Durante el desfile el ejercito chino hizo gala de algunos de sus mejores avances armamentísticos. |
Otro de los vehículos no tripulados mostrados por China durante la exhibición publica. |
Liu Zhen en un reporte titulado «China apuesta por la guerra no tripulada con la demostración de aviones teledirigidos» (3/10/2019) afirmaba que: «Los aviones teledirigidos mostrados el martes en Pekín con motivo del 70 aniversario de China, indican la determinación de su gobierno en convertirse en una nación líder en la guerra aérea no tripulada, según un experto militar. Tres formaciones de drones, incluidos vehículos aéreos no tripulados (UAV) y vehículos submarinos no tripulados (UUV), fueron llevados en remolques a través de la Plaza de Tiananmen detrás de camiones cargados de equipos de comando y control en su primera aparición en un desfile del Ejército Popular de Liberación (EPL)». El comentarista militar Ni Lexiong, que retransmitía el desfile en la televisión pública aseguró que: «Esto sugiere que el EPL está dando prioridad al desarrollo de las tecnologías más avanzadas que cambiarán el juego de la guerra». Uno de estos vehículos no tripulados es un UAV de reconocimiento a gran altitud que puede desarrollar una alta velocidad, e incluso según se afirma es capaz de volar a velocidades supersónicas. Liu Zhen dice que: «Su capacidad de sigilo le permitiría penetrar en el espacio aéreo enemigo en la región del Pacífico Occidental y tomar fotografías de alta definición de objetivos como grupos de portaaviones». Por su parte el South China Morning Post informaba que: «Se espera que el DR-8 desempeñe un papel clave en caso de conflicto con grupos de ataque de portaaviones estadounidenses en el Mar del Sur de China o el Pacífico Occidental». David Axe explica que: «Según Zhou Chenming, un comentarista militar, el DR-8 podría viajar más rápido que el D-21, cuya velocidad máxima es Mach 3.3, dejándolo penetrar las defensas aéreas del enemigo y regresar intacto con información de inteligencia». Además, los efectivos y espectaculares avances chinos abarcan hasta misiles supersónicos de gran potencia. Así describía Axe en su citado reportaje el potencial mostrado por el gigante asiático: «China está a punto de estrenar otros nuevos sistemas militares en las conmemoraciones de Pekín, entre los que se incluye el UAV armado Sharp Sword. El Sharp Sword es uno de los tipos de drones modernos más antiguos de China, que apareció por primera vez en fotos en 2013. Impulsado por un solo motor a reacción y apoyado sobre el tren de aterrizaje de un triciclo, el Sharp Sword parece tener la forma de ala voladora que comparten varios prototipos de drones armados fabricados en Estados Unidos.
El submerjible no tripulado HSU-001. Recordar que en el incidente ovni del Nimitz (14/11/2004), se cree que estuvo implicado también un vehículo submarino no identificado. |
La forma en planta del ala voladora, también utilizada por el bombardero de sigilo B-2 de los EE.UU., es ideal para diseños de evasión de radar». Pero los expertos aseguran que los ingenieros chinos han desarrollado un dron mucho más avanzado del que muy poco se sabe. Axe certificaba que los militares chinos no hablan demasiado de su nuevo dron ultrasecreto: «Más allá de su forma básica y sus posibles cualidades de evasión de radar, no se sabe mucho sobre el aparente nuevo dron. Pero el Pentágono en un informe de 2013 advirtió que “la adquisición y desarrollo de vehículos aéreos no tripulados de largo alcance y de vehículos aéreos de combate no tripulados, aumentará la capacidad de China para realizar operaciones de reconocimiento y ataque de largo alcance”. El experto Ni Lexiong afirma que: «La guerra futura implicará más tecnología y menos humanos, y la superioridad aérea es la clave de la victoria (...) Por lo tanto, los UAV tendrán un papel muy importante que desempeñar». Lo interesante es que aún se desconoce las verdaderas capacidades de vuelo de estas sorprendentes aeronaves no tripuladas que en algunas ocasiones podrían ser tomadas por auténticos OVNIS. Pero ¿es esto posible? ¿son los estos drones los causantes de las recientes informaciones desclasificadas por el gobierno estadounidense en referencia al avistamiento de extrañas aeronaves?...
