domingo, 30 de marzo de 2014

10 ANIVERSARIO DEL ATERRIZAJE DE LOS VILLARES









MI PRIMER CONTACTO

Verano de 1998. Andaba despacio por la vereda que me conduciría hacia el lugar del supuesto aterrizaje de un OVNI. No era la primera vez que me encontraba en aquellas tesituras, pero ese día presentía que iba ser especial. Hasta entonces mi único acercamiento hacia aquel extraño caso, habían sido un par de llamadas telefónicas y la lectura del apasionante artículo escrito en la revista Enigmas por mis compañeros Iker Jiménez y Lorenzo Fernández. En dicho reporte se ocupaban de ilustrar lo ocurrido en aquel apartado pueblo de la sierra de Jaén, oculto hasta entonces de la mirada de intrusos. Ni siquiera la creciente subida de la temperatura, logró que mis pensamientos abandonaran, ni un por momento, los pormenores que acontecieron una mañana de julio de 1996, cuando el bueno de Dionisio Avila, un humilde vecino de los Villares, se topó con un enigmático artefacto, y sus no menos vaporosos tripulantes que parecían escapados de un relato de ciencia ficción. Sin embargo, la enorme huella que apareció ante mis ojos, evidenciaban que algo muy real y físico se había manifestado ante la incredulidad de nuestro protagonista que había sido obsequiado, por sus visitantes, con una singular piedra abarrotada de símbolos. Toda la zona estaba cubierta por un manto uniforme de vegetación reseca por el sol, exceptuando aquel enorme circulo despoblado, donde Dionisio Avila señaló que se encontró con un aparato metálico rodeado de ventanillas circulares de un material oscuro que impedía ver su interior. Poco a poco, con el transcurrir de los meses, aquella porción de terreno había comenzado a desdibujar una misteriosa "calva" circular que evidentemente iba en aumento a medida que pasaba el tiempo. Rodee el círculo lentamente durante unos instantes, antes de atreverme a pisar suelo llano. Caminando por el contorno comprobé la extraordinaria redondez de la huella que parecía haber sido cincelada golpe de hoz. No obstante, el suelo daba apariencia de extremada sequedad y de no haber tenido nunca vida vegetal sobre su superficie, aquello era realmente desconcertante. Una prueba silenciosa que confirmaba que algo extraordinario había acontecido en aquel preciso lugar. Desde que los dos reporteros de Enigmas acudieran a los Villares a desvelar la noticia, la zona del aterrizaje había denotado un cambio espectacular. Y mirando aquella circunferencia de tierra amarillenta supe que los 350 km de carretera que acababa de cubrir habían merecido la pena... y sobre todo, tuve la certeza, que no sería la última vez que pisaría aquella tierra...

DIONISIO AVILA, EL PROTAGONISTA
Fue en mi segundo viaje a los Villares, en agosto del 2000 cuando por fin pude estrechar la mano de Dionisio Avila, una persona que hasta la fecha, jamas había dado motivos en su entorno para que se hablara de él como de una persona fantasiosa o dada a la mentira. Su relato desconcertó a propios y extraños, y pocos de sus convecinos dudaron de que algo raro había tenido que ocurrirle a Dionisio para que relatara una historia de esas características. La primera impresión es importante. Y a fuerza de ser sincero, cuando escuche de su propia boca el encuentro que tantas veces había releído, y que llevaba garabateado en mi cuaderno de campo, supe que aquel hombre enjuto y de mirada bonachona decía la verdad. Limitado por su vocabulario rural y campechano, Dionisio intento describir lo mejor que podía su encuentro con una realidad totalmente desconocida para él. Intentaba imaginarme que pudo sentir aquel afable hombre cuando se halló frente aquel bizarro objeto metálico, incrustado en su cotidiano paisaje de olivos. Y más aún cuando surgieron de un suspiro aquellos tres individuos que vestían extraños ropajes ajustados. Y de pronto, cuando aun no se había recuperado de la impresión de semejante visión un haz de luz le llevó a sus pies una extraña piedra grabada con unos símbolos desconocidos para él. Lo describió como un "lucerillo" que surgió del cegador foco luminoso. Sin duda la pequeña piedra labrada representaba un enorme rompecabezas que ha llegado hasta nuestros días. Paseando junto a Dionisio recreamos el paseo, que le condujo una mañana soleada al encuentro con lo imposible. Seguidos por su piel perra linda, muda testigo de cuanto sucedió, deambulamos por el escenario natural de aquel excepcional suceso que tantos ríos de tinta había hecho verter. Desde entonces nada fue igual para nuestro protagonista según me hizo saber. Aparecer en revistas, libros y televisión le acarrearon demasiada popularidad como para pasar desapercibido en un minúsculo pueblo que apenas ronda los 5000 habitantes. Rara era la semana que no acudía algún curioso con la esperanza de poder charlar con él y conocer de viva voz los sucesos que vivió. Dionisio siempre ha recibido a los visitantes con amabilidad y entrega, como ha hecho tantas veces con un servidor...
Dionisio Avila mostrando algunas de las extrañas piedras que han aparecido en los alrededores de los aterrizajes OVNI



