miércoles, 20 de enero de 2021

OVNI MITOLOGIA DE UNA EMERGENCIA: HACIA UNA COMPRENSION GLOBAL Y SOCIAL DE LO OVNI, LO CULTURAL Y LO INAPRENSIBLE

 




«OVNI Mitología de una emergencia» (Guante Blanco. 2020), de Pablo Vergel y Félix Ruiz Herrera es un libro fascinante que navega por océanos poco frecuentados por la mayoría de los ufólogos, los derivados de la sociología, pues temen toparse con los terribles bordes imaginados por el terraplanismo y precipitarse al abismo. Y es que ambos autores evitan a conciencia y con suma valentía y destreza intelectual los convencionalismos y tópicos de la literatura OVNI para brindar un renovado enfoque sobre el fenómeno, utilizando unas armas poco convencionales en estas menesteres, la antropología, la sociología y la psicología. Pero no lo hacen, ni mucho menos, para menospreciar a los platillos volantes y a sus ocupantes para relegarlos al cajón de las alucinaciones o los engaños, sino para esbozar una inquietante y desestabilizadora posibilidad; Que los OVNIS puedan ser, en cierta medida, un constructo cultural conformado con las mismas raíces de mitos ancestrales, o sea, un folclore en formación. Y para ello no dudan en demoler si es preciso algunos pilares de la ufología clásica, revelando una obviedad, obviada con demasiada frecuencia, detrás de los OVNIS hay ufólogos...

Vergel y Ruiz sugieren que los OVNIS, y no se refieren solamente a las erráticas luces nocturnas, habitan en un limbo indeterminado donde se alimentan del rumor y la perplejidad para erigirse en una existencia liminal y poco concretada, disfrutando de una asombrosa ambigüedad, donde nunca queda esclarecido si son reales o ficticios, si son físicos o psíquicos. Sin son el cuerpo o la sombra.

Para ambos estudiosos esta claro que una buena parte del paradigma ufológico es fruto de composiciones y artificios humanos que se han solapado a unas experiencias de alta extrañeza (que no intentan explicar) de las que se han informado desde hace mucho tiempo. Estos encuentros de «ruptura» con la realidad ordinaria siempre han estado huérfanas de entendimiento y estudio más allá de la heterodoxia o la religiosidad, y las personas que las han vivenciado, siempre han intentado revestirlas de «realidad», arropándolas bajo determinadas etiquetas y nombres. Como si al reconocerlas bajo unas siglas o nombres dejaran de ser impenetrables y desconocidas, y pudieran ser transmitidas a otras personas y tener un hueco en la sociedad. Y es que, mientras carecen de bautismo, parece que estos relatos no tienen asideros en nuestra cultura para escalar posiciones. 

Al igual que escribió en su día el genial Carl Jung, los dos autores forteanos creen que los OVNIS, al margen de su posible realidad (o de los fenómenos extraños en general, que, repito no entran a valorar), poseen una importante carga mitológica/sociológica que podía originar imprevisibles repercusiones en el cosmos mental de la humanidad. Y es que en las paginas de esta enriquecedora obra, los autores demuestran que desafiando a las publicaciones ortodoxas sobre OVNIs, donde se autoriza y canoniza lo que puede o no puede ser considerado sacro en la fe de la hipótesis extraterrestre, existía, como en un dimensión paralela, otra ufología. Otro modo de enfocar los OVNIS. Una trastienda olvidada tras los bastidores donde quedaba claro que ciertos aspectos que han dado forma a este pintoresco universo han sido configurados sobre el rumor y la cultura popular. Los casos plantillas tal y como definen los estudiosos podrían contener interesantes pistas de como se arma este mito moderno.

De hecho, quizás uno de los aspectos mas controvertidos y a la par demoledores de su obra, es que destripan como hemos interpretado los OVNIs, en su mas amplio sentido, tomando en cuenta muchos casos casos que son fruto de malinterpretaciones, mentiras y engaños deliberados por parte de los ufólogos de turno que los han utilizado para sus propios intereses. 

Pero a la vez, estos mismos incidentes parecen que han servido como caldo de cultivo para que encontráramos un marco cultural adecuado en el que dar sentido (cuerpo y vida) a estas manifestaciones. Como si existiera una retroalimentación abierta, en ambos sentidos, entre el fenómeno y el constructo ideado por los ufólogos, y entre la ciencia ficción y la ufología. Pero no se detienen en efectuar una breve comparativa sino que bucean hasta las profundidades para encontrar los resortes que pueden poner en funcionamiento estos complejos engranajes sociológicos que aún están muy lejos de ser explicados como meros contagios alucinatorios (histerias colectivas).

