El 31 de mayo los 16 miembros de un equipo de estudio independiente de la NASA celebraron una larga y sin sustanciales sorpresas sesión informativa pública para hablar sobre sus esfuerzos para identificar y evaluar correctamente los denominados fenómenos anómalos no identificados, los famosos UAPs. El grupo está formado por físicos, tecnólogos, astrobiólogos, astrónomos e incluso por un exastronauta: Scott Kelly. Pese a que llevan trabajando durante los últimos 7 meses en la cuestión, cualquiera podría llegar a pensar, viendo el resultado de la rueda de prensa, que se reunieron el fin de semana pasado antes de la comparecencia. Pese a todo la presentación a cargo de Dan Evans, administrador adjunto de investigación y dirección de Misiones Científicas de la NASA no podía ser más esperanzadora: "Los fenómenos anómalos no identificados realmente han captado la atención del público, de la comunidad científica y, hoy en día, también del gobierno de los Estados Unidos, y nosotros en la NASA creemos firmemente que es nuestra responsabilidad trabajar juntos para investigarlos con el escrutinio científico por el que la NASA es bien conocida”. "Es nuestra responsabilidad colectiva investigar estos sucesos con el riguroso escrutinio científico que merecen".... "La ciencia se basa en evidencias, en el análisis, requiere la capacidad de reproducir los fenómenos y por encima de todo objetividad, no tenemos una agenda, el objetivo principal de este increíble equipo de expertos no es ver videos borrosos de fenómenos aéreos, sino darnos un mapa para análisis futuros (…) La NASA es transparente".
Sin embargo el director del panel, el astrofísico David
Spergel, restaba importancia a su propio trabajo asegurando que el propósito de
su grupo; "no era resolver la naturaleza de estos eventos". Y por
otra parte su colega Nadia Drake señalaba que: "No es nuestro trabajo
definir la naturaleza, sino estudiarla de manera que la naturaleza se revele a
nosotros sin importar cuán emocionante o decepcionante pueda ser esa
realidad". Empezamos mal.
Al igual que el AARO (Oficina de Resolución de Anomalías de
Todos los Dominios del Pentágono), el nuevo grupo de la NASA no ofreció
detalles o datos concretos que señalaran en que linea están investigando o si
han analizado alguna información o base de datos concreta sobre los UAPS. Por
ello dijeron que labor no era estudiar casos concretos sino implantar una
metodología científica para obtener datos de calidad de los fenómenos anómalos
para su posterior análisis.
Spergel comentó que, hasta la fecha, no había material digno
de estudio: "Los datos existentes actualmente y los informes de testigos
oculares por sí solos son insuficientes para proporcionar evidencia concluyente
sobre la naturaleza y el origen de cada evento de UAP (...) Los datos
disponibles a partir de los informes de testigos presenciales suelen ser
confusos y no pueden aportar pruebas concluyentes que respalden el
reconocimiento y el análisis de los UAPs" (...) Además, el trasfondo de un
objeto puede complicar aún más los datos y hacerlos inutilizables debido a
objetos convencionales que pueden imitar o eclipsar completamente el fenómeno,
como aviones comerciales, aparatos militares hasta fenómenos meteorológicos e
ionosféricos como las auroras. Esta falta de datos de alta calidad hace
imposible extraer conclusiones científicas sobre la naturaleza de los UAP.
Dicho esto, quedan eventos que no entendemos". Aun así el director del
panel no se muestra convencido que puedan solucionar todos los casos:
"Para comprender los UAP se necesita una recopilación de datos mejor
focalizada, un tratamiento exhaustivo de los datos y análisis sólidos. Este
enfoque ayudará a discernir los avistamientos de brechas inexplicables, pero
incluso entonces no hay garantía de que todos los avistamientos puedan
explicarse."
En la misma línea, Nadia Drake periodista científica y
miembro de la comisión apuntilló que: "Recopilar más datos buenos de la
comunidad científica para revisarlos en un contexto revisado por pares será
importante para que se logren avances aquí". Al parecer la razón fundamental
para que a estas alturas de la película no hay un conceso generalizado sobre la
naturaleza de estos fenómenos es que, tanto las cámaras militares, el radar y
otros sensores que han recopilado información sobre algunos de estos
incidentes, por lo general no están ajustados para estos fines, ya que no están
diseñados para recopilar datos necesarios para identificar objetos no hostiles
(¿!).