LA TAPADERA OVNI
El coronel Pedro Baños Bajo especialista en geoestrategia, defensa, seguridad, terrorismo yihadista e inteligencia, en una entrevista concedida al investigador Josep Guijarro en su canal de youtube, afirmó que es muy posible que los famosos OVNIS del Pentágono estén encubriendo algún tipo de operación de inteligencia u ocultación de tecnología militar bajo el manto de los OVNIS. Además, hizo hincapié en la existencia de novedosos y ultrasecretos ingenios hipersónicos que no siguen trayectorias balísticas tradicionales, y que esto podría llevar a errores de interpretación incluso por pilotos experimentados. Aunque está por ver si se trata de tecnología estadounidense probada ante su propio ejército, o por el contrario se trata de un sustancial avance llevado a cabo por otro país «enemigo». Pero al margen de estas circunstancias, lo único claro es que los avistamientos de drones no identificados, se han incrementado notablemente en los últimos años. David Hambling en un alarmente reporte titulado «Dozens More Mystery Drone Incursions Over U.S. Nuclear Power Plants Revealed» (07/09/2020) informaba sobre el vuelo continuado de drones sobre instalaciones nucleares norteamericanas, sin que la seguridad de las bases, ni las medidas e investigaciones emprendidas para localizar a los causantes hayan derivado en ninguna información que aclare estos misteriosos hechos: «Recientemente describí cómo un enjambre de drones voló sobre un área altamente restringida en la Planta de Energía Nuclear de Palo Verde en dos noches sucesivas el pasado mes de septiembre. Un nuevo volumen de documentos obtenidos en virtud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) revela cómo 24 sitios nucleares sufrieron al menos 57 incursiones de drones entre 2015 y 2019, y Palo Verde fue sobrevolado nuevamente en diciembre, a pesar de las nuevas medidas de seguridad. Los documentos fueron obtenidos de la Comisión Reguladora Nuclear de los Estados Unidos por Douglas D. Johnson en nombre de la Coalición Científica para Estudios UAP (SCU). El principal interés de la SCU son los fenómenos aeroespaciales anómalos, más comúnmente conocidos como OVNIS, pero Johnson descubrió una serie de incidentes que involucran algo menos exótico, pero potencialmente más amenazante: drones comerciales. En los incidentes de septiembre, un enjambre de cinco o seis drones grandes sobrevolaron el reactor nuclear de la Unidad 3 en Palo Verde en Arizona durante unos ochenta minutos, un período de tiempo que sugirió que estaban llevando a cabo un estudio exhaustivo del sitio». En los documentos desclasificados también se notifica que este tipo de avistamiento de drones se ha producido sobre la estación generadora nuclear de Limerick en Pensilvania. En total la lista detalla que han existido 57 incidentes de seguridad (SID) que involucraron drones, desde diciembre de 2014 hasta octubre de 2019. No hay información adicional. En el momento en que se generó esta lista, tres de los incidentes figuraban como "Abiertos" y cinco como "Cerrados resueltos", pero la inmensa mayoría de ellos, un total de 49 sucesos, estaban "Cerrados sin resolver". Es decir, en un 85% de los casos la NRC no encontró a las personas que manipulaban los drones, ni por supuesto que es lo que pretendían. Hubo siete incidentes con drones en 2017, que aumentaron a 21 en 2018, el último año completo para el que se dieron cifras. En la mayoría de sitios (12) se informaba de un solo vuelo, pero en otros se habían producido varios avistamientos. Por ejemplo, Limerick tuvo cinco avistamientos de drones, la planta de energía nuclear de Perry en Cleveland, Ohio, tuvo seis y Diablo Canyon cerca de San Luis Obispo en California tuvo al menos siete incidentes separados desde diciembre de 2015 hasta septiembre de 2018. Todos sin resolver. Las autoridades están convencidas que estos vuelos no son un hecho aislado, sino que pueden ser resultado de una operación a gran escala perfectamente coordinada. David Hambling añade que: «Si bien la mayoría de los sitios eran reactores nucleares, también hubo tres incursiones de drones en sitios de almacenamiento de combustible