jueves, 22 de agosto de 2024

IMMINENT: RESUMEN Y ANALISIS DEL LIBRO DE LUE ELIZONDO


 




En cualquier otro contexto alejado del circo ufológico (dicho esto con todo el respeto), un libro como IMMINENT (2024) repleto de denuncias de encubrimiento oficial seria tomado muy en serio. Y seria tomado en serio porque su el autor es ni más ni menos que un exagente de la DIA, involucrado, hasta el tuétano, en la investigación gubernamental del tema UAP/OVNI  durante años. La mayoría de los medios hablarían del mayor escándalo de todos los tiempos.  No en vano, Lue Elizondo gozaba de altas credenciales de seguridad y podía acceder a muchas informaciones y tenía envidiables contactos al más alto nivel científico, militar, político y de inteligencia relacionados con los UAPs (fenómenos anómalos no identificados). Pero por desgracia, en el resbaladizo terreno de la ufología no es tan fácil. Y las palabras sin peso, se las lleva el viento.

Pero vayamos por partes. Muchos aficionados y estudiosos de habla hispana aún no conocen el contenido de este esperado manuscrito y haremos un recorrido por su páginas, tanto para analizar como para informar. El libro, es una rara avis, ya que se mueve entre dos géneros literarios, creo que con no demasiada fortuna. La parte autobiográfica, es una especie de diario de abordo con pinceladas a brocha gorda de su pasado, con una pequeña oda a su hoja de servicios militares y constantes  alusiones a su amor patriótico. Y por otro lado, la parte que nos interesa, el ensayo, aunque con pinceladas interesantes (que veremos a continuación) y afirmaciones contundentes, adolece de estructura documental o al menos referenciada con un poco de mayor rigurosidad que esté a la altura de lo expresado. Su entrada en el universo de los UAPS es casi accidental y requerido en primeras instancias para tareas de seguridad y control de la información, aunque poco a poco fue ampliando por su curiosidad. Según menciona el propio Elizondo uno de los primeros sucesos que le despierta el interés es el conocido e inquietante evento sucedido en Colares (Brasil): “Me enteré de que a mediados de la década de 1970, durante varios años consecutivos, la gente que vivía a lo largo de la costa del noreste de Brasil notó extrañas luces y aviones que sobrevolaban sus pequeños pueblos y aldeas por la noche. Los objetos variaban en tamaño, desde orbes del tamaño de una pelota de béisbol hasta enormes aviones que parecían poder transportar a los ocupantes de una ciudad entera. Discos voladores, esferas, triángulos, cilindros: la variedad de objetos abarcaba toda la gama. Los ciudadanos de estas aldeas rurales no estaban acostumbrados a la iluminación nocturna más allá de las luces de los coches y camiones que pasaban. Ahora, de repente, un aldeano que camina para visitar a un vecino después del anochecer podría verse bañado por el brillo de algo enorme que flotaba en el cielo. Durante siglos, los seres humanos de todo el planeta han informado de este tipo de cosas. Pero en Brasil, estos fenómenos voladores parecían estar dirigidos a seres humanos. La gente informó haber sido perseguida por un orbe amarillo. Después de varios metros de persecución, la luz se volvió azul antes de lanzar una desagradable explosión similar a un láser que quemó a las víctimas o las dejó inconscientes. Otras personas afirmaron que aeronaves flotantes intentaron levantarlos del suelo (con redes y ganchos) y arrastrarlos hacia los barcos. ¿Fueron estos ganchos y redes una metáfora de alguna tecnología avanzada como un rayo tractor, o en realidad se estaban utilizando herramientas primitivas como ganchos y redes? Todo me parecía tan extraño".

Y comienza a deducir ciertas cosas que posteriormente amplia con respecto a los ocupantes: “En algunos casos, los testigos lograron vislumbrar a sus atacantes. Las descripciones de los ocupantes de estos vehículos de otro mundo se dividieron en dos tipos. Entidades que parecían ser humanoides adultos, altos y pálidos, y otros seres con cabezas desproporcionadamente grandes y cuerpos frágiles de aproximadamente tres o cuatro pies de altura. Como supe más tarde, esas dos descripciones (los llamados nórdicos y grises) encajan en el perfil de supuestos extraterrestres observados en innumerables encuentros cercanos en todo el mundo. Si se trataba de alguna forma de histeria colectiva, entonces había estado afectando a todo el mundo durante décadas”.