Y en aquellos instantes, mientras conversábamos, llegamos a la zona conocida como la Cañada de la Tienda, donde el 25 de abril de 1998, un objeto centelleante y envuelto en una espesa humareda aterrizo frente a las narices de Dionisio. Esta vez, solo consiguió ver el artefacto de la vez anterior, pues temiendo encontrarse con los tres seres, decidió huir a la carrera. Al parecer nuestro testigo no tenía el cuerpo aquel día para sobresaltos. Lo curioso es que una higuera que había colindando al lugar señalado por Dionisio, sufrió una extraña y súbita congelación en algunas de sus ramas, y una piedra que había en su centro apareció partida, como si un objeto pesado se hubiera colocado sobre ella. Además el tiempo, al igual que ocurrió con la primera zona evidenció una nueva prueba. Un anillo de hierba reseca, amarillenta, delataba que allí había ocurrido algo inusual...

UNA DÉCADA LLENA DE MISTERIOS
Recuerdo todos estos acontecimientos pasados, ya que en estos días se cumple el décimo aniversario del que ha sido calificado como el "enigma universal". Han sido muchas visitas al lugar de los hechos, y en mi archivo guardo con especial cariño todo lo relacionado con este incidente sin par. En este mismo site, el que quiera conocer con mas detalles lo sucedido en los Villares puede acceder a un amplio reportaje donde desgloso todos los acontecimientos acaecidos en torno a este incidente. Precisamente, a lo largo de estos años cada vez que trataba el asunto de los Villares en algún medio de comunicación, eran muchas las personas que me hacían llegar sus comentarios y dudas, demostrando el hondo interés por conocer más datos sobre los aterrizajes. Así que, aprovechando las fechas en las que nos encontramos, he decido realizar un repaso por las cuestiones más frecuentes que me formulan los lectores y seguidores del caso, añadiendo algunas aclaraciones a los puntos más intrigantes de la experiencia vivida por Dionisio Avila:

1.- ¿Dionisio vio aterrizar el objeto la primera vez?
En el primer encuentro ocurrido el 16 de julio de 1996, el objeto metálico estaba "posado" en la zona cuando fue observado por Dionisio. Lo curioso es que a cierta distancia era invisible, viéndolo el testigo solo cuando se halló a corta distancia. La marcha del OVNI también fue igual de misteriosa, pues cuando Dionisio se reincorporo tras recoger el "lucerillo" el artefacto se había esfumado.
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De un haz de luz surgió el "lucerillo" 





Este extraño efecto visual también parecía "afectar" a los seres que en sus escasos movimientos realizados frente al testigo parecían desparecer durante fracciones de segundo, como si se tratara de algún tipo de proyección o sistema de camuflaje tal vez. Recordar que los seres aparecieron de golpe frente a Dionisio que en ningún momento observó aberturas, marcas o señales en el objeto que le pudieran indicar por donde surgieron.

2.- ¿Que le ocurrió a la perra de Dionisio?
Antes de toparse con el objeto, Dionisio observó que su perra se comportaba de una forma anómala. Estaba inmóvil y no obedecía las ordenes de su dueño como hacía de costumbre. Al acercarse Dionisio vio que tenía un collar trasparente alrededor del cuello con un pequeño cristalito que parecía ser el causante de sus molestias. Tras quitárselo el animal recupero su estado normal. Dionisio trató de separar el plástico del cristalito con la ayuda de un mechero, y tras aplicarle la llama al collar, éste se esfumo por completo en un denso humo.
El autor del reportaje con Linda en el sendero donde ocurrieron los hechos
Desde entonces la perra debe ir sin collar, puesto que si Dionisio le coloca algo alrededor del cuello, aunque sea un trozo de cuerda o un trapo, el animal se queda completamente estática, como tuvimos ocasión de comprobar con nuestros propios ojos.

3.- ¿Hablaron los seres con Dionisio?
No hubo dialogo como tal, aunque Dionisio asegura que a su mente (¿telepatía?) acudieron muchas ideas y conceptos que estaban relacionados con los humanoides observados, pero que no llegó a entender del todo.

4.- ¿El OVNI estaba conectado a una torreta de alta tensión?
Dionisio aseguraba que de la parte superior del artefacto surgían unos cables muy finos, como telas de araña, que estaban unidos a una torreta de cableado eléctrico que existe justamente detrás del lugar del aterrizaje.

La investigadora Mari Carmen Muñoz junto a Dionisio Avila en el lugar del aterrizaje, detrás la torreta de alta tensión
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Lo más extraño, al igual que ocurriera con la visión de la propia nave y de los seres, es que dichos apéndices eran muy difíciles de distinguir, como si toda la escena observada por Dionisio, estuviera bajo el efecto de un "sistema de invisibilidad o camuflaje" que solo permitía la observación de los distintos elementos desde determinados puntos y siempre desde la extrema cercanía. Tampoco hay que descartar, como posibilidad, que la "visión" fuera inducida por algún tipo de proyección "holográfica" desconocida.

