jueves, 20 de noviembre de 2025

LA ANOMALIA DEL MAR BALTICO




Lo que comenzó como una expedición submarina rutinaria en busca de un barco con cargamento de  champán terminó convirtiéndose en un misterio. En 2011, el explorador sueco Dennis Åsberg, cofundador de Ocean X, vio en la pantalla del sonar algo que jamás olvidaría: “Esta cosa aparece de golpe en la pantalla… estamos hablando de 60 metros de diámetro, una cosa redonda en medio del océano” Lo que a simple vista parecía un círculo perfecto escondía detalles que desafiaban cualquier explicación natural: pasillos, ángulos de 90 grados, paredes lisas e incluso un agujero que parecía “respirar”, expulsando y absorbiendo sedimento como si tuviera vida propia. Los buzos que descendieron informaron de temperaturas anómalas cercanas a cero grados y se toparon con un material tan duro que no pudieron ni siquiera tomar muestras adecuadas. Bajo el sedimento, todo era de un tono “oscuro, casi negro” 

Pero el desconcierto no acababa en la forma del supuesto "objeto". Desde las primeras expediciones, anotaron fallas en los equipos cuando se acercaban a la anomalía: GPS inutilizados, drones y ROV que se apagaban sin razón aparente, radares que mostraban ecos inexistentes y brújulas que giraban sin sentido. “Hace que nuestros instrumentos se vuelvan locos… rompe el GPS, los ROV, los drones” relató Dennis, convencido de que la zona emite algún tipo de anomalía electromagnética todavía inexplicada  Además hay que sumar fenómenos meteorológicos puntuales —incluyendo tormentas eléctricas localizadas únicamente sobre el punto del hallazgo— que se repitieron año tras año, siempre en torno al "objeto".

Para su descubridor hay otro aspecto inquietante en esta historia, la presencia constante de barcos militares por la zona. Dennis asegura haber filmado naves francesas, alemanas, británicas y estadounidenses merodeando sin explicación alrededor del área de estudio, e incluso una corbeta sueca que se acercó directamente a su embarcación. Sin embargo, cuando preguntó a las autoridades militares si habían estado allí, la respuesta fue un desconcertante —y, según él, falso— “no” repetido varias veces: “Yo los he filmado… y no dijeron nada” 

El descubrimiento originó un gran debate en redes sociales pero pareció estancarse hasta que en 2024, de un dato que reabrió el caso por completo. El sub-bottom profiling reveló que la estructura no está unida al lecho marino: “No es una formación geológica” sentenciaron los científicos involucrados tras revisar los datos. Entre las teorías en juego para explicar esta famosa anomalía, que muchos ven similitudes con el Halcón Milenario de las Guerra de las Galaxias, Dennis maneja dos posibilidades. La primera: que se trate de una estructura artificial muy antigua, quizá construida antes de la Edad de Hielo, cuando el nivel del agua era diferente. La segunda: que el objeto sea un artefacto no humano, una tecnología desconocida que encajaría con los fenómenos electromagnéticos recurrentes y el silencio militar que rodea el caso.

Lo que sí descartan tanto científicos como geólogos es lo que no es: ni volcán, ni meteorito, ni formación rocosa, ni simple bloque glaciar. Nada encaja con los ángulos rectos, los pasillos o el círculo perfecto de 60 metros. Lo curioso, para añadir más misterio al asunto, es que un día después de una expedición en 2023, un meteorito explotó sobre el propio mar Báltico. “Hubo un boom sónico y mucha gente lo vio” recuerda Dennis, sin afirmar conexión alguna pero admitiendo que la coincidencia resulta difícil de ignorar 

En una reciente entrevista el explorador señala que: “Tengo que saber la verdad. No puedo dejarlo”. Después de 13 años de expediciones, fallos electrónicos, vigilancia militar y datos que desafían cualquier explicación geológica, Åsberg continúa convencido de que está ante algo único: “Tiene ángulos rectos, paredes, pasillos, agujeros… incluso una pieza triangular perfecta. Nunca he visto nada parecido” 


(Entrevista: “We Found A UFO At The Bottom Of The Baltic Sea!” -Treasure Hunter Dennis Asberg)




JOSE ANTONIO CARAV@CA


Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.


jueves, 6 de noviembre de 2025

EL MAYOR PROGRAMA SECRETO DE OVNIS DEL GOBIERNO DE EE. UU. SE GESTÓ EN LAS VEGAS





Durante décadas, las autoridades estadounidenses insistieron en que los avistamientos de objetos no identificados eran, en su inmensa mayoría, fenómenos explicables. Pero en los despachos de inteligencia y dentro del Pentágono existía otra verdad: una carrera militar clandestina, un pulso tecnológico para intentar descifrar el modo en que operan las misteriosas naves vistas en los cielos y océanos desde hace más de 80 años. Esa carrera, y el mayor programa de investigación ovni jamás financiado por el Gobierno de EE. UU., tuvo su cuartel general en Las Vegas. Eso al menos asegura el periodista George Knapp, del canal 8 News Now en una reciente entrevista para un canal de televisión de Las Vegas. Knapp se refiere al AAWSAP (Advanced Aerospace Weapons System Application Program) que fue gestionado en total secreto con un presupuesto inicial de 22 millones de dólares, gracias al impulso directo del fallecido senador por Nevada, Harry Reid. Reid, antes de morir, aseguró que existe un desafio entre potencias por conocer esta realidad: “La carrera es real y será mejor que la ganemos.”