nuclear gastado, incluidos Trojan en Oregon y Rancho Seco en California, donde los desechos radiactivos se almacenan en botes de acero dentro de barriles gigantes. El nuevo comunicado también indica que ocurrió un tercer incidente en Palo Verde en diciembre de 2019, esta vez aparentemente con solo dos drones, descritos como "naves de tamaño industrial" de un metro de ancho, similares a los vistos anteriormente. Al igual que en los dos incidentes anteriores, estaban explorando el área del reactor de la Unidad 3. Tras el incidente del dron en septiembre, se suponía que Palo Verde estaba protegido por la tecnología de detección de drones proporcionada por "Area Armor" (probablemente un error tipográfico para Aerial Armor) para identificar al operador del dron dentro de un radio de 13 millas. La idea era que el personal de seguridad del sitio detuviera rápidamente a cualquiera que vuele un dron. Esto no parece haber funcionado, y nuevamente el incidente se cerró como sin resolver». Las autoridades creen que puede ser un grave riesgo para la seguridad nacional no controlar estos vuelos, ya que podrían, tras un pormenorizado estudio, ocasionar algún tipo de daño en las zonas más vulnerables de las instalaciones, de hecho, en un informe de 2003, Robert Álvarez denunciaba el posible ataque terrorista sobre las piscinas de combustibles. Pero los avistamientos de drones no identificados van mucho más allá en su desafío a la que considera la nación más poderosa del planeta. Y es que muchas de estas observaciones están planteando un buen número de interrogantes difíciles de despejar. Por lo pronto el conocimiento público de muchos incidentes OVNIS, aunque las autoridades prefieran utilizar el eufemismo UAP (Fenómeno aéreo no identificado), ha provocado que tanto la denominada prensa seria y algunos políticos exigen respuestas claras y concretas.
La actividad UAP ha aumentado considerablemente en los últimos años sobre instalaciones nucleares. |
Joseph Trevithick en un artículo titulado «This Is The Letter The Navy Sent A Congressman Who Was Demanding Answers About UFOs» (6/3/2020) incidía en el inusual e inesperado interés que ha suscitado el asunto de los OVNIS del Pentágono entre la clase política norteamericana que demanda explicaciones al más alto nivel: «El año pasado, el congresista Mark Walker, un republicano de Carolina del Norte y miembro del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, escribió una carta a la Marina de los EE. UU. exigiendo respuestas sobre los avistamientos de lo que comúnmente se conoce como objetos voladores no identificados u OVNIS. Ahora, The War Zone ha obtenido una copia completa de la respuesta del servicio a estas preguntas sobre cómo está registrando y evaluando incidentes que involucran lo que llama fenómenos aéreos no identificados, o UAP, que el legislador ya ha dicho que consideró frustrantemente insuficiente». La carta fue publicada por la Marina el 5 de marzo de 2020, y fue redactada por Thomas Modly el 31 de julio de 2019, en respuesta a una solicitud de la Ley de Libertad de Información: «Ha habido varios informes de aeronaves no autorizadas y/o no identificadas que ingresaron a varios campos de entrenamiento controlados por militares y espacio aéreo designado en los últimos años (...) El Departamento de la Marina (DON) toma estos informes muy en serio y continúa registrando avistamientos e investigando completamente las cuentas». En la misiva se habla de los drones: «La amplia proliferación y disponibilidad de sistemas aéreos no tripulados (UAS) de bajo costo ha hecho que la desconfianza del espacio aéreo sea un problema para nuestros aviadores. Las tripulaciones aéreas navales han recibido orientación sobre informes para determinar la frecuencia y ubicación de los UAS que operan en áreas de entrenamiento (...) La guía respalda el análisis de incursiones objetivo y basado en datos. El DON continúa dedicando recursos al seguimiento e investigación de informes que podrían afectar la seguridad de nuestras tripulaciones aéreas». Sin embargo, la respuesta de la Marina evita referirse a los incidentes divulgados recientemente a través de