jueves, 11 de septiembre de 2025

NUEVA AUDIENCIA UAP: CONGRESISTAS DENUNCIAN SECRETISMO Y EXIGEN DESCLASIFICACIÓN

 




En una nueva audiencia celebrada en el Congreso de Estados Unidos (09/09/25), el tema de los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) volvió a colocarse en el centro del debate nacional. En esta nueva audiencia, legisladores y testigos coincidieron en un mismo eje: las amenazas a la seguridad nacional, los encubrimientos sistemáticos por parte del Gobierno y las represalias sufridas por denunciantes que se atrevieron a sacar la verdad a la luz.

La sesión, presidida por Anna Paulina Luna (republicana por Florida), llevó por título: “Restauración de la confianza pública a través de la transparencia de los UAP y la protección de los denunciantes”. Luna abrió con un discurso enérgico:

“No se trata de ciencia ficción ni de especulación. Se trata de seguridad nacional, de responsabilidad del Gobierno y del derecho del pueblo estadounidense a la verdad”.

ACUSACIONES DE ENCUBRIMIENTO

Luna denunció que los canales oficiales creados para recibir denuncias —como la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO)— se han convertido en “cementerios de testimonios” y acusó al exdirector Sean Kirkpatrick de “mentiroso documentado”. Aseguró que existen pruebas de tecnologías que superan las capacidades actuales conocidas y criticó que informes recientes han omitido datos clave de agencias como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

“El pueblo estadounidense no necesita que se le proteja como a un niño. Lo que no puede tolerar es un gobierno que oculta la verdad y castiga a quienes se atreven a hablar”, advirtió Luna.

EL PRIMER TESTIMONIO: EL “CUADRADO ROJO” DE VANDENBERG

El primer testigo, Jeffrey Nuccetelli, exoficial de policía militar de la Fuerza Aérea, relató múltiples incidentes entre 2003 y 2005 en la Base Aérea Vandenberg, sede del Proyecto Nacional de Defensa de Misiles.

El más impactante fue el denominado “Plaza Roja de Vandenberg”: Contratistas de Boeing observaron un cuadrado rojo brillante suspendido sobre instalaciones críticas. Esa misma noche, guardias reportaron una enorme nave triangular, “más grande que un campo de fútbol”, que flotó durante 45 segundos antes de dispararse a velocidad imposible. Otro evento incluyó un objeto que descendió en la pista de la base y luego despegó con aceleración inexplicable.

Nuccetelli aseguró que testigos fueron amenazados e intimidados para que guardaran silencio. Él mismo relató haber visto, en 2005, una esfera luminosa de unos 30 pies que descendió sobre su patio trasero antes de elevarse y desaparecer entre las estrellas.

“Hoy la pregunta no es si estos eventos son reales, sino si tenemos el valor de enfrentarlos”, afirmó.

ALEXANDRO WIGGINS: LOS “TIC-TAC” EMERGIDOS DEL OCÉANO

El jefe Alexandro Wiggins, especialista en operaciones de la Marina de EE. UU., narró un episodio ocurrido el 15 de febrero de 2023 frente a la costa sur de California, a bordo del USS Jackson: observó un objeto autoluminoso en forma de “tic-tac” que emergió del océano y se unió a otros tres objetos similares. Los cuatro desaparecieron de manera sincronizada y a altísima velocidad, sin estampidos sónicos ni señales de propulsión. Los datos fueron corroborados por sensores y grabaciones a bordo, algunas de las cuales ya han sido divulgadas por periodistas: “Cuando las tripulaciones observan objetos que desafían perfiles conocidos, eso es un problema de seguridad aérea y marítima. Debemos poder reportar sin temor a represalias”, enfatizó Wiggins.

El marino pidió al Congreso que garantice canales confidenciales para los denunciantes y que se desclasifiquen datos técnicos cuando sea posible, como registros infrarrojos y parámetros de radar.