Sobre la supuesta ocultación de información del gobierno la
respuesta/excusa de Spergel no parece demasiado convincente: "Los datos de
las agencias de defensa e inteligencia sobre los UAP suelen ser clasificados
principalmente por la forma en que se recopilan los datos", dijo, "no
por lo que contienen los datos. La cámara de un F-35 toma una imagen de un
pájaro: es clasificada. El satélite espía toma una imagen de un globo, como
hemos tenido en las noticias algunos globos recientemente, eso es clasificado,
y eso se debe al deseo de no revelar nuestras capacidades técnicas a otras
naciones".
Según la NASA, los UAP se pueden definir básicamente como
"observaciones de eventos en el cielo que no pueden identificarse como
aeronaves o fenómenos naturales conocidos desde una perspectiva
científica". Pero esto no quiere decir que estemos ante algo
extraordinario. Y por eso tanto desde el AARO como desde este grupo de la NASA
se insiste en señalar que no existen evidencias concluyentes que sugieran un
origen extraterrestre para los UAP". Spergel fue tajante en este sentido:
"Afirmar que vemos algo que es evidencia de inteligencia no humana requeriría
evidencia extraordinaria, y no hemos visto eso". Sobre esta materia, David
Grinspoon, científico principal del Instituto de Ciencia Planetaria en Houston,
respondió que: "No hemos visto ninguna evidencia que indique que los UAP
tengan algo que ver con fenómenos extraterrestres (…) Si los datos nos llevan a
darnos cuenta de que lo hace... Por supuesto, estaremos cautivados y fascinados
por eso y querremos perseguirlo. Pero en este punto, realmente no tenemos
ningún dato explícito que sugiera que haya una conexión entre los UAP y la vida
extraterrestre".
Pese a todo el director del AARO, el Dr. Sean Kirkpatrick, invitado
a la convocatoria, dijo que después de examinar más de 800 casos en los últimos
27 años, del 2 al 5 por ciento de esos incidentes quedaron sin explicación. Tambien
hizo mención a la detección, en varias partes del planeta, de unas extrañas orbes
metálicas que seguían sin identificar: "Observamos estas [esferas
metálicas] en todo el mundo, y las vemos haciendo maniobras aparentes muy
interesantes". Sobre el volumen de recepción de informes expresó que: "Tenemos
entre 50 y 100 informes nuevos cada mes"…
Al final y aunque los expertos de la NASA se quieren
desmarcar de sus colegas del AARO del Departamento de Defensa, ambos están
trabajando en una misma narrativa. Sus conclusiones calcadas:
1.- No existe ni un solo incidente UAP de calidad.
2.- No existen filmaciones o fotografías de alta calidad.
3.- No existe una base de datos fiable de algún organismo del
gobierno que antes de 2017 posea información sobre estos eventos.
4.- No existen, ni se han recopilado, evidencias/materiales de que
algunos de estos avistamientos tengan un origen extraterrestre (No-humano).
5.- Los UAPs pueden ser una amenaza para la seguridad
nacional y hay que determinar si son aeronaves de potencias extranjeras.
6.- Hay que invertir dinero en el estudio UAP.
Tampoco parece casualidad que ambos proyectos vayan ampliando
y difuminando las fronteras de la denominación UAP, para abarcar tanto campo,
que los interesados en las cuestiones OVNIS y los medios generalistas comienzan
a perder interés por lo que puedan aportar estas comisiones. De hecho la palabra
objeto y aéreo han sido erradicados del discurso. Su definición de los
fenómenos no es al azar: "Dado que los UAPs pueden ser cualquier cosa en
nuestros cielos, en el agua o en el espacio, decimos fenómenos anómalos no
identificados en lugar de objetos voladores no identificados para proporcionar
un lenguaje más inclusivo sobre los tipos de informes presentados al
gobierno". Los expertos de la NASA creen que muchos de estos avistamientos
no son ni siquiera objetos físicos y que podrían encubrir algunos fenómenos
lumínicos de la naturaleza desconocidos, por lo que es más apropiado hablar de
fenómenos anómalos, y quitar incluso el aspecto aéreo.
El AARO y la NASA coinciden en señalar que la mayoría de los
eventos UAP son perfectamente identificables y que los más extraños quizás
escondan una tecnología terrestre de orden militar que hay que investigar y
localizar.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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La investigación científica exigirá contrastar hipótesis explicativas de estos fenómenos, por ejemplo la extraterrestre. Y validarla o desecharla. Por lo que veo estas comisiones están en una etapa muy preliminar de recolección de datos. Y no manejan aún alguna hipótesis contrastable. Esperemos que no se queden anclados en esa etapa.
ResponderEliminarEse es el problema. Las intenciones son siempre loables, pero nos hallamos en un bucle que nunca termina de arrancar...
EliminarNo sé qué pensar. Me da un cierto tufillo a que esto se ha vivido ya. Majestic 12? Proyecto Blue Book?
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