lunes, 23 de junio de 2025

INFORME UAP: EL ÚLTIMO GRAN ESTUDIO OVNI


 




Durante décadas, los fenómenos anómalos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés, anteriormente conocidos como OVNIs) fueron considerados tema marginal, más propio de la ciencia ficción que de la investigación científica. Sin embargo, en los últimos años, la creciente acumulación de datos, el interés de gobiernos y la presión pública han impulsado una revolución silenciosa: el estudio científico serio y coordinado de estos fenómenos. Un informe internacional exhaustivo, respaldado por investigadores de renombre mundial, presenta el estado actual del conocimiento sobre los UAP y revela un panorama que combina asombro, prudencia y potenciales implicancias trascendentales. 

Este es el resumen de ese informe:

¿QUÉ SON LOS UAP?

El término UAP engloba fenómenos que no pueden ser identificados fácilmente como fenómenos naturales, artefactos humanos conocidos ni ilusiones ópticas. Aunque el acrónimo puede referirse a "Fenómenos Anómalos No Identificados", el Congreso de EE. UU. ha adoptado la denominación “Fenómenos Aeroespaciales y Submarinos No Identificados” para abarcar también los entornos marítimos y espaciales

Entre las características observadas más comúnmente se incluyen:

1.- Sustentación sin superficies visibles de vuelo.

2.- Aceleración instantánea.

3.- Velocidad hipersónica sin firma térmica o acústica.

4.- Capacidad transmedia (aire-agua-espacio).

5.- Baja detectabilidad o invisibilidad.

6.- Efectos biológicos sobre humanos y animales.

 

 

Una de las principales conclusiones del informe es que los UAP no son exclusivos de EE. UU. Se documentan estudios oficiales desde 1933 en países como Rusia, Francia, China, Canadá, Noruega, e incluso durante la Segunda Guerra Mundial. Proyectos como GEIPAN (Francia), el AAWSAP (EE.UU.), o las recientes iniciativas del Instituto Keldysh (Rusia), muestran que muchas naciones han tomado el tema con rigor técnico y militar.

El informe describe el papel clave de instituciones científicas y militares. Por ejemplo:

1.-  SIGMA2 (Francia), un grupo de 25 expertos de alto nivel, estudia casos inexplicables con metodologías científicas multidisciplinarias: radar, infrarrojo, efectos fisiológicos y psicológicos.

2.- AATIP y AAWSAP (EE.UU.), programas financiados con fondos del Pentágono, investigaron miles de casos e incluso asociaron algunos UAP con tecnologías potencialmente desconocidas o no humanas.

3.- NARCAP (EE.UU.) se centra en los reportes de pilotos civiles y militares, considerados testigos calificados por su experiencia y entorno de observación controlado.

Uno de los aspectos menos conocidos pero más preocupantes es el potencial peligro que representan los UAP para la aviación. Se han documentado interferencias en instrumentos de cabina, maniobras evasivas forzadas por pilotos y hasta casos de colisión cercana. En este contexto, los pilotos reportan avistamientos solo después de descartar todas las explicaciones convencionales, sabiendo que sus reportes pueden tener consecuencias profesionales.

Varios proyectos científicos están en marcha, como el Galileo Project dirigido por el astrofísico Avi Loeb, o VASCO, que busca anomalías en archivos astronómicos. Se están desarrollando sistemas automáticos de vigilancia del cielo (como Sky360 o Sentinel Lab) con sensores múltiples, inteligencia artificial y cámaras sincronizadas. Además, se impulsa la normalización de protocolos científicos: sincronización temporal, posicionamiento de instrumentos, y el uso de sensores ópticos, infrarrojos y de espectros electromagnético.

A pesar de los avances, el misterio persiste. Aunque la mayoría de los casos tienen explicaciones convencionales, una proporción significativa permanece sin resolver incluso tras investigación detallada. La hipótesis extraterrestre, aunque no confirmada, ya no es descartada categóricamente, sobre todo en casos como el del USS Nimitz (2004) o múltiples reportes de UAP sumergidos (USO)

ALGUNOS CASOS QUE PERMANECEN INEXPLICADOS:

1. USS Nimitz – El Incidente del “Tic Tac” (2004)

En noviembre de 2004, pilotos de combate del portaaviones USS Nimitz avistaron un objeto blanco, alargado, sin alas ni medios visibles de propulsión. El “Tic Tac” fue detectado simultáneamente por radar, sensores infrarrojos y avistamiento visual. El objeto descendió desde 24,000 metros a nivel del mar en menos de un segundo y luego aceleró alejándose en línea recta a velocidad hipersónica. No produjo sonido, estela ni efectos sónicos. Los datos sugieren una aceleración superior a 700 g, imposible para tecnología humana o para cualquier organismo vivo sin una protección desconocida.