Y en eso «OVNI Mitología de una emergencia», creo que da un paso al frente al contrario de otras obras que abordan el desciframiento de los OVNIS a través de lo psicosocial, ya que Vergel y Ruíz ofrecen pautas y modelos que nos pueden ayudar a comprender mejor, y en un contexto, partes de este gigantesco puzle. Porque queda claro en sus disquisiciones que lo psicosocial (en su mas amplio sentido) es tangencial, cuando no protagonista en muchas facetas de este loco e inclasificable paradigma. Por ello, creo que la lectura de sus páginas es de casi obligada referencia para todos los investigadores y estudiosos, para recomponer nuestra visión actual del fenómeno OVNI, y para comprender al margen de otros aspectos, que la investigación que hemos utilizado como plantilla para nuestras divagaciones, ha estado repleta de sesgos y condicionantes que han dibujado, si cabe, un marco aún mas complejo del que teníamos entre manos. 

Quizás una de las conclusiones que mas desasosiego me ha producido la lectura de este este libro es comprobar, una vez más, que para muchos investigadores, el fin, cualesquiera que fuera, parecía justificar los medios... 

La ufología no deja de ser en cierta medida una autentica obra alquímica producto de muchos autores, tanto escépticos como creyentes, que han utilizado los ingredientes y formulas a su conveniencia para llegar a conseguir la trasmutación del plomo en oro. Cada uno desde su particular parcela de pensamiento, desde su sesgo, intenta añadir, quitar o complementar los huecos ciegos que nos deja el fenómeno OVNI. Por lo que los OVNIS no dejan de ser algo parecido a los espejos de una atracción de feria, que deforma y distorsiona nuestro propio reflejo convirtiéndolo en algo, muchas veces, inaprensible. Pablo Vergel y Félix Ruiz Herrera solo se equivocan en una cosa, afirman repetidamente que no dan respuestas pero creo que se acercan mucho a la realidad de un fenómeno que nos sigue dando esquinazo.. aunque cada vez parece mas acotado.






JOSE ANTONIO CARAV@CA

 

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martes, 12 de enero de 2021

¿COMIENZA LA CUENTA ATRAS PARA CONOCER LA VERDAD SOBRE LOS OVNIS?





La pandemia provocada por el COVID-19 ha cambiado el mundo en tan solo un año. Pero las repercusiones del virus van más allá de las miles de muertes que están provocando y el caos económico generalizado. Cuando el aún presidente Donald Trump firmó en diciembre el proyecto de ley para aprobar las cuentas y ayudas por el coronavirus por valor de 2,3 billones de dólares, comenzó también una particular cuenta atrás. En el mismo ejercicio fiscal para 2021, se indicaba que las agencias de inteligencia estadounidenses disponían de 6 meses para entregar al Congreso todo lo que saben sobre los OVNIS. El director de Inteligencia Nacional y el secretario de Defensa serán los encargados de realizar este tramite, y ofrecer un completo informe sobre los denominados "fenómenos aéreos no identificados" a los comités de inteligencia y servicios armados del Congreso. Ese informe debe contener análisis detallados de datos e inteligencia sobre el fenómeno OVNI recopilados por la Oficina de Inteligencia Naval, el "Unidentified Aerial Phenomena Task Force" (prolongación del AATIP) y el FBI, según la directiva del comité de inteligencia del Senado.

El informe también deberá esclarecer e identificar correctamente cualquier amenaza potencial para la seguridad nacional y evaluar si alguno de estos fenómenos aéreos no identificados están provocados por potencias extranjeras (aviones espías, drones, etc.). Aunque se asegura que toda la información entregada por los servicios de inteligencia estará sin clasificar, se reservan el derecho de agregar un anexo clasificado.