EL PERIODISTA GEORGE KNAPP: LAS ACUSACIONES MAS GRAVES

El periodista de investigación George Knapp, con más de tres décadas cubriendo el fenómeno OVNI, aportó uno de los relatos más contundentes y polémicos de la audiencia. Su intervención puso sobre la mesa nombres, corporaciones y programas que, según él, forman parte de una red de ocultamiento deliberado del tema UAP. Knapp recordó su primer gran caso en 1989, cuando entrevistó a Bob Lazar, quien afirmó haber trabajado en la instalación S-4, cerca del Área 51. Lazar describió un programa secreto de ingeniería inversa destinado a desarmar naves no humanas recuperadas tras estrellamientos de OVNIs. Aunque en su momento fue ridiculizado, Knapp señaló que con los años ha encontrado documentación oficial y múltiples testigos que refuerzan la veracidad de esas afirmaciones: “A través de la Ley de Libertad de Información (FOIA) hemos obtenido papeles militares e informes de inteligencia que contradicen la versión oficial: el Gobierno sí sabe de estos objetos, los estudia y los ha tratado como materiales tangibles, no como ilusiones”, sostuvo. Knapp acusó directamente a contratistas privados, en particular a Lockheed Martin, de haber retenido materiales provenientes de estos programas secretos. Según su investigación, durante los años del programa AATIP, el empresario aeroespacial Robert Bigelow y un colega de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) se reunieron con altos ejecutivos de Lockheed para negociar la entrega de fragmentos de origen desconocido, almacenados en una instalación de California. “Ese material no fue fabricado aquí. Lockheed Martin lo mantuvo oculto durante años, lejos del escrutinio del Congreso y del público”, denunció Knapp.

El periodista también fue explícito al mencionar nombres propios asociados al secretismo. Uno de ellos fue Glenn Gaffney, ex alto funcionario de la CIA, a quien señaló como parte de la red de “guardianes” que han clasificado, administrado y restringido el acceso a información sobre UAP y posibles restos de naves no humanas. Knapp explicó que estos funcionarios operan como intermediarios entre las agencias de inteligencia y los contratistas militares, controlando qué se desclasifica y qué permanece oculto bajo programas de acceso especial. Knapp completó su relato ante la audiencia comparando estas prácticas con las de otras naciones. Recordó haber investigado en Rusia durante los años 90, cuando el Ministerio de Defensa y la KGB recopilaron miles de reportes de avistamientos para un programa de análisis secreto llamado Thread 3, cuyo objetivo declarado era aprovechar la tecnología de los ovnis para desarrollar armamento superior.

Con este paralelismo, subrayó que Estados Unidos no solo ha seguido el mismo camino, sino que ha permitido que corporaciones privadas acumulen materiales y pruebas físicas fuera de la supervisión democrática.

“El pueblo ha sido engañado durante décadas. Se nos dijo que no había nada de qué preocuparse, mientras que detrás de puertas cerradas se guardaban naves, restos y tecnologías que superan todo lo conocido”, concluyó Knapp.

DYLAN BORLAND: TRIANGULO VOLADOR

Uno de los testimonios más impactantes fue el del exespecialista en inteligencia geoespacial de la Fuerza Aérea, Dylan Borland, quien describió un encuentro ocurrido en 2012 en la Base Aérea de Langley: a la 1:30 a.m. observó un triángulo equilátero de 30 metros que despegó desde un hangar cercano a la NASA. La nave parecía “fluida”, con una superficie negra metálica y destellos dorados como de plasma. Su teléfono se sobrecalentó y se apagó al estar bajo la nave, que ascendió a gran velocidad sin generar sonido ni desplazamiento de aire. Borland declaró además que tuvo acceso directo a programas de recuperación de accidentes de UAP y que, tras revelar información, sufrió represalias:

  • Bloqueo laboral en la comunidad de inteligencia.
  • Intentos de “phishing” para sonsacarle lo que había denunciado.
  • Manipulación de sus autorizaciones de seguridad.

