sábado, 2 de enero de 2021

OVNIS AÑO ZERO: ELIZONDO Y MELLON “RESETEAN” LA UFOLOGIA EN CANAL HISTORIA

 








Desde la irrupción de los famosos OVNIS del Pentágono la ufología norteamericana ha experimentado un giro inesperado e imprevisto en los últimos años. Y es que, junto a la aparición de los polémicos videos de la marina, entraron en escena varios personajes como Lue Elizondo y Chris Mellon que comenzaron a erigirse como los nuevos adalides y altavoces de los ufólogos estadounidenses acaparando todo el interés mediático. Pero sus conclusiones sobre el fenómeno ovni estaban cargadas de ideas que ya se creían superadas y olvidadas por la comunidad ovni internacional. Lo primero que llamaba la atención, es que, para desmarcarse un poco de los ufólogos convencionales, preferían utilizar las siglas UAP (Fenómenos Aéreos Inexplicables) antes que los términos más comunes y trillados como OVNIS o platillos volantes. Sin embargo, aunque no lo dijeran abiertamente, era obvio que sus investigaciones estaban orbitando sobre el mismo paradigma que durante tantos años han intentado desvelar cientos de investigadores antes que ellos. Pero, aun así, evitaban a conciencia mencionar la palabra «extraterrestre» en sus discursos, para intentar que sus proclamas parecieran arropadas por el pragmatismo y escepticismo científico. Otro aspecto que destacó pronto en todas sus intervenciones fue que inmediatamente asociaron estos fenómenos aéreos no identificados con una posible y peligrosa amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. Volvieron a sacar del cajón preguntas de principios de los años cincuenta obsoleta ¿quién o qué pilotaba estas aeronaves con total impunidad sobre el espacio aéreo más restringido y vigilado del mundo? ¿eran una potencial amenaza para la nación más poderosa del planeta? Y es que en sus exposiciones dejaban entrever que estas aeronaves desconocidas podían ocultar algún plan siniestro y maquiavélico contra toda la humanidad que había que desvelar de una vez por todas para evitar una invasión o acción bélica que desencadenara un conflicto a gran escala. Inesperadamente Elizondo y Mellon, en pleno siglo XXI, volvieron a resucitar viejos fantasmas del pasado como la posible la invasión extraterrestre. Evidentemente este planteamiento sortea e ignora por completo, o no quiere relacionar, que los UAP que estudia la marina y este grupo de investigadores, son los mismos fenómenos que supuestamente llevan apareciendo desde 1947 por todo el mundo. O al menos no lo quieren reconocer explícitamente, porque en otras afirmaciones dejan entrever que se enfrentan a un fenómeno que lleva cientos de años manifestándose (¿!). 

Mellon y Elizondo en muy poco tiempo se han convertido en dos referentes de la investigación OVNI en los Estados Unidos.





Las ambigüedades e imprecisiones a la hora de afrontar algunas cuestiones son una constante en los planteamientos de ambos investigadores. Por tanto, a estas alturas de la película, y con todos los antecedentes que duermen en los archivos de los ufólogos, suponer que los OVNIS son una terrible amenaza o que son un peligro para los pilotos de combate es desconocer por completo los antecedentes del paradigma. Y es que parece que estos investigadores consideran que el fenómeno OVNI se ha originado hace tan solo unos pocos años y que lo ocurrido en las últimas décadas no tiene nada que ver con lo que ellos investigan. ¿Por qué son los OVNIS ahora mismo más peligrosos que hace 2 o 3 décadas? ¿En qué ha cambiado la cosa? ¿Acaso antes no eran una amenaza? Su argumentos parecen olvidar que hasta la fecha, pese a los múltiples incidentes protagonizados por pilotos militares y comerciales, no se ha podido determinar, ni mucho menos, que estas apariciones sean peligrosas ni amenazantes para la aviación. Y todas estas líneas de pensamiento se hacen muy patentes en la serie documental «Unidentified: Inside America's UFO Investigation» de Canal Historia, donde Elizondo y Mellon ofrecen su particular perspectiva sobre el fenómeno ovni, sin mostrar una profunda reflexión sobre la verdadera dimensión de la información que tienen entre las manos. Ya que ambos investigadores se limitan a especular una y otra vez, de manera muy superficial, sobre la naturaleza y objetivos de los OVNIS bajo el exclusivo enfoque de la defensa y la inteligencia militar, como si estuvieran haciendo frente a una amenaza inminente. Por ejemplo, en la serie hablan de dos incidentes ufológicos ocurridos durante la Guerra del Vietnam en 1970 y en la guerra de Kosovo en 1999, para intentar demostrar que los OVNIS siguen muy de cerca los conflictos bélicos y están vivamente interesados en «espiar» las actividades del ejército estadounidense. Del mismo modo en otro de los capítulos señalan la existencia de muchos sucesos OVNIS protagonizados por objetos de forma triangular que han sido observados por casi todos los estados norteamericanos. Sus conclusiones son nuevamente igual de previsibles en su contexto de amenaza continua. Para Elizondo y Mellon, estos objetos estarían realizando una misión de «mapeo» o escaneo del terreno, cartografiando detenidamente la orografía del planeta e incluso, especulan, podrían estar reconociendo el subsuelo terrestre. Para mayor desconcierto de propios y extraños, afirman sin tapujos que la forma triangular de estos artefactos «espías» es la más idónea para cartografiar, fotografiar o documentar en 3 dimensiones la superficie de la Tierra. 


