Desde hace varias décadas los
investigadores de lo insólito han recopilado miles de inexplicables
avistamientos de grandes primates desconocidos, llamados popularmente “Bigfoot”
o “Sasquatch”, en todo el territorio norteamericano. Según la mayoría de los
testimonios se trataría de grandes homínidos cubiertos de pelo, de complexión
fuerte, con muchas características humanas y que se muestran, en la mayoría de
las ocasiones, extremadamente esquivos con las personas. Para la criptozoología
no hay dudas de que nos encontramos ante una especie de primate que aún no ha
sido descubierto por la ciencia y que está emparentado con el ser humano.
El 12
de junio de 1969, en Oroville (California) Charles Jackson y su hijo observaron
un “Bigfoot” de 2´4 metros de altura, que parecía atraído por el fuego que
acaban de encender cerca de su casa. La descripción que realizan se ajusta a
las características más divulgadas y aceptadas del “Pies Grandes”: “era al mismo tiempo mono y hombre. Tenía
las piernas más largas que un hombre estaba erguido y cuando después se alejó
caminando, oscilaba los brazos como un ser humano. El área del pecho y el
rostro estaba casi desprovisto de pelo y el rostro era como el de una persona
de color, con la piel casi negra. Sus palmas eran más claras, casi
amarillentas. De hombro a hombro tenía entre 0´90 y 1´2 metros, con enormes
músculos y sin cuello. Sus brazos eran enormes muy músculos, y con dedos
largos, Tenia unos pechos grandes y planos que colgaban hasta la zona del
ombligo. El pelo de la cabeza era como el de una mujer que no se lo hubiera
lavado en mese. Era ligeramente gris y parecía tener barro. Sus pies medían
unos 35 o 38 centímetros de largos y eran muy planos y anchos.” Otra
descripción clásica del “Bigfoot” la ofrece Donald Hepworth, de 54 años,
inspector jefe de la Ontario Human Society, mientras circulaba con su vehículo
por el Payette National Forest (Idaho). Los faros de su coche iluminaron a 2
extrañas criaturas cubiertas de corto pelo negro, de alrededor de 1´70 metros: “Sus cabezas se asentaban casi directamente
sobre unos hombros anchos, los cráneos eran planos y caían hacia atrás desde
unas crestas gruesas hasta una especie de moño cónico como el principio de la
cresta sagital de un gorila. Sus cuerpos eran desgarbados más que pesados o
musculosos, y, quizás por ello, tuve la impresión de que eran miembros jóvenes
de su especie” afirmó Hepworth. Las
criaturas cruzaron frente al testigo y se perdieron en el bosque, tras sortear
con gran habilidad un desnivel de 1´80 metros de altura: “fue una extraordinaria exhibición de movimiento; estoy convencido de
que a cualquier ser humano le sería imposible repetirla”. La Sra. Louise
Baxton, describió con detalle la cabeza de un “Pies Grandes” que observó en
North Bonneville (Washington) en agosto de 1970, también desde su vehículo: “la criatura era de color coco e iba
desarreglada y sucia. Tenía un gran puño sobre la boca. Esta se hallaba
parcialmente abierta y vi una hilera de dientes blancos, cuadrados y grandes.
La cabeza era grande y parecía asentada directamente sobre los hombros. Las
orejas no eran visibles por el largo pelo que tenía. Me pareció que en la
cabeza el pelo tendría unos 5 cm de largo. Tenía una barbilla sobresaliente y
la frente hacia atrás. La nariz y el labio superior tenían menos pelo, y la
primera era ancha y con grandes ventanas”. El periódico Sun Gazette, el 30
de octubre de 1973, narraba las apariciones de un “Bigfoot” que solía verse por
Morgantown (Pensilvania) asustando a los granjeros y robando animales de las
granjas: “de acuerdo con las
declaraciones de quienes le han visto, de casi 2 metros de altura, y unos 144
kg. de peso; suele caminar a cuatro patas, está casi totalmente cubierto de
pelo, lanza unos gritos fantásticos y hace todo tipo de gestos. Sus manos y sus
pies doblan en tamaño a los de un hombre ordinario y tiene un aspecto realmente
horrible”. Hasta aquí, podría creerse que realmente podríamos estar ante
una nueva especie de homínido… pero la cosa no es tan sencilla…
Todos los testimonios delatan la presencia de una misteriosa criatura peluda escondida en los bosques de Norteamérica. |
Centenares de reportes de prensa se han ocupado de plasmar las apariciones de estas misteriosas criaturas... |
Existen muchos aspectos de estas
manifestaciones que son cuanto mínimo, desconcertantes e inauditas desde el
punto de vista zoológico. Para empezar, resulta muy incomprensible, que, pese a
sus múltiples avistamientos, no se ha podido obtener ninguna evidencia empírica
de la existencia irrefutable de un gran homínido oculto en los bosques de
Estados Unidos. Teniendo en cuenta, que se han organizado decenas de
expediciones para localizarlo sin que ninguna de ellas obtenga resultado
alguno. Y, además, numerosos testigos la han emprendido a tiros con el
“Bigfoot” sin que hasta la fecha se haya encontrado un cadáver, o, al menos restos
de sangre. Pero existen más elementos realmente asombrosos en el “Pies Grandes”
que definitivamente dibujan un halo de misterio en torno a este esquivo
homínido…
Aunque la mayoría de los
criptozoólogos prefieren ignorar o menospreciar estos incidentes inusuales,
probablemente, en el estudio y análisis de estos eventos puede encontrase la
resolución del enigma…
“FANTASMAS PELUDOS”
Cuando se examina detenidamente toda
la casuística acopiada sobre el “Bigfoot” se acredita que las manifestaciones
de estas criaturas tienen una importante carga sobrenatural. De hecho, para
comenzar a comprender la verdadera dimensión de este fenómeno, hay que señalar
que la apariencia externa de los “Pies Grandes” varía, sustancialmente y de forma
inexplicable, de un relato a otro, dándose sucesos de homínidos de mediana o
baja estatura, de 1´60 metros, hasta grandes criaturas de más de 4 metros de
altura. Además las características morfológicas de los “Bigfoot” están lejos de
ser equidistantes o uniformes, ya que también varían notablemente de un suceso
a otro, tanto en tamaños de cabeza, como en la forma de las manos, brazos,
pies, espalda, colas, etc. Por no hablar, de las, casi, infinitas tonalidades
de pelaje observadas en estas criaturas (negro, blanco, marrón rojizo, castaño
claro, blanco plateado, gris azulado, tostado, rojo negruzco, etc.). Ejemplo de
esta diversidad inclasificable, lo encontramos en un episodio ocurrido en
Wisconsin a finales de 2005, cuando Mat Wakeley de 22 años conducía por White
Pigen Road y a la altura del cementerio local, observó una criatura erguida
entre las tumbas. Podría medir alrededor de 2 metros de altura, estaba cubierto
de pelo de color “chocolate con leche”, excepto en la cara y pecho. Su cabeza
mostraba una gran cabellera “con los pelos de punta”. Apoyaba el pie derecho
sobre una lápida. Al joven le pareció que se trataba de un cavernícola.
