miércoles, 7 de mayo de 2025

IMMACULATE CONSTELLATION: LA OPERACIÓN SECRETA QUE EL GOBIERNO NO QUIERE REVELAR




¿Por qué alguien pondría en peligro su carrera, reputación, libertad e incluso su vida al presentarse voluntariamente como denunciante en un tema tan sensible como los ovnis? Para Matthew Brown, exanalista del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado de EE. UU., fue una decisión dolorosa y solitaria. Según sus propias palabras, trató de seguir las normas y la legalidad al reportar lo que había descubierto sobre un programa especial de acceso no reconocido, bautizado como Immaculate Constellation. A pesar de sus esfuerzos reiterados por informar a sus superiores, asegura que fue bloqueado en cada intento.

"Immaculate Constellation" es el nombre en clave de un supuesto programa especial de acceso no reconocido (USAP, por sus siglas en inglés) vinculado a la recolección, análisis y ocultamiento de información sobre fenómenos aéreos no identificados (UAPs o UFOs) dentro del gobierno de Estados Unidos. Según el denunciante Matthew Brown, exanalista del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado, este programa opera en secreto absoluto, fuera del alcance de la supervisión del Congreso y del conocimiento del público. Brown afirma que “Immaculate Constellation” está diseñado para recopilar datos sobre objetos anómalos mediante tecnologías avanzadas —posiblemente asistidas por inteligencia artificial— y que manipula o restringe el acceso a esa información dentro de la comunidad de inteligencia. El programa sería un eje clave en un encubrimiento institucional más amplio, donde se emplean mecanismos burocráticos, clasificaciones extremas y compartimentación de datos para mantener ocultos descubrimientos potencialmente extraordinarios sobre tecnología no humana.

En la primera parte de una entrevista exclusiva con los periodistas Jeremy y George Knapp, Brown reconocía ser plenamente consciente del riesgo personal que asumía al hablar públicamente. Sin embargo, en esta segunda parte, revela detalles aún más impactantes sobre los documentos clasificados que revisó, la magnitud del encubrimiento gubernamental en torno al fenómeno OVNI y el meticuloso proceso legal que emprendió antes de dar el paso definitivo de revelar su identidad. Mientras el Departamento de Defensa, la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO), ciertos miembros del Congreso y parte de la opinión pública alientan a los testigos y denunciantes a presentarse sin temor a represalias, Brown se ha convertido en un ejemplo vivo de por qué muchos optan por el silencio. Él sabe que su carrera, sus credenciales de seguridad y su futuro profesional han quedado destruidos por un sistema que —según denuncia— está diseñado para desalentar la verdad y bloquear cualquier intento de transparencia. A continuación, se detalla lo que reveló Brown en la segunda parte de su testimonio, un recorrido inquietante por el entramado burocrático, los secretos oficiales y los dilemas éticos que enfrenta un denunciante de fenómenos aéreos no identificados en el corazón del gobierno estadounidense.

En la segunda parte del testimonio revelado en “Immaculate Constellation - A UFO Whistleblower’s Journey”, el denunciante continúa desentrañando una red de secretos y manipulaciones dentro del gobierno estadounidense, señalando que los recientes avistamientos de fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés) en instalaciones militares sensibles podrían estar vinculados a pruebas de preparación táctica o simulacros de guerra. “Podrían ser más que simples coincidencias, podrían formar parte de un patrón encubierto de ejercicios”, señala el informante, cuyo testimonio fue compartido en entrevistas recogidas por Michael Shellenberger, periodista especializado en temas de seguridad nacional y transparencia gubernamental. Durante una reunión gubernamental, el denunciante reveló información confidencial a funcionarios de alto nivel, expresando su frustración ante la falta de acceso que el Congreso tiene sobre datos cruciales relacionados con los UAP. Según sus palabras, existe una discordancia preocupante entre los relatos oficiales de los altos mandos de inteligencia y los informes internos, lo que evidencia una posible desinformación institucional. Un ejemplo destacado incluye orbes observados en instalaciones costeras y un objeto triangular no identificado avistado sobre un buque ruso, eventos cuya documentación fue recopilada accidentalmente durante operaciones rutinarias.

El testigo también narra cómo descubrió material delicado relacionado con tecnologías rusas que podrían tener conexión con los UAP. A pesar de sus dudas iniciales, intentó reportar el hallazgo a su supervisor inmediato, quien le ordenó eliminar la información y no hablar más del tema. Este episodio refleja —según él— una cultura de silencio y temor dentro de los sectores de inteligencia. Posteriormente, al tratar de escalar el asunto, se topó con nuevas barreras burocráticas que imposibilitaron un manejo adecuado del incidente. La situación se volvió aún más alarmante cuando, al presentar este material ante un oficial de control de seguridad, fue recibido con burlas y se le pidió que abandonara el lugar sin dejar rastro documental. Este episodio, sumado al testimonio del exfuncionario de inteligencia David Grusch —quien también reveló la existencia del programa secreto "Immaculate Constellation"—, refuerza la idea de que existe una operación encubierta de vigilancia sobre los UAP, carente de supervisión adecuada y transparencia. El denunciante advierte que incluso los senadores han sido engañados deliberadamente mediante versiones distorsionadas de los hechos. Una de sus revelaciones más inquietantes es la existencia de un sistema de inteligencia artificial denominado “Sentient”, diseñado para filtrar y ocultar información crítica dentro del propio sistema de defensa, lo que podría comprometer la seguridad nacional. Asegura que este sistema permite eliminar imágenes clave y restringir el acceso a datos esenciales, manteniendo al personal de seguridad en la oscuridad. En paralelo, el denunciante relata los múltiples obstáculos que enfrentó para protegerse bajo las leyes de amnistía para denunciantes, en medio de una burocracia que parece más interesada en silenciar que en esclarecer. Luego de iniciar una investigación interna que duró años dentro del Departamento de Defensa, intentó entregar su testimonio al Congreso. Aunque inicialmente fue recibido con interés por parte de un asistente del Senado, nunca se concretaron las reuniones prometidas con legisladores, lo que aumentó su sensación de abandono y desilusión. Comparándose con otros denunciantes como David Grusch, el protagonista de este informe reflexiona sobre el costo personal de su decisión, mientras intenta crear una red de apoyo entre otros miembros del aparato militar y de inteligencia. A pesar de considerar apartarse del tema, la carga moral de saber lo que sabe lo llevó a continuar, trasladándose incluso al Departamento de Estado, desde donde mantuvo su compromiso con la causa.

El denunciante advierte sobre una posible corrupción institucional y expresa su intención de seguir adelante, incluso cuando el Congreso parece desinteresado. “Estamos frente a algo más grande de lo que imaginamos”, afirma, y destaca que los intentos de ocultamiento podrían tener implicaciones tanto para la seguridad nacional como para la comprensión de la humanidad sobre su lugar en el universo.




JOSE ANTONIO CARAV@CA

Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.




No hay comentarios:

Publicar un comentario