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este articulo esta dedicado a mi compañera Mari Carmen Muñoz que ha estado presente en cada paso de esta apasionante investigación y cuya participación ha sido fundamental para la resolución de algunos de los casos...
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UN CASO CONTROVERTIDO
No tengo ninguna duda. Si existe un suceso realmente polémico dentro de la copiosa casuistica OVNI registrada a lo largo y ancho de la provincia de Cádiz, ese es el caso ocurrido en la localidad costera de Conil. Incluso podría añadir, sin equivocarme, que en nuestro país, nunca un episodio relacionado con los enigmáticos No Identificados despertó tanta curiosidad y admiración, y ¿por que no?, en la misma medida controversia, debate y rechazo.
Han pasado algunos años desde que la sensacional noticia del encuentro de unos jóvenes con unos misteriosos humanoides "mutantes" diera la vuelta al mundo. Son muchos los investigadores que han dudado de la veracidad del testimonio vertido por los testigos, sobre todo teniendo en cuenta la inquietante conclusión que se extrae del relato de los mismos... que entidades no humanas pudieran convivir entre nosotros como personas completamente normales, o al menos, infiltrarse esporádicamente en nuestra sociedad por motivos que ni siquiera podemos aventurar...
El conocido reportero Juan José Benítez investigó en profundidad los hechos publicando posteriormente el resultado de sus pesquisas en una de sus obras mas impactantes y arriesgadas, La Quinta Columna. Para el escritor y periodista navarro aquel incidente fue real, siendo por derecho propio, uno de los encuentros cercanos con tripulantes de OVNIs mas espeluznantes que había podido encuestar. Y como decía el titulo de otro de sus libros "La punta del iceberg", el caso Conil se convirtió, sólo, en el extremo mas visible de una extraordinaria y desconocida casuistica que se estaba dando por todo el litoral gaditano, y especialmente en los alrededores de aquel pequeño pueblo turístico, que hasta entonces apenas era conocido a nivel nacional.
Por lógica, debido a su cercanía con mi lugar de residencia, la investigación de éste particular episodio OVNI (nada común por cierto con los miles de testimonios recopilados en los últimos 50 años de literatura ufológica) se convirtió en un autentico reto personal. En un apasionante viaje tras la huella de unos escurridizos y fantasmagóricos humanoides que como surgidos de la nada, irrumpieron en el transcurso de unos años, en unos lugares determinados y concretos de la geografía gaditana... Y mi sorpresa fue en aumento a medida que iba profundizando en la cuestión, conociendo nuevos y reveladores datos... y sobre todo, descubriendo nuevos escenarios para estas apariciones...
Durante mas de una década, he podido documentar un buen numero de éste tipo de sucesos, que demuestran que, al menos, para quebranto y espanto de algunos, testimonialmente existen suficientes indicios que corroboran, en parte, las sorprendentes declaraciones ofrecidas por los jóvenes de Conil. No pretendo aseverar con el siguiente trabajo, que entidades no humanas convivan con el ser humano o que lo "extraterrestres" ya estén instalados tranquilamente en la vivienda de al lado de su domicilio, ni mucho menos, solo aspiro a ofrecer al lector trazos de una realidad que no por inverosímil ha de ser menos cierta y creíble...
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El Diario de Cádiz recogió en primicia lo sucedido en Conil de la Frontera. La noticia dio la vuelta al mundo...
En las siguientes líneas les hago participes de mi cuaderno de bitácora, una autentica crónica de lo inaudito, recorriendo cientos de kilómetros tras unos encuentros bizarros que desafían nuestra razón. En las paginas de mi diario quedaron reflejadas los testimonios sinceros, a veces angustiosos, de las personas con las que me topé durante este apasionante viaje y que fueron testigos sin pretenderlo de esa otra realidad que nos acecha a veces. Los protagonistas de este articulo nos se conocían entre si, y algunos ni siquiera tenían conocimiento del tema OVNI. Hasta la fecha, sus vivencias eran piezas esparcidas de un loco rompecabezas sin sentido, ilógico y hasta, permita el lector, absurdo... que solo al ser juntadas y analizadas bajo un mismo contexto, cobran, de pronto, su verdadero sentido... y nuestro pequeño mundo cartesiano se expande y nos parece realmente inquietante y turbador... ¿no me creen? lean...