Bigfoot observado en Wisconsin cuya apariencia era similar a la de un "cavernicola" (Imagen Cortesía Linda Godfrey) |
Su apariencia era bien distinta de un típico encuentro del Bigfoot. (Imagen Cortesía Linda Godfrey) |
Pero la diversidad no es la
única cualidad extraña otorgada al “Bigfoot”. Existen otras “características”
de este esquivo “homínido” que lo equiparan directamente con otras criaturas
enigmáticas como el “Mothman”, los fantasmas o los tripulantes de los platillos
volantes. Ya que los investigadores han comprobado
como numerosos relatos describen algunos aspectos sobrenaturales en los “Bigfoot”
que desde luego no están al alcance de un simple animal. Existen decenas de
personas que han descrito que estas criaturas poseen brillantes ojos rojos, que
son capaces de desvanecerse misteriosamente ante la vista de los testigos, o, que
incluso pueden ejercer una inquietante capacidad hipnótica sobre los eventuales
observadores. Los investigadores Janet y Colind Bord, en su detallado libro
“Los Yetis” (1984), hablaban abiertamente sobre esta irritante cuestión: “En la mayoría de los encuentros con
Piesgrandes, los testigos no ven nada que les lleve a pensar que lo que están
viendo no sea algo físico al ciento por ciento. Sin embargo no es siempre así,
pues algunos informes contienen rasgos a los que cabría calificar de
sobrenaturales”. Entre esos rasgos sobrenaturales estaría la capacidad de
los “Bigfoot” para desaparecer repentinamente de la vista de los testigos.
Algunos ejemplos de Bigfoot. |
Algunos moldes de las "huellas" más célebres y consideradas "reales" del Bigfoot, comparadas, a su izquierda, con unas "huellas falsas" (Ray Wallace). |
En
un artículo titulado “Vanishing Bigfoot and Anecdotal Accounts: Implications
and Challenges for Researchers” (2005) la investigadora Sharon Cornet incluye
dos interesantes eventos donde los “Bigfoot” se esfuman como por arte de magia
ante los asustados testigos. El primero está protagonizada por la Sra. Jeffrey,
y así lo cuenta Cornet en su reporte: “Después
de regresar de una larga caminata, un grupo de excursionistas se sorprendió
cuando observaron un Sasquatch de 2.7 metros de altura que apareció delate de
ellos a corta distancia. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, el Bigfoot
desapareció por completo ¡frente a los testigos! Los testigos aseguran que literalmente se ¡desmaterializó! La señora Jeffrey informó que estaba tan
impresionada con lo que vio, que cuando volvieron a casa, ella estuvo encerrada
durante dos semanas. La mujer estaba en
tal estado de shock que no regresó a la zona durante algún tiempo". El
segundo caso, ocurrió en el verano de 2000 o 2001 cuando John Bohannon avistó
un Bigfoot en una pequeña cima al lado de una colina situada al oeste de Three
Rivers Campground, al norte de Alamogordo (Nuevo México). El ser que parecía
una mezcla entre un hombre primitivo y un mono, medía más de 2´4 metros de
altura y tenía cuerpo cubierto de pelo corto de color marrón rojizo. Sus brazos
colgaban hasta las rodillas, que las tenía ligeramente flexionadas. La criatura
caminó durante unos 30 metros frente al testigo, hasta que al pasar por detrás
de un árbol desapareció inexplicablemente. Otro incidente parecido ocurrió en
1974 en Fayette County (Pennsilvania) cuando la policía investigó el caso de
una mujer que había disparado en la puerta de su casa a una criatura peluda que
desapareció en mitad de un destello de luz.
Y es que existen hay casos de
enormes criaturas peludas que han caminado por barrizales sin dejar huellas o incluso,
los eventuales testigos han asegurado que podía verse a través de ellas como si
fueran translucidas (¿?). Janet y Colin Bord cuentan en su libro que: “Una criatura que fue vista en Roachdale,
Indiana en 1972 no dejó huellas ni siquiera en el barro, y una testigo pensó
que podía ver a su través (…) Otros informes extraños describen a un
Piesgrandes cambiando de forma; criaturas que llevan esferas luminosas; una
atracción por las mujeres y por los remolques de aluminio; un testigo poseído
por un Piesgrandes que se puso a actuar y emitir sonidos como si fuera uno de
ellos; voces desencarnadas; unas sustancia verde y pegajosa encontrada en donde
se había visto a una criatura verdosa de ojos verdes, etc. Esta lista podría
continuarse por una página más, pero individualmente los casos no tienen mucho
peso, pues cada rasgo fantástico sólo es apoyado por un informe”. Ejemplo
de esto último, lo hallamos en un caso ocurrido en 1975, donde un grupo de
personas en Jumonville (Pensilvania) observaron una criatura peluda que parecía
“flotar” más que caminar por el bosque. En esos momentos una densa niebla
apareció en la zona. Cuando los testigos regresaron más tarde, tanto la niebla
como el misterioso ser habían desaparecido.
El investigador Micah Hanks en
un artículo denominado "The Weird Outdoors: Bigfoot High Strangeness"
(2011) comentaba que: "Entre la
literatura dedicada al Bigfoot, también hay informes (aunque, de nuevo, a
menudo descartados por los investigadores más ortodoxos) donde las personas
comienzan a sentirse mareados, desorientados, terriblemente asustados (a menudo
acompañado de parálisis), o incluso experimentan sensaciones parecidas a
"moverse en cámara lenta", mientras observan a este tipo de criaturas”.
A estas misteriosas características habría que sumar que decenas de personas han
llegado a disparar a un “Bigfoot” sin, al parecer, causarle el más mínimo daño.
Curiosamente esta extraña inmunidad la comparten con los ocupantes de los OVNIs,
con los que además, guardan otras muchas sospechosas semejanzas.
Muchos testigos indican que el Bigfoot tiene unos luminosos e inquietantes ojos rojos, además de otras, no menos, misteriosas facultades sobrenaturales. |
El destacado investigador John
Keel relataba en su famoso libro “El enigma de las extrañas criaturas” (1987)
que en ocasiones la presencia de un “Bigfoot” podía provocar, incluso,
interferencias eléctricas o fallos en los automóviles como ocurre en numerosos incidentes
OVNIs: “un ciudadano de Virginia
Occidental llamado W. D. “Doc” Priestley afirmaba que en 1960 un humanoide
peludo había estropeado el aparato eléctrico de su vehículo.” Según Keel el
testimonio de Priestley se sumaba a las decenas de relatos que describían, en
aquellas fechas, la presencia de un enorme humanoide peludo de “enormes ojos rojos que brillaban como bolas
de fuego”. Tras el encuentro de esta criatura, debajo del capó del coche de
Priestley saltaron chispas y los bornes de su batería se quemaron por completo.
Por su parte el investigador Scott Rogo incluía otro incidente similar en su
libro “El Universo Encantado” (1981): “Ocurrió
en Yakima (Washington), el 18 de septiembre de 1966. Ken Pettijohn, al volante
de su coche, se vio de repente, a la salida de una curva, frente a una enorme
criatura parecida a un hombre, cubierta por un pelaje plateado, de pie en medio
del camino. Apretó los frenos, y el coche se detuvo. El aterrado conductor
trató frenéticamente de ponerlo de nuevo en marcha. El vehículo se negó. La
figura le siguió cuando Pettijohn logró al fin hace funcionar de nuevo el motor
y salió a toda velocidad”.
