSE ANTONIO CARAV@CA


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