domingo, 30 de marzo de 2014

CASO SOCORRO: CIERRE EN FALSO

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a la memoria de Lonnie Zamora  .




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El 2 de noviembre de 2008 moría a los 76 años Lonnie Zamora, protagonista de uno de los encuentros OVNIs mas emblemáticos y documentados del mundo.
Curiosamente tan solo dos semanas antes conoció que el investigador Antonhy Bragalia ponía en tela de juicio su insólita experiencia en un articulo denominado "The Socorro UFO Hoax Exposed!" (El OVNI de Socorro ¡Una Broma al descubierto!) (Septiembre 2008). Después de 45 años sin que nadie ni siquiera el gobierno norteamericano pudiera hallar una explicación convencional para su avistamiento, Bragalia volvía a incidir en una vieja conjetura, refrendada por la aparición de una nueva prueba, el caso fue producto de una sensacional broma. Sin duda la polémica estaba servida. Tratandose del suceso de Socorro, considerado como piedra angular de la investigación OVNI al otro lado del Atlántico y por ende del planeta, estas nuevas indagaciones podrían dar un vuelco al que se consideraba un clásico irreductible, que había resistido durante décadas los embistes de los escépticos. Pero vayamos por partes y hagamos un breve repaso de éste espectacular acontecimiento.

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ENCUENTRO EN EL DESIERTO
El 24 de abril de 1964 sobre las 17.45 horas el agente de policía Lonnie Zamora se encontraba en plena persecución de un vehículo que circulaba a gran velocidad por South Park Street, Socorro (Nuevo México). De repente, una fuerte explosión llamó su atención y pudo observar en el cielo una extraña llamarada azul en forma de embudo, que se perdió tras una colina. Zamora pensó que quizás el polvorín de la zona había estallado. Una vez personado en el lugar del supuesto accidente, se sorprendió al percatarse de la presencia en medio del terreno, y no muy lejos del citado almacén, de un misterioso objeto metálico de forma ovoide, sin ventanas ni remaches visibles. El artefacto, que estaba a pocos metros del testigo, se apoyaba sobre cuatro patas telescópicas y junto a él habían dos pequeños seres, como "niños o adultos bajos" enfundados en monos blancos (algunos autores hablan de batas). Según el agente Zamora, la aeronave tenía una insignia roja muy extraña de unos 75 cm de alto, pero tan pronto como detectaron su presencia, los insólitos seres saltaron al interior de la aeronave, despegando ésta rápidamente tras escucharse una nueva explosión, al tiempo que una luz azulada, como una "llama" con los bordes anaranjados, emergía por la parte inferior del objeto si emitir humos. El testigo observó como el artefacto se colocó a la altura del coche (pues Zamora estacionó en lo alto de una loma), para posteriormente desaparecer en dirección oeste-sur-oeste en completo silencio.
Inmediatamente, otros agentes de policía que se presentaron en el lugar, entre ellos el sargento Sam Chávez, pudieron constatar la presencia de cuatro huellas rectangulares en la zona de aterrizaje del objeto, así como las llamas aún presentes en algunos matorrales colindantes. Las 4 marcas fueron visibles durante varios días y según los expertos fueron provocadas por un objeto de al menos 8 toneladas de peso. También se encontraron, en el terreno, pequeñas huellas de los supuestos ocupantes del artefacto. Las quemaduras halladas en la vegetación de los alrededores revelaron que habían sido producidas por exposición a altas temperaturas. Por si fueran pocos restos, habían varias rocas de aspecto burbujeante y arena vitrificada que parecían haber estado bajo la acción de la poderosa "llama" del objeto .
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Lonnie Zamora un tranquilo policía de Socorro (Nuevo México) iba a protagonizar uno de los avistamientos OVNIs mas importantes de la historia..






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El suceso fue concienzudamente investigado por la USAF y el FBI, entre otros por el capitán Richard T. Holder, jefe del campo de pruebas de White Sands, y el mayor William Connor, de la base de Kirtland, llegando a la conclusión de que el agente Lonnie Zamora decía la verdad. Incluso se descartó la posibilidad de que el testigo hubiera visto un prototipo experimental o ingenio de la NASA. El proyecto Libro Azul (grupo de estudio gubernamental sobre OVNIS formado por científicos civiles y militares) admitió el caso como No Identificado, y es el único informe que engloba aterrizaje, visión de humanoides y marcas en el terreno autentificado por el gobierno de los Estados Unidos. El Mayor Héctor Quintanilla, al mando de dicha comisión estatal (1963-1969), célebre por su extremada sobriedad y exacerbado escepticismo en relación a la problemática OVNI, escribía, en 1966, al respecto del suceso de Socorro en la revista interna de la CIA "Estudies in Intelligence": "No hay duda de que Lonnie Zamora vio un objeto que dejó una honda impresión en él. Tampoco puede cuestionarse la credibilidad de Zamora. Es un oficial de policía serio, un pilar de su iglesia, un hombre versado en reconocer aeronaves en su zona. Está desconcertado por lo que vió y, francamente, nosotros también. Este es el caso mejor documentado que conocemos, y todavía no hemos sido capaces de encontrar el vehículo o cualquier otro estímulo que atemorizó a Zamora hasta el punto de llevarle al pánico". Sam Chavez que llegó al lugar minutos después de que el artefacto hubiera desaparecido en la lejanía comentó al ver el estado de nerviosismo de su compañero; "¿Que ha pasado?... ¡¡¡Ni que hubieras visto al diablo!!!..."
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¿QUE DEMONIOS VIÓ LONNIE ZAMORA?
Como se puede imaginar el lector desde sus mismos inicios el conocimiento público de los hechos ocurridos en la tranquila localidad de Socorro atrajeron la atención de creyentes y escépticos en los "platillos volantes". La información no podía ser mas sugestiva para ambos bandos. La Fuerza Aérea, el FBI y la policía local implicados en la investigación de un aterrizaje OVNI. Y lo nunca visto, al parecer oficialmente se reconocía que el enigmático encuentro no tenía ninguna explicación y que su principal protagonista Lonnie Zamora no era un farsante. Por tanto, mas que ningún otro episodio relacionado con los No Identificados, el encuentro de Socorro ocupó durante largo tiempo a los escépticos, que se afanaban en intentar encontrar una plausible respuesta a tan llamativo y contrastado fenómeno. Pero los datos hablaban por si solos. La USAF aportó diferente material técnico que descartaba que el testigo hubiera visto un prototipo experimental secreto de las cercanas bases militares (Holloman, White Sands o Kirtland) o que todo hubiera sido provocado por un vehículo de la NASA, que por aquel entonces trabajaba en los módulos espaciales (LEM) que utilizaría en la conquista de la Luna, pero que aún no eran operativos en aquellas fechas. A su vez, la Fuerza Aérea norteamericana eliminó un amplio abanico de posibilidades; helicóptero con problemas técnicos, cualquier tipo de globo atmosférico, prueba balística e incluso la probabilidad de que se tratara de una colosal "broma" perpetrada por un grupo de jóvenes de Socorro, para "vengar" las constantes multas de tráfico que recibían del agente Zamora.La falta de explicaciones mundanas parecían confirmar la veracidad del relato del austero policía. .