Tampoco podemos olvidar, para
añadir mayor enigma al asunto, que no solo se trata de un fenómeno genuinamente
norteamericano, ya que existen muchos países
en el mundo que denuncian la
existencia de estas extrañas entidades en sus bosques o inhóspitas montañas:
Vietnam, Nepal, Canadá, China, Rusia, India, Mongolia, Australia, entre otros. También
produce dolores de cabeza a los criptozoólogos la extraordinaria capacidad del “Bigfoot” para desplazarse de un lugar a otro del
extenso continente norteamericano sin ninguna dificultad, lo que podría indicar
tres opciones:
1.- Los “Bigfoot” poseen una amplia familia diseminada por
casi todos los bosques norteamericanos.
2.- Los “Bigfoot” se trasladan de una forma inexplicable de
un lugar a otro.
3.- Nos enfrentamos a un fenómeno radicalmente diferente al
planteado por los criptozoólogos.
Pero aún podemos añadir un
último ingrediente, que acaba por desestabilizar nuestra percepción sobre estas
apariciones, que parecían originalmente fruto de un esquivo animal desconocido.
Extraños humanoides peludos, idénticos en todos sus rasgos al “Pies Grandes”
han sido observados antes, durante o después de producirse avistamientos de OVNIs…
incluso se los ha visto pilotando un platillo volador…
Por tanto, las preguntas que
debemos formularnos a tenor de estos datos, es saber si, ¿nos enfrentamos a un misterio
estrictamente zoológico, provocado por una especie de animal por catalogar o
identificar?, o, por el contrario ¿nos hallamos ante un fenómeno sobrenatural de
difícil clasificación y vinculado a otros enigmas?…
Profundicemos aún más en nuestra
investigación:
¿UN PIES GRANDES A LOS
MANDOS DE UN OVNI?
Probablemente el siguiente
episodio, protagonizado por William Bozak, ni quisiera fue garabateado en el
cuaderno de campo de los criptozoólogos al considerarlo una autentica herejía
para sus creencias. Y por su parte, el Sr. Bosak jamás hubiera imaginado que se
toparía con un platillo volador tripulado por un piloto tan “primitivo”. Serían alrededor de las 22:30 horas de la noche del 2 de diciembre de 1974, cerca de Frederic en
Polk County (Wisconsin), cuando el Sr. Bozak, un agricultor de 68 años, circulaba,
en mitad de una niebla, con su vehículo por una tranquila carretera. De repente
se sobresaltó al observar que muy cerca del camino había una extraña maquina,
en forma de campana, de entre 2´5 o 3 metros de altura.
En el interior del OVNI el testigo observó una grotesca criatura de aspecto similar al Bigfoot |
¿Puede un Bigfoot tripular un OVNI? |
El raro artefacto, no
tenía ningún tipo de iluminación y estaba casi envuelto por la niebla que había
en la zona, flotando a ras del suelo. Pese a que la mitad del objeto estaba
cubierto por esta densa bruma, en su parte visible observó que había una cúpula
transparente, que se había iluminado al aproximarse con su vehículo. En el
interior del artefacto había una criatura delgada de tonalidad oscura a
excepción de su rostro, las orejas eran grandes como las de una ternera y sus
ojos eran protuberantes. Su piel era de color marrón rojiza. Tenía mucho vello
por todo el cuerpo que le salía de punta, unos 7 centímetros. Tenía un aspecto
espantoso, la cara era chata y al
testigo le recordó, según comentó a la prensa, al “Big-Foot”. “La criatura levanto sus brazos por encima de
su cabeza, y por su expresión tenía el mismo miedo que yo” expondría posteriormente
Bosak a los investigadores. Parecía que iba vestido con un traje similar al de
los submarinistas sin costuras visibles, aunque no sabría especificar si el
pelo era o no de la criatura o algún tipo de abrigo. Cuando el vehículo del
testigo se alejó, el granjero escuchó un ruido de ramas golpeando su coche. En
esos momentos el testigo aseguró que los faros de su vehículo se habían
debilitado considerablemente. Según algunas fuentes, al día siguiente de los
hechos, el agricultor encontró en la zona una huella de 1,80 metros
aproximadamente donde la hierba aparecía aplastada.
EL INCIDENTE DE LA ISLA
PRESQUE
El 31 de julio de 1966, en la
Isla Presque, en la orilla del lago Erie Betty Jean Klem, Anita Haifley y los
hermanos Haifley pasaban una tranquila jornada hasta que su coche quedó
atascado en la arena. Uno de los jóvenes fue en busca de ayuda mientras sus amigos que quedaron en la zona. Entonces contemplaron
una extraña luz “metálica” en el cielo que descendía lentamente. Cuando 2
agentes de policía se personaron en el lugar para socorrer a los jóvenes, estos
les contaron la historia del misterioso OVNI que había aterrizado en las
cercanías. Mientras iban a investigar en compañía de los 2 hermanos, las dos
chicas del grupo se quedaron en el coche. Al regresar las muchachas informaron
que una criatura muy similar al Bigfoot, de aproximadamente 1,80 metros de
altura, se acercó al vehículo arañándolo. Tras tocar la bocina y encender las
luces el ser salió huyendo hacia el bosque. Al día siguiente, la policía
encontró extrañas huellas de 3 dedos en la arena alrededor del vehículo y los
arañazos delatados por la testigo. Lo más curioso de este episodio, como
veremos más adelante, es que fue el detonante de una serie de extravagantes
encuentros con lo imposible…
DESEMBARCO ESPACIAL DEL
BIGFOOT
El investigador Stan Gordon en
un congreso celebrado por el MUFON (Mutual UFO Network) en Pensilvania en 1974
narró un interesante suceso, Al parecer en 1973 el “Westmoreland County UFO
Control Center” recibió una llamada anónima donde les informaban que 3 mujeres
que iban en un coche, circulando por un bosque cercano a Penn (Pensilvania)
contemplaron el aterrizaje de un gran OVNI de forma rectangular y apariencia
metálica. En esos momentos vieron que se abrió una puerta en el objeto y se
desplegó una rampa. Inmediatamente del OVNI surgieron varias criaturas peludas
de 2 metros de altura que se introdujeron en el bosque. Lo más curioso de este
incidente, es que ocurrió en septiembre, y durante el mes de octubre se
recopilaron al menos 3 incidentes similares de encuentros con OVNIs y criaturas
peludas. En Galvestón, un hombre que estaba pescando declaró que, al atardecer,
había visto una extraña criatura peluda que corría de forma extraña.
Posteriormente divisó, como desde el interior del bosque, despegaba un objeto
de color bronce.
Sin duda, la evidente, pero ocultada conexión entre el Bigfoot y el fenómeno OVNI, representa uno de los mayores enigmas asociados a las visiones de extrañas criaturas en los bosques de Norteamérica. |
El 21 de ese mismo mes
una mujer de Cincinnati (Ohio) se despertó sobre las 2:30 horas de la
madrugada, observando varias luces que volaban a baja altura sobre el terreno.
