jueves, 30 de agosto de 2018

ALGOL: TRAGÖDIE DER MACHT. La ciencia ficción un paso por delante de los OVNIs…




 
 

La ciencia ficción de principios del siglo XX no deja de sorprendernos. Gracias a mi amiga, la investigadora argentina Débora Goldstern, conocí una rarísima película germana que contiene muchos elementos que posteriormente hemos encontrado reflejados en la casuística ufológica interesantes paralelismos entre la actual literatura OVNI y las obras de ciencia ficción anteriores a 1947, que presagiaban de forma admirable muchos aspectos visuales y argumentales del paradigma.
El film al que me refiero se titula "Algol: La tragedia del poder", y fue dirigido por Hans Werckmeister y estrenado en el año 1920. Su trama, cuanto menos, es bastante insólita para la época. La historia comienza con la irrupción de una misteriosa "estrella", que, por su comportamiento, aparece y desaparece de la vista de los observadores terráqueos, asombra a los astrónomos de medio mundo. Muchos de ellos, piensan que es "el ojo del demonio". Sin embargo, se trata de un planeta llamado Algol, desde el cual, se proyecta a través del espacio, una extravagante "entidad extraterrestre" en dirección a nuestro planeta. Este particular alienígena aparece en el interior de una montaña en Alemania, transformándose, poco a poco, mientras atraviesa una pared rocosa, en un ser humano. Tras contactar con un minero llamado Robert Herne (interpretado por Emil Jannings), se instala en su casa. En el ático, el extraño visitante ojea libros y pergaminos a escondidas de su anfitrión. Su extraño comportamiento atrae la atención de Herne, que una noche descubre a su huésped mientras lee sus misteriosos manuscritos. En ese momento, el "extraterrestre" revela su verdadera identidad y le muestra a su amigo un mapa donde se señala la existencia de Algol. Además, le muestra una fantástica máquina que es capaz de producir energía ilimitada. Para activarla, utilizan una especie de antena que es capaz de liberar un poder invisible procedente de Algol. Tras esta conversación, el "extraterrestre" regresa a su planeta recobrando su verdadera y sombría forma.


Algol un film inquietante
La misteriosa entidad extraterrestre se transforma poco a poco en humano mientras surge de las rocas de una cueva

 
El extraterrestre le muestra un poderoso "motor" a su amigo humano
Con la ayuda de una misteriosa "antena" consiguen poner el "motor" en marcha.
 
 
 
 
Mientras tanto, con la ayuda del fantástico motor alienígena, la vida de Herne cambia por completo y se convierte en el hombre más poderoso del mundo al construir varias fábricas. Extiende una red de cables por todo el planeta para llevar electricidad a cualquier parte. Aunque el gobierno alemán le apoya, Herne no muestra nunca el secreto que permite obtener la energía de sus fábricas. El motor se oculta tras una puerta que se abre con una llave que siempre lleva consigo. En esos momentos, el enigmático habitante de Angol regresa a la tierra, transformado nuevamente en humano, para conseguir, mediante la sublevación, que los mineros abandonen sus esclavizantes trabajos...

Por otro lado, la ambición y ansias de poder de Robert Herne no tienen límites, y sus críticos aseguran que extorsiona a todos los países para que paguen por consumir su energía. Herne no escucha estas voces discrepantes con su labor, incluso dentro de su propia familia, que le piden que regale la electricidad a la humanidad. Pero Herne se muestra arrogante y seguro de su destino: dominar el mundo. Tras la muerte de su esposa, tras sufrir un accidente mientras visitaba la habitación secreta, Herne comienza a darse cuenta que quizás ha podido liberar un poder maligno.
Finalmente, alertado y asustado por la desmesurada codicia de su propio hijo, que sigue las ordenes de una bella mujer, influenciada de nuevo por el manipulador "extraterrestre" que se mueve en las sombras, Herne decide cambiar su implacable aptitud. Ayudado por una antigua amiga, consigue destruir la máquina, para evitar que su vástago continúe de forma depravada con su malvada tiranía.

