Ni la imaginación de un guionista de Hollywood hubiera
podido concebir una historia de contacto extraterrestre tan alucinante como la
supuestamente protagonizada por unos adolescentes japoneses. Con los
ingredientes de una película de ciencia ficción el incidente merece ocupar un
lugar de excepción dentro de la enorme, variopinta y a veces absurda casuística
ufológica. 42 años nos separan del que sin duda puede ser considerado como uno
de los expedientes OVNIs más desconcertantes y extraños que se haya registrado
en el mundo…
UN
EXTRAÑO HALLAZGO
La historia comienza el 25 de agosto de 1972 en la
zona Kera, situada en la ciudad de Kochi,
capital de la Prefectura de Kochi en la isla de Shikoku (Japón). Aquella tarde,
sobre las 15:00 horas, un joven estudiante de 13 años, llamado Michio Seo, de
regreso a su domicilio observó, sobre un campo de arroz, lo que en un principió
creyó que era una bola de fuego. Inmediatamente se percató que se trataba de un
pequeño objeto metálico que flotaba a 1 metro de altura del terreno. El
artefacto, de aspecto plateado, tenía forma de sombrero con una base plana. El
testigo afirmó que aquella cosa se movía dando vueltas como un murciélago.
Cuando Michio Seo se acercó al pequeño platillo volador éste emitió un rayo
cegador al testigo, que asustado huyó a su casa.
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El extraño artefacto volador fue fotografiado por los jóvenes escolares |
Momentos más tarde, sobre las 19.00 horas, el
protagonista de éste insólito avistamiento, volvía al lugar de los hechos en compañía
de cuatro amigos, Hiroshi Mori, Yasuo Fujimoto, Katsuoka Kojima y Yuji. Tras
una hora de espera, observaron a unos 18 metros de distancia, el regreso de la
diminuta aeronave. En esos momentos el sol estaba casi en el horizonte, los
testigos pudieron notar que el objeto emitía una luz multicolor pulsante. Uno
de los jóvenes se aproximó al platillo y de pronto, emitió un sonido
ensordecedor a la vez que comenzó a brillar con un tono azulado. Aterrorizados
el grupo de "exploradores" huyó a la carrera del lugar. Días después,
los jóvenes frecuentaban el campo de arroz con la esperanza de volver a ver el
artefacto. Pero no fue hasta el 4 de septiembre, cuando los cinco jóvenes se
encontraron de nuevo, sobre las 21:00 horas, con el extrañó artefacto volando a
1 metro de altura. En esta ocasión el objeto parecía sentir curiosidad por sus
jóvenes observadores y se aproximó al grupo a la vez que comenzaba a brillar
intensamente. Asustados los estudiantes corrieron despavoridos. Dos días después,
la noche del 6 de septiembre, los testigos se encontraron el platillo volador
sobre el campo de arroz y consiguieron realizar una fotografía. Al disparar el
flash de la cámara el objeto comenzó a girar y rápidamente se elevó en el aire.
En esos momentos consiguieron realizar otra instantánea del diminuto OVNI.
Entonces, ante la mirada atónita de los jóvenes, el artefacto emitió una luz
muy potente y cayó al suelo originado un pequeño hoyo en el terreno mientras
dejaba de girar.
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Marca dejada por el pequeño platillo volador en el suelo... |
Hiroshi Mori, de 14 años, se acercó al enigmático
objeto y tras comprobar que había dejado de moverse y parecía inerte, decidió
cogerlo son sus propias manos, mientras otro de los jóvenes inmortaliza el
momento. El grupo decide introducir la minúscula nave espacial en una bolsa de plástico
y tras guárdala en una mochila, Michio Seo se la lleva a su casa. Allí los
estudiantes realizan un pequeño análisis de la pieza. El platillo volador tiene
casi 15 cm de ancho y casi 7 cm de altura, teniendo un peso de alrededor de 1,3
kilogramos. Lo más curioso es que el objeto en su base tenía una serie de
líneas concéntricas, además de 31 pequeños agujeros y tres extravagantes
diseños. Michio Seo dijo posteriormente que los dibujos de su base parecían
representar ondas o nubes, un pájaro o una especie de "objeto
volador", y algo que puede interpretarse como una flor. Los jóvenes no son
capaces de distinguir ningún tipo de sistema de propulsión en la supuesta
maquinaria, ni ventanillas ni puertas. Tras su pequeño estudio, el grupo decide
llevar el platillo volador al domicilio de Yasuo Fujimoto, ya que su padre, el
Sr. Mutsuo, era el director del centro para la enseñanza de las ciencias en la
ciudad de Kochi. Aunque, lamentablemente, pensado que era un asunto de críos el
Sr. Fujimoto no prestó demasiada atención al supuesto hallazgo intergaláctico
de los estudiantes. Posteriormente diría a la prensa: "era algo como un
cenicero, de hierro fundido, pero demasiado liviano para ser de este metal. El
objeto tenía una tapa debajo que era imposible de abrir y dentro había unas
piezas similares a las de una radio. No le di más importancia, pero ahora me
arrepiento de no haberlo estudiado más de cerca".