En el interior de una de estas campanas luminosas, de unos 2 metros de
diámetro, la testigo aseguró que vio “una
criatura con forma de mono, gris, sin cuello y con una cabeza con un hocico”. El
ser movía los brazos hacia arriba y abajo, rígidamente. El tercer incidente
ocurrido tras la llamada de teléfono merece un capítulo aparte…
INMUNE A LOS DISPAROS
Sucedió en Greensburg,
Pensilvania (Estados Unidos) el 25 de octubre de 1973. Un granjero de nombre
Stephen Polasky junto a 15 testigos contemplaron como una misteriosa esfera
brillante de color rojizo aterrizaba en las proximidades. Junto a dos niños, Polasky
se acercó a investigar al lugar donde se hallaba la luz. Nada más llegar observaron
a 2 seres de más de 2 metros de altura, totalmente cubiertos de pelo y con dos
grandes ojos amarillos verdosos. En el ambiente había un desagradable olor
parecido a “goma quemada”. Los gigantes peludos se acercaron hacía los
testigos. Según dijera posteriormente el granjero, los seres emitían unos
extraños ruidos, semejantes al llanto de un bebé. Asustado, Polasky disparó
sobre las criaturas, pero no parecía que les afectara. En esos momentos las
luces del OVNI se apagaron y las criaturas desaparecieron en dirección al
bosque.
45 minutos después, en compañía
del agente de policía Byrne, Stephen Polasky regresó a la zona, y encontraron,
que donde habían estado posado el OVNI, había un “anillo con una sustancia
blanca fosforescente” que resaltaba en la oscuridad. Entonces oyeron unos
ruidos, como si algo enorme se desplazara por el interior de la maleza del
bosque. El sonido parecía seguir los movimientos de los testigos y desapareció
de repente. Durante algún tiempo después de esta insólita experiencia los
animales rehuían a aproximarse al lugar del supuesto aterrizaje OVNI. El 27 de
septiembre de 1973, en el condado de Beaver (Pensilvania), dos mujeres vieron
una enorme criatura cubierta de pelo blanco, de aproximadamente 2´4 metros de
altura, con ojos rojos, atravesando un camino en el bosque. Lo más extraño, es
que en su mano parecía llevar una pequeña esfera brillante. Posteriormente las
testigos observaron un objeto luminoso que sobrevolaba el bosque iluminándolo a
su paso con un foco.
Numerosos testigos han disparado al Bigfoot sin que éste parezca verse afectado... |
Curiosamente, el 25 octubre de 1973, en Uniontown
(Pensilvania), George K. mientras
conducía en dirección a una granja en compañía de varias personas, observaron
un extraño artefacto luminoso que parecía tomar tierra en las proximidades.
Cuando llegaron a la zona divisaron un enorme objeto de apariencia metálica
sobre el terreno. La sorpresa del grupo fue mayúscula cuando del OVNI surgieron
dos humanoides cubiertos de pelo gris oscuro y largos brazos. Uno de los seres,
el más alto, podía medir alrededor de los 3 metros de altura. Según los
testigos las criaturas emitían un gruñido parecido al llanto de un bebé.
También informaron que en toda la zona había un olor muy desagradable. George
disparó con su rifle pero los humanoides no se vieron afectados. El vehículo
sufrió algunos problemas con la luces mientras estuvieron en presencia de aquellas
criaturas. Posteriormente también los testigos sufrieron algunas secuelas
físicas tras su encuentro.
Existen decenas de avistamientos
clásicos del “Bigfoot”, donde los disparos efectuados con todo tipo de armas no
parecen causarle daño. En octubre de 1980, en Mason County (Kentucky) la
familia Fulton avistó un enorme “Sasquatch” de más de 2,10 metros, de color
blanco. Charles Fulton le disparó dos veces a quemarropa sin producirle ningún
efecto: “Se que no fallé el tiro, pero la
criatura ni siquiera vaciló o hizo algún sonido. Simplemente se quedó allí un
momento”. ¿Cómo puede ser inmune un animal a los disparos?... parece que
esta cuestión preocupa muy poco a los criptozoólogos que deben pensar que
debajo del pelaje, el “Bigfoot” debe llevar un chaleco antibalas…
LUCES EN EL BOSQUE
Uno de los últimos sucesos de
estas características ocurridos en los Estados Unidos es descrito por los
investigadores Janet y Colin Bord en su citado libro: “en el verano de 1981 los ocupantes de una propiedad rural en Rome
(Ohio) vieron unas criaturas altas, peludas y de ojos rojizos cerca de la casa,
en el bosque. En un encuentro ocurrido el 25 de junio, dispararon a una de las
criaturas directamente entre los ojos con una escopeta, pero escapó antes de
que pudiera disparar por segunda vez. A la noche siguiente, el mismo testigo
vio a la criatura y afirma que le golpeó con su linterna. Estaba de pie junto a
una grúa y por eso pudo determinar posteriormente que medía 2´9 metros de
altura. Su largo pelo era negro o castaños oscuro”. Tenía la nariz grande y
plana, y ojos grandes y de brillo rojizo. Se produjeron muchos avistamientos
más, pero fracasaron todos los intentos de disparar y envenenar a las
criaturas. Los investigadores también las vieron, encontraron huellas
circulares de 17 cm de ancho y 20 cm de largo, con “extensiones semejantes a
tres dedos”. También se encontraron huellas de 5 dedos. Durante los
acontecimientos, el bosque se iluminaba con una luz “tan brillante como la del
día” sin ninguna razón para ello. Se veían esferas luminosas, y en una ocasión
en que un objeto volaba por encima de un testigo le disparó, escuchándose como
la bala golpeaba en algo que sonaba a cristal”.
EL PIES GRANDRES Y LOS
CUATREROS DEL ESPACIO
La investigadora Linda Moulton
Howe, incluye un polémico caso en su libro “Glimpses of Other Realities: Facts
and EyewitnessesVol. 1” (1997). Se trata de un episodio ocurrido en Mount
Vernon, Missouri en una mañana de Julio de 1983. Según relata Moulton, Ron y
Paula Watson se sorprendieron al observar unos brillantes destellos de color
plata enfrente de su casa de campo. Con
ayuda de unos prismáticos el matrimonio comprobó que sobre el terreno había 2
pequeños seres enfundados en ropas plateadas que estaban junto a una vaca que
estaba recostada sin moverse. Los humanoides pasaban sus manos sobre el animal
y, de repente, la vaca comenzó a flotar. Entonces los seres se dirigieron hacia
una extraña nave en forma de cono que estaba en el fondo de la escena. Ron le
comentó a la ufóloga que el OVNI era casi invisible "porque su superficie era como un espejo y reflejaba todas las
hojas, hierba y cielo como perfecto camuflaje." El objeto tenía
abierta una oscura portezuela y había desplegado una rampa. En esos momentos el
matrimonio Watson asegura que vieron en su interior un humanoide, de gran
altura, con aspecto de lagarto y con los ojos rasgados y las pupilas verticales
similares a los de una “serpiente o cocodrilo”. Pero lo más insólito de esta
pintoresca experiencia, es que los testigos dijeron que al otro lado de la nave
vieron una criatura aun más alta, y que parecía un “Bigfoot” de ojos verdes y
pupilas verticales. Cuando la vaca entró en la nave, el objeto despegó a gran
velocidad…
Bigfoot con ojos de lagarto observado en el interior de un OVNI por el matrimonio Watson (Imagen Cortesía Linda H. Moulton). |
OVNI en cuyo interior, el matrimonio Watson, observaron un "Bigfoot". En el exterior dos extraterrestres "secuestraban" una vaca,,, |
Este caso guarda cierta similitud
con un incidente narrado por el investigador Peter Guttilla durante una
entrevista para el portal “Bigfoot Encounters” (1996): “Ocurrió cerca de Seattle, en Washington, en el año 1980. Había ido a
una zona rural al este de Seattle, donde todos los indicios de estas
apariciones estaban presentes: se escuchaban extraños ruidos en la noche, los
animales eran presa del pánico, había malos olores, gritos agudos en el bosque
de noche, se encontraron 5 grandes huellas de 4 dedos, etc. Entrevisté a un
vecino de la zona que me dijo que había sufrido una inquietante sorpresa,
después de buscar ayuda en un médico hipnotizador, para que le ayudara con los
dolores de cabeza. Bajo hipnosis, este
hombre dijo que vio dos humanoides descendiendo de un enorme OVNI en forma de
disco, y dirigiéndose al boque, seguidos por una criatura muy alta cubierta de
pelo y de aspecto simiesco, que parecía subordinada a ellos. Durante las
semanas anteriores a esta experiencia, el testigo manifestaba que a menudo se
despertaba en mitad de la noche por un ruido muy fuerte que provenía del cielo,
por encima de los árboles próximos a su casa. Los vecinos también escucharon
este sonido que fue grabado en cinta, y en una de las grabaciones se escuchaba
grito agudo, como lamentos.”