 

2. Caso Delphos, Kansas (1971)

Un joven y sus padres observaron una esfera luminosa flotando sobre su granja. Tras desaparecer, quedó un anillo blanquecino brillante en el suelo. El área mostró propiedades físicas y químicas alteradas: repelencia al agua, pérdida de fertilidad del suelo, y una extraña fluorescencia durante semanas. Análisis de laboratorio indicaron la presencia de compuestos y transformaciones que no corresponden a procesos naturales conocidos. Este caso es uno de los pocos con “huellas físicas” persistentes y reproducibles bajo análisis forense

3. El Objeto de Ubatuba, Brasil (1957)

Se reportó una explosión aérea de un objeto brillante sobre la playa de Ubatuba. Testigos recogieron fragmentos metálicos. Estudios posteriores revelaron que se trataba de magnesio con una pureza superior al 99.9%, imposible de fabricar con la tecnología de la época, y cuya estructura microcristalina no se asociaba a procesos industriales convencionales.

El caso Ubatuba es único por su evidencia material aún conservada y analizada en distintos laboratorios del mundo.

4. Colisión de Val Johnson, Minnesota (1979)

Un oficial de policía del Condado de Marshall colisionó con un objeto luminoso mientras patrullaba una carretera desierta. Su parabrisas, reloj de pulsera y reloj del coche quedaron dañados en sincronía. Los instrumentos se detuvieron exactamente 14 minutos y el vehículo sufrió anomalías electromagnéticas. El oficial quedó inconsciente y presentaba quemaduras en los ojos, como si hubiera mirado una fuente intensa de luz UV.

5. Caso del Orbe Rojo en Claymont, Delaware (2014)

Una esfera roja descendió lentamente, emitiendo un material incandescente que cayó al suelo. El residuo quedó atrapado en la vegetación y quemó parte del terreno. Testigos lo describieron como “lava” flotando desde el aire. Las muestras recogidas contenían elementos metálicos desconocidos en esa forma natural, incluyendo trazas de materiales raros asociados a fabricación aeroespacial.

6. Avistamiento múltiple en el Estadio Artemio Franchi, Florencia (1954)

Durante un partido de fútbol, decenas de miles de espectadores, jugadores y periodistas observaron objetos en forma de cigarro flotando sobre el estadio. Cayeron sobre el campo fibras blancas (“cabello de ángel”) que se desintegraban al contacto. Fragmentos recuperados fueron analizados: contenían boro, magnesio y silicio, pero su composición no correspondía a ningún material textil, animal ni vegetal.

7. Fenómenos Submarinos No Identificados (USO)

No solo el cielo guarda misterios. En diversas ocasiones, se han reportado objetos sumergidos que se desplazan a velocidades imposibles para cualquier submarino conocido. Casos documentados por sonar y testigos visuales incluyen maniobras abruptas, aceleraciones y desapariciones súbitas sin rastro térmico o acústico. Un ejemplo emblemático proviene de la costa de Noruega, donde el “Project Hessdalen” ha registrado patrones luminosos que emergen del agua y se proyectan al cielo, con firmas espectrales que no corresponden a fenómenos naturales ni dispositivos tecnológicos conocidos.

8. Evidencias Radiológicas: El Caso del Geiger en Palomar (1949)

En California, un físico del Observatorio de Palomar observó una flotilla de discos brillantes. Justo antes del avistamiento, el contador Geiger del laboratorio registró un pico inusual de radiación. No se encontraron fuentes radiactivas en la zona. Este patrón ha sido replicado en otras observaciones cercanas a instalaciones nucleares, incluyendo Oak Ridge y Los Álamos.

 

 

Estos incidentes no son cuentos populares, sino sucesos documentados con múltiples testigos, registros instrumentales, y en algunos casos, evidencia física. Las explicaciones convencionales —meteoros, globos, ilusiones ópticas o fraudes— no logran abarcar ni la complejidad ni los patrones coherentes que emergen.