Cuando Zamora remontó una loma con su vehículo observó que junto al extraño artefacto plateado habían dos seres pequeños. Uno de ellos se giró bruscamente como si hubiera descubierto la presencia en el lugar del agente de policía.
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Pero los escépticos seguían buscando el talón de Aquiles de Zamora. El negador profesional Philip Klass en su libro "UFOs Explained" (1974) ofrecía una original y descabellada hipótesis ante la falta de mejores evidencias, ya que no pudo seguir la pista de la presunta "tomadura de pelo estudiantil". Para Klass todo se debió a un engaño perpetrado por el policía y el alcalde del pueblo, propietario de las tierras donde presuntamente aterrizó el OVNI. Ambos se habían confabulado para atraer el turismo a la zona y crear un "parque de atracciones. Ni que decir tiene que Klass no acertó ni en lo uno, ni en lo otro. Ni se produjo una afluencia masiva de turistas a Socorro, ni los terrenos eran propiedad del alcalde. Otra teoría nunca acreditada fue esbozada por el ingeniero Larry Robinson de la Universidad de Indiana, que aseguraba haber leído una nota de prensa comprendida entre los años 1965 y 1967, donde se citaba el percance sufrido por unos aventureros que viajaban en globo por todo el territorio de los Estados Unidos. Al parecer en una parada en la citada localidad de Socorro fueron confundidos por un agente de la ley con los tripulantes de un "platillo volante" y ante el temor de que fueran victimas de un disparo accidental huyeron a toda prisa del lugar. Robinson aseguraba sin pudor que el famoso emblema del artefacto era el logotipo de una empresa editora que subvencionaba el periplo de estos aviadores. Ni que decir que nada de lo narrado por el ingeniero a podido ser comprobado. Otra idea señalaba que el avistamiento de Zamora estuvo provocado por el ensayo secreto de un modulo espacial Surveyor de la NASA que eran operativos desde la cercana base de White Sands. El capitán James McAndrew asegura que se realizaban pruebas secretas en los alrededores de Socorro en abril de 1964. El modulo se suspendía de un helicóptero para sus desplazamientos lo que pudo confundir a Zamora al solo ver el modulo espacial. Sin embargo la hipótesis no se sostiene, ni en la forma ni en los detalles, ya que la propia NASA negó su participación en los hechos, y resulta poco convincente que el experimentado policía no divisara que el modulo estaba colgado de un helicóptero, ya que ni siquiera escuchó su ruido. En el mismo sentido se culpabilizó a unos globos experimentales procedentes de la base de Holloman englobados en el proyecto secreto Skyhook. Aunque sus características externas y sobre todo la visión de los ocupantes no coincide para nada con estos vuelos. Menos compleja pero quizás mas disparatada fue la suposición de Steuart Campbell que afirmaba en su pretencioso libro The UFO Mystery Solved (1994): "El patrullero de la Policía Lonnie Zamora informó de un espejismo de "Canopus" en Socorro (Nuevo México). Esto fue causado por una inversión de temperatura en el valle del Río Grande, al sur de la ciudad." ¿provocan los espejismos huellas y fuego?...
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Una fotografía que habla por si sola de la transcendencia del caso. Lonnie Zamora observa con estupefacción como el capitán Mayor H. Mitchell sostiene un contador geiger que es utilizado por el sargento Castle, tras ellos el agente del FBI Burns.




 

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Por estas dispares y exóticas explicaciones se comprueba que ni siquiera los más escépticos barajaban la idea de que se tratara de un engaño deliberado por parte de Zamora, si no que por el contrario había existido un estimulo real muy claro y conciso que había sido el detonante del episodio cualquiera que fuera su naturaleza. Por tanto buscar el origen de éste estimulo se convirtió en una meta para todos los negadores del fenómeno OVNI. Su premisa era también diáfana, si Zamora no era un embustero había que buscar que "artefacto" humano había podido confundir hasta tal extremo al policía de Nuevo México. Y ante la falta de "sospechosos", lease globos experimentales, módulos espaciales, aeronaves de vanguardia, etc, la única probabilidad que quedaba, el último resquicio de la racionalidad consistía en una vieja hipótesis. Todo era fruto de una gigantesca broma orquestada por un grupo de jóvenes para mofarse de Lonnie Zamora... y de una forma inesperada surgió la pista definitiva ¿o no?... .
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¿LA CLAVE DEL ENIGMA DORMIA EN EL CAJON DE UN PREMIO NOBEL? 
Cuando la USAF envió al Dr. Joseph Allen Hynek el 28 de abril de 1964, en calidad de asesor del Proyecto Blue Boock a investigar el aterrizaje de Socorro, ya existían vagos rumores en el pueblo de que los estudiantes del Instituto de Tecnología y Minería de Nuevo México (NM Tech) habían sido los causantes del embrollo. El motivo eran las continuas multas de tráfico y el supuesto acoso que sufrían los jóvenes por parte de Lonnie Zamora que era un férreo defensor de ley. Por ello un grupo de destacados alumnos planearon darle una lección a su "instigador", gastandole una sofisticada broma para que fuera el hazme reír de todo Socorro. Sin embargo, esta pista fue seguida sin éxito en su fecha.
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Tras escucharse un gran estruendo, el testigo pensó que el objeto iba a estallar, la aeronave se elevó unos metros.