En Kuwait en 2003, Lue Elizondo vive un extraño episodio que ahora en su despacho del AATIP adquiere un nuevo significado. Todo comienza cuando es reclamado para examinar  dos tanques de combate que han sufrido un extraño ataque que ha perforado su blindaje de manera sorprendente: “El rayo reveló un pequeño agujero perforado en el lado blindado del tanque. Perfectamente redondo, sin bordes ásperos. Superficialmente, no vi signos de abrasión por calor o vitrificación del metal. Inclinó la linterna. El agujero atravesó el cuerpo del tanque y salió por el otro lado […] Era como si alguien hubiera usado un cuchillo de juntar muy afilado para tomar una muestra del vehículo. La única pista que teníamos procedía de un pastor de cabras, un beduino que había cuidado su rebaño durante la noche. Le dijo a la Policía Militar que había visto un destello verde brillante en el cielo nocturno, directamente sobre los tanques.” Un aspecto que ha llamado la atención de EMMINENT es la labor Lue Elizondo en un proyecto secreto de visión remota de la mano el oficial de inteligencia Eugene “Gene” Lessman y donde obtuvo grandes logros sin dificultad: “Con la práctica, mejoré. Más tarde llevaría conmigo las técnicas que aprendí a tareas posteriores. Después de un tiempo, la visualización remota se convirtió en algo natural para mí. Pude ponerme en la zona sin ningún tipo de protocolo o ritual”.  Otro preámbulo anómalo en su biografía. Pero volvamos al AATIP. Elizondo habla de su estrecha relación con el agente de la CIA  William “Will” Livingston que se convierte en su sombra durante sus pesquisas sobre UAPS, al que define de la siguiente manera: "formó parte de todos los programas que eran demasiado sensibles para ser reconocidos públicamente, de ahí su participación".