unas filmaciones que muestran supuestas naves voladoras capaces de alcanzar niveles extremos de velocidad y maniobrabilidad. Pero ¿por qué precisamente ahora se conocen estas informaciones? ¿A qué se debe esta apertura de archivos? En artículo titulado «Multiple Destroyers Were Swarmed By Mysterious "Drones" Off California Over Numerous Nights» (23/03/21) Adam Kehoe y Marc Cecotti desglosaban unos misteriosos acontecimientos ocurridos a varios barcos de la marina que reflejan a la perfección el estado actual de la ufología en los Estados Unidos: «En julio de 2019, se desarrolló una serie de eventos realmente extraños en las Islas del Canal de California. Durante varios días, grupos de aviones no identificados, a los que la Marina de los EE. UU. simplemente se refiere como "drones" o "UAV", persiguieron a los buques de ese servicio, lo que provocó una investigación de alto nivel. Durante los encuentros nocturnos, se informó que hasta seis aeronaves pululaban alrededor de los barcos a la vez. Se describió que los drones volaban durante períodos prolongados en condiciones de baja visibilidad y realizaban maniobras descaradas sobre los buques de guerra de la Armada cerca de un rango de entrenamiento militar sensible a menos de 100 millas de Los Ángeles. La investigación subsiguiente incluyó elementos de la Armada, la Guardia Costera y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Los incidentes recibieron mayor atención, incluso del Jefe de Operaciones Navales, la cúspide de la cadena de mando de la Marina (...) El año pasado, el director de documentales Dave Beaty descubrió los detalles iniciales sobre los eventos centrados en el destructor clase Arleigh Burke USS Kidd (DDG-100). Ese relato inicial describió un tenso encuentro, que culminó con el despliegue de equipos de inteligencia de abordo. Los nuevos documentos amplían significativamente el conocimiento del público sobre el alcance y la gravedad de ese incidente y revelan otros que ocurrieron casi al mismo tiempo. Estos detalles provienen en gran parte de nuestras solicitudes a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA), que consiguieron la publicación de los registros de cubierta de los barcos involucrados» Gracias a esa información preliminar los investigadores pudieron: «identificar varios barcos en las proximidades de él (USS Kidd) durante los incidentes en cuestión, incluidos los destructores de la Marina de los EE. UU. USS Rafael Peralta, USS Russell, USS John Finn y USS Paul Hamilton. Las solicitudes posteriores a la FOIA para obtener los registros de estos barcos nos permitieron construir una imagen compuesta de los eventos en su conjunto». Según han descubierto los periodistas norteamericanos el primer avistamiento ocurrió el 14 de julio de 2019 cuando parte de la tripulación del USS Kidd alrededor de las 22:00 horas avistó un UAP, que fue registrado por los sofisticados equipos de detección y grabación del barco. Adam Kehoe y Marc Cecotti informan que: «Menos de 10 minutos después del avistamiento, el USS Kidd informó de la situación al USS Rafael Peralta. Los registros del USS Rafael Peralta muestran que alrededor de las 22:00 horas activó su propio equipo SNOOPIE. También se comprueba la existencia de informes de avistamientos adicionales que provenían del USS John Finn». No obstante no hay muchos detalle sobre estos intrusos: «Poco después del avistamiento inicial, se detectó una luz roja intermitente. Entre las entradas más dramáticas en los registros oficiales de este incidente se encuentra una del USS Rafael Peralta, que describe una luz blanca flotando sobre la cubierta de vuelo del barco. La anotación refleja que el dron logró igualar la velocidad del destructor con la aeronave moviéndose a 16 nudos para mantener una posición flotante sobre la plataforma de aterrizaje del helicóptero del barco. Para complicar aún más lo que ya era una maniobra compleja, el dron operaba en condiciones de baja visibilidad (menos de una milla náutica) y de noche. En este punto, el encuentro había durado más de 90 minutos, significativamente más de lo que los drones disponibles comercialmente pueden soportar».
