lunes, 29 de diciembre de 2025

LA INGENIERÍA DEL ENGAÑO: ¿FABRICÓ LA INTELIGENCIA ESTADOUNIDENSE EL MITO DE LOS PLATILLOS VOLANTES ESTRELLADOS?

 




Desde el OVNI estrellado en Aztec en los años 50 hasta la reciente polémica del supuesto proyecto «Yankee Blue», pasando por las mediáticas “denuncias” de Luis Elizondo o David Grusch sobre metamateriales y restos biológicos no-humanos, todo parece indicar que los servicios de inteligencia estadounidense han participado activamente en la difusión de la creencia de que su gobierno posee restos de naves y cuerpos extraterrestres. Durante más de siete décadas, esta idea ha sido alimentada de forma constante mediante filtraciones ambiguas, testimonios no verificados, denunciantes sin pruebas y documentos de dudosa procedencia que, lejos de aclarar nada, han ido tejiendo una espesa maraña de confusión que ha creado un caos informativo sin precedentes.

Para entender cómo hemos llegado hasta este punto en la actualidad, conviene recorrer, paso a paso, las principales y diferentes estaciones de este largo viaje por la ingeniería del engaño.


1950: EL MISTERIO DE AZTEC

En 1950, el periodista Frank Scully alcanzó un enorme éxito editorial con su libro Behind the Flying Saucers, donde afirmaba que el ejército estadounidense había recuperado varios platillos volantes estrellados cerca de Aztec, en Nuevo México, con cuerpos de pequeños seres humanoides en su interior. La historia resultó ser completamente falsa. En poco tiempo se supo que sus principales informantes eran el empresario Silas Newton y su socio Leo Gebauer, posteriormente procesados por fraude en otros asuntos. Sin embargo, lo más inquietante de todo no fue que la trama fuera inventada, sino lo que ocurrió después. Décadas más tarde, fragmentos del diario personal de Newton y testimonios recogidos por investigadores como Karl Pflock y Nick Redfern revelaron que, tras la publicación del libro, Newton fue interrogado por representantes de una entidad gubernamental altamente secreta. Estos agentes dejaron claro que sabían que el relato era una completa invención… pero, de forma sorprendente, lo animaron a seguir contándolo. El objetivo parecía claro, había intereses en permitir que el mito circulara, creciera y se consolidara en el imaginario colectivo, convirtiéndose así, posiblemente en el kilómetro 0 de toda la narrativa posterior sobre los OVNIs estrellados.


1953: PANEL ROBERTSON: OVNIS COMO ARMA DE GUERRA

A principios de los 50, el aumento de avistamientos OVNIS por todo el territorio estadounidense saturaba las líneas de comunicación de la Fuerza Aérea. La CIA temía que la Unión Soviética aprovechara este "ruido" para lanzar un ataque real que pasara desapercibido. En enero de 1953, se convocó al Panel Robertson. Las conclusiones de este grupo de científicos fueron determinantes para las décadas siguientes: los OVNIs no eran una amenaza física, sino una amenaza psicológica. El Panel recomendó "despojar a los platillos volantes de su aura de misterio". ¿Cómo? Mediante una campaña de propaganda masiva que utilizara a psicólogos, celebridades y dibujos animados de Disney para ridiculizar a los testigos. Desde ese momento, cualquier persona que viera algo extraño en el cielo sabía que, si hablaba, se exponía a la burla pública. El estigma social se convirtió en la mejor arma de censura del Gobierno. Quizás este fue el punto de inflexión donde las agencias de inteligencias consideraron que podían utilizar el fenómeno OVNI como una pantalla útil para desviar la atención, proteger otros asuntos más sensibles y experimentar con operaciones psicológicas capaces de moldear creencias, percepciones y comportamientos colectivos. De ahí que tenga mas sentido todo cuanto se narra en este artículo. Continuemos hasta la próxima parada.

 

1973: LA “PELICULA” DE HOLLOMAN

En 1973, mientras trabajaban en el documental UFOs: Past, Present and Future, los productores Robert Emenegger y Alan Sandler recibieron una invitación sin precedentes para visitar la Base Aérea de Norton, donde se les prometió material real de un aterrizaje extraterrestre en la base de Holloman ocurrido en 1971 para incluir en su reportaje. Según el relato de los oficiales, en el video se veía a tres objetos descendiendo, uno de los cuales aterrizaba para permitir que tres seres, de aspecto humanoide, vestidos con monos ajustados y ojos grandes, bajaran y se reunieran con el comandante de la base. Nunca recibieron el material.


1983: OTRA VEZ HOLLOMAN

A principios de los años 80, la reputada periodista e investigadora Linda Moulton Howe fue objeto de una maniobra de los servicios de inteligencia utilizando de nuevo la supuesta filmación de Holloman. En la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland, el agente de la AFOSI Richard Doty le mostró un supuesto documento de "Instrucciones de Información Presidencial". En aquellas páginas se afirmaba que los extraterrestres habían manipulado el ADN de los primates para crear a la humanidad y que existía un pacto secreto entre el Gobierno y los visitantes. Al igual que ocurrió con Emenegger, a Howe se le prometió la película para un especial de la cadena HBO. Sin embargo, tras meses de espera y tensión, el material nunca se entregó y la financiación del proyecto se desplomó.


1984: "MAJESTIC 12" NUNCA MUERE

En los 80, la desinformación alcanzó unas cotas insospechadas poniendo a la comunidad OVNI internacional patas arriba. En diciembre de 1984, el ufólogo Jaime Shandera recibió por correo un sobre anónimo que contenía un carrete de película de 35mm. Al revelarlo, aparecieron ocho páginas de lo que parecía ser un documento de alto secreto titulado: "Informe de información para el presidente electo Dwight D. Eisenhower". En él se detallaba la existencia de un grupo ultra secreto de doce científicos, militares y expertos (el MJ-12), creado por orden de Harry Truman tras el choque de una nave en Roswell en 1947. Incluso se hablaba de un pacto secreto con los extraterrestres. Agentes como Richard Doty admitieron haber usado estos documentos (falsificados con anacronismos detectados por el FBI) para confundir a investigadores y proteger radares y proyectos de guerra electrónica. Fue la era en la que la inteligencia estadounidense aprendió a "quemar" la mente de quienes se acercaban demasiado a la verdad.


1989: LAZAR: EL PRIMER DENUNCIANTE “ESTRELLA”

En noviembre de 1989, un hombre que afirmaba ser físico apareció en una entrevista para la cadena KLAS-TV de Las Vegas bajo el pseudónimo de "Dennis". Poco después, reveló su identidad, Robert “Bob” Lazar y lanzó una bomba informativa cuyos ecos resuenan hasta la actualidad: el Gobierno de EE. UU. poseía nueve platillos voladores de origen extraterrestre en una instalación ultra secreta denominada S-4, situada cerca de Groom Lake (Área 51). Lazar no parecía el típico chiflado, hablaba con una precisión técnica asombrosa que fascinó a la opinión pública. Pero pronto se observaron irregularidades en su confesión. Uno de los elementos más llamativos e inquietantes, y que el propio Lazar llegó a admitir, es que no descartaba que parte de lo que vio en la base, incluido al ser extraterrestre y las naves, fuera una escenografía cuidadosamente diseñada para engañarlo. Tras tantos años, no se ha logrado confirmar ninguna de las afirmaciones de Lazar sobre la supuesta posesión de naves y cuerpos extraterrestres en el Área 51.

 

2023-2025: EL «YANKEE BLUE»

Tras las declaraciones de David Grusch en el Congreso sobre programas secretos de ingeniería inversa, una investigación de The Wall Street Journal de junio de 2025 reveló la existencia del  polémico Yankee Blue. Durante años, el Pentágono utilizó una especie de "novatada institucional" o prueba de lealtad para sus nuevos mandos. Se les mostraban fotos trucadas de naves no humanas y se les decía que formaban parte del programa ultra secreto llamado Yankee Blue. Si el oficial mantenía el secreto bajo presión, era apto para proyectos reales. El problema es que muchos de estos oficiales acabaron creyendo que la ficción era real, alimentando un círculo vicioso de testimonios que ha llegado hasta lo más alto del Gobierno.


CONCLUSIÓN: ¿NUESTRAS CREENCIAS SOBRE OVNIS EXTRELLADOS SON FRUTO DE UNA OPERACIÓN PSYOPS?

Nadie puede negar que los servicios de inteligencia estadounidenses han estado implicados en la propagación de informaciones y relatos sobre supuestos OVNIs estrellados y la recuperación de cuerpos. Esta práctica ha aparecido de forma recurrente a lo largo de las décadas, lo que sugiere un interés sostenido por parte de estas agencias en difundir y ampliar este tipo de narrativas nunca verificadas.

Con objetivos diversos, estas campañas parecen servir como una perfecta cortina de humo para todo tipo de operaciones encubiertas: desde ocultar proyectos secretos, fomentar el gasto en defensa o engañar al adversario sobre las capacidades reales, hasta manipular a la opinión pública. Todo ello demuestra que los OVNIs, lejos de ser un asunto marginal, constituyen un auténtico campo de batalla en los despachos de las agencias de inteligencias.




JOSE ANTONIO CARAV@CA


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