5.- ¿Cuantas piedras aparecieron en el primer encuentro?
Este detalle es objeto de una gran controversia. Particularmente no descarto que en el suelo, junto al "lucerillo" hubiera otras piedras, se habla incluso de 6 rocas distintas, aunque de lo que no tengo dudas es que ninguna de ellas tenía grabados ni signos. Dionisio habla de una extraña piedra alargada, veteada y que parece de "madera" que estuvo caliente (sic) durante algún tiempo.

6.- ¿Cómo están tallados los símbolos del lucerillo?
La mayoría de los símbolos, a mi parecer, están realizados a "mano", con un objeto punzante muy delgado y con utensilios similares de tallado que han podido ser ayudados por una herramienta mecánica. Existen algunos signos como por ejemplo el IOI y AIA, que parecen haber sido realizados con un tipo de "lija" que pulimentaba la superficie.
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En el símbolo de la flecha, se observan dos tipos de tallado distintos. La punta es realizado mediante tres ralladuras, y el cuerpo restante parece "pulido"

El trabajo está bien ejecutado y los grabados han sido repartidos con gran inteligencia y destreza por la superficie de la pequeña roca.

7.- ¿Por que aparecen piedras falsas?
No hay dudas que la repercusión del caso en los medios de comunicación hizo que se despertara mucho interés en la zona por el incidente. Algunas personas han tallado piedras para engañar a los investigadores y agrandar el misterio de los Villares. Todas estas rocas están localizadas y en algunas de ellas se aprecia el trabajo de brocas y otros utensilios rudimentarios.
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La diferencia en el tallado del IOI en el "lucerillo" (izquierda) y otro aparecido en una piedra falsa (derecha) se oberva perfectamente en estas imágenes. 

Hay que señalar que de las más de 100 piedras con grabados que han aparecido con posterioridad al famoso "lucerillo" NINGUNA repite los signos de éste, exceptuando el conocido IOI y alguna aislada que contiene una flecha. De hecho, la ejecución del IOI en otras piedras es totalmente distinto al original.
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Una piedra falsa. Con un motivo religioso. 


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Por no hablar que los símbolos el lucerillo, según indican los análisis de laboratorio, ha sido grabado a lo largo del tiempo, teniendo una mayor antigüedad algunos grabados más que otros.

8.- ¿Aparte del "lucerillo" los investigadores están estudiando otras piedras?
Junto al "lucerillo" las únicas piedras que despiertan cierta atención de los investigadores son unas pocas rocas esféricas que han aparecido semi-enterradas. Todas de muy pequeño diámetro y conteniendo los símbolos IOI. Hay queda la duda.
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9.- ¿Donde aparecen las piedras semi-enterradas?
Si hice publico en su día este hecho, es porque ya habían dejado de producirse los hallazgos de este tipo de piedras que se encontraban en una zona no demasiada extensa que existe entre los dos aterrizajes de los Villares. El asunto de las piedras semi-enterradas es muy interesante, ya que los descubrimientos se producían en una zona de constante vigilancia, y algunas de las rocas presentan una patina parecida a la del lucerillo, siendo sus grabados radicalmente distintos a las "falsificaciones". Algunas de estas piedras aparecieron en pleno verano y totalmente adheridas al terreno reseco.

10.- ¿Cómo y porqué se ha traducido los símbolos de la piedra al Tifinagh?
De todos los alfabetos, dialectos y escrituras consultados, y han sido muchos, el antiguo dialecto de los nómadas del desierto los tuareg, ha sido el único que ha tenido mayor correspondencia con los signos incluidos en el "lucerillo". De hecho de los 15 signos que componen el "lucerillo" 12 tienen su correspondiente lugar en el diccionario de Tifinagh, casualmente los tres símbolos que faltan se pueden interpretar como vocales (A I A), que pueden ayudar precisamente a la traducción de la misma
El archiconocido I O I se traduce como N S N. Si le añadimos la vocal i. NSiN = "Ellos" o "de Ellos". La flecha se interpreta como una T y el círculo como una R, y como ambos forman un conjunto en la piedra podemos interpretar que se trata de una palabra. En este caso puede haber dos interpretaciones interesantes; Si añadimos una A y una I, obtenemos la palabra aTRi que significa "planeta". Pero si utilizamos las vocales E A, el resultado es TeRa = que significa "Amuleto". Curiosamente a lo que más se parece "el lucerillo", según le comentaron los propios Tuareg a J.J. Benítez durante un periplo por el Sahara es a un amuleto. Por no hablar, que se ha comprobado que en antiquísimas pinturas rupestres que se hallan en Tasilli (Argelia) se hallan impresos signos de un "dialecto" perdido en la noche de los tiempos hace mas de 6000 años. Y no hay que pasar por alto, que gracias al reporte de un singular caso OVNI, con menor o mayor trascendencia según sea el ánimo del que empuñe la pluma, se ha conseguido descubrir lo que parece, a todas luces, la primera grafía del ser humano, que hay es poco...

101.- ¿La investigación ha concluido?
No...







JOSE ANTONIO CARAV@CA


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