Los extraños acontecimientos ocurrido entorno al USS Kidd siguen sin explicación. (Cortesía The Drive) |
Mapa que muestra la situación de los barcos de la marina estadounidense y los puntos donde se observaron los misterios "drones". (Cortesía The Drive) |
Algunos registros de aquella noche donde se indica la presencia de extrañas luces en la zona. (Cortesía The Drive) |
Pero los OVNIS regresaron: «la noche siguiente, el 15 de julio de 2019. Esta vez, fue el USS Rafael Peralta el primero en detectar los objetos y desplegar sus equipos SNOOPIE a las 8:39 p.m. A las 9:00 p.m., el USS Kidd también había detectado los drones y desplegó nuevamente su equipo SNOOPIE. Los drones parecen haber perseguido a los barcos, incluso cuando continuaron maniobrando durante el incidente. A las 21:20 horas, los registros del USS Kidd simplemente comentan "Múltiples UAV alrededor del barco", con la palabra "arriba" tachada (...) aproximadamente al mismo tiempo, el USS Russell registra una frenética actividad: los registros describen drones que caen en altura y aparentemente se mueven hacia adelante y hacia atrás, de izquierda a derecha. Mientras tanto, el USS Rafael Peralta recibió una llamada de radio de un crucero que pasaba, el Carnival Imagination, notificándoles que los drones no son de ellos, y que también ven hasta cinco o seis drones maniobrando cerca. El incidente continuó hasta la noche, con el USS Rafael Peralta registrando primero dos UAV y luego cuatro UAV cerca de su barco. Acercándose a la medianoche, el USS Russell informa un avistamiento final. A pesar de la duración de casi tres horas del evento, ninguno de los buques de guerra involucrados parece haber podido identificar a los drones. En contraste con la primera noche, la segunda serie de encuentros ocurrió más cerca de la costa. Varios de los avistamientos de drones colocaron su posición entre la isla de San Clemente y San Diego». Inmediatamente se realizó una indagación oficial: «como era de esperar para un conjunto de encuentros tan inusuales, parece que se inició una investigación formal de inmediato (...) Mencionaron que la información iría directamente al comandante de la Flota del Pacífico y al Jefe de Operaciones Navales (CNO), el máximo responsable de la jerarquía de la Armada y miembro del Estado Mayor Conjunto (...) En ese momento, un agente de la oficina del FBI en Los Ángeles estaba incluido en la cadena de correo electrónico. La información preliminar indicó que, si bien el ORV Alguita tenía drones a bordo, estos tenían capacidades muy limitadas». Se descartó casi de inmediato la posibilidad de que los drones de algún barco militar estadounidense fuera el responsable de los avistamientos. Por ejemplo, uno de los drones disponibles era el Phantom IV, un pequeño quadcopter que tiene un tiempo máximo de vuelo de 28 minutos. Adam Kehoe y Marc Cecotti insisten en este crucial dato: «Posteriormente los investigadores buscaron descartar la posibilidad de que los drones fueran operados por la propia Armada. Para el martes de la semana siguiente, un representante de la Instalación de Vigilancia y Control de Área de la Flota (FACSFAC) con sede en San Diego aclaró que los UAV solo eran operados por la Marina en ciertas áreas limitadas» Pero hubo más incidentes anómalos protagonizados por misteriosas aeronaves: «Sorprendentemente, los incidentes con drones comenzaron a ocurrir reiteradamente en esta época. Los nuevos avistamientos ocurrieron durante las primeras horas del 25 de julio y el 30 de julio, justo cuando los investigadores comenzaban a examinar informes clasificados y aparentemente todavía buscaban identificar las intenciones que podrían ocultarse detrás de las incursiones del 14 y 15 de julio». Ante estas informaciones Kehoe y Cecotti se preguntan: «Sin duda, la isla de San Clemente y el área de entrenamiento cercana FLETA HOT son anfitriones de una gran cantidad de pruebas, que pueden incluir programas clasificados. ¿Es posible que los drones fueran operados por el propio ejército en una prueba clandestina de algún tipo? De ser así, las incursiones continuaron luego de una investigación concertada que alcanzó el más alto nivel de la jerarquía de la Armada. También parece que FASFAC San Diego no programó ninguna actividad de UAV durante el 14 de julio. Por otro lado, es un área general donde han ocurrido cosas extremadamente extrañas en el pasado. Si los drones no fueron operados por el ejército estadounidense, estos incidentes representan una violación de seguridad muy significativa. Si formaban parte de algún tipo de acción encubierta, no está claro, sin embargo, por qué volaron tan abiertamente y con tanta frecuencia de una manera casi de acoso. Más preocupante aún, es contemplar si una nación extranjera estuvo involucrada, ¿desde dónde exactamente se lanzaron los drones?»
