domingo, 16 de octubre de 2016

LOS SUICIDAS DE TERRASSA






Poco antes de las siete de la mañana del 20 de junio de 1972, los operarios de un convoy de RENFE (Barcelona-Zaragoza) hicieron un macabro descubrimiento en la vía del tren. A pocos metros de apeadero de Torrebonica (Barcelona) había un cuerpo inerte sobre los raíles con la cabeza seccionada, por el paso de uno de los trenes. Inmediatamente se abrió una investigación, las diligencias judiciales descubrieron que había dos cadáveres. Sobre los cuerpos encontraron unas desconcertantes “notas de suicidio” que decían: “LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN. WKTS. 88”. Según averiguó rápidamente la policía las víctimas eran José Félix Rodríguez Montero (47 años) y Juan Turú Vallés (21 años) aficionados a los OVNIs, y fundadores de una extraña asociación denominada: “RASDI & AMIEX, Rastreadores del Infinito, Amigos de Inteligencias Extraterrestres”. Aunque las autoridades y la prensa de la época determinaron que el trágico desenlace de los dos suicidas había estado motivado por sus extravagantes y locas creencias en los extraterrestres, aún existen muchas incertidumbres en torno a los acontecimientos que llevaron a estas dos personas a tumbarse sobre los raíles del tren a la espera de una muerte segura.
Una de las mayores controversias planteadas en este caso indica que aquella madrugada, junto a los 2 investigadores malogrados, podrían encontrarse terceras personas en el lugar de los hechos. Pese a que el impacto con el tren en el momento de la muerte debió de ser muy violento, las notas fueron halladas sobre los cadáveres sin manchas de sangre y perfectamente colocadas sobre ellos. 

Lugar del trágico suceso (Cortesía Manuel Carballal)
Posición de los cuerpos (Cortesía Manuel Carballal)





El investigador Josep Guijarro decía en un documentado reporte titulado “Caso Terrassa, Los Contactados Suicidas”: “La famosa nota manuscrita se hallaba en el pecho, sin alfiler alguno que la sujetara a la ropa, sólo el peso de la mano que descansaba sobre él. Pudimos comprobarlo más tarde cuando, con la autorización del juez, pudimos examinar el sumario 42/72 que recoge las diligencias del caso. Allí con los números 6 y 7 se hallaban las dos notas manuscritas en papel cuadriculado. No habían sido dobladas y ninguna de ellas tenía manchas de sangre. ¿Cómo era posible? ¿A alguien se le ocurre que después de ser arrollados por el tren una nota de papel permanezca en su sitio sin haberse manchado ni arrugado? Eso indica que, al menos, tuvo que haber una tercera persona en el lugar de los hechos. Mención aparte merece el informe de autopsia realizado por el patólogo Manuel Baselga. En él se admite que en la mano derecha de José F. Rodríguez había un trozo de algodón blanco limpio en el que “no se aprecia olor de sustancia alguna”. Pero, ¿es que no podían analizarlo? ¿Y si estuvo impregnado de algún producto adormilante inodoro? La duda ya nunca podrá resolverse. En la autopsia, además, había otro detalle importante. Mientras Turú hacia menos de dos horas que había tomado alimentos, José Félix había guardado ayuno ¿Se había preparado tal vez para su “viaje” a Júpiter?”. Tampoco queda claro la naturaleza y contenido de sus supuestos “contactos” con extraterrestres, tal y como describe Guijarro: “Un caso criminalísticamente no resuelto, un “contacto” no probado y una utilización mediática del suceso para asestar un golpe de gracia a la moral de quienes se interesaran por estos temas. Nada sabemos del resto de miembros de Rasdi & Amiex que continuaron con la labor de “mutación” iniciada por los ufólogos suicidas ni si ésta consiguió nuevos acólitos. Tampoco mucho acerca de las creencias que llevaron a Rodríguez y a Turú a pensar en las vías del tren como forma de “trascender”. El investigador Manuel Carballal en un artículo titulado "Los Suicidas de los OVNIs" escribía a este respecto: “La entrevista a decenas de vecinos, familiares, ufólogos y autoridades; los viajes a Madrid, Zaragoza, Tivissa y Terrassa, así como la consulta de archivos ufológicos y policiales, hemerotecas y bibliotecas, nos ha servido para reconstruir la historia de este gran "tabú" apestado de la ufología española, pero no para alcanzar a comprender qué pudo llevar a un hombre como José Rodríguez a elegir una muerte tan horrible y a inducir a un joven inteligente como Joan Turú a acompañarle. Tampoco a comprender cómo los fervientes "discípulos" de Rodríguez pudieron presenciar el suicidio y colocar, como nos hizo deducir M. Rodellar (el funcionario de juzgado que realizó el levantamiento de los cadáveres), el cartel de "los extraterrestres nos llaman" en los cuerpos recién decapitados. Quizás todo formase parte de un experimento de control mental. Quizás fueran "silenciados" por una agencia de inteligencia extranjera, o quizás han viajado a Júpiter del brazo de algún alienígena. Pero mientras nadie demuestre lo contrario, el suicidio de ambos es el resultado de un delirio místico producido por el excesivo amor al cosmos y a los extraterrestres.”