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Tal y como indica el investigador Kevin Randle, en un intercambio epistolar en la fecha del aterrizaje entre el Dr. Hynek y el Dr. Donald Menzel (conocido escéptico), éste último apuntaba la posibilidad de que el caso Socorro "fuera una broma o, quizás, algún tipo de alucinación." Ambas posibilidades fueron rechazadas por Hynek, que confiaba plenamente en el relato de Zamora, y conocía las frustradas pesquisas en el instituto en busca de posibles culpables para una colosal broma. Ni siquiera el inquisitivo Philiph Klass reconocido por hallar "explicación" a los sucesos OVNIs mas sobresalientes, consiguió obtener mayor información de un rumor que como tal, no pudo ser contrastado. Su colega David E. Tomas, en la revista Skeptical Inquirer (2001), apoyaba esta idea al afirmar que la insinuación del engaño era tan solo rumores poco creíbles.
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La USAF realizó indagaciones de todo tipo para intentar identificar y localizar la aeronave causante del avistamiento de Socorro. Ninguna de dichas pesquisas, ni siquiera las consultas con la NASA, que trabaja en los futuros módulos espaciales, pudo aclarar la cuestión.


 


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Pero hemos tenido que esperar hasta septiembre de 2009, para que el investigador Anthony Bragalia encontrara lo que él define como las pruebas inequívocas de la implicación de los jóvenes universitarios en la tomadura de pelo a Lonnie Zamora. De forma casual Bragalia halló entre la correspondencia del ganador en dos ocasiones del premio Nobel, Linus Pauling (Química 1954, Paz 1962) una carta muy sustanciosa. Fechada en 1968 y dirigida al presidente del Instituto de Tecnología y Minería (Socorro, Nuevo México) Stirling Colgate, el premiado químico interrogaba a su colega sobre el incidente de Socorro. El profesor muy escueto le respondía de forma manuscrita; "Tengo una buena indicación del estudiante que montó el fraude. El estudiante se ha ido". Pauling tenía mucho interés en conocer la opinión de Colgate sobre el famoso avistamiento OVNI del que todo el mundo hablaba, y el director se limitó a señalar que era una broma pero sin mas detalles. Para Bragalia ésto era una manifiesta evidencia de que el aterrizaje de Socorro había sido una farsa, un engaño. Conociendo la importancia del documento, el ufólogo escribió un correo electrónico a Stirling Colgate, que a sus 84 años sigue ejerciendo como profesor emérito en el Laboratorio Nacional de los Alamos (Nuevo México). Haciendole participe del hallazgo de la carta, el octogenario científico se reafirmó en sus declaraciones, añadiendo que los autores, entre los que habría un amigo suyo, prefieren seguir en el mas estricto anonimato. Aunque la carta y el e-mail de Colgate no contenían mucha información precisa, tirando de éste hilo, Bragalia pudo saber que, en el Instituto de Tecnología y Minería, había una larga tradición de bromistas altamente cualificados que se dedicaban a realizar ingeniosas bromas ayudados de vanguardistas artilugios, que fabricaban expresamente para la ocasión. Uno de estos bromistas era John W. Shipman, que en el verano de 1966 cursaba estudios en Nuevo México. Dando nombres en clave de compañeros, como "Joe Hat" y "Harry Hat", Shipman, que en la actualidad cuenta con 60 años, asegura que ambos alumnos fueron capaces de crear un emisor de radar que, colocado estratégicamente en una montaña de los alrededores de Socorro, fue capaz de interferir unas maniobras aéreas efectuadas desde la base de Holloman. Dicho "experimento" enfadó a las autoridades militares que se personaron en el aula para buscar a los responsables. Tras una reprimenda en la propia base, la USAF mostró un hondo interés en contar con sus conocimientos una vez se hubieran graduado. Shipman también narra que había estudiantes capaces de originar ecos en el radar para hacer creer a la Fuerza Aérea que se trataban de "platillos volantes". Para lograrlo se valían de globos meteorológicos llenados con gas, cargados con una larguísima cinta metálica, una bengala y un dispositivo que hacía que después de que el ingenio se hubiera elevado a centenares de metros se prendiera para crear un enorme eco de radar. Los aviones militares partían desde la base de White Sands para interceptar al presunto OVNI con la consiguiente mofa de los estudiantes.
El autor del presente reportaje mantuvo una comunicación con Shipman y cuestionado sobre su opinión personal sobre el incidente de Socorro decía lo siguiente: "No llegué a Socorro hasta 1966, así que no tengo conocimiento directo del incidente. Hay dos cosas a favor que harán que ésta historia sea muy difícil de refutar o verificar. En primer lugar, no había ninguna evidencia física que detrás hubiera cualquier tipo de tecnología no disponible en 1964. Algunos arbustos arrasados y depresiones en la arena están muy por debajo de la prueba de visitas alienígenas. El policía que denunció el incidente podría haber sido engañado por los efectos especiales inventados por los muy inteligentes, aburridos y traviesos estudiantes que asisten al New Mexico Tech, que siempre ha tenido un muy selecto y profesional alumnado. Además, las actividades de investigación del campus en el clima permitía el acceso a maquinaria pesada y globos meteorológicos, y estudiantes de minería, con conocimientos en ambas ciencias, tenían acceso a los explosivos. Por otra parte, es muy fácil para los estudiantes universitarios afirmar que llevaron a cabo la broma. Es el tipo de cosa que un estudiante del grado superior podría decir para impresionar a una joven estudiante. No tengo nada útil que añadir, salvo el escepticismo expresado anteriormente".