¿REALMENTE SON DRONES?
Pero hay información sustancial que no conocemos para valorar en su justa medida los sucesos: «Una cosa es bastante segura: la Marina de los EE. UU. tiene una gran cantidad de datos sobre estos eventos. Los documentos anteriores reflejan que se desplegaron varios equipos de inteligencia fotográfica independientes. Estos equipos son solo una pequeña parte de un conjunto sofisticado de capacidades de vigilancia y sensores avanzados, incluida la capacidad de detectar emisiones de radio en las cercanías de las embarcaciones, disponible para cualquiera de las embarcaciones involucradas. Esto se suma a los sensores terrestres que vigilan de cerca el área. De hecho, es desconcertante que esos sensores, junto con un registro fotográfico probablemente extenso, no fueran suficientes por sí mismos para resolver el asunto. Esto cuestiona la designación de "dron". ¿Se realizó alguna descripción explicita de estas aeronaves más allá de hablar de luces en el cielo? La pregunta sigue siendo: ¿quién operaba estas aeronaves con aparente impunidad y con qué propósito, y este incidente extremadamente extraño se averiguó algo?» Si los investigadores están en lo cierto la denominación «dron» puede que no sea totalmente exacta para definir a estas aeronaves, aunque hay que subrayar, que pese las múltiples desclasificaciones realizadas hasta el momento, ninguno de los informes recoge una descripción que se ajuste al 100 % a lo recogido por los investigadores del fenómeno ovni clásico. Ya que más allá de unas características de vuelo inusuales y asombrosas, no hay detalles concretos en estos UAP, como ventanillas, cúpulas o antenas, que indique claramente la existencia de una aeronave espacial desconocida. También existen otros factores y circunstancias cuanto menos anómalas que elevaban bastantes incertidumbres y dudas sobre la verdadera naturaleza de los hechos ocurridos en aquellos días: ¿por qué no se tomaron medidas de defensa más drásticas o contundentes contra estas incursiones de UAPS? ¿Por qué no se intentó derribar o interceptar estas amenazas? ¿Por qué no se consideró que estas amenazas aéreas podrían ser un potencial ataque terrorista sobre militares norteamericanos?Además, valorando la información en su conjunto, resulta cuanto menos curioso, que ningún otro gobierno del mundo, ni siquiera los que están en la órbita de los Estados Unidos, hayan realizado declaraciones semejantes para confirmar la existencia de estas observaciones de UAPS en sus respectivos espacios aéreos. ¿Acaso estos fenómenos solo se producen sobre intereses militares estadounidenses? ¿Hay registros parecidos en otros países? Puestos a especular, tampoco debemos olvidar, como señalan los autores del reportaje, que estos avistamientos acontecidos en las islas del Canal de California, se efectúan en una extensa área de pruebas y entrenamiento del ejército estadounidense, un lugar propicio para llevar a cabo algún tipo de experimentación secreta y comprobar la reacción, respuesta e incluso la incertidumbre que provocaría en la tropa la incursión de aeronaves desconocidas.
