Poco antes
de las siete de la mañana del 20 de junio de 1972, los operarios de un convoy
de RENFE (Barcelona-Zaragoza) hicieron un macabro descubrimiento en la vía del
tren. A pocos metros de apeadero de Torrebonica (Barcelona) había un cuerpo
inerte sobre los raíles con la cabeza seccionada, por el paso de uno de los
trenes. Inmediatamente se abrió una investigación, las diligencias judiciales
descubrieron que había dos cadáveres. Sobre los cuerpos encontraron unas desconcertantes
“notas de suicidio” que decían: “LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN. WKTS. 88”.
Según averiguó rápidamente la policía las víctimas eran José Félix Rodríguez
Montero (47 años) y Juan Turú Vallés (21 años) aficionados a los OVNIs, y
fundadores de una extraña asociación denominada: “RASDI & AMIEX,
Rastreadores del Infinito, Amigos de Inteligencias Extraterrestres”. Aunque las
autoridades y la prensa de la época determinaron que el trágico desenlace de
los dos suicidas había estado motivado por sus extravagantes y locas creencias
en los extraterrestres, aún existen muchas incertidumbres en torno a los
acontecimientos que llevaron a estas dos personas a tumbarse sobre los raíles
del tren a la espera de una muerte segura.
Una de las
mayores controversias planteadas en este caso indica que aquella madrugada,
junto a los 2 investigadores malogrados, podrían encontrarse terceras personas
en el lugar de los hechos. Pese a que el impacto con el tren en el momento de
la muerte debió de ser muy violento, las notas fueron halladas sobre los
cadáveres sin manchas de sangre y perfectamente colocadas sobre ellos.
Lugar del trágico suceso (Cortesía Manuel Carballal) |
Posición de los cuerpos (Cortesía Manuel Carballal) |
El
investigador Josep Guijarro decía en un documentado reporte titulado “Caso
Terrassa, Los Contactados Suicidas”: “La famosa nota manuscrita se hallaba en
el pecho, sin alfiler alguno que la sujetara a la ropa, sólo el peso de la mano
que descansaba sobre él. Pudimos comprobarlo más tarde cuando, con la
autorización del juez, pudimos examinar el sumario 42/72 que recoge las
diligencias del caso. Allí con los números 6 y 7 se hallaban las dos notas
manuscritas en papel cuadriculado. No habían sido dobladas y ninguna de ellas
tenía manchas de sangre. ¿Cómo era posible? ¿A alguien se le ocurre que después
de ser arrollados por el tren una nota de papel permanezca en su sitio sin
haberse manchado ni arrugado? Eso indica que, al menos, tuvo que haber una
tercera persona en el lugar de los hechos. Mención aparte merece el informe de
autopsia realizado por el patólogo Manuel Baselga. En él se admite que en la
mano derecha de José F. Rodríguez había un trozo de algodón blanco limpio en el
que “no se aprecia olor de sustancia alguna”. Pero, ¿es que no podían
analizarlo? ¿Y si estuvo impregnado de algún producto adormilante inodoro? La
duda ya nunca podrá resolverse. En la autopsia, además, había otro detalle
importante. Mientras Turú hacia menos de dos horas que había tomado alimentos,
José Félix había guardado ayuno ¿Se había preparado tal vez para su “viaje” a
Júpiter?”. Tampoco queda claro la naturaleza y contenido de sus supuestos
“contactos” con extraterrestres, tal y como describe Guijarro: “Un caso
criminalísticamente no resuelto, un “contacto” no probado y una utilización
mediática del suceso para asestar un golpe de gracia a la moral de quienes se
interesaran por estos temas. Nada sabemos del resto de miembros de Rasdi &
Amiex que continuaron con la labor de “mutación” iniciada por los ufólogos
suicidas ni si ésta consiguió nuevos acólitos. Tampoco mucho acerca de las
creencias que llevaron a Rodríguez y a Turú a pensar en las vías del tren como
forma de “trascender”. El investigador Manuel Carballal en un artículo titulado
"Los Suicidas de los OVNIs" escribía a este respecto: “La entrevista
a decenas de vecinos, familiares, ufólogos y autoridades; los viajes a Madrid,
Zaragoza, Tivissa y Terrassa, así como la consulta de archivos ufológicos y
policiales, hemerotecas y bibliotecas, nos ha servido para reconstruir la
historia de este gran "tabú" apestado de la ufología española, pero
no para alcanzar a comprender qué pudo llevar a un hombre como José Rodríguez a
elegir una muerte tan horrible y a inducir a un joven inteligente como Joan
Turú a acompañarle. Tampoco a comprender cómo los fervientes "discípulos"
de Rodríguez pudieron presenciar el suicidio y colocar, como nos hizo deducir
M. Rodellar (el funcionario de juzgado que realizó el levantamiento de los
cadáveres), el cartel de "los extraterrestres nos llaman" en los
cuerpos recién decapitados. Quizás todo formase parte de un experimento de
control mental. Quizás fueran "silenciados" por una agencia de
inteligencia extranjera, o quizás han viajado a Júpiter del brazo de algún
alienígena. Pero mientras nadie demuestre lo contrario, el suicidio de ambos es
el resultado de un delirio místico producido por el excesivo amor al cosmos y a
los extraterrestres.”…
UN MAL
PRESAGIO…
A veces la
casualidad tiene paradojas insospechadas. Octubre de 1971. La desaparecida
revista ALGO publicaba, en su sección de cartas de los lectores, un anuncio de
un joven interesado en el tema OVNI. Deseaba conocer personas y asociaciones
que tuvieran las mismas inquietudes que su grupo de investigación formado por 5
amigos de Terrassa. A raíz de este anuncio, el joven Juan Turú Vallés conoció a
José Félix Rodríguez Montero con el que entabló una gran amistad a raíz de su
mutua afición por los “platillos volantes” y sobre todo, en establecer un
contacto con sus tripulantes.