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. El director del Instituto de Tecnología y Minería de Nuevo México (NM Tech) Stirling Colgate tenía la respuesta del incidente de Socorro, pero extrañamente nunca la dio a conocer, hasta la aparición de la carta a Linus Pauling.


 




.Thomas Jones que se doctoró en el citado instituto en 1990, confirmaba a Bragalia la existencia de un grupo de prodigiosos bromistas, que se perpetuaba graduación tras graduación, que se consagraban a planear todo tipo de "tropelías" científicas. Según se desprende de las afirmaciones de Jones, que formó parte de uno de estos colectivos, la discreción era una de las principales normas a cumplir por los miembros y la autoría y naturaleza de las bromas nunca era revelada a personas ajenas al reducido y selecto "club". El exalumno aclaró a Bragalia que, actualmente, en plena era de la tecnología informática las "tomaduras de pelo" se realizaban a través de internet habiendose perdido la tradición por la fabricación de "aparatos ingeniosos". Para Jones, los años de gloria de las pandillas de bromistas se alcanzaron desde 1960 a 1990. "Creo que es muy probable -comentó Jones a Bragalia- que los estudiantes engañaron en el caso del OVNI de Socorro". "Si usted no ha vivido en el ambiente de una escuela de ciencias de nivel superior - continua Jones- , puede ser muy difícil de entender la cultura. Uno se acostumbra a cosas extrañas que pasan todo el tiempo. Los estudiantes construyeron cañones de agua de largo alcance, hicieron explotar bombas de butano y motores para cohetes a escala, construyeron una armadura colosal con "piercing" de juguetes, y manejaban rocas radiactivas sólo porque era interesante. Y eso es sólo la punta del iceberg. Muchas de las travesuras eran deliberadamente configuradas para aparecer que habían sido realizadas por otros: escuelas rivales o extraterrestres".

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. Las nuevas investigaciones apuntan a un globo meteorológico como el artefacto utilizado por los bromistas para la tomadura de pelo al policía Lonnie Zamora.







En 1960 el departamento de Física del NM Tech amplio sus estudios a las Ciencias de la Atmósfera en busca de financiación del estamento militar. Por lo que el centro tenía a disposición de los alumnos todo tipo de instrumental relacionado con globos atmosféricos y dispositivos flotantes con diferente equipo de radar. Junto a éstos datos significativos, algunas personas con las que contactó Bragalia le hablaron del supuesto montaje estudiantil en 1964. El Dr. Frank T. Etscorn, psicólogo de Nuevo México recordaba vagamente la tesis de una alumna suya que había logrado descubrir el engaño perpetrado en Socorro. "Como proyecto -declaró a Antonhy Bragalia-, una antigua alumna mía había examinado el caso a mediados de 1980. Uso anuarios y redes, empezó llamando a alumnos que estaban en tecnología en 1964. De alguna manera encontró a uno de los antiguos estudiantes que piensa estuvo implicado. No amplió información sobre el engaño y no quiso revelar su nombre, pero ella descubrió que era un engaño. Mi memoria de su investigación es irregular, esto fue hace 25 años. Pero recuerdo que encontró también unos registros que, coincidentemente, demostraba que un dispositivo de proyección fue robado de la escuela el día del avistamiento ovni ". Otro exalumno que ofreció su particular y incompleta versión de los hechos fue Dave Collins, estudiante en el instituto tan solo un año después del sonado incidente, en 1965. Collins explicó a Bragalia que un profesor cuyo nombre no recuerda, o no quiere recordar, le comentó que el aterrizaje OVNI fue una gran farsa concebida por compañeros suyos.
El circulo se había cerrado. Antonhy Bragalia disponía de mas información que sus antecesores para destapar la supuesta broma. Había descubierto que existían unos bromistas consumados, que estaban muy preparados, que disponían de todo tipo de artilugios y que en aquellos años eran mas que operativos.
Y si sumaba la "confesión" y la nota de Colgate, Bragalia consideraba que no había dudas de que los estudiantes del NM Tech habrían vengado el acoso policial de Zamora con una espectacular puesta en escena para ridiculizarlo. Bragalia reconstruía de esta forma el caso de Socorro casi media década después. Un grupo universitario de bromistas, provistos de una gran infraestructura e ingenio, planificaron y ejecutaron el aterrizaje de un falso OVNI en pleno desierto de Socorro. Su victima el "molesto" agente Lonnie Zamora. Con la ayuda de un globo atmosférico, material pirotécnico, explosivos y quizás hasta un lanzallamas crearon un incidente perfecto. Incluso, fueron detallistas para dejar en el terreno rocas tratadas en el laboratorio, a altas temperaturas, para simular el calor desprendido en el despegue de la nave. Para apoyar esta tesis Bragalia afirma que en los informes de la USAF se mencionaban restos de material parcialmente carbonizado, sobre todo cartón, que bajo éste nuevo enfoque revelaba la utilización de material pirotécnico en el montaje. La visión de los "niños o adultos pequeños" pudieron ser estudiantes de baja estatura disfrazados con los monos de protección que tenían en el propio instituto. La solución al aterrizaje OVNI mas famoso de todos los tiempos había sido descubierta. No había lugar a mas especulaciones sobre lo que vió Zamora. Nada de prototipos secretos ni naves extraterrestres, las dos versiones mas extendidas. La respuesta era mucho mas sencilla y terrenal. Se trató de una simple broma. ¿Caso cerrado?...

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LAS PIEZAS QUE NO ENCAJAN
Evidentemente las pesquisas de Antonhy Bragalia son interesantes y ofrecen un nuevo enfoque al suceso de Socorro. Sin embargo hay datos que tambalean la hipótesis del fraude en tanto los investigadores oficiales y civiles, en su día, no fueron capaces de encontrar indicios en este sentido. Ni siquiera los escépticos, en reiterados intentos, como hemos visto anteriormente fueron capaces de hallar pruebas del supuesto montaje en las últimas décadas.

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. El doble ganador del premio Nobel Linus Pauling estaba vivamente interesado en conocer el suceso acontecido en Socorro.