¿Estamos frente a un fenómeno natural aún desconocido? ¿Tecnología secreta? ¿Presencia no humana? Las respuestas aún escapan, pero la ciencia ha decidido, finalmente, no mirar a otro lado.

UAP Y EL FACTOR ALTA EXTRAÑEZA

Hay un aspecto del fenómeno que sigue siendo especialmente inquietante: la alta extrañeza. Este término, acuñado por el astrofísico y ufólogo Jacques Vallée, se refiere a aquellos casos que no solo desafían las leyes físicas conocidas, sino también las lógicas biológicas, psicológicas y, a veces, incluso temporales.

 

A continuación, presentamos los elementos más desconcertantes y los casos paradigmáticos recogidos en el informe científico, que se destacan por su carácter profundamente anómalo, en muchos casos más allá de lo tecnológico.

1. DESAPARICIÓN DEL SONIDO: VELOCIDADES SIN EXPLOSIONES SÓNICAS

En múltiples encuentros, los UAP se desplazan a velocidades hipersónicas (Mach 10 a 40) sin emitir sonido alguno, algo que contradice las leyes de la física atmosférica. Por ejemplo, en el caso del USS Nimitz, el objeto descendió más de 20,000 metros en menos de un segundo sin provocar una explosión sónica ni efecto térmico detectado.

2. MOVIMIENTO INTELIGENTE Y ANTICIPACIÓN

Varios UAP parecen reaccionar de forma consciente a la presencia humana o de sensores. Pilotos han reportado que los objetos evaden interceptaciones antes de ser detectados por radar, como si “leyeran” los movimientos previstos. En otros casos, UAP se han colocado justo fuera del alcance de misiles o armas sin entrar en combate, como si estuvieran realizando vigilancia.

3. ALTERACIÓN DE INSTRUMENTOS Y SENSORES

Muchos encuentros documentan fallos electromagnéticos simultáneos: los instrumentos dejan de funcionar, brújulas giran, radares se ciegan, los sistemas de navegación fallan. El caso del oficial Val Johnson (Minnesota, 1979) es ilustrativo: los relojes del vehículo y del oficial se detuvieron por 14 minutos exactamente. Se detectaron picos de radiación y magnetismo en el área tras el incidente.

4. INTERACCIÓN FISIOLÓGICA CON HUMANOS

Los informes incluyen quemaduras, enrojecimiento ocular, pérdida de conocimiento, náuseas y efectos psicológicos intensos tras encuentros cercanos. Algunos testigos también han reportado tiempo “perdido” (missing time), un fenómeno que aún carece de explicación científica, pero que se repite en muchos testimonios.

5. MATERIALES ANÓMALOS: DEPÓSITOS EXTRAÑOS

Los casos de “residuos” dejados por UAP son pocos pero significativos. En Delphos (Kansas, 1971), quedó un anillo fluorescente repelente al agua que alteró la composición del suelo durante semanas. En Ubatuba (Brasil, 1957), se recogieron fragmentos de magnesio de pureza imposible con la tecnología de la época. En Claymont (Delaware, 2014), una esfera roja dejó un líquido incandescente que quemó la vegetación y mostró trazas de elementos exóticos al ser analizado.

6. TRANSMEDIALIDAD: AGUA, AIRE Y ESPACIO

Algunos UAP han sido observados emergiendo o sumergiéndose en océanos, ríos o lagos sin alterar la superficie del agua, lo que implica una capacidad transmedia sin precedentes. Submarinos militares han seguido a estos objetos que se mueven a velocidades inalcanzables para cualquier vehículo subacuático conocido. Ejemplos repetidos en Noruega, el Caribe y el Pacífico refuerzan esta categoría de comportamiento

7. COMPORTAMIENTOS ILÓGICOS O SIMBÓLICOS

Hay encuentros donde los UAP parecen actuar de formas ritualizadas, repetitivas o simbólicas, sin objetivo estratégico evidente. En el caso de los avistamientos sobre bases nucleares en EE.UU. y Rusia, algunos objetos llegaron a desactivar o activar sistemas de lanzamiento por segundos, como si “demostraran” poder sin causar daño.

8. EL “CABELLO DE ÁNGEL” Y MATERIA EFÍMERA

En el estadio de Florencia (1954), tras la aparición de varios objetos en forma de cigarro, cayó una sustancia blanca filamentosa conocida como “cabello de ángel”. El material se desintegraba al contacto, pero algunas muestras fueron recuperadas. Los análisis revelaron componentes inusuales como silicio y boro en formas no identificadas, sin origen textil, vegetal o industrial conocido.