Las revelaciones comienza a calentarse cuando recita el legendario memorando de Wilson/Davis como si fuera un texto sagrado redactado por Eric Davis (uno de los habituales del AAWSAP/AATIP), donde una charla entre dos personas se transforma en una revelación casi divina. En la década de 1990, Eric tuvo una conversación con el vicealmirante Thomas R. Wilson, entonces Director de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, sobre un programa ultra secreto centrado en recuperar y aplicar ingeniería inversa a vehículos de origen desconocido. Eric resumió esta confesión en un memorando de 13 páginas, que compartió con colegas afines, incluido el Dr. Edgar Mitchell, el astronauta, guardó este documento en su caja fuerte, la cual fue abierta tras su muerte, revelando el contenido del memorando al público. El documento detalla la existencia de un programa secreto financiado por los contribuyentes estadounidenses sin supervisión adecuada: “Descubrió que el contratista era parte de un programa extremadamente secreto centrado en recuperar y aplicar ingeniería inversa a vehículos avanzados estrellados de origen desconocido y no fabricados por humanos. Me enteré de que el programa más amplio se conoce como Programa Legado e involucra a varios elementos del gobierno de los EE. UU. y de contratistas de defensa de los EE. UU. Los contratistas tomaron posesión de los restos y la seguridad que rodeaba a estos proyectos era más que ultrasecreta”. Y este es el principio del problema del libro de Elizondo. En cuanto comienzan a llegar rumores y viejas historias al AATIP, deciden emprender una vía paralela a la encuesta de informes de pilotos de combate donde primaba el rigor científico. En este apartado las iniciales dudas ya no existían y Elizondo y el AATIP compran por completo el relato de la conspiración ovni que lleva circulando más de 70 años por los mentideros de la comunidad ufológica norteamericana. El relato construido en torno a esta rumorología no tiene límites: “El memorándum es aterrador en muchos niveles. El contribuyente estadounidense ha estado pagando la factura de estas recuperaciones y los posteriores análisis y esfuerzos de ingeniería inversa, pero sin una supervisión adecuada del Congreso”. Y todo porque Elizondo y compañía asumen que todo que se cuenta en estos papeles es verdad. Y en esta vía, no es de extrañar que aparezca otro clásico. Roswell: “Fue entonces cuando comencé a aprender sobre la historia secreta del gobierno de Estados Unidos con la UAP. En los albores de la era nuclear, los UAP comenzaron a aparecer en mayor número y, en ocasiones, colapsaron. Roswell fue uno de esos incidentes… Un UAP cayó ese día en las proximidades de una instalación de pruebas del gobierno en Nuevo México y se dividió en dos lugares del accidente. Al principio, los investigadores del gobierno asumieron que la nave Roswell era de otra nación, posiblemente algún tipo de misión de reconocimiento que salió mal. Pero en cuestión de horas, el ejército estadounidense se dio cuenta de la verdad: estas naves no fueron hechas por humanos. Se planteó la hipótesis de que el UAP que se estrelló en Roswell había estado realizando algún tipo de reconocimiento de nuestro incipiente programa atómico cuando sucedió lo inesperado. Un pulso electromagnético generado desde uno de los campos de pruebas cercanos intervino inadvertidamente con la tecnología de la nave y provocó que se estrellara”. El exdirector del AATIP da veracidad al episodio de Roswell e incluso asegura que conocen los motivos que llevaron al accidente, un fuerte impulso electromagnético que podría ser utilizado como arma contra los UAPS: “De cualquier manera, si los UAP todavía son vulnerables a la interrupción por un EMP, podríamos, en teoría, provocar otro accidente intencionalmente para recuperar la nave. Pero a estas alturas quizá ya sepan que nosotros sabemos esto. Si alguna vez empleáramos un arma de este tipo contra estas naves, nos preocupa que sería visto como un acto de guerra o una provocación. Pero, ¿las incursiones en nuestro espacio aéreo más restringido no eran ya un acto de guerra? ¿Una provocación?” Resulta muy delatador, si hacemos memoria, ya que el discurso público de Elizondo en sus primeros años de carrera ufológica pretendía ser objetivo, barajando continuamente la posibilidad de que, quizás, los misteriosos avistamientos que estaban investigando fuesen provocados por algún prototipo secreto ruso o chino, mientras que en la mesa de trabajo diario en el AATIP tenía las convicciones extraterrenas más presentes. Para enfatizar su postura, ante la ausencia de pruebas, Elizondo recurre constantemente, en las páginas de su libro, a una fuerte campaña de descredito por parte de las autoridades para que no se conozca la verdad no humana de los platillos volantes. Por tanto, desde casi un inicio, en el AATIP, estaban convencidos de la realidad extraordinaria de los fenómenos que estaban investigando. Otra constante en IMMINENT es la supuesta relación entre los UAPS y los emplazamientos nucleares. Por ello menciona el suceso del bosque de Rendlesham y comenta que a veces los testigos de eventos importantes son sometidos a interrogatorios para alterar sus recuerdos: “Desde entonces, algunos de los militares han revelado lo que sucedió en esa habitación. Se les dijo que nunca hablaran de lo que vieron, se les administró algún tipo de droga y se les hipnotizó, presumiblemente para distorsionar sus recuerdos”. Lo nuclear, junto al despliegue de UAPS en las proximidades de zonas de  maniobras militares es interpretado como como amenaza para la seguridad nacional y como un ariete para derribar el ferrero hermetismo de la cúpula de la DIA que se resiste a valorar la importancia de la cuestión UAP. Y confirmando las sospechas de la procedencia no humana del fenómeno, Elizondo asegura que otras naciones tienen el mismo conocimiento que ellos: “Estaba claro que otras naciones se habían hecho muchas de las mismas preguntas sobre los orígenes de los visitantes espaciales. Lo sabemos gracias a la inteligencia extranjera que se ha filtrado hasta nosotros. Un contacto me mostró un pequeño folleto ruso con mapas que señalaban la ubicación de dos accidentes a lo largo de los Montes Urales”. Elizondo afirma que las investigaciones del AATIP interesaban en el Departamento de Defensa: “Inicialmente, el equipo AAWSAP/AATIP disfrutó de un buen grado de apoyo por parte de los líderes de la DIA. Los memorandos enviados y enviados por el teniente general Michael Maples y el subdirector Robert Cardillo inicialmente se referían al esfuerzo en términos positivos. Tuve el privilegio de leer yo mismo algunos de los comentarios de estos informes. Mientras Jim Lacatski y sus contratistas hacían circular resúmenes ejecutivos, las respuestas por correo electrónico que recibían a través de servidores internos seguros eran infaliblemente positivas”. Pero todo empezó a torcerse cuando los informes de Jim Lacatski comenzaron a reflejar cosas como estas: “Un día llegué a la oficina de nuestro grupo y encontré a Jim y a un par de personas más analizando ideas para un gráfico que Jim había concebido. En la parte superior había escrito la palabra Dios. En la parte inferior estaban los humanos. En el medio estaban los Ángeles. Ahí es donde la conversación se enredó. Si consideráramos esta posibilidad como una posibilidad, habría que plantearse ciertas preguntas hipotéticas. ¿Los ángeles estaban a medio camino entre los humanos y Dios?”. El problema estriba que estas especulaciones se incluyeron en informes oficiales: “Jim se negó a perder el foco en el alcance general de AAWSAP/AATIP, ya que sentía que todo estaba interrelacionado. Sintió que si podía mostrar al liderazgo de la DIA y del Departamento de Defensa los resultados de sus esfuerzos, cualquier individuo racional vería el valor de continuar con sus investigaciones anómalas. El único problema: el informe que Jim quería compartir con el liderazgo incluía palabras como arcángeles, ángeles, demonios y reino espiritual. Un puente, o dos, demasiado lejos para la mayoría”. Y Elizondo se cuestiona aún como comenzaron los supervisores de la DIA a desconfiar de sus trabajos, y más que él mismo no estaba convencido de incluir estas arriesgadas y nada científicas suposiciones: “Desafortunadamente, la atmósfera actual dentro de DIA era ahora hostil a este trabajo, y si queríamos tener alguna posibilidad de éxito, necesitábamos ajustar nuestro mensaje·”. Pero ya era tarde. El AATIP estaba herido de muerte ante sus revisores. A estos niveles se esperaría un peldaño más, ya sea por el lado de las pruebas o la documentación.