Durante más de ocho décadas, EE. UU. dijo públicamente que los ovnis no representaban un peligro. Sin embargo, puertas adentro, las agencias de inteligencia reconocían que era necesario adelantarse a Rusia y China en la comprensión, y eventual reproducción, de la tecnología desconocida vista repetidamente por pilotos y radaristas.

Knapp afirmó que: “Las agencias de inteligencia y el Pentágono reconocieron que existe una competencia extremadamente seria para descifrar la tecnología UAP antes de que lo hagan Rusia o China.”

El Dr. Lacatski, agente de carrera de la DIA (Defense Intelligence Agency), pasó décadas analizando tecnología enemiga capaz de destruir naciones enteras. Su compromiso con el secreto era absoluto. Knapp lo describe así: “Era y es un guardián de secretos, y consideraba su juramento y su autorización de seguridad como algo sagrado.”

Hoy, retirado parcialmente, comparte con extremo cuidado aquello que aún puede divulgar. Lacatski fue quien diseñó y dirigió AAWSAP, despues de conocer los extraños eventos extraños que ocurrían en el denominado Skinwalker Ranch, un remoto enclave de Utah conocido por fenómenos inexplicables. Tras visitar el lugar acompañado por su propietario, Robert Bigelow, quedó convencido de que había que investigar a fondo estos hechos anómalos: “Queremos aprender qué puede convertirse también en un arma. Y básicamente ese era nuestro trabajo.”

AAWSAP se alojó dentro de una filial de Bigelow Aerospace y reunió un equipo de 50 investigadores a tiempo completo, operando en casi total clandestinidad. Sus resultados fueron extraordinarios:

114 informes técnicos y científicos.

La mayor base de datos ovni del mundo, compilada por personal del gobierno.

Casos verificados por radar, pilotos y testigos profesionales.

Han pasado catorce años desde el fin oficial del programa, y la DIA aún no ha desclasificado los archivos. Pero Lacatski sí lo ha hecho parcialmente a través de su nuevo libro, New Insights, que presenta material extraído directamente de esos informes. Knapp subraya que: “El material del libro proviene de archivos del gobierno… recopilado por personal del gobierno en un programa financiado por el gobierno.”

Las revelaciones contenidas en esos archivos son inquietantes según el periodista de Nevada:

1.- Naves gigantes que cambiaban de forma en pleno vuelo, observadas por pilotos comerciales.

2.- Testigos que sufrieron cambios fisiológicos tras un encuentro cercano.

3.- Consecuencias médicas severas en múltiples casos investigados.

4.- Fenómenos paranormales en hogares de personas que previamente habían visto luces o triángulos en el cielo.

5.- Actividad extrema en torno a Skinwalker Ranch, incluyendo criaturas, mutilaciones y episodios semejantes a los “hombres de negro”.

Quizás la afirmación más sorprendente que Lacatski reconoce abiertamente es que el gobierno de EE. UU. posee al menos un artefacto recuperado de origen desconocido.

Knapp confirmó que: “El gobierno tiene en su poder, al menos, una nave recuperada de origen desconocido… una máquina voladora sin alas, sin motor, sin combustible y sin depósitos de combustible.” Cuando Knapp le preguntó cómo puede un objeto sin motor ni alas ser considerado un vehículo, Lacatski responde sin rodeos: “Puedes verla volar. Quiero decir… puedes estar bastante seguro de que no estamos tratando con humanos.”

Aunque AAWSAP estaba cumpliendo todos sus objetivos en apenas 27 meses, la financiación se cortó bruscamente. Las teorías abundan, pero un correo del propio Lacatski apuntó al responsable decisivo: Harry Reid. El senador temía que detalles del programa se filtraran desde su oficina, donde sospechaba que alguien estaba infiltrado para sabotear su campaña de 2010. Knapp señala que: “Él estaba preocupado de que la historia saliera a la luz. Que nos afectara… que dejara de ser senador de los Estados Unidos.”

Paradójicamente, Reid ganó con holgura y, ya como líder de la minoría, garantizó que parte de la investigación continuara en otros canales.

Aunque evidentemente no se trata de una divulgación oficial, Lacatski está convencido que: “Podemos estar bastante seguros de que no son humanos.”

Ahora solo falta una confirmación o validación oficial para estas sensacionales informaciones que siguen, al igual que los ovnis, en el aire...