“Cada día que estas verdades permanecen ocultas, nuestra Constitución es traicionada. El futuro de la humanidad será viajar a las estrellas o retroceder a la Edad de Piedra con esta tecnología”, sentenció.

JOE SPIELBERGER Y LAS FALLAS EN LA PROTECCIÓN A DENUNCIANTES

El asesor de políticas del Proyecto sobre Supervisión Gubernamental (POGO), Joe Spielberger, destacó que los denunciantes son “la primera línea de defensa contra la corrupción” y denunció que, en el ámbito de la seguridad nacional, las protecciones son mínimas.

Señaló que los denunciantes de inteligencia y militares enfrentan riesgos adicionales:

  • Pérdida de habilitaciones de seguridad.
  • Ausencia de organismos independientes que hagan cumplir las protecciones.
  • Represalias internas que los dejan sin salida laboral.

Spielberger propuso crear un mecanismo independiente para denunciantes de seguridad nacional, permitirles acudir directamente a tribunales y cerrar las lagunas legales que dejan expuestos a contratistas federales.

“Si no protegemos a quienes se atreven a hablar, solo perpetuaremos la corrupción y el secretismo. Esto es una cuestión crítica de seguridad nacional”, advirtió.

CONGRESISTAS EXIGEN RESPUESTAS: “NOS ESTÁN MINTIENDO” Y “ES UNA CUESTIÓN DE SEGURIDAD NACIONAL”

La ronda de preguntas entre congresistas y testigos se convirtió en el punto álgido de la audiencia. Legisladores de ambos partidos coincidieron en que el gobierno ha ocultado información crítica sobre los UAP y que las represalias contra denunciantes deben terminar.

“NO SON CHIFLADOS, SON MILITARES SERIOS”

El representante Jared Moskowitz (Florida) subrayó que los testigos no eran excéntricos inventando historias, sino profesionales con impecables carreras en la Fuerza Aérea, la Marina y la inteligencia:

“Sería más conveniente para el gobierno si fueran chiflados en un Winnebago con sombreros de aluminio. Pero no lo son: son militares con impecables antecedentes. Eso importa para la narrativa y para el pueblo estadounidense”.

Moskowitz afirmó con contundencia:

“Hoy es difícil saber qué es verdad y qué no. Pero sí sé cuándo nos están mintiendo, y claramente nos están mintiendo”.

Preguntado sobre lo que había visto, el marino Alexandro Wiggins respondió:

  • Que lo observado desafiaba todo lo que le habían enseñado.
  • Que no podía atribuirlo a programas de armas conocidos ni propios ni extranjeros.
  • Y que, tras descartar posibilidades, solo quedaban dos opciones: tecnología secreta gubernamental o algo “no de este mundo”.

El congresista Tim Burchett insistió:

“Entonces, o es un programa secreto de armas de nuestro gobierno u otro gobierno, o no pertenece a ningún gobierno y no es de aquí. ¿Está de acuerdo?”.
—Wiggins: “Sí, señor. Estoy de acuerdo”.

El congresista Eric Burlison dijo que: “Miren, yo no salto directamente a la conclusión de que creo que hay extraterrestres viniendo de otro planeta… pero estoy abierto a esa posibilidad”,

El exoficial Jeffrey Nuccetelli confirmó que, tras los incidentes en Vandenberg, un capitán de la Fuerza Aérea ordenó directamente a los testigos callar o enfrentar problemas.

“No hubo investigación seria. La información se reportó hacia arriba en la cadena de mando, pero luego se congeló”, explicó.

Añadió que, en sus experiencias, los objetos parecían incluso “responder” a la atención humana:

“Alguien veía una luz, la observaba, y entonces el objeto respondía, se acercaba, como si también tuviera curiosidad por nosotros”.

La congresista Nancy Mace (Carolina del Sur) abordó el tema más delicado: las represalias contra denunciantes como Dylan Borland.

