La obsesiva y omnipresente preocupación de los ufólogos por demostrar que los avistamientos OVNIs son producidos por la visita a nuestro planeta de seres extraterrestres, ha dado origen a uno de los mayores fraudes jamás visto en la investigación de un paradigma. Es inadmisible, que ninguno de los investigadores clásicos haya revelado, o al menos señalado, en algunos de sus numerosos escritos, algunos de los principales factores o elementos del fenómeno que invalidan, de entrada, la teoría extraterrestre, y a posteriori, muchos de los planteamientos esgrimidos por los demás ufólogos, incluso las hipótesis más vanguardistas. Y es que la mayoría de los estudiosos han completado sus postulados, en el mejor de los casos, con sólo el 40% de la casuística sobre la mesa. Ignorando durante décadas que el fenómeno OVNI parece ser el resultado de una interacción psíquica entre los testigos y un agente externo desconocido, que es capaz de plasmar una proyección que contiene mucho material inconsciente (ideográfico) de los propios testigos.
Los siguientes aspectos que vamos a enumerar aparecen en casi todos los libros clásicos que has leído sobre OVNIs, pero obviamente ningún investigador, salvo honrosas excepciones, ha señalado su evidente disparidad y contrapunto con las tesis extraterrestres:
1.- Desde la primera página, hasta la última, de muchas obras ufológicas, queda patente que existen infinitos tipos diferentes de platillos volantes y de ocupantes. Tan diversos y pintorescos, como tan diferentes son unos testigos de otros. ¿Has ojeado la cantidad de alienígenas diferentes que aparecen dibujados en las páginas de estos libros? ¿Por qué ningún investigador receló de esta cuestión? ¿Es posible que estuviéramos siendo visitados por una legión de razas alienígenas? ¿Por qué tantas clases de OVNIs, diferentes en tamaños y formas?
2.- Ante el registro de unos mismos hechos; proximidad de un OVNI, aterrizaje sobre un terreno blando, impacto de una luz sobre el testigo, etc. no se registraban los mismos efectos, huellas, rastros o lesiones ¿por qué? O sea, en ocasiones los OVNIs dejan huellas y en otros no (aunque sea el mismo tipo de terreno). A veces provocan interferencias electromagnéticas en coches y aparatos eléctricos y en otras no (aunque la distancia al OVNI sea la misma de los vehículos). A veces provocan daños en las personas y en otros no (aunque estén expuestos a los mismos factores)
Por lo que es muy obvio, que los efectos provocados por la interacción con el fenómeno, se producen por causas ajenas a la simple presencia sine qua non del paradigma frente al testigo. De lo contrario estas diferentes secuelas se producirían siempre que tuviéramos en juego los mismos factores.
3.- Otra circunstancia que queda meridianamente clara, tras leer decenas de libros, es que los casos ovnis no se conectan entre sí. No podemos seguir o hilvanar una trama que nos lleve a una única y gran historia común. Lo único que comparten los sucesos OVNIs es su estructura básica. El testigo informará: 1.- que ha visto una “cosa” volar en cielo, 2.- después, que esta “cosa” ha tomado tierra, y 3.- de esta “cosa” han descendido unos seres. Pero, incomprensiblemente, estos aspectos, que deberían tener una mayor homogeneidad, son altamente maleables y en cada caso, los elementos “cosa” y “seres” serán asombrosamente distintos, en tamaño, forma y colores. Y esto se ha constatado de una manera abrumadora y delatora ¿por qué no ha suscitado más debate este particular hecho?
4.- El comportamiento de los ocupantes de los platillos volantes es absurdo y carente de lógica. Y esto no se produce porque, como explican la mayoría de los estudiosos, seamos incapaces de interpretar o dilucidar la actuación de una avanzada civilización que nos llevará millones de años de evolución. No nos dejemos engañar. Sencillamente, las acciones de los ufonautas son un conjunto de disparates sin sentido, uno detrás de otro. Las acciones desarrolladas por los extraterrestres son muy similares a las registradas en las experiencias oníricas. Por tanto, todas las especulaciones gratuitas y sin fundamento realizadas sobre el factor absurdo, una clave importante para muchos investigadores de algo sublime y extraordinario insertado en el interior de los encuentros con OVNIs, son erróneas. Estas circunstancias de deben a un efecto provocado por la interacción/comunicación del inconsciente del testigo con un agente externo desconocido, que crea una proyección siguiendo unos procesos similares de creatividad a la desplegada por nuestra psique durante las fases del sueño. Y todos sabemos que las experiencias oníricas se significan por su carácter absurdo…
5.- La información obtenida de los “extraterrestres” es un compendio de estupideces y en el mejor de los casos, conocimientos del propio testigo, “distorsionados” a conciencia por el paradigma (el agente externo). Después de décadas de analizar las comunicaciones de los presuntos extraterrestres, no se ha evidenciado ningún conocimiento realmente novedoso ni a nivel científico, filosófico, social o religioso.
6.- Los tripulantes de los OVNIs no influyen ni manipulan a grandes sectores de la sociedad. Pese a que se insiste en que los ufonautas interfieren en nuestros sistemas de creencias y actúan como una suerte de catalizador espiritual, todo esto se produce en un ámbito muy reducido, y tiene más que ver en cómo los testigos, ni mucho menos todos, reaccionan ante estos fenómenos que en otras circunstancias.
7.- El fenómeno OVNI no se adapta a la sociedad cambiando su apariencia externa a lo largo de los tiempos. No utiliza ningún tipo de excelso camuflaje psíquico. Simplemente la puesta en escena que observamos tiene que ser sincrónica a los avances, pensamientos, creencias o mitos de la época.
Conclusión:
Todos estos factores, indicaban, prácticamente desde finales de los años 50, que el testigo era una pieza vital y sustancial para comprender y decodificar el significado y naturaleza de los encuentros cercanos con OVNIs. Sin embargo, la mayoría de los investigadores han optado por ignorar todas estas señales y seguir especulando de forma gratuita alejados por completo de la casuística que tenían entre sus manos. Hay que tener en cuenta que, en años posteriores, los incidentes no hacían más que corroborar estas primeras apreciaciones de los primeros informes registrados por los pioneros de la investigación OVNI.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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