 
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Hay que tener en cuenta que tan solo unos pocos minutos después de producirse el supuesto aterrizaje, la zona estaba llena de policías y e incluso un agente del FBI que examinaron el área minuciosamente de cabo a rabo. No hallaron en los alrededores huellas ni restos que evidenciaran la presencia de personas deambulado por el lugar. Ademas la arena vitrificada y rocas burbujeantes que la USAF recogió y que supuestamente fabricaron los jóvenes en sus aulas, nunca fueron mostradas públicamente y mucho menos los resultados fueron divulgados. Aunque en notas muy escuetas la USAF se limitaba a etiquetar todos los elementos analizados como producto de combustiones ordinarias con agentes ordinarios. El investigador Ray Stanford autor del libro "El escandalo del OVNI" (1976), dedicado íntegramente al aterrizaje de Socorro, escribía que en 1975 recibió una carta de Richard Hall, que a su vez le remitía una misiva del Dr. James McDonald, profesor de física de Arizona (USA) en la que éste le comunicaba que poseía información procedente de "una mujer que es ahora (1968) química radióloga en el Servicio de Salud Pública de las Vegas (...) (quien) llevó a cabo un análisis especial de materiales recogidos en aquel lugar de Socorro, y que afirma que, cuando estuvo allí la mañana siguiente, había un parche de arena fundida y vuelta a solidificar (vitrificada) justo debajo del área de aterrizaje. He hablado recientemente con ella , aquí en Tucson, tanto por teléfono como en persona. A poco de finalizar su trabajo (sobre las muestras de Socorro), se presentaron unos oficiales de la Fuerza Aérea, se llevaron sus notas y todo el material y le dijeron que no hablara mas sobre el asunto". El físico nuclear Staton Friedman también pudo dialogar con la química confirmando lo narrado al Dr. McDonald. La especialista había trabajado con las muestras recibidas al día siguiente del aterrizaje, el 25 de abril de 1964. "Ella había analizado los líquidos que emanaban de la planta quemada y las plantas de mezquite (...) Había materiales orgánicos que no pudo identificar"-concluía su carta el Dr. McDonald. ¿Donde están estos informes?
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Posible situación de la entrada de la aeronave y la escalerilla utilizada para el desembarco de los dos tripulantes. Diseño del autor del reportaje.




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Pero hay mas pruebas que desaparecen. En el mismo libro, Stanford que fue enviado a Nuevo México por el N.I.C.A.P (National Investigations Committee on Aerial Phenomena), nos detalla el hallazgo de una piedra que al parecer había sido rozada por una de las patas de la aeronave y que el personal de la USAF había pasado por alto. El ufólogo remitió la roca al Centro de Vuelos Espaciales Goddard (Greenbelt, Maryland), dependiente de la NASA, donde se hallaron, al microscopio, algunos restos metálicos, que al ser analizados demostraron que era una extraña aleación de hierro y zinc desconocida en la Tierra. Posteriormente, las valiosas muestras "desaparecieron" misteriosamente en los mismos laboratorios y el dictamen inicial fue "cambiado" por otro irrelevante. ¿Si las rocas fueron adulteradas por los estudiantes por qué tanto hermetismo ante unas muestras que no deberían contener nada relevante excepto haber sido sometidas a una gran temperatura?. Prosigamos. Ted Jordan compañero de Zamora, realizó numerosas fotografías de la zona del aterrizaje minutos después de la partida de la aeronave, (un hito en la investigación ufológica) el carrete fue "confiscado" por la Fuerza Aérea con la promesa de una pronta devolución. Nunca se supo que pasó con las fotografías. Al parecer tal y como le comunicaron años después al Dr. Hynek, en 1976, las imágenes obtenidas por Jordan habían salido nubladas o veladas afectadas tal vez por un campo energético desconocido, quizás radioactivo. La emanación energética que quedó en el lugar instantes después del despegue del artefacto fue lo suficientemente potente como para interferir en las fotografías realizadas por el policía, que al día siguiente no tuvo problemas al utilizar la Polaroid. Avalando la existencia de una extraña radiación en la zona del aterrizaje, el Dr. Hynek comentaba en un informe enviado al Dr. Donald H. Menzel y desclasificado en la década de los setenta, que algunas muestras tomadas en el lugar habían delatado una radioactividad inhabitual. Sobre algunas características físicas de las huellas dejadas por el supuesto OVNI, Ted Jordan comentaba que; "No podrán decir que lo que vió Lonnie fue una aeronave de despegue y aterrizaje vertical, ni un helicóptero, ni ninguna cosa que yo conozca, pues la llama de aquel maldito artefacto lo único que hizo fue seccionar el arbusto por la mitad, quemarlo y hacerlo desaparecer limpiamente como si lo hubiera rebanado una hoja de fuego". Ademas, el ayudante del Sheriff James Lukie, otro compañero de Zamora que acudió a su llamada, incide en que la quemadura se produjo de arriba a abajo.

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Situación del "giroscopio" y de las huellas de la posible escalerilla. Señaladas, también, las rocas calcinadas y la piedra rota por el tren de aterrizaje que analizó Ray Stanford .

