Un artículo publicado por el portal NewsNation "Report names ‘Immaculate Constellation’ UAP program: Journalist" (9/10/24 ha provocado una gran controversia. Al parecer según afirma Ross Coulthart un informante anónimo ha destapado la existencia de un programa secreto de recuperación de objetos voladores no identificados (UAPs) operado desde el Pentágono, conocido como "Constelación Inmaculada". Esta información fue difundida por el periodista independiente Michael Shellenberger, quien afirma haber recibido la información a través de un denunciante del que por el momento no se conoce su identidad. En este reporte se menciona por primera vez el nombre de un supuesto programa de este tipo. Según el denunciante, el Poder Ejecutivo ha estado manejando temas relacionados con los UAP sin el conocimiento o supervisión del Congreso, posiblemente durante décadas. Esta noticia pone de relieve la existencia de programas secretos de los que la mayoría de los legisladores no tienen constancia.
Por supuesto, el Departamento de
Defensa no tardó en rechazar estas acusaciones. Sue Gough, portavoz del
departamento, negó categóricamente la existencia de algún registro relacionado
con un programa llamado "Constelación Inmaculada". Según Gough, no
hay datos históricos o actuales que corroboren la existencia de este proyecto.
Sin embargo, Shellenberger ha mantenido su postura, explicando que ha estado en
contacto directo con el denunciante, quien ha preferido permanecer en el
anonimato por miedo a las posibles repercusiones si su identidad se hace
pública. De acuerdo con el periodista, este informante descubrió la existencia
del programa de manera accidental, algo completamente inesperado.
Entre los datos que se filtraron,
se menciona que este supuesto programa fue creado en 2017, después de que el
New York Times publicara un artículo sobre el Advance Aerospace Threat
Identification Program (AATIP), otro controvertido programa que estudia fenómenos
aéreos inexplicables. El informe también incluye detalles sobre encuentros con
UAPs, algunos de ellos extremadamente perturbadores. Por ejemplo, se cita un
incidente en el que varios orbes rodearon un F-22 y lo forzaron a salir de su
zona de patrullaje, y otro donde un avión de la Marina observó una esfera de
color rojo-anaranjado descender desde gran altitud, lo que causó una extraña
sensación de inquietud entre la tripulación. A pesar de estos testimonios, el
Pentágono ha negado reiteradamente la existencia de evidencia que sugiera la
visita de inteligencia extraterrestre a la Tierra. En un informe de mayo, la
Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO, por sus siglas
en inglés) concluyó que los UAPs reportados eran, en su mayoría, el resultado
de identificaciones erróneas de drones, proyectos secretos o aeronaves
conocidas. Además, señalaron que muchas de las afirmaciones de programas
gubernamentales sobre UAPs eran producto de un fenómeno de "reportes
circulares", en el que los rumores se perpetúan sin pruebas concretas. Sin
embargo, Shellenberger sostiene que su informante no forma parte de esta cadena
de "reportes circulares" y que la información proporcionada tiene
validez, ya que proviene de una fuente que no estaba relacionada con otras
personas que también verificaron el nombre del programa.
Aunque el debate sobre la
existencia de los UAPs ha generado escepticismo durante décadas, especialmente
desde el famoso incidente de Roswell en 1947, figuras prominentes como el
exsecretario adjunto de Defensa, Christopher Mellon, y el exdirector de Inteligencia
Nacional, John Ratcliffe, han mostrado interés en investigar más a fondo el
tema, aunque sin llegar a afirmar que estos fenómenos sean de origen
alienígena. El resurgimiento de estas discusiones tomó un nuevo impulso en
2023, cuando el exoficial de la Fuerza Aérea, David Grusch, afirmó que el
Pentágono estaba operando un programa de recuperación de UAPs sin el
conocimiento público o del Congreso. Estas declaraciones llevaron a una
audiencia en el Congreso y a la formación de un Caucus Bipartidista de UAPs en
la Cámara de Representantes.
A pesar de los constantes
desmentidos por parte del Pentágono, muchos piden más transparencia y una
investigación seria sobre estos fenómenos. Mientras tanto, el misterio sobre
"Constelación Inmaculada" sigue en el aire, y parece que este no será
el último capítulo en la saga de los "UAPs y el Pentágono".
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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