«OVNI Mitología de una emergencia» (Guante Blanco. 2020), de Pablo Vergel y Félix Ruiz Herrera es un libro fascinante que navega por océanos poco frecuentados por la mayoría de los ufólogos, los derivados de la sociología, pues temen toparse con los terribles bordes imaginados por el terraplanismo y precipitarse al abismo. Y es que ambos autores evitan a conciencia y con suma valentía y destreza intelectual los convencionalismos y tópicos de la literatura OVNI para brindar un renovado enfoque sobre el fenómeno, utilizando unas armas poco convencionales en estas menesteres, la antropología, la sociología y la psicología. Pero no lo hacen, ni mucho menos, para menospreciar a los platillos volantes y a sus ocupantes para relegarlos al cajón de las alucinaciones o los engaños, sino para esbozar una inquietante y desestabilizadora posibilidad; Que los OVNIS puedan ser, en cierta medida, un constructo cultural conformado con las mismas raíces de mitos ancestrales, o sea, un folclore en formación. Y para ello no dudan en demoler si es preciso algunos pilares de la ufología clásica, revelando una obviedad, obviada con demasiada frecuencia, detrás de los OVNIS hay ufólogos...
Vergel y Ruiz sugieren que los OVNIS, y no se refieren solamente a las erráticas luces nocturnas, habitan en un limbo indeterminado donde se alimentan del rumor y la perplejidad para erigirse en una existencia liminal y poco concretada, disfrutando de una asombrosa ambigüedad, donde nunca queda esclarecido si son reales o ficticios, si son físicos o psíquicos. Sin son el cuerpo o la sombra.
Para ambos estudiosos esta claro que una buena parte del paradigma ufológico es fruto de composiciones y artificios humanos que se han solapado a unas experiencias de alta extrañeza (que no intentan explicar) de las que se han informado desde hace mucho tiempo. Estos encuentros de «ruptura» con la realidad ordinaria siempre han estado huérfanas de entendimiento y estudio más allá de la heterodoxia o la religiosidad, y las personas que las han vivenciado, siempre han intentado revestirlas de «realidad», arropándolas bajo determinadas etiquetas y nombres. Como si al reconocerlas bajo unas siglas o nombres dejaran de ser impenetrables y desconocidas, y pudieran ser transmitidas a otras personas y tener un hueco en la sociedad. Y es que, mientras carecen de bautismo, parece que estos relatos no tienen asideros en nuestra cultura para escalar posiciones.
Al igual que escribió en su día el genial Carl Jung, los dos autores forteanos creen que los OVNIS, al margen de su posible realidad (o de los fenómenos extraños en general, que, repito no entran a valorar), poseen una importante carga mitológica/sociológica que podía originar imprevisibles repercusiones en el cosmos mental de la humanidad. Y es que en las paginas de esta enriquecedora obra, los autores demuestran que desafiando a las publicaciones ortodoxas sobre OVNIs, donde se autoriza y canoniza lo que puede o no puede ser considerado sacro en la fe de la hipótesis extraterrestre, existía, como en un dimensión paralela, otra ufología. Otro modo de enfocar los OVNIS. Una trastienda olvidada tras los bastidores donde quedaba claro que ciertos aspectos que han dado forma a este pintoresco universo han sido configurados sobre el rumor y la cultura popular. Los casos plantillas tal y como definen los estudiosos podrían contener interesantes pistas de como se arma este mito moderno.
De hecho, quizás uno de los aspectos mas controvertidos y a la par demoledores de su obra, es que destripan como hemos interpretado los OVNIs, en su mas amplio sentido, tomando en cuenta muchos casos casos que son fruto de malinterpretaciones, mentiras y engaños deliberados por parte de los ufólogos de turno que los han utilizado para sus propios intereses.
Pero a la vez, estos mismos incidentes parecen que han servido como caldo de cultivo para que encontráramos un marco cultural adecuado en el que dar sentido (cuerpo y vida) a estas manifestaciones. Como si existiera una retroalimentación abierta, en ambos sentidos, entre el fenómeno y el constructo ideado por los ufólogos, y entre la ciencia ficción y la ufología. Pero no se detienen en efectuar una breve comparativa sino que bucean hasta las profundidades para encontrar los resortes que pueden poner en funcionamiento estos complejos engranajes sociológicos que aún están muy lejos de ser explicados como meros contagios alucinatorios (histerias colectivas).
Y en eso «OVNI Mitología de una emergencia», creo que da un paso al frente al contrario de otras obras que abordan el desciframiento de los OVNIS a través de lo psicosocial, ya que Vergel y Ruíz ofrecen pautas y modelos que nos pueden ayudar a comprender mejor, y en un contexto, partes de este gigantesco puzle. Porque queda claro en sus disquisiciones que lo psicosocial (en su mas amplio sentido) es tangencial, cuando no protagonista en muchas facetas de este loco e inclasificable paradigma. Por ello, creo que la lectura de sus páginas es de casi obligada referencia para todos los investigadores y estudiosos, para recomponer nuestra visión actual del fenómeno OVNI, y para comprender al margen de otros aspectos, que la investigación que hemos utilizado como plantilla para nuestras divagaciones, ha estado repleta de sesgos y condicionantes que han dibujado, si cabe, un marco aún mas complejo del que teníamos entre manos.
Quizás una de las conclusiones que mas desasosiego me ha producido la lectura de este este libro es comprobar, una vez más, que para muchos investigadores, el fin, cualesquiera que fuera, parecía justificar los medios...
La ufología no deja de ser en cierta medida una autentica obra alquímica producto de muchos autores, tanto escépticos como creyentes, que han utilizado los ingredientes y formulas a su conveniencia para llegar a conseguir la trasmutación del plomo en oro. Cada uno desde su particular parcela de pensamiento, desde su sesgo, intenta añadir, quitar o complementar los huecos ciegos que nos deja el fenómeno OVNI. Por lo que los OVNIS no dejan de ser algo parecido a los espejos de una atracción de feria, que deforma y distorsiona nuestro propio reflejo convirtiéndolo en algo, muchas veces, inaprensible. Pablo Vergel y Félix Ruiz Herrera solo se equivocan en una cosa, afirman repetidamente que no dan respuestas pero creo que se acercan mucho a la realidad de un fenómeno que nos sigue dando esquinazo.. aunque cada vez parece mas acotado.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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