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¿Lograron este efecto los estudiantes con un lanzallamas?. El propio Hynek escribía en un informe: " Todos parecen estar definitivamente de acuerdo en que la bistorta verde (planta silvestre), material que es de difícil combustión, mostraba indicios de haber sido carbonizada, aunque se había chamuscado por una llama caliente y no quemado en forma ordinaria". Hay que recordar que ninguno de los participantes en la inspección ocular percibieron olores a combustibles ni nada parecido. Además como especifica un informe del Blue Book el arbusto quemado, al tacto, estaba anormalmente frío tan sólo media hora después de su combustión. ¿Que tipo de combustión produce éste efecto?, ¿Se trató de una radiación desconocida?...
Los restos de cartón y papel carbonizados que Bragalia presenta como una evidencia irrefutable del montaje, no demuestran nada, pues en los informes de la época no se especifica (por que quizás no lo fueran), si se trataba de material asociado a actividades pirotécnicas o elementos para elaborar explosivos.
Ademas es razonado pensar que si la "llama" emitida desde la aeronave era movida de un lado a otro, como indica Zamora, pudiera dar combustión a todo tipo de elementos que hubieran en las cercanías. Pero aún hay mas, el Dr. Menzel pensaba ya en aquellos años que los restos de cartón podían tener alguna relación con un posible montaje elaborado por unos bromistas, pero el Dr.Hynek, que hay que recordar era también un escéptico reflexionaba de la siguiente manera: "Por lo que concierne al cartón, las conjeturas de Menzel no hacen aquí ninguna gracia. El cartón formaba parte de un papel muy viejo y arrugado por las condiciones atmosféricas de una caja de embalaje. Hay muchas muestras de éste por toda la región. Existe un basurero no muy lejos (...) La pieza original la recogí carbonizada. (...) Una cuestión bastante interesante es que el material quemado ha rezumado recientemente algo de savia y un miembro del personal de la película (un documental sobre OVNIs que realizaban en Socorro) llevó una parte a Los Angeles, donde la han analizado, encontrandola radiactiva.". Ray Stanford que inspeccionó la zona y vió los restos decía que estos estaban carbonizados de forma extraña, con quemaduras en forma de puntos y rayas...

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SOBRE ARITMÉTICA, GLOBOS Y SECRETOS INCONFESABLES 
Otro detalle substancial, para demostrar la extrañeza del caso Socorro, nos lo ofrece dos pares de pequeñas huellas circulares aparecidas dentro del rombo que formaban las supuestas pisadas dejadas por las cuatro patas del artefacto. Estas marcas según todos los especialistas debieron ser producidas por la escala que utilizaron los dos humanoides para su descenso a tierra. La existencia de cuatro marcas obedecería a un ajuste, tras una primera toma de contacto, para la correcta sujeción, efectuada de forma mecánica o manual. Pero las huellas de las patas ofrecen mayor información. El ufólogo W. T. Powers que analizó la disposición de las cuatro marcas del tren de aterrizaje, descubrió que estaban dispuestas en perfecto ángulo recto, y que incluso la mayor separación del eje de una de las mismas coincidía con el lugar donde se hallaron las marcas de la escala y las pequeñas pisadas de los supuestos humanoides. Ésto quería decir que la aeronave inteligentemente había dispuesto el tren del aterrizaje de tal manera que los ocupantes pudieran descender cómodamente por una zona mas amplia. "El centro de gravedad del supuesto vehículo se hallaba situado directamente sobre la zona abrasada" escribía el ufólogo en 1966 en la prestigiosa revista Flying Saucer Review. Powers calculó en, al menos una tonelada, el peso que se debió ejercer, por cada soporte, en el terreno para producir las marcas: "esto constituye una rotunda refutación de un posible engaño, o de lo contrario habría que admitir que se trataba de un bromista no sólo muy listo, si no también extraordinariamente forzudo" concluía su detallado informe sobre el caso. Resulta extraño pensar que los bromistas, por muy alta que fuera su formación académica se tomaran tiempo para situar perfectamente el tren de aterrizaje del globo, calcular su centro de gravedad, y mucho mas discurrir por donde debería quedar un mayor espacio para que descendieran los hipotéticos tripulantes. Del análisis de las huellas se extrae que no se trataba de un esquema fijo de aterrizaje, como el de los módulos espaciales por ejemplo, si no que eran un sistema inteligente que se adaptaba al entorno donde debía aterrizar. Calculando distancias y orientandose perfectamente para conseguir el perfecto equilibrio en el interior del objeto independientemente de lo abrupto del exterior.
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La líneas rojas marcan la perfecta situación de las cuatro "patas" que forman un perfecto ángulo recto. El circulo verde indica el lugar de mayor amplitud que coincide con la zona del supuesto desembarco de los humanoides, y donde colocaron la escala. En amarillo y azul las marcas dejadas por la escala.



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Sobre los humanoides hay un aspecto que Bragalia no ha tenido en cuenta. Zamora estimó la altura de los mismos comparandolos con un arbusto que tenían al lado, éste media 1´57 metros. Por tanto los supuesto tripulantes debían medir entre 1´30 y 1´40 metros, esto quiere decir que si se hubiera tratado de estudiantes bajos debían de ser como mínimo enanos. Ademas hay que considerar que la perspectiva visual de personas agachadas o de rodillas para simular la escasa estatura debían ofrecer a Zamora una proporción demasiado inexacta entre altura y anchura, haciendo ver que los humanoides o eran muy cabezudos, rechonchos o tenían los brazos excesivamente largos.
En un comentario realizado a un lector, Bragalia especifica que las botas altas de aislamiento utilizadas por los estudiantes podrían dar, en la lejanía, la impresión de ser personas pequeñas, dato que no cuadra en absoluto con la altura del arbusto que sirve de referencia.
 
Monos aislantes utilizados por los estudiantes en sus practicas. Para Antonhy Bragalia fueron los trajes utilizados por los bromistas para simular ser extraterrestres.

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La hipótesis de Bragalia tampoco contempla ni explica las observaciones protagonizadas por otros testigos esa misma tarde. El empleado de la gasolinera de Socorro, el Sr. Opal Grinder aseguró a los periodistas que una familia de turistas de Colorado le habían contado el gran susto que se llevaron cuando un objeto en forma de ovóide había pasado tan cerca del techo de su automóvil, un Cadillac de 1955, que pensaron que iba a estrellarse contra ellos. Dicho percance se produjo instantes antes, y en la misma dirección del encuentro de Lonnie Zamora. Curiosamente pese a la petición expresa del Dr. Hynek, la USAF hizo caso omiso para la búsqueda de estos testigos adicionales que podían aportar claridad al avistamiento. Pero existen mas observadores. Ray Stanford escribía que: "Paul Kies y Larry Kratzer informaron haber observado el aterrizaje del objeto ovoide que vio Zamora. (...) vieron también una llama bajo el aparato, que descendía a menos de un kilómetro y medio al nordeste del coche en el que viajaban camino de Socorro". Las autoridades tampoco indagaron en dichos testimonios. Esto si es una tomadura de pelo por parte del Libro Azul...


