El genial e
inmortal investigador John A. Keel (1930/2009), autor entre otros libros del mítico "The Mothman Prophecies" (1975) ejerció su labor de periodista en diversos
lugares del mundo. A mediados de los años 50 estuvo residiendo en España,
concretamente en Barcelona. En esa época acababa de dejar el ejército, donde desempeño
labores en la emisora de radio de la “American Forces Network”. Tras dejar la
vida militar, se dedicó a viajar por la India, Egipto e Irak, para recoger toda
clase de extrañas historias para las revistas norteamericanas con las que
colaboraba, como Argosy y True. Encantadores de serpientes, faquires, extrañas
criaturas, momias, e, incluso una búsqueda del legendario Yeti, fueron algunos
de los primeros misterios que interesaron a un joven Keel.
John Keel con su novia Lite. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
Fachada del inmueble donde residió Keel durante su etapa en Barcelona. Foto Actual. (Imagen Cortesía Google Maps) |
Tarjeta de visita de John Keel durante su estancia en España. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
Durante esta
etapa de su vida, el inquieto reportero se instaló en Barcelona con su novia
Lite, que posteriormente sería su esposa, y reescribió algunos de sus artículos
para convertirlo en su primer libro, "Jadoo" (1957). De su etapa en
España, John Keel confesaría a sus más íntimos amigos, como Doug Skinner, que,
aunque no había aprendido a leer en español, le encantaba ir al teatro y sobre
todo, le fascinaba que continuara vivo el género del "vodevil".
Estuvo 3 años viviendo en Barcelona, entre 1955 y 1957, regresando a Nueva York
para promocionar su libro.
El resto ya
es historia…
Su buen amigo Doug Skinner escribió una emotiva biografía sobre uno de los mejores investigadores OVNIs y de anomalías de todos los tiempos:
“John Alva
Keel nació el 25 de marzo de 1930, en Hornell, Nueva York. Su padre era un
cantante y líder de una banda de música, su madre era una; "chica alegre,
guapa y con un gran sentido del humor".
El matrimonio duró muy poco; y John fue criado por sus abuelos en el
pueblo cercano de Perry. De niño leía insaciablemente (se recordaba a sí mismo
como una "máquina de leer"), sobre todo cualquier cosa sobre magia,
humor, ciencia, viajes y la aviación. En el momento en que cumplió los 14 años,
estaba decidido a ser un escritor: escribió una columna titulada “Scraping the
Keel” para el "Perry Herald"; publicó su propio fanzine de ciencia
ficción, "The Lunarite"; y enviaba escritos de forma rutinaria a
varias revistas.
John Keel en su juventud. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
John Keel junto a su madre durante su estancia en el ejercito estadounidense. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
En 1947,
haciendo autostop llegó a Manhattan -o, más específicamente, a Greenwich
Village. Se convirtió en editor asociado de las revistas trimestrales Poets of
America (1947-1949), y editor del periódico semanal Limelight (1949-1951). En
ese momento, también estaba escribiendo para varios cómics, contribuía con
poesía para varias revistas, y realizaba guiones para el canal de televisión
WABD. También escribió guiones para programas de radio, incluyendo la estación
Grand Central y Primer Nighter.
Cuando cumplió
los 18 años, tuvo una experiencia extraña de iluminación (pero clásica) en su
habitación amueblada al lado de Times Square. Recordaba que la habitación
"llena de una luz indescriptible, con un brillo rosado"; y su mente
"inundada con un torrente de información."
En 1951, fue
reclutado por el ejército. Pasó sus años de militar en Frankfurt, trabajando
sobre todo para el American Forces Network. Donde desarrolló algunas de sus
ideas de comunicación -una transmisión a distancia desde la gran pirámide, otra
del castillo de Frankenstein- que le llevaron a ganar notoriedad.
Un joven John Keel sostiene una serpiente ante la cámara. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
En 1954, Keel
estaba inquieto y decidido ver más del mundo. Pasó el próximo año vagando por
todo el Oriente Medio, apoyándose económicamente en el envío y publicación de
artículos a través de su agente, que luego los publicaba en revistas como
"las aventuras de un explorador". En Singapur, fue deportado como un
"aventurero", y se trasladó a Barcelona, donde reescribió sus
experiencias para crear un libro titulado Jadoo.