UN MAL PRESAGIO…
A veces la casualidad tiene paradojas insospechadas. Octubre de 1971. La desaparecida revista ALGO publicaba, en su sección de cartas de los lectores, un anuncio de un joven interesado en el tema OVNI. Deseaba conocer personas y asociaciones que tuvieran las mismas inquietudes que su grupo de investigación formado por 5 amigos de Terrassa. A raíz de este anuncio, el joven Juan Turú Vallés conoció a José Félix Rodríguez Montero con el que entabló una gran amistad a raíz de su mutua afición por los “platillos volantes” y sobre todo, en establecer un contacto con sus tripulantes. 

Anuncio de Juan Turú en la revista ALGO
En la pagina anterior del anuncio de Juan Turú, como un oscuro presagio se hablaba del suicido del investigador norteamericano James MacDonald
Posteriormente en un mismo reportaje se recogería la muerte de los investigadores españoles y las del ufólogo norteamericano.





Tan sólo 8 meses después de publicar esta nota en la revista ALGO (20/06/1972), los cuerpos sin vida de Juan y José Félix aparecieron sobre los raíles del tren con una extraña nota sobre ellos: “LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN. WKTS. 88”. Así fueron los orígenes del conocido caso de los “Suicidas de Terrasa”.  Como una macabra broma del destino para ambos, justo en la página anterior donde se recogía la carta publicada a Juan Turú, que resultó ser fundamental en su trágico desenlace, se podía leer un artículo denominado: “La muerte del ufólogo Mcdonald fue un suicidio”… Y para cerrar el círculo de esta funesta casualidad, 9 meses después de la publicación de la carta de Turú, el diario Porque, unía en sus páginas las malogradas vidas de los “ufólogos” españoles y el investigador Mcdonald…

LA MISTERIOSA NOTA: ¿UNA POSIBLE INTERPRETACION?
La nota encontrada junto a los cuerpos decía: “LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN” y debajo existía una extraña “firma” “WKTS. 88”. Hasta la fecha se ha considerado un nombre en clave de los dos malogrados ufólogos. Sin embargo la interpretación de WKTS.88 nunca se ha resuelto satisfactoriamente. Quizás puede hacer referencia a coordenadas espaciales o terrestres. O tal vez, las letras “W” y “K” pueden ser una clave de los nombres de los dos investigadores y las letras “TS” se refieren a la localidad de Terrassa, y el 88 está representado en realidad mas como el símbolo del infinito que como el numero 8…

La misteriosa nota hallada junto al cuerpo de Juan Turú.




Por tanto, podríamos obtener dos conjeturas de lecturas:
1.- “Los extraterrestres nos llaman desde las “coordenadas” para viajar hasta el infinito…
2.- “Los extraterrestres nos llaman a (W) Jose Felix y a (K) Juan Turú desde (TS) Terrassa para viajar hasta el infinito…

Y aunque todos los indicios parecen apuntar a que mantenían supuestos contactos con seres de Júpiter, el número “6” que se sitúa junto a la palabra extraterrestres en la nota, quizás haga referencia al sexto planeta del sistema solar “Saturno”…

Obviamente todas estas interpretaciones son meras conjeturas, sujetas a debate y en continuo proceso de estudio y desarrollo.







JOSE ANTONIO CARAV@CA

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