Carta enviada por Linus Pauling a Stirling Colgate en 1968 preguntandole sobre el avistamiento OVNI de Lonnie Zamora. Abajo de puño y letra el director del centro responde; "Tengo una buena indicación del estudiante que montó el fraude. El estudiante se ha ido". Mejor sería decir que se ha esfumado...

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Pero si examinamos detalladamente el relato de Zamora y la posible broma estudiantil encontramos mas errores de bulto. Si suponemos que se trataba de algún tipo de globo o artilugio flotante, de al menos 6 metros de largo por 3 de ancho, este llevaba acoplado un dispositivo como una bengala o "explosivo" para simular el "escape" inferior que vio el policía. Esto pondría en grave riesgo de reacción el inflamable gas interior del globo por el calor desprendido por la llamarada, ya que al tratarse de un escape que giraba, en ocasiones, la llama estaría peligrosamente cerca de la estructura externa del aeróstato. El propio Zamora sintió, pese a la distancia, el calor procedente del "escape", lo que indicaría la elevada temperatura de aquel chorro. Temperaturas no aptas para un globo, al menos relleno de cualquier gas inflamable. Ademas cuando el objeto se eleva unos 6 metros desde el suelo se detiene en seco durante varios segundos, comenzando un vuelo en paralelo con el terreno a pocos metros de la superficie en completo silencio. A kilómetro y medio de vuelo el artefacto se eleva en un ángulo muy pronunciado hacia arriba. ¿Que clase de globo crearon los estudiantes que era capaz de desplazarse en silencio, en perfecto vuelo horizontal y remontar tras completar una buena distancia?. ¿Como lograron el equilibrio del globo?. ¿Que sistema de propulsión utilizaron ya que Zamora solo distinguió la llamarada en su parte inferior?.
Hay que decir que lo mas difícil de controlar precisamente en el vuelo horizontal de un globo es la estabilidad, y mas operando a escasos metros del suelo, lo que hubiera podido provocar o su estrellamiento o su desplazamiento errático, jamas rectilíneo. Claramente, el misterioso objeto poseía dos tipos distintos de fuente de propulsión; un "giroscopio a chorro" ruidoso (quizás por una avería no solventada por la llegada de Zamora, que indicaba que la ascensión del aparato fue lenta y torpe) para aterrizajes, despegues, y aproximaciones a tierra y un sistema desconocido, mas avanzado, silencioso y eficaz, para desplazarse a gran velocidad por el cielo.
La puesta en escena de los estudiantes debería haber contemplado detalles nimios, incluyendo los portazos metálicos escuchados por Zamora que los comparó a los producidos por las compuertas de un carro blindado. Los especialistas coinciden en señalar que ambos golpes se corresponden al momento del cierre de la entrada de la aeronave que se efectuó en dos partes.
Pero ademas de todo lo expuesto, pese a lo que puede desprenderse de los trabajos de Bragalia, no se ofrece ningún nombre o dato concreto de la famosa broma. Pese a que los participantes después de tantos años no deberían de tener problemas para hablar. Es mas se harían famosos y serían agasajados por la prensa por su extraordinaria proeza. Burlarse del mismísimo gobierno de los Estados Unidos durante años. Lo mas extraño de la historia de Bragalia es el silencio de tantísimas décadas de los supuestos participantes. Por ejemplo, unos bromistas similares no tuvieron reparos en contar que engañaban a los radares militares creando falsos ecos, con el consiguiente gasto de enviar aviones de combate para interceptar a los imaginarios intrusos, esto si representa un grave delito que, sin embargo, años después los estudiantes comentan sin problemas
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. "Inmediatamente después del aterrizaje y despegue de la nave, Zamora dijo haber visto una insignia roja en el objeto. Poco antes de que llegar Chavez, dibujo en un papel el mencionado símbolo y se lo enseñó a sus compañeros y a algunas personas que llegaron en seguida. Según algunos agentes que hablaron con el instantes después del incidente, la insignia tenia la apariencia de una letra V invertida atravesada por tres líneas paralelas. Luego utilizó el idioma español para describirla al operador Mike Martínez y a otros policías de Socorro de la misma manera, aunque algunas personas creyeron recordar que Zamora había descrito las tres lineas como situadas directamente debajo de la V en vez de atravesandola. A continuación y hacia las 7:30 de la tarde del mismo día, el capitán del ejercito de tierra de los E.E.U.U. Richard T. Holder, y comandante de la Base Stallion Site, en White Sands, sugirió a Zamora que solo describiera la insignia a investigadores oficiales". De esta forma el investigador norteamericano Ray Stanford denunciaba públicamente la nada descabellada idea, de que el famoso símbolo del caso Socorro (la flecha bajo el arco) tan difundido y conocido a raíz del incidente, fuera modificado para que solo conocieran su verdadera "forma" los militares implicados en la investigación. Ocultando este importante dato, se facilitaría a las futuras comisiones de estudio el poder autentificar posteriores avistamientos OVNIs. El propio Dr. Hynek, entrevistado por la emisora local de Socorro la KSRC, el 29 abril de 1964, describía ante el micrófono del periodista Walter Shrode el extraño símbolo de una forma distinta a la oficial: "Como una V invertida con una especie de barra cruzada". La reciente controversia iniciada con las pesquisas de Antonhy Bragalia han puesto en duda el "cambio" del símbolo. Cosa a todas luces como mínimo arriesgado de sostener, ya que como se ha visto el propio Zamora indicó que se le aconsejó que mantuviera este dato en secreto. Además existe la alocución radiofónica de Hynek que habla de un signo distinto al distribuido "oficialmente". Por si fuera poco, los que dudan de la exahustiva investigación de Ray Stanford en este particular, ignoran o no conocen que en el periodico local "San Antonio Express" , tan solo 6 días después de los hechos, el 30 de abril de 1964, apareció una breve nota sobre el avistamiento del agente Zamora, ratificando la opinión del Dr. Hynek así como un dibujo del artefacto con el citado signo (una "V" invertida con tres trazos). El autor del presente reportaje apuesta por la probalidad Nº 1 indicada en el gráfico superior.