JOSE ANTONIO CARAV@CA

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sábado, 2 de enero de 2021

OVNIS AÑO ZERO: ELIZONDO Y MELLON “RESETEAN” LA UFOLOGIA EN CANAL HISTORIA

 








Desde la irrupción de los famosos OVNIS del Pentágono la ufología norteamericana ha experimentado un giro inesperado e imprevisto en los últimos años. Y es que, junto a la aparición de los polémicos videos de la marina, entraron en escena varios personajes como Lue Elizondo y Chris Mellon que comenzaron a erigirse como los nuevos adalides y altavoces de los ufólogos estadounidenses acaparando todo el interés mediático. Pero sus conclusiones sobre el fenómeno ovni estaban cargadas de ideas que ya se creían superadas y olvidadas por la comunidad ovni internacional. Lo primero que llamaba la atención, es que, para desmarcarse un poco de los ufólogos convencionales, preferían utilizar las siglas UAP (Fenómenos Aéreos Inexplicables) antes que los términos más comunes y trillados como OVNIS o platillos volantes. Sin embargo, aunque no lo dijeran abiertamente, era obvio que sus investigaciones estaban orbitando sobre el mismo paradigma que durante tantos años han intentado desvelar cientos de investigadores antes que ellos. Pero, aun así, evitaban a conciencia mencionar la palabra «extraterrestre» en sus discursos, para intentar que sus proclamas parecieran arropadas por el pragmatismo y escepticismo científico. Otro aspecto que destacó pronto en todas sus intervenciones fue que inmediatamente asociaron estos fenómenos aéreos no identificados con una posible y peligrosa amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. Volvieron a sacar del cajón preguntas de principios de los años cincuenta obsoleta ¿quién o qué pilotaba estas aeronaves con total impunidad sobre el espacio aéreo más restringido y vigilado del mundo? ¿eran una potencial amenaza para la nación más poderosa del planeta? Y es que en sus exposiciones dejaban entrever que estas aeronaves desconocidas podían ocultar algún plan siniestro y maquiavélico contra toda la humanidad que había que desvelar de una vez por todas para evitar una invasión o acción bélica que desencadenara un conflicto a gran escala. Inesperadamente Elizondo y Mellon, en pleno siglo XXI, volvieron a resucitar viejos fantasmas del pasado como la posible la invasión extraterrestre. Evidentemente este planteamiento sortea e ignora por completo, o no quiere relacionar, que los UAP que estudia la marina y este grupo de investigadores, son los mismos fenómenos que supuestamente llevan apareciendo desde 1947 por todo el mundo. O al menos no lo quieren reconocer explícitamente, porque en otras afirmaciones dejan entrever que se enfrentan a un fenómeno que lleva cientos de años manifestándose (¿!). 

Mellon y Elizondo en muy poco tiempo se han convertido en dos referentes de la investigación OVNI en los Estados Unidos.





Las ambigüedades e imprecisiones a la hora de afrontar algunas cuestiones son una constante en los planteamientos de ambos investigadores. Por tanto, a estas alturas de la película, y con todos los antecedentes que duermen en los archivos de los ufólogos, suponer que los OVNIS son una terrible amenaza o que son un peligro para los pilotos de combate es desconocer por completo los antecedentes del paradigma. Y es que parece que estos investigadores consideran que el fenómeno OVNI se ha originado hace tan solo unos pocos años y que lo ocurrido en las últimas décadas no tiene nada que ver con lo que ellos investigan. ¿Por qué son los OVNIS ahora mismo más peligrosos que hace 2 o 3 décadas? ¿En qué ha cambiado la cosa? ¿Acaso antes no eran una amenaza? Su argumentos parecen olvidar que hasta la fecha, pese a los múltiples incidentes protagonizados por pilotos militares y comerciales, no se ha podido determinar, ni mucho menos, que estas apariciones sean peligrosas ni amenazantes para la aviación. Y todas estas líneas de pensamiento se hacen muy patentes en la serie documental «Unidentified: Inside America's UFO Investigation» de Canal Historia, donde Elizondo y Mellon ofrecen su particular perspectiva sobre el fenómeno ovni, sin mostrar una profunda reflexión sobre la verdadera dimensión de la información que tienen entre las manos. Ya que ambos investigadores se limitan a especular una y otra vez, de manera muy superficial, sobre la naturaleza y objetivos de los OVNIS bajo el exclusivo enfoque de la defensa y la inteligencia militar, como si estuvieran haciendo frente a una amenaza inminente. Por ejemplo, en la serie hablan de dos incidentes ufológicos ocurridos durante la Guerra del Vietnam en 1970 y en la guerra de Kosovo en 1999, para intentar demostrar que los OVNIS siguen muy de cerca los conflictos bélicos y están vivamente interesados en «espiar» las actividades del ejército estadounidense. Del mismo modo en otro de los capítulos señalan la existencia de muchos sucesos OVNIS protagonizados por objetos de forma triangular que han sido observados por casi todos los estados norteamericanos. Sus conclusiones son nuevamente igual de previsibles en su contexto de amenaza continua. Para Elizondo y Mellon, estos objetos estarían realizando una misión de «mapeo» o escaneo del terreno, cartografiando detenidamente la orografía del planeta e incluso, especulan, podrían estar reconociendo el subsuelo terrestre. Para mayor desconcierto de propios y extraños, afirman sin tapujos que la forma triangular de estos artefactos «espías» es la más idónea para cartografiar, fotografiar o documentar en 3 dimensiones la superficie de la Tierra. 