Por el camino de su exposición, Elizondo menciona el asunto de los extraños orbes luminosos llegando a conclusiones desconcertantes por su aparente rotundidad: “Me sorprendió la frecuencia con la que estos orbes han sido reportados, ya sea por pilotos comerciales o militares o por testigos en el terreno, particularmente alrededor de campos de pruebas militares e instalaciones militares sensibles de Estados Unidos […] La clasificación de estos orbes realmente varía bastante. Los hay de diferentes colores y tamaños; Algunos de los colores reportados fueron blanco, amarillo, azul, rojo y verde. Los informes que he visto sugirieron que los orbes azules en particular tenían una consecuencia biológica muy negativa, lo que significa que si te acercabas a uno de ellos, podías sufrir lesiones”. Elizondo cree que las pequeñas esferas luminosas de color azul son perjudiciales para la salud humana y que otras orbes pueden ser equipos de reconocimiento. Sus propios encuentros con esferas luminosas es sorprendente en esta trama digna de una película de espionaje: “Me sorprendió descubrir que muchos de mis colegas y yo comenzamos a experimentar de primera mano algunos de estos orbes en nuestros hogares. De hecho, mi esposa era completamente escéptica sobre todo esto, hasta que vio con sus propios ojos un orbe en nuestra casa. Teníamos un largo pasillo principal en la casa, y una noche una pelota verde y brillante, probablemente del tamaño de una pelota de baloncesto, con bordes suaves que no estaban definidos, flotó lentamente desde la cocina hasta la puerta de nuestro dormitorio, justo por debajo de la altura del techo. , luego desapareció en una pared. Con la esperanza de que Jenn lo viera, me volví hacia ella y noté la expresión de perplejidad en su rostro. De hecho, lo vio durante los diez segundos completos que estuvo en nuestra casa. En otra ocasión, los niños informaron haber visto aparecer un orbe en el aire, flotar cerca de ellos durante unos segundos y luego alejarse flotando. Describieron lo que habían visto lo mejor que pudieron, primero a mi esposa y nuevamente a mí cuando les pregunté. Su descripción hizo que se me helara la sangre. El objeto era tridimensional pero aún translúcido y estaba bañado por una espeluznante luz verde. El objeto se comportó como guiado por alguna inteligencia. Se estacionó en el aire, luego se alejó por el pasillo antes de desaparecer por completo. ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Se enviaron estas cosas sondas para inspeccionar mi casa? ¿Se estaba utilizando algún tipo de tecnología adversaria para realizar vigilancia contra mi familia y contra mí? O peor aún, ¿fue todo esto parte del problema de la UAP? ¿Quizás otra inteligencia más avanzada nos estaba investigando a mí y a mis colegas porque sabían que los estábamos investigando a ellos? ¿O todo presagiaba algo más siniestro?”. Y de nuevo remata sus comentarios con una información escueta pero fascinante: “Will Livingston, el consultor médico del equipo, también había estudiado un caso de orbes azules que atravesaban el cuerpo de una mujer y la enfermaban. En Skinwalker Ranch, dos perros propiedad de un ranchero persiguieron un orbe azul en el campo, solo para desaparecer con un aullido, dejando nada más que dos manchas de grasa en la artemisa que contenía restos de la biología de los dos perros: el cuerpo”. El tema de las lesiones es llamativo y parece contrastado: “Desafortunadamente, varios miembros de nuestro equipo (excluyéndome a mí) experimentaron efectos biológicos graves que resultaron en problemas médicos que pusieron en peligro sus vidas. Estos efectos biológicos también se extendieron a los miembros de su familia, incluidos sus hijos. Si bien no puedo entrar en detalles aquí, me enteré de militares y oficiales de inteligencia que sucumbieron a sus heridas y perdieron la vida debido a los efectos biológicos de los encuentros con UAP”.  Sin duda conocer estos detalles choca de frente con ese Elizondo prudente y dubitativo que aparecía en los medios de comunicación frecuentemente.