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Michio Sea fotografiado por sus amigos con el
pequeño disco volador en sus manos. |
Al día siguiente de forma inexplicable el objeto
desapareció de la mochila de Mori. Este hecho no desmoralizó a los jóvenes que
en el transcurso de dos semanas aseguraron presenciar el vuelo de objetos
similares al menos en 6 ocasiones. Lo más extraño es que tras esperar una nueva
ocasión, volvieron a capturar el pequeño artefacto que volvió a esfumarse al
poco tiempo. Tras una reunión, los estudiantes analizaron los hechos y
comprobaron que el platillo volador solía aparecer los días soleados y nunca
bajo lluvia, éste detalle les hizo concebir un elaborado plan para atraparlo.
ESTUDIANDO
AL PEQUEÑO PLATILLO VOLADOR
El 19 de septiembre, se presentó una gran ocasión.
Los jóvenes encontraron el artefacto posado en tierra. Entonces, tras cubrirlo
con varios trapos derramaron un cubo de agua sobre la pequeña maquina voladora,
momentos después introdujeron agua en el objeto a través de los orificios de la
base. A continuación el objeto emitió un ruido ensordecedor parecido al zumbido
de una cigarra mientras el interior del artefacto comenzó a brillar. Temerosos
de que el dispositivo comenzara una ofensiva contra sus captores, los jóvenes
comenzaron a tirar piedras al artefacto. Cuando creyeron que no representaba
ninguna amenaza, los estudiantes llevaron su gran captura a la casa de Katsuoka
Kojima, donde examinaron y fotografiaron detenidamente la nave espacial. En su
interior divisaron un gran número de mecanismos en miniatura, palancas y
dibujos raros. Intentaron, en vano, abrir el objeto introduciendo un alambre
por uno de sus orificios. Pero lo más curioso de la pieza, es que al colgarla
boca abajo, con la ayuda del alambre, los estudiantes observaron que la base se
separaba ligeramente de la cúpula. Entonces pudieron ver un "complicado
equipo electrónico", parecido a los componentes de una radio, además de un
raro material viscoso inidentificado.
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El enigmático platillo volador tenía unas inscripciones en su parte inferior |
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Medidas del artefacto y dibujos contenidos en su base... |
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Entre las pruebas que realizaron los jóvenes
intentaron comprobar la dureza del objeto golpeándolo reiteradamente con un pisapapeles
sin causar ningún daño a la pieza. Con gran imaginación los estudiantes idearon
más experimentos para su captura. El investigador Rob Morphy autor
de un excelente reporte titulado “The Bizarre Case of the Kera UFO Encounters”
(2011) escribía que: "los chicos decidieron hacer otro experimento
introduciendo el OVNI en el horno para ver qué clase de temperaturas podría
soportar, pero antes de que tuvieran la oportunidad de llevarlo a la práctica,
la madre de Kojima, Aiko Katsuoka, sabiamente, decidió poner el freno a las
pesquisas de los escolares". También se negó a permitir que guardaran el objeto
en su refrigerador, ya que los muchachos creyeron que el frio podría impedir
que el OVNI escapara otra vez. Tras su “análisis” el grupo llegó a la
conclusión que el dispositivo era probablemente una especie de mecanismo de
vigilancia "controlado remotamente" de origen desconocido. Entusiasmados
por su gran hallazgo científico los niños decidieron mostrar el platillo
volador a sus compañeros de clase al día siguiente. Para custodiar el OVNI lo
envolvieron en numerosos trapos húmedos esperanzados que este sistema impedía
la fuga del supuesto mecanismo extraterrestre. Seo y Mori fueron los encargados de custodiar el
objeto. Sin embargo el artefacto volvió a desaparecer ese mismo día. Ni las
intensas búsquedas de los jóvenes lograron dar con el paradero del OVNI.
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Mutsuo Fujimoto uno de los adultos que pudo
observar el disco volador que habían capturado los jóvenes. Reconstrucción realizada para un programa de la televisión nipona. |
No
obstante la bizarra historia no había terminado. Horas más tarde Kojima y Mori
estaban jugando a la pelota cuando encontraron el objeto en el suelo, tras una
valla. Inmediatamente volvieron a capturar el objeto. Y de nuevo, la
imaginación de los estudiantes se puso en movimiento. En esta ocasión, con gran
lógica, decidieron pintar el OVNI para comprobar, si desaparecía y lo volvían a
recuperar, si se trataba siempre del mismo objeto. Además, aquel 22 de
septiembre decidieron turnarse en la vigilancia y custodia de su valiosa
captura que introdujeron en una bolsa llena de agua, deduciendo que el líquido producía
algún tipo de disfunción en el platillo volador. La bolsa estaba atada a la
mano de uno de los jóvenes como medida de seguridad y control. Montaron en
bicicleta y al llegar al taller de reparaciones, su presa se había volatilizado
definitivamente para no volver a aparecer jamás.