9. LA LUZ COMO TECNOLOGÍA O ENTIDAD

Varios testigos describen UAP no como objetos sólidos, sino como formas de luz coherente que cambian de forma, tamaño o color en respuesta a estímulos. En algunos reportes, la luz parece tener comportamiento intencional o incluso “comunicativo”. Este tipo de avistamiento ha sido estudiado en el Project Hessdalen (Noruega) durante décadas, donde los científicos han registrado luz pulsante que emite frecuencias electromagnéticas anómalas.

10. TIEMPO Y PERCEPCIÓN ALTERADOS

Quizás el rasgo más desconcertante de la alta extrañeza sea el testimonio recurrente de alteraciones en la percepción del tiempo. Testigos afirman haber vivido eventos de minutos que al reloj duraron horas (y viceversa). Algunos aseguran que el entorno se volvió “irreal” o “silencioso”, como si el espacio mismo se deformara durante el encuentro.

Estos efectos han sido reportados tanto por civiles como por pilotos, oficiales y científicos, y siguen siendo uno de los aspectos menos comprendidos del fenómeno.

La alta extrañeza no puede ser ignorada. Si bien incomoda a la ciencia convencional por su falta de repetibilidad y su carga subjetiva, estos elementos se repiten en los encuentros más serios y documentados. El informe científico lo reconoce: si se busca entender los UAP en toda su complejidad, hay que tener el coraje de enfrentar no solo lo que desafía la física, sino también lo que desafía nuestras categorías mentales, perceptuales y existenciales.

UAP: HIPOTESIS DE TRABAJO

A pesar del enfoque riguroso, los investigadores no descartan ninguna posibilidad, y lo que surge es un mapa complejo de interpretaciones, algunas ortodoxas, otras revolucionarias.

HIPÓTESIS CONVENCIONALES:

Los científicos insisten en aplicar primero la navaja de Occam: la explicación más sencilla suele ser la correcta. Así, muchas observaciones pueden atribuirse a causas bien conocidas. Entre las hipótesis convencionales consideradas están:

Aeronaves humanas (aviones, globos, drones, satélites).

Fenómenos atmosféricos raros (relámpagos globulares, luces sísmicas, halos solares).

Errores de percepción (reflejos, ilusiones ópticas, fatiga visual).

Engaños o fraudes (casos intencionalmente fabricados o exagerados).

Objetos astronómicos mal interpretados (Venus, meteoritos, satélites).

Sin embargo, el propio informe reconoce que este filtro solo logra explicar entre el 60 y 96% de los casos, dependiendo de la calidad de los datos y la investigación. El restante —ese residuo anómalo— sigue generando desconcierto.

HIPÓTESIS AVANZADAS: TECNOLOGÍA DESCONOCIDA

Algunos UAP presentan características que no pueden ser replicadas por ninguna tecnología humana conocida. Frente a esto, el informe plantea hipótesis tecnológicas avanzadas:

Tecnología secreta de gobiernos:

Podría tratarse de proyectos ultra-clasificados, incluso desconocidos para los propios investigadores militares. Esta idea pierde fuerza cuando se observan UAP sobre instalaciones militares de alto nivel sin autorización ni control, incluso interfiriendo con sistemas nucleares.

Tecnología de adversarios extranjeros:

La posibilidad de que China, Rusia u otra potencia dispongan de tecnologías aeroespaciales avanzadas también ha sido evaluada. Sin embargo, informes del Pentágono y del Congreso estadounidense descartan esta hipótesis en muchos de los casos más importantes.

HIPÓTESIS FÍSICAS ALTERNATIVAS: ¿NUEVA CIENCIA?

Algunos físicos involucrados sugieren que los UAP podrían manifestar fenómenos desconocidos de la naturaleza o incluso tecnologías basadas en principios físicos aún no comprendidos. Entre las posibilidades más debatidas:

 

Manipulación del espacio-tiempo: para explicar aceleraciones imposibles sin afectar a los ocupantes.

Sistemas de propulsión basados en energía de punto cero o gravitomagnetismo.

Tecnologías ópticas avanzadas para invisibilidad o baja detectabilidad (stealth cuántico).