Y en este viaje que nos propone el exdirector del AATIP nos encontramos con los implantes que supuestamente los ocupantes de los UAPS colocan a los humanos: “Una vez manejé yo mismo uno de estos implantes, que me proporcionó un hospital del Departamento de Asuntos de Veteranos, donde se lo habían extraído a un miembro del servicio militar estadounidense que se había topado con un UAP. El material, no más largo ni más ancho que la articulación de uno de los dedos, parecía más bien un microchip encapsulado por una cubierta viscosa de tejido semitranslúcido. Se parecía mucho al nácar. Bajo el microscopio, de alguna manera todavía se movía. El médico planteó la hipótesis de que tenía su propio metabolismo. AAWSAP/AATIP también había obtenido fotografías de este tipo de objetos diminutos de pilotos militares extranjeros vivos. Algunas de las muestras que se han extraído de individuos supuestamente fueron enviadas a varias instituciones médicas, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Institutos Nacionales de Salud y un centro de investigación del ejército estadounidense en Fort Detrick en Maryland, donde algunos de los virus más mortales están bajo llave y bajo la atenta mirada de guardias armados […] Escuché historias similares cuando investigué implantes extraídos de soldados que por lo demás estaban sanos. Los médicos tuvieron que esforzarse mucho para precisar y recortar los objetos. Con mi experiencia en microbiología, estaba perplejo de cómo objetos altamente móviles como estos podían moverse sin crear un camino devastador de destrucción de tejido dentro del cuerpo humano. ¿Dónde estaba la respuesta de los glóbulos blancos? ¿Dónde estaba la destructiva cascada inmune? Sabía desde que estudié los tripanosomas en la Universidad de Miami que cada vez que estas espiroquetas se movían debajo de la piel, provocaban una enorme respuesta inmune. ¿Dónde quedó esta respuesta con respecto a los implantes? […] Los médicos informaron haber detectado el implante en movimiento, pero no hubo signos evidentes de destrucción de la vía. Como un bombardero furtivo, el implante se movía sin ningún rastro o firma, casi como si evadiera el movimiento natural”. Extraídos del cuerpo, señala Lue Elizondo, estos pequeños artilugios perdían energía hasta que dejaban de moverse. De nuevo informaciones increíbles sin más aportes.