El extraterrestre del film pasa desapercibido entre la gente pero "influye" sobre ellas...





Esta es, a groso modo, la genial propuesta de Hans Werckmeister, que seguramente asombró a los espectadores de la época. Aunque el film presenta una sórdida y demoledora critica al capitalismo salvaje y a la industrialización, no es menos obvio que utiliza pata ello un vehículo de expresión nada usual; un sombrío relato de ciencia ficción donde el concepto “extraterrestre” se mezcla con “poderes malignos” que manipulan al género humano. Mi compañera Débora Goldsten incluso cree que podemos encontrar en esta película algunos elementos que aparecen posteriormente reflejados en la ufológica germana. Sobre todo, lo relacionado con los supuestos “contactos” extraterrestres de Maria Orsitsch, para obtener tecnología alienígena para la construcción de “platillos volantes” para el III Reich. Una fábula moderna que quizás se inspiró vagamente en esta película, pero que, sin duda, conformó una potente mitología que aún llega hasta nuestros días.
También es muy interesante señalar, que el film germano muestra como un extraterrestre “entrega” un motor milagroso a un humano, y este particular concepto, se vio reflejado en la época dorada del contactismo en los Estados Unidos. En la década de los cincuenta, algunos contactados promulgaban la idea de fabricar un “motor” alienígena ayudado por sus amigos del espacio. Por ejemplo, el controvertido Howard Menger intentó comercializar un dispositivo de "energía gratuita" basado, según afirmaba, en ciencia extraterrestre trasmitida por sus amigos del espacio.
 
El "mapa estelar" de la película
 
El contactado Howard Menger con su "motor alienígena" en la mano. Naturalmente nunca llegó a funcionar.
 
 
 
 
 
Por no hablar de la capacidad del extraterrestre de la ficción de transformarse en un humano, atravesar paredes o manipular la mente de las personas. Todas estas características también las hallamos insertadas en los modernos relatos de encuentros con OVNIs. Tampoco podemos dejar pasar por alto, que, como prueba de su procedencia alienígena el habitante de Algol, enseña un singular “mapa estelar” al terrícola… lo que nos recuerda en parte al famoso mapa mostrado a la abduccida Betty Hill.

Pero ¿cómo pueden producirse estas coincidencias entre la ciencia ficción y nuestros modernos platillos volantes?... "Los hallazgos de Mehust -manifiesta la investigadora Hilary Evans en su libro “Visiones, apariciones y visitantes del espacio” (1989) - se explican con más facilidad si formulamos la hipótesis de que tanto los autores de obras de ciencia ficción como los testigos 'verdaderos', obtienen su material de una fuente común, lo cual nos retrae una vez más a la hipótesis del 'banco de imágenes' y a la idea de un inconsciente colectivo". Y es que probablemente la imaginería humana, ó sea, la psique de los testigos, se halla muy presente en la “construcción” de las experiencias OVNIs. Lo que indicaría claramente que el paradigma al cual nos enfrentamos está en estrecha vinculación con el inconsciente de los observadores en el momento en el que se produce el “contacto”. Por tanto, lo percibido durante este tipo de experiencias, mas que obedecer a una realidad empírica, estaría sujeta a una elaborada “arquitectura” psíquica cuya finalidad sería la de recrear un ficticio encuentro extraterrestre pero basado siempre en nuestros conocimientos y siguiendo nuestra lógica. Y esto explicaría por qué muchas obras de ciencia ficción anteriores al surgimiento de la era OVNI contienen información (narrativa/visual) que después hemos visto insertada en la casuística ufológica.

Sin duda habrá que seguir investigando esta interesante y desconcertante vía…






 

JOSE ANTONIO CARAV@CA

 

NOTA: Algol es una estrella real, desde muy antiguo se le atribuyó una naturaleza demoníaca, siendo conocida por ello como “la Estrella del Diablo” y calificándola como una estrella que daba “mala suerte”.

 
 

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