LA FAMILIA BIGFOOT:
ENTRE HOMBRES LOBOS, EL “MONO MOFETA” Y EL "MOMO MONSTER"
Al igual que ocurre con los
ocupantes del fenómeno OVNI, la apariencia del “Bigfoot” difiere
sustancialmente dependiendo del lugar donde se aparezca. Incluso en
determinadas regiones de los Estados Unidos el “Bigfoot” parece tener unas
características únicas, y totalmente diferentes al resto de los avistamientos
del país. Cómo si estos lugares tuviesen su propio “Pies Grandes” autóctono,
aunque conserve las mismas facultades para esquivar ser capturado. Ya que ese
sustancial e imprescindible rasgo es compartido por todos los “Bigfoot”, tenga
el aspecto que tenga…
Durante las últimas décadas, en
el estado norteamericano de Wisconsin, los investigadores han podido acumular más de un centenar de
informes de personas que aseguran haberse topado con una enigmática criatura
que parece escapada de un relato de terror. Si no existieran tal cantidad de
testimonios sería inconcebible admitir siquiera la posibilidad de que en los
bosques de Wisconsin se pudiera ocultar, lo que los testigos describen como un
“Hombre Lobo”. Aunque las primeras declaraciones de su presencia pueden
rastrearse hasta los años 30, no ha sido hasta finales de los 80, cuando los
encuentros se dispararon. La prensa la denominó como la “Bestia de Bray Road”,
en referencia a la carretera que ha sido escenario predilecto para las
incursiones de esta tenebrosa criatura. Los testigos la describen como un ser
bípedo, de un 1´80 metros de altura, muy corpulento, cubierto de un espeso
pelaje oscuro (en ocasiones con vetas de color gris o plata). En reglas
generales no diferiría mucho de los supuestos avistamientos del “Bigfoot”, salvo por unas claras diferencias.
Tiene las orejas puntiagudas, hocico, colmillos prominentes y sus ojos son
parecidos a los de un lobo. También se le ha descrito con tres poderosas
garras, con las que incluso ha cazado y despezado animales. Se le ha visto caminar
erguido y también a cuatro patas. Pero al contrario que su pariente “Bigfoot”
el “Hombre Lobo” de Wisconsin tiene muy mal caracter.
En Wisconsin, el Bigfoot tiene mas parecido a un Hombre Lobo que a una especie de primate desconocido. |
Para algunos criptozoólogos
podría tratarse de avistamientos del Bigfoot malinterpretados, aunque no
obstante para la investigadora Linda Godfrey, autora de varios libros sobre estas
apariciones, no existen dudas de se trata de otro tipo de animal
criptozoológico, con mas semejanzas al mítico Licántropo de la literatura. Uno de los sucesos más
escalofriantes sucedió en el año 1972, en el Condado de Jefferson, cuando la
policía recibió una llamada alarmada de un vecino que había sufrido el ataque
de un grotesco ser. Según la investigación efectuada por el Departamento de Recursos
Naturales de Wisconsin el intruso fue descrito ante las autoridades como un
"gran animal desconocido" que había intentando entrar en la granja
forzando la puerta. El ser medía más de dos metros de altura, cubierto de largo
cabello oscuro, caminaba como un hombre y poseía largos brazos acabados en
garras. A las dos semanas volvió y atacó a uno de los caballos hiriéndole
profundamente de hombro a hombro. En su día los investigadores desecharon el
caso al considerarlo demasiado “violento” para un “Bigfoot”...
Por su parte, el estado de Florida
cuenta con su propia especie de “Pies Grandes”. Allí lo denominan “Mono Mofeta”
(“Skunk Ape” ) en relación a su desagradable y profundo olor corporal. Según
las descripciones de los lugareños se trata de un misterioso animal, de entre
1´80 a 2 metros de altura (generalmente de menor tamaño que el “Bigfoot”), de
largo pelaje de color negro, rojizo o marrón. Tiene rostro humano, una cabeza
grande, con grandes ojos brillantes, sin cuello apreciable, y con unos hombros redondos.
Los brazos son descritos como largos y colgados a lo largo del cuerpo. Las
principales diferencias con el “Pies Grandes”, serían: un pelaje mucho más
largo que el apreciado en el “Bigfoot”, la existencia de un rabo, y como se
aprecia en las huellas que deja en el terreno sólo 3 dedos en sus pies. En
ocasiones se le ha visto correr utilizando sus 4 extremidades. Aunque su
principal característica es un nauseabundo y penetrante hedor que hace que los
testigos lo olfateen antes de verlo. Aunque el
“Bigfoot” también es conocido por su pestilencia, el “Mono Mofeta”
supera con creces a su pariente.
El Mono Mofeta tiene sus propias características alejadas de su pariente de los bosques... |
El “Skunk Ape” también parece inmune a todos
los peligros que le acechen, pues ha salido ileso de disparos, atropellos y
persecuciones policiales. Uno de los primeros encuentros ocurrió en 1957, en
los Everglades (Florida), cuando dos cazadores se encontraron en mitad de la
noche con un enorme homínido cubierto de pelo, y con grandes ojos brillantes
que se perdió entre la espesura de la zona. En Missouri
desde principios de los años setenta, se habla de la presencia de una peluda
criatura denominada popularmente como "Momo Monster". El primer
testimonio se remonta al 11 de julio de 1972, cuando 2 muchachos, Terry y
Wally, de 8 y 5 años respectivamente, en Louisiana, cerca de Marzolf Hill, sobre las 15:30 horas, informaron que se habían topado con un misterioso ser, sin cuello, de unos 2
metros de altura, de largo pelaje negro y de aspecto siniestro. La criatura
llevaba bajo su brazo un perro muerto ensangrentado.