Una parte interesante del libro menciona estudios clínicos para determinar si existen causas fisiológicas que promuevan, faciliten o produzcan estos encuentros con los UAPS: “A primera vista, Garry [Noñan] coincidió con Will en que todas estas personas habían sufrido cicatrices cerebrales. Me dijeron que esto es lo que los médicos llaman enfermedad de la sustancia blanca porque las cicatrices aparecen blancas en las imágenes médicas. Después de revisar los archivos, Garry notó algo más. Los 105 pacientes tenían alto funcionamiento y coeficiente intelectual alto. Todos tenían una parte del cerebro sobredesarrollada conocida como caudado-putamen. Esta es el área del cerebro que muchos investigadores han comenzado a asociar con la intuición, aunque algunos científicos propusieron el vínculo ya en la década de 1960 […] En otras palabras, algunas personas con un putamen caudado más grande eran como supercomputadoras orgánicas, capaces de procesar más datos que la persona promedio y ser más perceptivo ante cosas que la mayoría de la gente no percibiría o no podría percibir […] Incluso se podría inferir que sus putamens caudados habían otorgado a estas personas algo así como un sexto sentido. Sus cerebros eran como antenas que les permitían sintonizar ciertos misterios del universo [….] Nolan soñaba con hacer algunos estudios de ADN sobre una cuestión más importante. A su modo de ver, el caudado-putamen era el "hardware" que permitía a estos cerebros realizar su trabajo. El ADN fue el modelo para el hardware. Si pudiéramos obtener los permisos adecuados de los pacientes y proponer el tipo de estudio adecuado, tal vez podríamos identificar un gen que predispusiera a una persona a una mayor intuición, capacidad psíquica y, sí, tal vez incluso atracción por los UAP”. Esta idea se unió a otra tambien sugestiva: “Lo más interesante para mí fue el descubrimiento de Will y Garry de la conexión con los pueblos indígenas de América del Norte. Resultó que casi todas las personas en los estudios de Will (funcionarios militares y de inteligencia con capacidades de visión remota y/o encuentros con UAP y efectos biológicos) tenían ADN de nativos americanos. Específicamente, sangre Cherokee”. En esta misma linea de pensamiento, sobre la propulsión de los UAPS, Elizondo introducía un extraño pero no desconocido concepto entre los ufólogos: “Por estas y otras razones, algunos investigadores piensan que los pilotos de estos UAP poseen habilidades psíquicas altamente evolucionadas. ¿Pero existe una posibilidad más profunda? ¿Qué pasaría si una mayor conciencia y la manipulación física de la realidad fueran componentes críticos del sistema de propulsión del avión? Suena como algo sacado del manual Jedi: una fuente de energía integral al universo que es inherentemente inteligente y puede mantener a los aviones volando. Desde un punto de vista científico, no comparto necesariamente esta idea, pero tampoco se puede descartar”.

Y tras estos aportes que invitan a la reflexión Elizondo regresa de cabeza a la teoría de la conspiración: “Varios de los altos funcionarios con los que trabajé finalmente me dijeron que cuando uno de mis colegas trabajó en la CIA algunas décadas antes, le entregaron un informe/autopsia oficial de la disección de un cuerpo no humano que se recuperó de un UAP estrellado no especificado. Este colega me pidió que no usara su nombre. El informe afirmaba que el cerebro no tenía circunvoluciones (la parte exterior arrugada del cerebro). Más bien, lo que se describió fue una superficie lisa, similar a la de los animales de menor funcionamiento aquí en la Tierra. También describía un intestino y un hígado unidos y un corazón de tres cámaras, como los reptiles. El autor de la autopsia llegó a la conclusión de que el cadáver no parecía tener la capacidad cerebral necesaria para diseñar y crear aviones capaces de una maniobrabilidad tan sorprendente. Se postuló que podría ser una especie de autómata biológico, creado por algo más con un intelecto superior.” Y es que Elizondo cree que los extraterrestres bajos y de gran cabeza podrían ser productos de laboratorio (unos clones) elaborados por los humanoides altos para realizar ciertas labores: “algunos investigadores y “experimentadores” han especulado que una especie, los llamados extraterrestres nórdicos, ha creado a las especies menores, llamadas los Grises, como sus secuaces para hacer el trabajo sucio”.