UN
CASO APARENTEMENTE “REAL”
El investigador Rob Morphy explica cómo se
reabrió el caso tras permanecer largo tiempo en el olvido, quizás por lo extravagante
e inverosímil de su contenido: "Debido a los rumores, en 2007, 35 años
después de los acontecimientos en cuestión, Shinichiro Namiki, el director de
la Sociedad Japonesa de Fenómenos Espaciales (JSP), reabrió la investigación.
El jefe del expediente JSP, Kazuo Hayashi, fue enviado a hablar con los
testigos restantes y confirmó que mantuvieron la veracidad de sus relatos
originales. Durante el curso de su investigación, Hayashi se encontró con otro
relato del diminuto OVNI que ocurrió en la misma Prefectura de Kera sólo 4 años
más tarde. En la tarde del 6 de junio de 1976, una niña de 9 años de edad
llamada Sachiko Oyama, desde la aldea de Agawa (ahora conocido como
Niyodogawa-cho,) salió a buscar a su gato cuando ella observó un pequeño objeto
luminoso amarillo flotando en el cielo (...) entonces vio que el extraño objeto descendía
sobre una arboleda cercana. Vencida por la curiosidad, la joven siguió al OVNI
al borde de la línea de árboles.
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El investigador japones Kazuo Hayashi realizó una reinvestigación del caso en 2007 y concluyó que aunque se trata de un suceso altamente extraño, todo parecía indicar que había sucedido tal y como los testigos narraron. (Cortesía Amamiya Kiyoshi). El ufólogo nipón Amamiya Kiyoshi confirmó al autor del reportaje la extrañeza del incinde de Kera así como su aparente realidad. |
Fue entonces, cuando el objeto supuestamente
chocó contra un árbol y procedió a aterrizar silenciosamente en el pavimento
cerca de sus pies, momento en el que emitía un sonido "silbante".
Oyama describiría que el objeto se asemeja a un sombrero de aspecto plateado
(aunque algunas reportes dicen "negro") de 18 centímetros de diámetro
(...) La niña sin temor se inclinó y tocó el objeto, que afirmaba estaba
cubierto por una "sustancia viscosa" que se pegó a su dedo".
Asustada Oyama regresó a su domicilio, pero antes pudo presenciar como el pequeño
objeto despegaba con un resplandor amarillo girando a gran velocidad hasta
perderse en la lejanía. El ufólogo japonés confirmó el testimonio de la joven,
que en el momento de la entrevista en 2007 tenía 40 años de edad. La
investigación del JSP determinó que el caso de Kera, pese a su absurdidad
estaba basado en unos testimonios fiables y que no había indicios de fraude
intencionado. Incluso en las entrevistas mantenidas con los jóvenes en la época
del incidente se determinó que no parecía haber contradicciones destacables en
sus relatos y que debatían algunos detalles del mismo, dando mayor realismo a
su extraordinaria historia.
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Algunos investigadores están convencidos que el extraño "disco volador" de Kera era un simple cenicero. |
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Algunas cajas para cigarrillos y tabaco contenían unos ceniceros que se ajustan a las fotografías mostradas por los jóvenes del "platillo volador"....
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No obstante algunos investigadores creen que pudo
tratarse de una broma perpetrada por Michio Sea que al encontrar de forma
accidental un raro objeto metálico en el campo, quizás, como indican algunos
especialistas, algún extraño y poco usual tipo de cenicero portátil, ideó toda la trama del
pequeño platillo volador. Por su parte, algo mas especulativo, Rob Morphy indica en su reporte que: "Tal
vez estamos tratando con un dispositivo de vigilancia extraterrestre. Una
tecnología desconocida enviada desde otro mundo o tiempo o dimensión o incluso
de las profundidades del océano para observar
a la raza humana”. Aunque la lógica y el sentido común nos dicen que
este evento es demasiado fantástico para ser cierto, quizás solo quizás, la
realidad, en ésta ocasión supere a la ficción…
CURIOSIDADES EMOCT
ENCUENTRO EN HELSINKI
Un caso muy similar al protagonizado por los jóvenes
japonés ocurrió en Finlandia. El 16 de marzo de 1979, en Helsinki, sobre el
mediodía, Jarmo Nykanen, un testigo que había presenciado diversos OVNIs a lo
largo de su vida, escuchó un extraño zumbido en las afueras de la casa que
estaba cuidando a un amigo. Al salir de observó un pequeño objeto volador en
forma de campana, de unos 50 cm de diámetro, que irradiaba una luz azul entre
los árboles.
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Una de las fotografías que muestran el pequeño platillo volador... |
Tras realizar cinco fotografías el artefacto desapareció. Jarmo
buscó por los alrededores del bosque, y junto al lago escuchó de nuevo un
zumbido y volvió a ver el diminuto platillo volador. Al acercarse el OVNI
dirigió un potente haz de luz a la cara del testigo que fue deslumbrado durante
unos instantes. Tras tomar más fotografías del artilugio éste desapareció en la
lejanía. Cuando Jarmo se acercó al lugar encontró trozos de metal y un líquido
rojo en el suelo. Pudo tomar 12 instantáneas del OVNI...
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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