Cuando su padre llegó, el Sr. Edgar Harrinson comprobó que había leves huellas en el suelo, y que el ramaje tenía restos de un pelaje oscuro. El perro de los niños se puso enfermo tras el encuentro con la bestia peluda, sus ojos estaban enrojecidos y vomitaba frecuentemente. Varios vecinos también vieron a la horrible criatura. Se organizó una batida compuesta por varios hombres para intentar capturar al monstruo. El grupo encontró un posible refugio que podría haberla utilizado para dormir. En una de las esquinas había un montón de hojas y restos que podría ser su cama". Los testigos aseguraron que en la zona había un olor muy desagradable. En los alrededores encontraron huellas que por la dureza del terreno, podría corresponder a un ser cuyo peso podría rondar los 90 kilográmos. La principal diferencia con el "Bigfoot" es su larga cabellera, que prácticamente le cubre todo el rostro, hasta el pecho, y una enorme cabeza en forma de calabaza.
El "Momo Monster" la enésima vuelta de tuerca del enigma "Bigfoot"... |
Cuando su padre llegó, el Sr. Edgar Harrinson comprobó que había leves huellas en el suelo, y que el ramaje tenía restos de un pelaje oscuro. El perro de los niños se puso enfermo tras el encuentro con la bestia peluda, sus ojos estaban enrojecidos y vomitaba frecuentemente. Varios vecinos también vieron a la horrible criatura. Se organizó una batida compuesta por varios hombres para intentar capturar al monstruo. El grupo encontró un posible refugio que podría haberla utilizado para dormir. En una de las esquinas había un montón de hojas y restos que podría ser su cama". Los testigos aseguraron que en la zona había un olor muy desagradable. En los alrededores encontraron huellas que por la dureza del terreno, podría corresponder a un ser cuyo peso podría rondar los 90 kilográmos. La principal diferencia con el "Bigfoot" es su larga cabellera, que prácticamente le cubre todo el rostro, hasta el pecho, y una enorme cabeza en forma de calabaza.
LA OPINIÓN DE LOS CRIPTOZOOLOGOS
Sin embargo, pese a todo lo
expuesto anteriormente, la mayoría de los criptozoólogos son reacios a admitir
la existencia de fenómenos paranormales o sobrenaturales vinculados a los “Bigfoot”,
y mucho menos la probabilidad de que estén relacionados con los OVNIs. De
hecho, reconocidos criptozoólogos como Loren Coleman rehúyen de este tipo de afirmaciones,
adjudicándolas a meras especulaciones sin fundamento, basadas en experiencias
residuales. Javier Resines periodista especializado en criptozoología y uno de
los mayores expertos de nuestro país, explicó al autor del presente reportaje su
punto de vista sobre estas cuestiones: “En
cuanto a los casos en los que bigfoot se presenta no como un mero “animal”,
sino como un ser dotado de ciertas características paranormales, considero que
la explicación más usual (habría que estudiar cada caso de un modo más
profundo) podría llevarnos a pensar que
el testigo o testigos han sufrido un error de percepción. Me explico. El punto
de vista desde el que me acerco a la criptozoología en general y al bigfoot en
particular es el más cercano posible a la biología pura y dura. Considero que
existe una pequeña posibilidad por la cual hombres salvajes -o como queramos
llamarles- hayan podido sobrevivir hasta nuestros días. Pero serían eso, un
eslabón perdido, una reminiscencia de otra época o un modelo evolutivo
desconocido por nosotros y que ha dado lugar a otra humanidad. Pero nada
paranormal. Aún así, hay testigos que
refieren que han tenido encuentros con seres peludos con ojos brillantes,
capacidades hipnóticas o algunas otras características extraordinarias. ¿Cómo
puede ser? ¿Mienten? Seguramente, no. Para explicarlo habría que considerar las
condiciones en las que se produce la experiencia que está teniendo dicho
testigo. Se trata de un encuentro con algo nuevo, totalmente ajeno a lo que
conoce, súbito y a lo que su cerebro debe encontrar un acomodo. El testigo
sufre un stress importante y, en estas situaciones, puede ser difícil precisar
lo que se está presenciando. En resumen, opino que la existencia de bigfoot –al
menos, en algunas de sus diferentes variedades locales- pudiera ser real, pero
que es ajena a cualquier consideración paranormal o fantástica en cuanto a sus
características físicas o de comportamiento.”
Dibujo del Bigfoot avistado en el Condado de Nelson (Kentuky) en Octubre 1965 (Imágen Cortesía Gulf Coast Bigfoot Research Organization) |
Respecto a la vinculación con
los OVNIs Resines admitía ciertas incertidumbres: “En mi opinión, hay que partir de reconocer que nos encontramos ante
dos fenómenos muy complejos y que manejan
características tanto de la realidad como de la ficción, pues no hay que
olvidar que –tras muchos años de estudio- hemos sido incapaces de demostrar su
existencia. Salvando este obstáculo y dando por sentado que las dos realidades
existen - con su comprensible cautela-
opino que existe una relación entre la ufología y el bigfoot. No creo que
formen parte del mismo asunto, que uno sea una extensión o consecuencia del otro, aunque se han
reportado algunos casos de tripulantes “peludos” e incluso se han observado
bigfoots entrando y saliendo de extraños aparatos voladores. Creo que hablamos
del interés que estas entidades extraterrestres pudieran mostrar hacia lo que
ocurre en nuestro planeta. Y qué duda cabe que la existencia de bigfoot tiene
que llamar su atención. Es decir, la presencia de bigfoots en casos ovni se
debería a la investigación por parte de estos seres ajenos a nuestro mundo de
una de las partes más curiosas y desconocidas de nuestra Naturaleza”.
CONCLUSIONES
Pese al escepticismo mostrado
por cierto sector de la criptozoología, con Loren Coleman a la cabeza, ante la
posibilidad de que el “Bigfoot” esté vinculado con los OVNIs o con fenómenos
paranormales, lo cierto, es que los relatos que señalan estas conexiones gozan
de la misma credibilidad que el resto de los testimonios (o al menos presentan
las mismas exiguas evidencias, que no es poco). Y es más, las propias investigaciones
en torno a esta misteriosa criatura parecen indicar que existe una gran
cantidad de componentes desconcertantes que difícilmente podrían explicarse
como el resultado de la interacción de los testigos con un “animal desconocido”
difícil de atrapar, por mucha inteligencia que presupongamos al “Bigfoot”. De
hecho, la extraordinaria habilidad que presentan la mayoría de las criaturas
criptozoológicas (Bigfoot, Nessi, Yeti, etc.), para evitar ser atrapadas o,
simplemente fotografiadas, demuestra que nos hallamos ante un fenómeno que va
más allá de lo estrictamente biológico, para adentrarse en el resbaladizo mundo
de los fenómenos inexplicables. Ahondando en esta cuestión el reconocido investigador
Nick Redfern en un artículo titulado “Monsters and Proof” (2011) insistía en
esta esencial cuestión: “no importa si la
ubicación se encuentra en los enormes bosques del noroeste del Pacífico, las
aguas salvajes de Escocia, el Himalaya, el Yunque, en la selva tropical de
Puerto Rico, o en las profundidades de los océanos, la historia ha demostrado
que todos y cada uno de los intentos de obtener una evidencia física de los
animales desconocidos ha terminado en nada más que en un completo fracaso.”
¿Es posible que a día de hoy aún no se haya podido capturar, atropellar, fotografiar, filmar, cazar, etc. un ejemplar de Bigfoot? |
Por tanto, no es tan sencillo suprimir
el componente paranormal y ufológico de las apariciones criptozoológicas. Más
aún, cuando después de miles de avistamientos, más de 3.000 según algunas
fuentes (Joshua Stevens. 1921/2013) jamás se ha podido seguir las huellas de un
“Bigfoot” a ninguna parte, ni se han encontrado la lógica cantidad de restos de
pelaje, que deberían existir, a tenor de los cientos de incidentes donde se ha
visto a estas criaturas caminando o corriendo entre la vegetación, rompiendo
ramas y moviéndose abruptamente entre la maleza.