Cuando Jadoo
se publicó en 1957, se trasladó de nuevo en Nueva York. Lo promovió mediante
unas cobras expuestas en la ventana del acuario de Midtown en Times Square,
tuvo muchas apariciones en televisión y radio. Posteriormente sufrió un poco
del "bloqueo del escritor", después de esto, volvió a editar la
revista Echo. "Funk & Wagnall" también lo contrató como editor de
ciencia y geografía (1959-1960).
En los años
60, trabajó mucho para la televisión: Keel era el guionista principal para el
concurso “Play Your Hunch”; y también elaboró muchos guiones para series como
"Mack and Myer for Hire", "the Chuck McCann Show",
"the Clay Cole Show" y la serie de animación
"Snooperscope". También escribió un par de novelas, bajo su seudónimo
preferido, Harry Gibbs.
Jaddo, el primer libro de John Keel. Escrito durante su estancia en Barcelona, |
La revista
Playboy le encargó escribir un artículo sobre OVNIs. El reportaje resultante
fue rechazado (la asignación fue entregada a J. Allen Hynek, y publicado en la
edición de diciembre de 1967). Pero Keel se había enganchado al tema de forma
irremediable; viajó por todo el país, entrevistando a testigos, y escribió
decenas de artículos. El fenómeno OVNI, que conoció, tuvo un efecto en sus
investigadores: entró en un oscuro mundo donde los coches negros desaparecían
en los caminos rurales, los mensajes sin sentido se presentaban en sus habitaciones
de hotel, y su teléfono y correo sufrieron intercepciones extrañas. En 1966,
realizó varias visitas a Point Pleasant, Virginia Occidental, el lugar donde un
monstruo era particularmente activo y los avistamientos de OVNIs se repetían;
el resultado fue uno de sus libros más populares, “The Mothman Prophecies”. En
el camino, también emitió un boletín ilustrado llamado “Anomaly”; escribió una
columna regular para “Saga”; y publicó varios libros clásicos sobre literatura
forteana.
Fue asesor
técnico de la Biblioteca del Congreso (1968-1969), y asesor especial de la
Oficina de Investigación Científica y de la Oficina de Radiología (1968-1971),
antes de convertirse en consultor para el Departamento de Salud, Educación y
Bienestar Social, para quien produjo un modelo para la revista,
"You". También cumplió un sueño de la infancia mediante la obtención
de su licencia de piloto.
En la década
de 1980, intentó elaborar una serie de obras de teatro y novelas, pero ninguna de
ellas llegaron a publicarse o a los escenarios. Keel dedicó su tiempo a varios
proyectos de venta por correo, y consiguió sacar de su letargo a la “New York
Fortean Society”. También contribuyó con una columna habitual en la revista
Fate: “Beyond the Known.”
John Keel junto a Doug Skinner en 2001. (Imagen cortesía de Doug Skinner) |
En sus
últimos años, su ajetreo se ralentizó considerablemente debido a la diabetes que padecía y sus complicaciones. Pasó algunos
tiempos difíciles, particularmente cuando las cataratas y la cirugía ocular
resultante, le hicieron escribir con dificultad. Su suerte cambió cuando
"The Mothman Prophecies" se convirtió en una película en 2002; Keel
estaba especialmente encantado por haber sido interpretado por Richard Gere, a
quien se refirió como un "John Keel muy logrado." La publicidad que
generó la película hizo que el libro se reeditara varias veces, incluyendo
numerosas ediciones en el extranjero. Se compró un coche, que él bautizó como
el “Mothmobile”, con el que frecuentemente desaparecía en viajes por carretera
en solitario.
Con la edad,
su salud empeoró, y pasó varios años entrando y saliendo de hospitales y residencias
de ancianos; sus amigos le animábamos a seguir adelante. John Keel murió el 3
de julio del 2009, en el Hospital Monte de Sinai en Manhattan.
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A pesar de
los artículos en sentido contrario, no murió solo y abandonado. Larry
"Ratso" Sloman y yo, fuimos sus tutores médicos; y le ayudamos
activamente. Muchos amigos lo visitamos en sus diversas estancias en hospitales
y residencias. Yo estaba junto a su cama el día en que murió, para dar las últimas
instrucciones, y para decirle adiós. A pesar de lo que decían algunos artículos
sus archivos fueron salvados por sus amigos y familiares”.
El autor del reportaje quiere expresar públicamente su sincero agradecimiento a Doug Skinner, amigo intimo de John
Keel, por toda la información facilitada para la elaboración de esta nota.
JOSE ANTONIO
CARAV@CA
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