Obviamente los mejores test de evaluación de nuevas armas y dispositivos de vigilancia y espionaje se realizan en total secreto, para examinar correctamente si el ejército puede detectar y contrarrestar de alguna manera su presencia. Si se tratase de una aeronave propiedad del Departamento de Defensa esta extraña campaña publicitaria sería la mejor manera de enviar una advertencia a la inteligencia de otros países sobre los posibles logros alcanzados por la aeronáutica norteamericana. Pero estemos ante drones chinos, rusos o del propio gobierno estadounidense, lo que parece meridianamente claro es que la política sobre los OVNIS ha cambiado drásticamente en los últimos años con algún objetivo que todavía no ha sido desvelado. El Departamento de Defensa y otras agencias secretas norteamericanas son conocedoras que las aeronaves no tripuladas representan el futuro de la carrera armamentística y probablemente el factor más determinante que puede desequilibrar una contienda a gran escala. Además, a día de hoy, estas aeronaves ya representan una nueva y seria amenaza para la seguridad de los E.E. U. UU. Por ello es muy factible que, en una operación conjunta sin precedentes, se halla planeado hacer público todas estas informaciones relativas a los OVNIS (UAP) del Pentágono para desestigmatizar por completo este tipo de observaciones entre sus militares y demás departamentos. De hecho, desde principios de 2019 el Departamento de Defensa hizo público la existencia de nuevas directrices, para informar, a través de cauces oficiales, de cualquier clase de avistamiento anómalo que se produzca en los cielos y que obviamente estén relacionados con emplazamientos del ejercito o instalaciones de máxima seguridad como bases nucleares, centrales eléctricas, etc. Las autoridades eran muy conscientes que muchísima información de vital importancia para la seguridad nacional se estaba perdiendo a consecuencia de que muchos militares y personal de inteligencia estaba convencido que si notificaban el avistamiento de una extraña luz u objeto en el cielo los tomarían por locos o incluso podrían perder sus puestos de trabajo. El Pentágono pretendía erradicar la sensacionalista carga ideológica que conllevaba los términos «platillos volantes» y «OVNIS», y por eso decidieron apostar por el nuevo acrónimo de UAP, para otorgar mayor respetabilidad a estos fenómenos de cara a todos sus departamentos oficiales. Precisamente, el General Pedro Baños también ha destacado el cambio de directrices por la parte de las autoridades para allanar los procedimientos para notificar cualquier avistamiento ovni, como un factor a tener en cuenta en esta extraña trama. También es muy factible, que las autoridades se hayan implicado con tanto esmero en esta campaña de «marketing» sin precedentes, para atraer la atención del congreso y de la opinión pública, para facilitar la obtención de fondos públicos para sus investigaciones. En tiempos tan austeros y donde cada vez es más complicado desviar fondos sin dar explicaciones, la inteligencia norteamericana considera de suma trascendencia conseguir un fuerte respaldo social y político para sus propósitos, y obtener así una suculenta financiación para continuar desarrollando nuevas armas. Y todo con el propósito de contrarrestar los posibles avances de los países enemigos en este terreno. Por lo que todos los estadistas prevén una guerra sin cuartel a nivel científico, por controlar y dominar los cielos del planeta con vehículos no tripulados. Si en el siglo pasado el armamento nuclear fue clave para dirimir la jerarquía armamentista de un país, actualmente según señalan todos los analistas y expertos, la hegemonía mundial la va a decidir las aeronaves y vehículos no tripulados además del uso de armas que utilicen la inteligencia artificial. El factor humano ha pasado a un segundo plano en el campo de batalla del siglo XXI. Por tanto, los próximos meses se antojan como esenciales para vislumbrar la verdadera dimensión de los OVNIS del Pentágono, como quizás el extraño embrión de una nueva y no menos apocalíptica guerra fría de imprevisibles resultados... aunque está por ver si el enemigo señalado se encuentra en la Tierra o fuera de ella…
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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¡Excelente documento!
ResponderEliminarGracias amigo!!!!
EliminarEs muy raro que una potencia extrajera haga pruebas de tecnología avanzada en el patio trasero del rival para decir lo mínimo ja. Y si fuera eso sería un escánado y fracaso de todo el aparato de inteligencia de EEUU que ni pudo identificar que eran..
ResponderEliminarTal como lo yo lo veo, el Pentágono sabía de estas incursiones a un nivel muy básico, ya que a penas recibían datos de avistamientos de estas aeronaves (debido al estigma OVNI), por eso, aprovechan la coyuntura (interés mediático) por los OVNIs para hacer ver que se interesan por todos los incidentes anómalos. En poco tiempo sus fuentes de información han crecido de forma exponencial, que bajo otros cauces más ortodoxos, hubiera tardado años en hacerse efectivo.
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