El investigador Stan Gordon en una entrevista titulada “Bigfoot and UFOs: The connection” (2012) para el portal Scott.net, expresó su opinión sobre las extrañas huellas asociadas al “Bigfoot”: “nuestros investigadores han estado en varios lugares y han observado rastros de huellas, que de repente, se detenían cuando debería haber habido más huellas”. E incluso, para mayor misterio, en muchos incidentes, no se han hallado huellas en terrenos favorables para que hubiesen aparecido. El 23 de agosto de 1982, en Ellington, Connecticut, dos granjeros, John Fuller y David Buckley, salieron de noche a comprobar el estado de las vacas porque llovía mucho. De pronto cuando se acercaban vieron una extraña criatura cubierta de pelos, de 1´80 metros aproximadamente de altura, que estaba sentada observando al ganado. Los testigos huyeron y llamaron inmediatamente a la policía. Cuando los oficiales de policía llegaron a la granja fueron incapaces de encontrar huellas en el suelo mojado.
El investigador Stan Gordon en una entrevista titulada “Bigfoot and UFOs: The connection” (2012) para el portal Scott.net, expresó su opinión sobre las extrañas huellas asociadas al “Bigfoot”: “nuestros investigadores han estado en varios lugares y han observado rastros de huellas, que de repente, se detenían cuando debería haber habido más huellas”. E incluso, para mayor misterio, en muchos incidentes, no se han hallado huellas en terrenos favorables para que hubiesen aparecido. El 23 de agosto de 1982, en Ellington, Connecticut, dos granjeros, John Fuller y David Buckley, salieron de noche a comprobar el estado de las vacas porque llovía mucho. De pronto cuando se acercaban vieron una extraña criatura cubierta de pelos, de 1´80 metros aproximadamente de altura, que estaba sentada observando al ganado. Los testigos huyeron y llamaron inmediatamente a la policía. Cuando los oficiales de policía llegaron a la granja fueron incapaces de encontrar huellas en el suelo mojado.
Y por si fuera poco, ninguna de
las centenares de expediciones organizadas para intentar atrapar un “Bigfoot”, o
al menos documentar su existencia, han dado resultado alguno, pese a utilizar
todo tipo de tecnologías y recursos humanos. Nada. Como si cuando el “Bigfoot” no
fuese observado por los testigos paseando por el bosque, sencillamente dejara
de existir en nuestra realidad.
No obstante, pese a la existencia de serios indicios de alta
extrañeza en torno a lo que se presupone es, un simple “animal”, la mayoría de los criptozoólogos han optado por
eliminar de sus informes todos los elementos que resultan extremadamente raros o,
simplemente por desechar los casos “inclasificables”.
Aunque por su parte, los ufólogos no han actuado de mejor manera, ya que tampoco han querido entrar a valorar muy profundamente esta posible conexión al temer que reste credibilidad a ambos fenómenos por igual. Ya que los ufólogos son conscientes que al complejo y confuso fenómeno OVNI habría que sumar una nueva incógnita de difícil solución. ¿Qué puede hacer un "Bigfoot" a bordo de un OVNI?, ¿se trata de un ser extraterrestre?, ¿un experimento biológico?, ¿una mascota?... ¿Una nueva incoherencia en torno a los OVNIs?....
Sin duda la relación del "Pies Grandes" con los platillos volantes representa una combinación que no es cómoda para ninguna de las partes implicadas...
Aunque por su parte, los ufólogos no han actuado de mejor manera, ya que tampoco han querido entrar a valorar muy profundamente esta posible conexión al temer que reste credibilidad a ambos fenómenos por igual. Ya que los ufólogos son conscientes que al complejo y confuso fenómeno OVNI habría que sumar una nueva incógnita de difícil solución. ¿Qué puede hacer un "Bigfoot" a bordo de un OVNI?, ¿se trata de un ser extraterrestre?, ¿un experimento biológico?, ¿una mascota?...
Sin duda la relación del "Pies Grandes" con los platillos volantes representa una combinación que no es cómoda para ninguna de las partes implicadas...
Sin embargo, probablemente, la
censura de estos datos e incidentes, imposibilita que tengamos acceso a informaciones
vitales para comprender la complejidad del “Bigfoot” y del propio fenómeno OVNI. Los investigadores Tom
Burnette y Rob Riggs lo denunciaban abiertamente en un artículo titulado “The
Bigfoot-UFO Connection” (2014): “En
nuestro nuevo libro, “Bigfoot: Exploring the Myth and Discovering the Truth”
(2014), no pretendemos haber resuelto el misterio del Bigfoot. Sólo indicamos
que tenemos evidencias que sugieren enérgicamente la presencia generalizada de
un primate, grande y peludo no descubierto oficialmente en el sur de los
Estados Unidos. Más allá de eso, anotamos una serie de otros fenómenos extraños
asociados con muchos avistamientos de Bigfoot, que incluyen misteriosas luces
en los informes. De hecho, lo que distingue a nuestro trabajo, al de otros
investigadores, es que en gran medida se tiene en cuenta la actividad
paranormal que parece rodear a estas criaturas y las zonas donde se divisan. La
mayoría de los investigadores son reacios a hacer esto.”
|
Y es evidente porqué lo hacen. La inclusión de aspectos sobrenaturales y ufológicos en los informes de encuentros con el “Piesgrandes” provocan un rechazo aun mayor en la comunidad científica, de lo que provoca de por sí, la hipotética existencia de un gran homínido desconocido escondido en los bosques de Norteamérica. Por lo que no sería descabellado pensar, que los criptozoólogos obviaran a conciencia este tipo de sucesos al considerarlos una herejía alejada de sus estereotipos más clásicos y “racionales”.
Aunque la vinculación de los No Identificados con el “Bigfoot” es rehusada por la mayoría de los criptozoólogos, el investigador Stan Gordon, que investigó en profundidad el incidente de Polasky en 1973, escribió en un reporte titulado “25th Anniversary Of Truly Scary Pennsylvania UFO Encounter” (1998): “La mayoría de los avistamientos de Bigfoot no tienen ninguna relación con informes sobre OVNIs. Pero aquí, en Pensilvania se investigó algunos casos, donde ambos fenómenos fueron vistos al mismo tiempo. En otros sucesos, después de que se informara de la presencia de un OVNI, se recogían informes de Bigfoot en esa zona, o viceversa. Lo que allí existió es una asociación entre las dos anomalías, que queda abierto a la especulación. Debo subrayar, que estos casos son históricamente poco frecuente, pero algunos están muy bien documentados. Esa fue mi posición como investigador, recopilar todos los datos, y presentar la información, sin esconder los hechos que fueron descubiertos pensando que causaría controversia entre los Criptozoólogos y los investigadores OVNIs, ya que estos tienen sus propias teorías en cuanto a lo que estos fenómenos representan.” Y es que el propio Stan Gordon comprobó que la presencia de OVNIs y otras circunstancias extrañas estuvieron presentes durante el incidente de Polasky, lo que indiscutiblemente arroja muchas incertidumbres sobre las apariciones del “Bigfoot”: “El testigo principal, un individuo bastante corpulento, mientras estaba siendo interrogado, repentinamente comenzó a gruñir, empujando a su padre y a mi asistente George Lutz, contra el suelo. El hombre corrió por el campo gruñendo como un animal y gritando de una forma casi inhumana. Su propio perro intentó atacarle, pero al acercarse huyó lloriqueando. De repente, el hombre se desmayó en el suelo. Entonces dos de los miembros de mi equipo comenzaron a quejarse, porque estaban teniendo dificultad para respirar. De repente el aire se impregnó de un fuerte olor que, sólo puede describirse, como de huevos podridos. Cuando el hombre salió de lo que parecía ser un estado de trance, empezó a hablar de visiones sobre el fin del mundo, etc..”