De nuevo el abismo de la especulación. Pero Elizondo cree que ha dado en hueso con el programa Legado y busca evidencias por tierra, mar y aire: “Nos dijeron específicamente que un contratista de defensa, asociado con el Programa Legado, estaba en posesión de materiales UAP de origen no humano, fabricados por alguna civilización de algún planeta distante. Cuando Jay fue a preguntar por nosotros, el contratista reconoció que sí, que estaban en posesión de este material. Dijeron que nos darían acceso a él, pero primero necesitábamos obtener permiso del secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos […] Ya sabíamos o sospechábamos que un puñado de empresas aeroespaciales habían sido autorizadas a aceptar y conservar para siempre cualquier tecnología extraterrestre que llegara a manos del gobierno de Estados Unidos.”. Pero todo cae en saco roto. Una constante en el AATIP. Siempre que se abre una puerta se cierran dos. Y Elizondo señala a la USAF como encubridora de la verdad: “Ahora sabíamos que la Fuerza Aérea había sido durante mucho tiempo un actor clave en los esfuerzos de Legado y este contratista probablemente se divirtió mucho al enviarnos a esta estúpida misión. En realidad, no tenían intención de darnos esto. Fue un recordatorio directo del poder del complejo militar-industrial y específicamente de su poder cuando se trata del programa Legado UAP”. Pero Elizondo da nombres: “Altos funcionarios me dijeron continuamente y de manera confidencial que grandes compañías aeroespaciales han sido parte del Programa Legado para recuperar y aplicar ingeniería inversa a los materiales del accidente. Los grandes nombres incluyeron Lockheed Martin, TRW, McDonnell Douglas, Northrop Grumman, Boeing, Raytheon, BAE Systems y Aerospace Corporation, todos los cuales han sido durante mucho tiempo miembros principales del complejo militar-industrial estadounidense. También me dijeron que Monsanto, una corporación de biotecnología absorbida por Bayer en 2018, puede haber estado involucrada históricamente, probablemente tratando con especímenes biológicos […] finalmente, después de presionar incansablemente, me enteré de que las muestras biológicas no humanas se habían movido muchas veces y algunas ahora estaban en Fort Detrick, Maryland, o en la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.” Una curiosidad del libro. Sin explicar cómo sabe esto al detalle, Elizondo detalla que desde 1947, cuando se inició el Programa Legado solo algunos presidentes de EE. UU. han sido informados sobre el tema, pero sin recibir todos los detalles. Los presidentes que han sido informados en alguna medida incluyen a Truman, Eisenhower, JFK, LBJ, Carter, Reagan, George HW Bush y Trump. Carter, conocido por su curiosidad, reveló la existencia del programa psíquico Stargate a los medios. Nixon no fue completamente conocedor del asunto debido a su imprevisibilidad, aunque se cree que vio imágenes de cuerpos no humanos. Ford no fue informado, probablemente debido a su enfoque en la crisis de Watergate, aunque tenía experiencia previa con los UAP. Reagan, quien estaba fascinado por el tema, promovió la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), también conocida como "Star Wars", que posiblemente tenía vínculos con los UAP además de las armas nucleares. Se dice que Reagan incluso sugirió a Mikhail Gorbachev, líder de la URSS, que EE. UU. y la URSS deberían cooperar en caso de una invasión extraterrestre: "tengo razones para creer que [a Nixon] le mostraron imágenes de cuerpos no humanos" concluye Elizondo.

Tambien destaca, en el tono general del libro, la propuesta de Hal Putthof (otro habitual del AAWSAP/AATIP) sobre el funcionamiento de los UAPS cuando afirma que estas naves operan dentro de una "burbuja" que las aísla de la gravedad y altera el espacio-tiempo del entorno. Esta burbuja permite que las naves realicen maniobras imposibles para la tecnología convencional, como acelerar instantáneamente o volar sin motores ni alas. Los ocupantes de la nave experimentan el tiempo de forma normal, pero para un observador externo, la nave parece moverse a velocidades extremas. Además, la burbuja distorsiona la luz y otras formas de radiación, lo que dificulta la detección de los UAP y causa que las imágenes aparezcan borrosas. Esta distorsión también puede explicar los efectos biológicos adversos en los testigos que se acercan demasiado a la nave, debido a la exposición a radiación alterada. La teoría sugiere que la burbuja elimina la fricción y la resistencia, permitiendo a la nave moverse sin esfuerzo a través de diferentes medios, como el aire, el agua o el espacio. También se postula que la burbuja afecta la percepción del tiempo y el tamaño de la nave, haciendo que estas naves parezcan más misteriosas y desafiantes para nuestras leyes físicas.

Llegando a conclusiones, Elizondo baraja tres opciones para las intenciones de nuestros escurridizos visitantes: “1.- Los visitantes son benévolos y no quieren interferir con nuestra existencia. Sólo quieren seguir utilizando la Tierra como estación galáctica para los recursos naturales. O, posiblemente, sean tan benévolos que esperan salvarnos de nosotros mismos. 2.- Son malévolos; están aquí para quitarnos y aparecerán en grandes cantidades en el futuro. 3.- . Son neutrales; Al igual que los humanos, pueden hacer tanto el bien como el mal y esperan observarnos y aprender de nosotros”.