JOSE ANTONIO CARAV@CA


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lunes, 3 de noviembre de 2025

EL ENCUENTRO CERCANO ENTRE HYNEK Y SPIELBERG




En 1977, el estreno de la esperada Close Encounters of the Third Kind (Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, traducida en España como Encuentros en la Tercera Fase) marcó un antes y un después en la historia del cine de alienígenas. Más allá de sus efectos visuales revolucionarios o la partitura inolvidable de John Williams, la película fue, el primer reflejo fiel en la gran pantalla de lo que era el fenómeno OVNI alejado del sensacionalismo y de la fantasía desbordada que hasta entonces dominaban las historias sobre extraterrestres en el cine. Y todo fue posible gracias al encuentro del director Steven Spielberg con el astrónomo y ufólogo Dr. J. Allen Hynek, cuya investigación científica inspiró directamente el título, la estructura y el tono general de la historia.

Hynek, harto conocido en el medio ufológico internacional, y considerado por muchos como el padre de la ufología científica, había publicado en 1972 su libro The UFO Experience: A Scientific Inquiry, donde propuso una tipología rigurosa para clasificar los incidentes OVNIs: los encuentros cercanos del primer, segundo y tercer tipo. Aquella idea, nacida de su trabajo como asesor de la Fuerza Aérea estadounidense en proyectos como Blue Book, llamó poderosamente la atención de Spielberg, quien buscaba una aproximación más seria y documental al misterio de los platillos volantes de lo que hasta la fecha había ofrecido Hollywood.

De hecho el joven cineasta convirtió el texto de Hynek en lectura obligatoria para todo su equipo creativo para que supieran captar la idea de su guión. Incluso cambió el título definitivo de la película por Close Encounters of the Third Kind. Sin embargo, en un primer momento, ese homenaje casi provoca un conflicto entre el científico y el estudio.

El 8 de enero de 1976, Hynek envió una carta a Columbia Pictures expresando su malestar al descubrir, por una revista, que el título de su libro sería usado en una película de Spielberg. Aunque el astrónomo se sintió halagado por la inspiración, lamentó no haber sido informado directamente por el afamado director.

Spielberg personalmente respondió con una carta de disculpa, explicando que había sido un amigo quien le sugirió el título tras leer la obra de Hynek. El malentendido se resolvió amistosamente mediante un acuerdo de compensación y colaboración profesional. La productora pagó a Hynek:

• 1.000 dólares por el uso del término Close Encounters of the Third Kind.

• 1.000 dólares adicionales por los derechos para emplear historias y conceptos de su libro.

• Y 500 dólares diarios durante tres días como asesor técnico en el rodaje.

Hynek, con su característico humor, más tarde comentó: “Nunca pensé que un profesor de astronomía caería tan bajo”, y bromeó diciendo que si Spielberg hacía una secuela, “esperaba ser un mejor hombre de negocios la próxima vez”. A pesar del tropiezo inicial, Hynek y Spielberg desarrollaron una relación cordial. El científico fue descrito por sus colegas como un hombre tranquilo, poco dado a la confrontación y siempre dispuesto a colaborar. 

Durante el rodaje, Hynek pasó tres días en el set de Mobile, Alabama, donde un hangar fue transformado en el escenario del encuentro final con la nave nodriza. Escena cumbre del film. Allí, además de asesorar en aspectos técnicos, tuvo una breve aparición en pantalla: un cameo de apenas seis segundos, en el que se lo ve avanzando hacia la nave con su inconfundible barba y pipa, mientras otros científicos observan asombrados el encuentro con los alienígenas. Spielberg había filmado originalmente una versión más larga en la que los extraterrestres interactuaban con Hynek, pero el propio astrónomo agradeció que esa parte fuera eliminada, considerándola “cursi como el infierno”.

Evidentemente la influencia de Hynek se extendió mucho más allá del título. Varias escenas se inspiraron directamente en casos reales documentados en su obra, como el del policía Dale Spaur, quien persiguió un objeto luminoso durante kilómetros, recreado casi al detalle en la secuencia de los patrulleros.

El personaje del investigador francés Claude Lacombe, interpretado por François Truffaut, fue un homenaje al colega y amigo de Hynek, el científico francés Jacques Vallée. El diseñador de efectos especiales Douglas Trumbull explicó que la visión de Spielberg, en sintonía con la de Hynek, era “mostrar la fascinación, la belleza y el asombro” del contacto con lo desconocido, en lugar del terror y la invasión.

Tras el estreno, Hynek se declaró “muy complacido” con la película y confesó que “amaba a Spielberg”. Su participación lo catapultó a la cultura popular: su nombre apareció en programas de televisión, artículos de prensa y hasta en el juego de mesa Trivial Pursuit.

Close Encounters provocó un auténtico fenómeno social. El Centro para Estudios OVNI (CUFOS), fundado por Hynek, recibió una avalancha de informes de avistamientos, donaciones y solicitudes de información. Incluso Spielberg realizó una contribución económica al centro, como muestra de gratitud.

Hynek esperaba que la película ayudara a que hablar de OVNIs dejara de ser una “mala palabra”. Su deseo se cumplió en parte ya que el filme legitimó el tema en la cultura de masas y abrió la puerta a un debate más formal.

Con el paso de los años, Close Encounters of the Third Kind ha mantenido su estatus como un hito cultural y una obra fiel al enigma OVNI. En ese sentido, podríamos decir que la relación entre Hynek y Spielberg fue, en sí misma, un “encuentro cercano” del mejor tipo.



JOSE ANTONIO CARAV@CA

Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.