No hay dudas, de que muy pocos investigadores
se atreverían a incluir en su catalogo, libro o artículo sobre el “Bigfoot”,
situaciones como las descritas por Stan Gordon en sus trabajos. John Keel fue pionero en ver
más allá que el resto de sus colegas, cuando en su citada obra, incluyó un evento
que rebasa los límites de la imaginación y la cordura: “Cuando fuimos a Erie a investigar (el caso de los chicos atascados
en la arena) –explica Keel-, encontramos una curiosa nota en los
archivos de la policía. Una mujer les había telefoneado para darle parte de
otra aparición de un monstruo. Ésta había tenido lugar en la calle West Third,
en frente del puerto de Erie y exactamente al otro lado de Presque Isle. La
mujer, Mrs. Julie Helwig, nos dijo que la habían despertado los ladridos de los
perros a las 5:30 horas de la madrugada del miércoles 3 de agosto de 1966, y al
mirar por la ventana vio un ser de forma humana que mediría 1´70 metros de
estatura. Dijo que iba vestido con una chaqueta amarilla y unos pantalones del
mismo color, sin que se les notara bolsillos, cinturones u otros detalles
particulares cualesquiera. Dijo que la cabeza la tenía grande, en forma de
luna, y, que vista de costado, la parte posterior parecía plana. Esta cabeza
estaba cubierta de pelo disperso castaño… de un castaño terroso. La criatura tenía
unos hombros muy grandes y un tipo esbelto. Se movía con unos gestos rígidos,
mecánicos, como a sacudidas, conservando los brazos pegados a los costados, sin
moverlos nada en absoluto. Las piernas no se doblaban por las rodillas. “Se
movían -explicó Mrs. Helwig- como un juguete mecánico, de esos que se les da
cuerda”. Los perros de la población le ladraban a los tobillos, pero la
criatura no les hacía caso. La visión de esta criatura atemorizó a la testigo,
la cual despertó a su esposo. Este miró por la ventana, pero como no llevaba
gafas, dijo que solo veía “una cosa en movimiento”. La criatura apareció al
otro lado de los Depósitos de Almacenamiento de la United Oil y desapareció
rápidamente de la vista. Otra mujer de aquel sector vio una criatura similar
aquella misma semana. Esta mujer que quiere permanecer en el anonimato, dijo
que bajaba en coche por la calle Third muy avanzada la noche cuando vio un
extraño ser. Ella paró el coche, la criatura se acercó, “dio unos golpes en la
capota” y luego se hundió en la oscuridad”.
LA TEORIA DE LA DISTORSION
Y EL BIGFOOT
En el presente reporte ha
quedado evidenciado que los avistamientos del “Bigfoot” lejos de ser un
fenómeno homogéneo y circunscrito sólo al posible ámbito zoológico, se erige
como un autentico enigma sobrenatural rico en matices y detalles. A nuestro
entender muchas de las características de estas apariciones se enmarcan
perfectamente dentro de los parámetros definidos por la Teoría de Distorsión.
Que contempla la existencia de un fenómeno cuasi-físico, provocado por la
interacción y comunicación, de un “agente externo” desconocido con la mente de
los eventuales testigos. Dicha conexión mental, se plasma en una proyección tridimensional,
aparentemente “real” y “tangible”, que recrea una escenografía específica,
“fabricada” para la ocasión y que puede abarcar todo tipo de manifestaciones
anómalas (OVNIs, Apariciones Marianas, Fantasmas, etc.). En el caso que nos
ocupa, las ancestrales creencias en la existencia de hombres salvajes, monstruos
y criaturas desconocidas en los bosques, han sido utilizadas por este “agente
externo” para la elaboración del moderno mito del “Bigfoot”, cuyo contenido iconográfico
reactualiza antiguos y profundos miedos atávicos.
Pero estas “puestas en
escenas” pueden incluir desde encuentros con OVNIs y sus tripulantes, hasta
“Bestias peludas”, pasando por apariciones marianas y fantasmas. Todos estos paradigmas
se caracterizan por ser fenómenos muy maleables y cambiantes, que, aun
conservando asombrosos elementos comunes, se desarrollan de forma independiente
y con características inherentes e intransferibles, aportadas por la
participación inconsciente de cada testigo. Lo que explicaría la enorme
diversidad, en apariencia, tamaños y colores, delatada en los avistamientos del
“Bigfoot”. Además, es importante reseñar, que la permanencia física de estas
“criaturas” en nuestro universo, se limitarían sólo y exclusivamente al momento
exacto de la “proyección tridimensional”, cuando transitoriamente cobran “vida”
para cumplir su propósito. Por lo que obviamente, por ejemplo, sería imposible
hallar el escondrijo del “Bigfoot”, ya que nada de lo recreado después de la
finalización de la experiencia subsiste.
Aunque el “agente externo” es
capaz de otorgar materia a sus manifestaciones, este añadido físico y tangible,
expuesto ante los ojos del testigo, por ejemplo, en forma de huellas sobre el
barro, o la imponente e “incuestionable” presencia del “Bigfoot” al romper
ramas en sus desplazamientos, etc., sólo son un refuerzo psicológico, utilizado
como mero “attrezzo” para crear una “representación” perfecta para perpetuar el
sutil engaño. Así, aunque encontremos pisadas profundas del “Bigfoot”, estas no
nos llevaran a ninguna parte, y, del mismo modo, aunque hallemos restos
extraños después de un aterrizaje OVNI, estos no resultaran nada de
extraordinarios o anómalos.
Por tanto, obviamente, a tenor
de nuestras conclusiones, no existe ningún animal desconocido campando a sus
anchas por los frondosos bosques de Norteamérica, del mismo modo que, posiblemente,
la mayoría de los encuentros con OVNIs tampoco obedecen a la presencia en
nuestro planeta de seres extraterrestres. Todo se debe a una trama orquestada y ejecutada por un “agente externo” que distorsiona caprichosamente el contenido de las
experiencias anómalas en función de las capacidades de cada testigo, para
perpetuar unos mitos determinados.
Por lo que las respuestas a
estos y otros enigmas hay que buscarlas en otras direcciones radicalmente opuestas
de las seguidas hasta el momento. Aunque, si la mayoría de los investigadores siguen
ignorando todos los elementos que el fenómeno nos pone sobre la mesa, la tarea
se antojará un harto compleja, ya que nos conducirán a un callejón sin salida…
o, en el caso que nos ocupa, a perdernos entre la espesura del bosque persiguiendo
a un inalcanzable fantasma peludo…
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.