Para los investigadores norteamericanos los misteriosos triángulos negros observados por distintas partes de los Estados Unidos estarían cartografiando la Tierra.




De nuevo para estos estudiosos, tanto la existencia de avistamientos en campos de batallas como los vuelos de estos sigilosos objetos triangulares suponen una seria y desconcertante provocación para los Estados Unidos. No en vano no se cansan de aseverar que los OVNIS están sobrevolando zonas muy sensibles y delicadas como centrales nucleares y bases militares con unas intenciones que desconocemos por completo. ¿Significa esto que desde 1947 los ovnis no han tenido tiempo de escanear nuestro planeta? Lo que se deduce de las investigaciones de Elizondo y Mellon es que ambos han reiniciado, a su conveniencia, el fenómeno OVNI desde cero, ignorando por completo todo lo estudiado y publicado hasta la fecha. Todas sus pesquisas versan sobre el enfoque geopolítico y militar considerando que los OVNIS son un asunto serio que requiere el máximo interés del ejército y los políticos de su país. Para estos ufólogos solo existe un limitado y explícito círculo de casos sobre los que sustentan sus tesis. Tampoco es extraño que se refieran continuamente a las supuestas capacidades técnicas de estas aeronaves sugiriendo que de su estudio podría surgir una extraordinaria tecnología para fortalecer su industria armamentista. Escuchando estas aseveraciones es como si de repente, hubiéramos retrocedido 70 años en el tiempo, y volviéramos al punto de inicio en 1947, cuando se empezó a recelar del incipiente fenómeno de los platillos volantes, considerando que podría tratarse de una funesta amenaza para los Estados Unidos, ya fueran seres venidos del espacio exterior o prototipos de origen soviético. ¿Ha avanzado algo la ufología ofrecida por Elizondo y Mellon con respecto a lo que conocíamos sobre el fenómeno ovni? ¿Por qué evitan referirse a los aterrizajes ovnis? ¿Dónde quedan los cientos de avistamientos y encuentros con ovnis que no encajan con sus hipótesis sobre la amenaza desconocida? ¿Por qué ese interés enfermizo en demostrar que los ovnis pueden ser potenciales enemigos de los Estados Unidos? Lo más curioso es que estas propuestas han sido secundadas y aplaudidas por otros estudiosos y ufólogos que se han unido ciegamente a esta nueva cruzada respaldada por la vorágine mediática sin precedentes ocasionada por la repercusión de los ovnis del Pentágono. Aunque lo único que queda claro, es que este enfoque quiere suprimir de un plumazo todo lo conocido hasta la fecha, como si nada hubiera sucedido desde 1947. Ni siquiera parecen tener en cuenta las diferentes comisiones de estudio sobre el fenómeno ovni emprendidas por el gobierno estadounidense que desde finales de los años cuarenta han intentado establecer el origen de estas manifestaciones ¿acaso no tienen los servicios de inteligencia norteamericanos una idea de que son los ovnis después de todo este tiempo transcurrido? ¿Es lógico o sensato defender la idea de la amenaza extraterrestre después de 70 años de avistamientos? ¿Por qué precisamente ahora habrían decidido los ovnis atacar a los Estados Unidos? ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo? Además, lo que realmente se desprende de las ideas de Elizondo y Mellon es que quieren rediseñar la ufología, regurgitando viejos modelos y miedos, para tengan cabida sus teorías belicistas. Y todo para continuar indagando en una línea que nunca ha llevado a ninguna parte... pero en la que por el contrario se han invertido millones de dólares. Resulta sorprendente que en 2020 las investigaciones aparentemente más prometedoras sobre el fenómeno ovni estén replanteándose el argumentario casi desde cero, lo que es una inequívoca señal de que el asunto es mucho más confuso de lo que parece a simple vista. Todo lo que no sea profundizar en cuestiones más complejas y determinantes del paradigma, como se ha demostrado a lo largo del tiempo, terminara derivando en discusiones y polémicas estériles sin ofrecer sustanciales avances. Esperemos que no tengamos que volver una vez más al punto de inicio…






JOSE ANTONIO CARAV@CA 


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