Para los investigadores norteamericanos los misteriosos triángulos negros observados por distintas partes de los Estados Unidos estarían cartografiando la Tierra.




De nuevo para estos estudiosos, tanto la existencia de avistamientos en campos de batallas como los vuelos de estos sigilosos objetos triangulares suponen una seria y desconcertante provocación para los Estados Unidos. No en vano no se cansan de aseverar que los OVNIS están sobrevolando zonas muy sensibles y delicadas como centrales nucleares y bases militares con unas intenciones que desconocemos por completo. ¿Significa esto que desde 1947 los ovnis no han tenido tiempo de escanear nuestro planeta? Lo que se deduce de las investigaciones de Elizondo y Mellon es que ambos han reiniciado, a su conveniencia, el fenómeno OVNI desde cero, ignorando por completo todo lo estudiado y publicado hasta la fecha. Todas sus pesquisas versan sobre el enfoque geopolítico y militar considerando que los OVNIS son un asunto serio que requiere el máximo interés del ejército y los políticos de su país. Para estos ufólogos solo existe un limitado y explícito círculo de casos sobre los que sustentan sus tesis. Tampoco es extraño que se refieran continuamente a las supuestas capacidades técnicas de estas aeronaves sugiriendo que de su estudio podría surgir una extraordinaria tecnología para fortalecer su industria armamentista. Escuchando estas aseveraciones es como si de repente, hubiéramos retrocedido 70 años en el tiempo, y volviéramos al punto de inicio en 1947, cuando se empezó a recelar del incipiente fenómeno de los platillos volantes, considerando que podría tratarse de una funesta amenaza para los Estados Unidos, ya fueran seres venidos del espacio exterior o prototipos de origen soviético. ¿Ha avanzado algo la ufología ofrecida por Elizondo y Mellon con respecto a lo que conocíamos sobre el fenómeno ovni? ¿Por qué evitan referirse a los aterrizajes ovnis? ¿Dónde quedan los cientos de avistamientos y encuentros con ovnis que no encajan con sus hipótesis sobre la amenaza desconocida? ¿Por qué ese interés enfermizo en demostrar que los ovnis pueden ser potenciales enemigos de los Estados Unidos? Lo más curioso es que estas propuestas han sido secundadas y aplaudidas por otros estudiosos y ufólogos que se han unido ciegamente a esta nueva cruzada respaldada por la vorágine mediática sin precedentes ocasionada por la repercusión de los ovnis del Pentágono. Aunque lo único que queda claro, es que este enfoque quiere suprimir de un plumazo todo lo conocido hasta la fecha, como si nada hubiera sucedido desde 1947. Ni siquiera parecen tener en cuenta las diferentes comisiones de estudio sobre el fenómeno ovni emprendidas por el gobierno estadounidense que desde finales de los años cuarenta han intentado establecer el origen de estas manifestaciones ¿acaso no tienen los servicios de inteligencia norteamericanos una idea de que son los ovnis después de todo este tiempo transcurrido? ¿Es lógico o sensato defender la idea de la amenaza extraterrestre después de 70 años de avistamientos? ¿Por qué precisamente ahora habrían decidido los ovnis atacar a los Estados Unidos? ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo? Además, lo que realmente se desprende de las ideas de Elizondo y Mellon es que quieren rediseñar la ufología, regurgitando viejos modelos y miedos, para tengan cabida sus teorías belicistas. Y todo para continuar indagando en una línea que nunca ha llevado a ninguna parte... pero en la que por el contrario se han invertido millones de dólares. Resulta sorprendente que en 2020 las investigaciones aparentemente más prometedoras sobre el fenómeno ovni estén replanteándose el argumentario casi desde cero, lo que es una inequívoca señal de que el asunto es mucho más confuso de lo que parece a simple vista. Todo lo que no sea profundizar en cuestiones más complejas y determinantes del paradigma, como se ha demostrado a lo largo del tiempo, terminara derivando en discusiones y polémicas estériles sin ofrecer sustanciales avances. Esperemos que no tengamos que volver una vez más al punto de inicio…






JOSE ANTONIO CARAV@CA 


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2 comentarios:

  1. pues tienes razon en lo que escribes....¿ amenaza?, con la tecnologia que tienen nos hubiesen pulverizado hace no decadas si no siglos....ademas no hace falta tener armas " exoticas" para quedarse con el planeta ...un simple virus muy letal como la peste negra en motandad o mucho mas y en pocos años aqui " no queda ni el tato"...esta claro que lo que quieren en desviar la opinion sobre el tema intentando convencer que es un pais extranjero el que tiene esta tecnologia...algunos ovnis triangulares podrian ser suyos sí, como el TR3-B pero ¿todos.....?
    Un saludo.

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    1. El fenómeno OVNI sigue siendo inexplicable, incluso con el TR3-B y otros prototipos similares...

      saludos

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