Pero cuando el AATIP pierde fuelle, para conseguir financiación e interés de sus superiores el grupo ideó un plan para atraer UAPS a una determinada zona para estudiarlos. La denominada operación "Interloper" consistía en utilizar un grupo de portaaviones nucleares como cebo para atraer a los UAPS. La estrategia era desplegar portaaviones, destructores, submarinos y otros activos nucleares en un área específica del Atlántico, creando una atracción irresistible para estos objetos. Con la trampa preparada, se dispondrían activos encubiertos de recolección de datos cerca del área. Cuando apareciera un UAP para investigar, se activarían todos los recursos de inteligencia para recopilar información crucial sobre ellos. Pero esta “trampa” no se puso en práctica.

La parte mas desastrosa y con un evidente desconocimiento de lo que ha ofrecido el fenómeno UAP en los últimos 77 años es cuando Lue Elizondo intenta argumentar, con escasa fortuna, la posibilidad de una potencial amenaza insinuando incluso que podemos estar al borde de una invasión "extraterrestre": "Todo lo que hemos visto en el siglo XX podría ser el preludio de una invasión. Es una posibilidad que no podemos ignorar". Sin duda esto solo se puede interpretar dentro del interés, por diversas razones, para fomentar una nueva narrativa que poco o nada tiene ver con la realidad de los informes.

El capítulo final concluye con un llamado a la acción digno de un líder incitando a la tropa antes de la batalla. Y para ello Elizondo instan al público a exigir transparencia y a participar en la construcción de un futuro en el que la humanidad reconozca que no estamos solos en el universo. El autor cree sinceramente que, si tomamos las decisiones correctas, podemos avanzar hacia un futuro más unido y consciente de nuestra posición en el cosmos.

Y llegamos al final de esta crónica, no sin advertir al interesado que el libro IMMINENT contiene muchas más cosas, como los problemas de Elizondo dentro de la DIA, sus luchas internas, sus dificultades económicas, su infancia traumática, una versión poco ilustrativa de los tres famosos videos UAP del NYT, el incidente de Socorro, su pertenencia a la TTSA de Tom Delongue, su amistad con Christopher Mellon, Harry Reid o Robert Bigelow, además de decenas de detalles más que pueden servir para componer, o al menos intentarlo, la intrahistoria del AAWSAP/ATTIP y todo esos extraños acontecimientos que  estamos viviendo desde 2017. Un testimonio que hay que leer.

¿Y qué podemos rematar de IMMINENT? El libro contiene afirmaciones extraordinarias, increíbles y aterradoras que se escapan de las manos de su autor como granos de arena. Pese a ello se podría argumentar que tiene algunos planteamientos interesantes que podrían ser objeto de debate o ampliación. Aunque entre sus numerosos capítulos se echa en falta más datos y evidencias, y quizás incluso algo más de trabajo con el borrador. Tampoco ayuda que no se haya incluido algún caso impactante, que es lo mínimo que se podría exigir de alguien con la presunta envergadura y trayectoria de Lue Elizondo. Un inesperado truco final que hiciera levantarse al publico entre aplausos.

Pese a que el exdirector del AATIP transmite una seguridad pasmosa en sus alegatos sobre muchos entresijos del misterio UAP, creo que desconoce por completo la mecánica interna de la ufología, que espera mucho más a estas alturas de la película de cualquiera que ostente "galones" de la forma que hace el autor del libro. Como decía al principio hay un dicho popular que certifica que las palabras se las lleva el viento, Y Elizondo no sabe o no quiere enterarse, que un huracán se ha instalado permanentemente en el epicentro de la comunidad OVNI/UAP. Si Lue Elizondo no ata en corto sus afirmaciones, lamentablemente puede acabar a millones de kilómetros de distancia de la verdad y de los que le aclaman como un mesías redentor.

 

 



JOSE ANTONIO CARAV@CA

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6 comentarios:

  1. Parece que resucita antiguos planteamientos clásicos sobre los posibles pilotos de OVNIs/UAPs. Pero no parece que aporte conclusiones importantes sobre el tema.
    Gracias por el aporte.

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  2. Muchas gracias por el esfuerzo realizado. Al final si cuentas historias tan extraordinarias sin aportar pruebas se transforman solo en buenas historias como pasa con Robert Lazard. Es muy difícil pasar al siguiente nivel entregando pruebas concluyentes cuando tus credenciales no están a ese nivel.

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    1. Efectivamente, como decía, a estas alturas de la película no bastan las buenas intenciones... La gente reclama algo más sobre todo a investigadores y personajes que dicen tener tanta información en su poder. Saludos

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