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Si hacemos cuentas, para la realización de la trama del OVNI de Socorro debieron de participar un mínimo de 5 a 6 estudiantes. El conductor del vehículo (1) que serviría de señuelo para conducir al desprevenido policía al lugar de la tomadura de pelo. Un vigilante (2) que debía avisar (¿walkie-talkie?) de la llegada del protagonista al escenario de la burla donde esperaban los dos "actores" (3-4) pertrechados con su monos aislantes. Y los encargados (5-6) de los efectos especiales, quemar arbustos, encender los explosivos, hacer ruidos, etc, si consideramos que los dos "pequeños humanoides" con su disfraz no estarían muy operativos. ¿Pudieron todas estas personas pasar desapercibidas a la vista de Zamora y sus compañeros?. Recordar que el testigo estaba mas o menos a unos 5 metros de altura de donde se desarrollaba la acción, pudiendo observar perfectamente todo el entorno desde una perspectiva elevada. ¿Donde se escondieron?. ¿Pese a la poca distancia que lo separaba del artefacto el policía no percibió nada sospechoso, como por ejemplo personas o attrezzo?. ¿Nadie en el pueblo les vió trasladar el "equipo técnico" hasta el desierto? .¿Donde inflaron el globo de 6 metros?. Y reincidimos en el detalle más desconcertante ¿los implicados decidieron guardar el secreto de su brillante empresa y en mas de 40 años ninguno filtro nada, ni entre amigos ni familiares?. ¿Nadie quiso asumir la autoría de una "obra" maestra que ha sido objeto de libros, incontables artículos y decenas de documentales...?
Es lógico que con el transcurrir de los años se pierda la percepción de muchas cuestiones y lo que antes se consideraba un secreto inconfesable, con el tiempo, se convertiría en una anécdota que contar. ¿Quien se resistiría a no incluir esta proeza en sus recuerdos estudiantiles y hazañas de juventud?. Al no tratarse de un delito grave, en la fecha del incidente si pudieron tener algunos problemas que no pasarían de una reprimenda, pero en nuestros dias no hay razón alguna para la ocultación. Si se revelara en la actualidad la identidad de los ideólogos del engaño, al ser un suceso tan conocido, las autoridades siempre evitarían mayores escandalos y todo quedaría en unas cuantas risas en una rueda de prensa. Además menudo favor le harían a los militares, que tienen en el asunto de Socorro una "espina" clavada en sus archivos, con su confesión pública.
Antonhy Bragalia tampoco indaga si el director Stirling Colgate era un escéptico en relación al asunto de los platillos volantes. Por lo que al recibir una misiva de un amigo, a la sazón un famosísimo y prestigioso intelectual, Linus Pauling interesado en el supuesto aterrizaje de un OVNI, asoció inmediatamente, pero sin mas datos contrastados, el citado evento a las bromas que ejecutaban sus alumnos en ocasiones. ¿Que otra cosa podía ser para un escéptico? Si Colgate se basó en los rumores existentes en el NM Tech y en sus propias creencias sobre el fenómeno OVNI, no tendría ninguna prueba de sus afirmaciones. Lo más extraño de la trama sería la presunta amistad personal del profesor con uno de los supuestos participantes. ¿Ha podido mentir Colgate a Bragalia para preservar su integridad ante el simple rumor que esbozo a Pauling en una carta hace 41 años?. Tampoco parece muy natural que el director del centro, si conocía la autoría del evento en la fecha del suceso no hubiera ofrecido la información al célebre Dr. Allen Hynek, como cortesía profesional a un colega afamado y respetado, evitando, de camino, un gasto innecesario de esfuerzo y sobre todo de dinero de los contribuyentes.
Si la nota de Colgate es cierta, a la inteligencia militar no le costaría unir cabos con la documentación facilitada por Bragalia para localizar a los bromistas. Aunque si aparecieran personas garantizando ser los autores materiales del engaño tendrían mucho que aclarar y entre sus explicaciones deberían convencer al público, entre otras cosas, de su excepcional mutismo.
Por tanto a la falta de mas datos y de respuestas a las interrogantes mas extrañas y sorprendentes del aterrizaje de Socorro, la probabilidad de que una nave de origen desconocido fuera la causante del episodio se presenta como la mas admisible. También cabe la posibilidad, para salir de dudas, que el Gobierno Norteamericano desclasifique la totalidad de los expedientes relacionados con éste suceso y sepamos algo mas de la cuestión... ¡¡¡ pero, eso si que suena a broma!!!....
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JOSE ANTONIO CARAV@CA
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3 comentarios:

  1. Cordial saludo.

    Definitivamente este caso no es fraude. La teoría de la broma estudiantil se cae por su propio peso, pues es totalmente indemostrable. Lo queda ahora es descubrir su lo que vio Zamora fue una nave extraterrestre venida del espacio, de otra dimensión o quien sabe de donde; o si se trato de un caso de distorsión. Quería aprovechar, ya haciendo un viraje temático, para sugerirle a usted que hiciera un articulo sobre los encubrimientos gubernamentales, sobre todo de gobiernos como el de EU, Rusia, Brasil.

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  2. Saludos Héctor... efectivamente el caso Socorro es uno de los eventos mas fascinantes ocurridos en USA, y a día de hoy permanece sin explicación...

    hace algún tiempo escribí un reporte sobre el encubrimiento gubernamental efectuado sobre uno de los incidentes claves de la ufología estadounidense... http://caravaca.blogspot.com.es/2014/03/roswell-la-conjura-del-silencio.html

    abrazos

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  3. This is one of my favorite cases .. now to believe that in the 1964 US, students could have pulled this sort of prank is kind of extremely improbable. The main reason is that we are talking about an open area not a close space where some tricks could have worked. Even forgetting the strange findings, we need to remember that Zamora was a trained observer .. so to build a ship where two little pilots could get in and then disappear in a short time .. is very challenging even today !!

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