Anuncio de Juan Turú en la revista ALGO |
En la pagina anterior del anuncio de Juan Turú, como un oscuro presagio se hablaba del suicido del investigador norteamericano James MacDonald |
Posteriormente en un mismo reportaje se recogería la muerte de los investigadores españoles y las del ufólogo norteamericano. |
Tan sólo 8 meses después de publicar esta nota en
la revista ALGO (20/06/1972), los cuerpos sin vida de Juan y José Félix
aparecieron sobre los raíles del tren con una extraña nota sobre ellos: “LOS
EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN. WKTS. 88”. Así fueron los orígenes del conocido
caso de los “Suicidas de Terrasa”. Como
una macabra broma del destino para ambos, justo en la página anterior donde se
recogía la carta publicada a Juan Turú, que resultó ser fundamental en su
trágico desenlace, se podía leer un artículo denominado: “La muerte del ufólogo
Mcdonald fue un suicidio”… Y para cerrar el círculo de esta funesta casualidad,
9 meses después de la publicación de la carta de Turú, el diario Porque, unía
en sus páginas las malogradas vidas de los “ufólogos” españoles y el
investigador Mcdonald…
LA
MISTERIOSA NOTA: ¿UNA POSIBLE INTERPRETACION?
La nota
encontrada junto a los cuerpos decía: “LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN” y debajo
existía una extraña “firma” “WKTS. 88”. Hasta la fecha se ha considerado un
nombre en clave de los dos malogrados ufólogos. Sin embargo la interpretación
de WKTS.88 nunca se ha resuelto satisfactoriamente. Quizás puede hacer
referencia a coordenadas espaciales o terrestres. O tal vez, las letras “W” y
“K” pueden ser una clave de los nombres de los dos investigadores y las letras
“TS” se refieren a la localidad de Terrassa, y el 88 está representado en
realidad mas como el símbolo del infinito que como el numero 8…
La misteriosa nota hallada junto al cuerpo de Juan Turú. |
Por tanto,
podríamos obtener dos conjeturas de lecturas:
1.- “Los
extraterrestres nos llaman desde las “coordenadas” para viajar hasta el infinito…
2.- “Los
extraterrestres nos llaman a (W) Jose Felix y a (K) Juan Turú desde (TS)
Terrassa para viajar hasta el infinito…
Y aunque
todos los indicios parecen apuntar a que mantenían supuestos contactos con
seres de Júpiter, el número “6” que se sitúa junto a la palabra extraterrestres
en la nota, quizás haga referencia al sexto planeta del sistema solar
“Saturno”…
Obviamente
todas estas interpretaciones son meras conjeturas, sujetas a debate y en
continuo proceso de estudio y desarrollo.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.
No conocía este caso extraño, desconcertante y misterioso. Debo confesar que siento escalofríos de solo pensar en que hay detrás de este suceso.
ResponderEliminarUn saludo, estimado José Antonio.
Hay una película española sobre este caso: Platillos volantes. Es del año 2003, dirigida por Óscar Aibar e interpretada por Ángel de Andrés (falleció hace pocos meses) y Jordi Vilches. No sé si se ajusta mucho/poco a la realidad...
ResponderEliminarinteresante relato! es muy similar al de los dos hombres brasileños que fueron encontrados sin vida y con extrañas mascaras de plomo. Seria bueno una investigación sobre ese caso por parte del autor de este blog. Saludos
ResponderEliminarRaro es lo de las notas impolutas de sangre.Seria un asesinato?
ResponderEliminarMery, de hecho, algunos estudiosos del terrible suceso sospechan que hubo al menos otra persona involucrada aquel día. No se hasta que punto podríamos hablar de asesinato, pero si de que el caso no está cerrado...
ResponderEliminargracias