—Mace: “¿Le parecía que realmente investigaban lo que usted denunciaba?”
—Borland: “No. Solo querían evaluar cuánto sabía”.
—Mace: “¿Sintió que intentaban proteger a alguien?”
—Borland: “Sí”.
—Mace: “¿Le hicieron sentir en algún momento que su vida corría peligro?”
—Borland: “Sí, señora”.

Borland reconoció que hoy teme ser acusado de espionaje, un delito que puede implicar la pena de muerte, si revelara detalles sensibles fuera de recintos clasificados.

“He perdido mi empleo, mi carrera ha sido destruida y sigo desempleado”, denunció.

La representante Jasmine Crockett (Texas) comparó el secretismo actual con episodios oscuros de la historia de EE. UU., como COINTELPRO y los programas de tortura. Preguntó al experto Spielberger sobre el uso abusivo de la “seguridad nacional” como excusa para ocultar información.

Spielberger recordó que incluso la Comisión del 11-S identificó la sobreclasificación como un factor que contribuyó al fracaso en prevenir los atentados.

“Las agencias deberían adoptar la divulgación por defecto, en lugar de clasificar automáticamente. La transparencia es vital para evitar errores y abusos”.

Crockett cerró con un mensaje al público:

“La falta de transparencia solo alimenta teorías de conspiración. La única manera de que este gobierno funcione es que cada empleado se sienta seguro al denunciar irregularidades”.

UN MOMENTO HISTÓRICO: EL CONGRESO EXIGE TRANSPARENCIA Y PROTECCIÓN A DENUNCIANTES EN EL “CASO UAP”

La audiencia sobre los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP) no solo ofreció testimonios inéditos: también marcó un punto de inflexión en la forma en que el Congreso enfrenta un tema históricamente marginado.

EL CONSENSO: HAY OCULTAMIENTO

Los testimonios de militares, periodistas y analistas coincidieron en un mismo patrón:

  • Eventos reales y múltiples testigos que describen objetos con maniobras imposibles para la tecnología conocida.
  • Represalias directas contra quienes intentaron reportar.
  • Encubrimiento institucional mediante sobreclasificación y congelamiento de investigaciones.

La presidenta del grupo de trabajo, Anna Paulina Luna, lo sintetizó en su discurso inicial:

“Tanto si los UAP representan tecnología adversaria, un fenómeno natural o algo más allá de la comprensión humana, el Congreso tiene la responsabilidad de investigarlos. Lo que no puede tolerar el pueblo es un Gobierno que oculta la verdad”.

EL FUTURO LEGISLATIVO: UAP DISCLOSURE ACT 2025

Durante la audiencia se discutió la importancia de la ley de desclasificación conocida como UAP Disclosure Act of 2025, destinada a garantizar la entrega de información clasificada en un plazo determinado.

El denunciante Dylan Borland fue tajante:

“La verdad debe conocerse. Yo reduciría la ventana de siete años. El momento de actuar es ahora”.

En un Congreso a menudo marcado por la polarización en el contexto general, la audiencia mostró un inusual consenso bipartidista. Legisladores republicanos y demócratas coincidieron en que proteger a los denunciantes y restaurar la transparencia es una cuestión de seguridad nacional y de confianza en las instituciones.

“Debemos gobernar con transparencia. La falta de transparencia solo alimenta teorías de conspiración”, dijo la demócrata Jasmine Crockett.

“Sin protecciones, nadie más se atreverá a hablar”, agregó la republicana Nancy Mace.

Los testigos advirtieron que ignorar los UAP podría derivar en sorpresas estratégicas y pérdida de liderazgo tecnológico frente a naciones rivales que ya investigan activamente.

El exoficial Nuccetelli lo expresó con palabras que resonaron en la sala: “Que este sea el momento en que Estados Unidos elige el coraje sobre el miedo, la transparencia sobre el secreto y el progreso sobre el estancamiento”.

Como resumió el congresista Jared Moskowitz:
“No sé qué es verdad y qué no. Pero sí sé cuándo nos están mintiendo, y claramente nos están mintiendo”.

 



JOSE ANTONIO CARAV@CA


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