Capacidades transmediales reales (pasar del aire al agua sin fricción ni pérdida de velocidad).

Aunque estas ideas rozan el terreno especulativo, los datos observacionales —como velocidades superiores a Mach 50 sin estela ni sonido— obligan a considerarlas seriamente.

HIPÓTESIS BIOLÓGICAS Y COGNITIVAS

En ciertos casos, los UAP han producido efectos físicos en humanos: quemaduras, pérdida de consciencia, alteraciones neurológicas e incluso impacto psicológico duradero. Por ello, algunos investigadores han postulado:

Interacción con campos electromagnéticos de alta intensidad.

Posible bioingeniería asociada a los vehículos (si son tripulados).

Fenómenos psicoespaciales, donde la percepción y la conciencia humana podrían jugar un papel aún no comprendido.

Esta última línea de pensamiento se conecta con estudios que consideran la posibilidad de que los UAP no sean solo objetos físicos, sino manifestaciones que afectan también la conciencia de los testigos.

HIPÓTESIS EXTRATERRESTRE: LA MÁS CONTROVERTIDA

Aunque históricamente estigmatizada, la hipótesis extraterrestre ya no es excluida por sectores científicos. El informe reconoce que algunos comportamientos de los UAP no se ajustan a ningún patrón tecnológico o natural terrestre, y que la inteligencia detrás de ciertas maniobras parece no humana.

Algunos elementos que alimentan esta hipótesis:

Maniobras intencionales de evasión o respuesta ante humanos.

Tecnología aparentemente siglos más avanzada que la nuestra.

Actividad prolongada y silenciosa, sin reivindicación geopolítica.

El informe no afirma que los UAP sean de origen extraterrestre, pero tampoco descarta esta posibilidad. El tono es cauteloso, pero receptivo: “No tenemos suficiente información para descartar esta hipótesis. Tampoco para confirmarla.”

HIPÓTESIS INTERDIMENSIONAL O ULTRA-TERRESTRE

Finalmente, una minoría de investigadores sugiere que los UAP podrían estar relacionados con formas de existencia no espaciales, es decir, inteligencias que no provienen de otro planeta, sino de otras dimensiones, planos de realidad o incluso del propio futuro humano. Esta hipótesis, popularizada por Jacques Vallée y John Keel, ve a los UAP como parte de un fenómeno más amplio que incluye encuentros cercanos, experiencias paranormales y alteraciones del tiempo o el espacio.

Aunque es una de las teorías más especulativas, se menciona en el informe como posibilidad a evaluar si el fenómeno sigue sin ajustarse a ningún marco físico actual.

CONCLUSION

El informe concluye con una advertencia: el mayor error científico sería descartar lo que aún no comprendemos solo porque desafía nuestros modelos actuales. Se recomienda un enfoque interdisciplinario, donde físicos, ingenieros, psicólogos, sociólogos y expertos en inteligencia colaboren con apertura y rigor. Los UAP no han sido explicados aún, pero lo que está claro es que algo real, complejo y posiblemente trascendental está ocurriendo en nuestros cielos… y bajo nuestras aguas. El consenso es claro: ya no se trata de "creer o no creer", sino de investigar con seriedad, abrir los archivos y fomentar la colaboración internacional. El fenómeno UAP, antes relegado a los márgenes, está siendo llamado al centro de la mesa científica. La próxima gran revolución del conocimiento puede estar surcando los cielos —o quizás bajo el mar— mientras seguimos buscando respuestas.

 

FUENTE: The New Science of  Unidentified Aerospace-Undersea Phenomena (UAP) 30 Mar 2025

AUTORES DEL INFORME: Kevin H. Knuth, Philippe Ailleris, Hussein Ali Agrama, Eamonn Ansbro, Phyllis A. Budinger, Tejin Cai, Thibaut Canuti, Michael C. Cifone, Walter Bruce Cornet, Jr., Fr´ed´eric Courtade, Richard Dolan, Laura Domine, Luc Dini, Baptiste Friscourt, Ryan Graves, Richard F. Haines, Richard Hoffman, Hakan Kayal, Sarah Little, Garry P. Nolan, Robert Powell, Mark Rodeghier, Edoardo Russo, Peter Skafish, Erling Strand, Michael Swords, Matthew Szydagis, Gerald T. Tedesco, John J. Tedesco, Massimo Teodora.



JOSE ANTONIO CARAV@CA

Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario