En la mañana
del 26 o el 27 de septiembre de 1968 el Sr. Henrique Schneider de 60 años,
químico industrial, residente en Vila Baumer, cerca de Joinville (Estado de
Santa Catarina, Brasil), fue a comprobar el fuego del horno de cerámica que
había junto a su propiedad. Mientras se encendía un cigarrillo, se percató de
la presencia de un extraño objeto a unos 5 metros de distancia. El testigo
estaba paralizado y no podía moverse. El
artefacto tenía forma cónica, y medía alrededor de 4 metros de altura y 2,50
metros de diámetro en su base. Schneider dijo a los investigadores que el
objeto estaba posado sobre tres patas de unos 80 cm, y que desde su base emitía
una fuerte luz que iluminaba el suelo.
El Sr. Schneider el protagonista de este asombroso encuentro cercano... (Imágenes Cortesía SBEDV Sociedad Brasileña de estudio de Discos Volantes".) |
Entonces divisó una entrada rectangular de la
que surgía “una especie de cinta transportadora” que no llegaba a tocar tierra.
Sobre esta “rampa” había dos criaturas rectangulares de 1´50 metros de altura
por 0 ´50 metros de ancho. Schneider
preguntó que hacían allí, y mentalmente comenzó a recibir respuestas a sus
interrogantes. Las criaturas le informaron que estaban comprobando la causa del
calor y humo que habían detectado en aquel lugar. El testigo dijo a los investigadores
que horas antes había quemado algunos neumáticos viejos que provocan un gran
calor y una gran humareda oscura. Durante alrededor de 10 minutos el ingeniero
recibió varias respuestas, supuestamente de la criatura más cercana a su
posición.
El Objeto y sus extraños tripulantes... |
El insólito humanoide a la pregunta de cómo se alimentaban, dijo que
se nutrían por “impregnación. Dieta natural. Energía.
No como vosotros”. Sobre la
propulsión de su nave, indicaron que por
“atracción. 36.000 o 360.000
revoluciones por segundo”. Dijo que procedían de una estrella cuyo nombre
no recordaba, pero que sonaba como “MERS". “Estaban gobernados por un jefe y cada uno
tenía una función específica, como el ocupante que estaba dentro de la máquina
y no podía salir de allí." Viajaban
a cierta ruta determinada, pero salieron de la misma para comprobar cuál era la
causa de aquel extremo calor en la Tierra.
Prometió volver y establecer nuevos contactos. Schneider dijo que no
podía retirar la mirada de la criatura mientras duró la “conversación”. De pronto la plataforma se recogió en completo
silencio mientras los “rectángulos” volvían a su interior.
Una de las marcas dejadas por el OVNI en el terreno... |
Aunque en esos
momentos el testigo recobró la movilidad, lo hacía siempre manteniendo la misma
distancia con la plataforma. El misterioso “cono”, era de color gris aluminio y
tenía tres luces azules circulares. Aunque el ingeniero especificó que no eran
ventanas, a través de una de ellos podía observar a las criaturas e incluso a
la que permaneció siempre en su interior. Cuando la rampa terminó de replegarse,
la puerta se cerró emitiendo un ligero ruido como una “chispa eléctrica”,
seguido de un sonido parecido a la puerta de una nevera. Inmediatamente el
objeto se elevó rápidamente de forma vertical, mientras emitía un “silbido
agudo” parecido a un taladro eléctrico. A cierta altura el testigo observó que
en la base del artefacto había una intensa luz azul ", como la emitida por
un “equipo de soldadura", y algo parecido a anillos concéntricos, también de tonalidad azul que parecía girar. Tras
elevarse unos 10 metros de inclinó hacia el Sur, desapareciendo rápidamente. El
artefacto dejó una estela de condensación de vapor, parecida a las aeronaves de
reacción y el testigo notó un potente efecto de aspiración de aire que le
desplazó hacia adelante. Cuando Schneider se acercó al lugar donde había estado
posado el objeto, notó un fuerte olor a “queroseno” quemado y un fuerte calor.
Al día siguiente el ingeniero examinó el área encontrando un círculo de hierba
quemada de unos 65 cm de diámetro. En el interior de esta huella había un
pequeño agujero circular (concéntrico) de unos 10 centímetros. Los investigadores brasileños del SBEDV (Sociedad
Brasileña de Estudio de Discos Voladores), encontraron tres marcas de unos 10 centímetros
de diámetro provocados por las supuestas patas del artefacto. Curiosamente 8 o 10 baldosas de cerámica del
techo más próximo a la zona de aterrizaje del OVNI, estaban desplazadas, como
si hubieran sido levantadas por el efecto de “aspiración” provocado por el
“cono”.
Según el testigo, cuando el artefacto se elevó produjo una fuerte aspiración que provocó los daños que se aprecian en la presente fotografía. |
Incluso un viejo camión presentó varias averías al día siguiente: la
batería, la dinamo, el sistema de arranque y el distribuidor no funcionaron. 3
o 4 días después del incidente el Dr. Udo Schmidt, abogado en Joinville, en
compañía Kari Silva y Paul Mertens, entrevistó
al testigo y tomó fotografías del lugar. Schmidt pudo comprobar la existencia
de las huellas y el penetrante olor a quemado que había en la zona que perduró
durante 4 o 5 meses. Incluso en el año 1973,
5 años después de los hechos la hierba no había crecido en el interior del
circulo, aunque algunas matas de hierba crecían a su alrededor. Posteriormente, según relató
Schneider, alrededor de 5 meses más
tarde, sintió que debía salir al exterior de su casa y observó un extraño objeto
luminoso cruzando el firmamento. Junto
al testigo se hallaba su hijo Amaury la Sra.
Maria Carvalho y su marido. El investigador
Carlos Alberto Varassin, que realizó una exhaustiva investigación 5 años
después, señaló que el testigo era una persona muy respetable en su comunidad y
no encontró ninguna fisura en su testimonio.
JOSE ANTONIO CARAV@CA