"Habíamos hecho una marcha con unos amigos por la costa de Cádiz visitando varias playas y pernoctado en ellas. El viernes 4 de septiembre de 1992, acabamos en Conil tan solo un amigo y yo. En aquellas fechas se celebraba la feria en la ciudad, y tras estar un rato allí, por el cansancio más bien, decidimos irnos a dormir a la playa. Sobre las 22:00 o 22:15, bajamos por la playa de los Bateles y decidimos alejarnos hacia la izquierda, para evitar el bullicio de la gente de la feria que estaba a pocos metros de allí y que podrían molestarnos a lo largo de la noche. Cruzamos el río, y tras andar unos 200 metros nos quedamos en la playa del Palmar. Estuvimos cenando tranquilamente y a eso de las 00:30 decimos acostarnos. De pronto, vimos que por la línea de horizonte, se acercaban dos personas..., pensamos que estarían haciendo footing, pero al pasar cerca de nosotros vimos que no eran personas normales...".
Como iban a suponer Luis S. y Ramón G. que, el ultimo día de sus tranquilas vacaciones, el destino les había reservado una siniestra sorpresa que haría que jamas olvidaran aquel periplo por distintas playas de Cádiz...
Fue el propio Luis S. de 29 años y abogado de profesión, quien nos narró el suceso, años después, en 1996, a lo largo de una amistosa charla en una céntrica cafetería de la capital gaditana. Luis desconocía, por aquellas fechas, que precisamente un mes de septiembre de 1989 muy cerca de donde ellos se quedaron a dormir, varios testigos se encontraron cara a cara con unos extraños humanoides...
Quizás, si nuestro abogado hubiera conocido ese antecedente no habría pernoctado en aquel lugar... o al menos se lo hubiera pensado antes... pero ¿que ocurrió exactamente en Conil para que todas las miradas se dirigieran hacia ese modesto pueblo?. Abandonemos por un momento la capital gaditana y traslademosnos hasta esa bella población costera volcada en el turismo que actualmente cuenta con una población de 19.417 habitantes...
HUMANOIDES EN CONIL
Isabel Sánchez (17 años), Lázaro (14 años), Pedro González (21 años), Loli Bermúdez (23 años) y Pedro Sánchez (19 años), formaban una pandilla de amigos de Conil que se reunían por las noches frente a la playa de los Bateles para charlar y pasar el rato sentados en la fina arena. Pero aquel mes de septiembre de 1989 algo iba a cambiar para siempre sus tranquilas vidas. Durante varios días estuvieron observando unas misteriosas luces en el cielo que se movían de un lado para otro sobre sus cabezas, por su forma y movilidad, no parecían ser luces de aviones o helicópteros. Movidos por la curiosidad, acudían cada noche al mismo lugar y sobre la misma hora (20:30 horas), con la intención de ver aquellas luminarias, que con un puntualidad fuera de lo usual, acudían a la cita nocturna con los jóvenes. El viernes 29 ninguno de los presentes imaginaba siquiera remotamente lo que iba a suceder allí sobre la arena de la playa.
Isabel Sánchez (17 años), Lázaro (14 años), Pedro González (21 años), Loli Bermúdez (23 años) y Pedro Sánchez (19 años), formaban una pandilla de amigos de Conil que se reunían por las noches frente a la playa de los Bateles para charlar y pasar el rato sentados en la fina arena. Pero aquel mes de septiembre de 1989 algo iba a cambiar para siempre sus tranquilas vidas. Durante varios días estuvieron observando unas misteriosas luces en el cielo que se movían de un lado para otro sobre sus cabezas, por su forma y movilidad, no parecían ser luces de aviones o helicópteros. Movidos por la curiosidad, acudían cada noche al mismo lugar y sobre la misma hora (20:30 horas), con la intención de ver aquellas luminarias, que con un puntualidad fuera de lo usual, acudían a la cita nocturna con los jóvenes. El viernes 29 ninguno de los presentes imaginaba siquiera remotamente lo que iba a suceder allí sobre la arena de la playa.
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Fotografía que se ha convertido en un clásico de nuestro ufología nacional. El investigador Jesús Borrego (abajo a la derecha) junto a los protagonistas del incidente. (Cortesía Jesús Borrego)
Sobre su posición observaron un objeto luminoso en forma de media luna, con unas luces rojas en su interior dispuestas en forma triangular, y otra luz anaranjada, que habían visto anteriormente, hizo acto de presencia en la linea de horizonte del mar. Según apreciaciones de los testigos las luces parecían comunicarse entre si, emitiendo destellos luminosos, intermitencias que repetían con cierta frecuencia.
El autor del reportaje en una de sus visitas a Conil. (1997)
Representación grafica de los OVNIs observados por los testigos, siguiendo los esquemas de Pedro González.
Pero el gran estupor llegó cuando sobre las nueve de la noche se percatan que cerca de la orilla habían dos humanoides muy altos de unos 2 metros de altura y ataviados con unas túnicas blancas. Sus cabezas eran también blancas pero de una tonalidad diferente, sin facciones en sus rostros ni cabellos. " Los seres, con los brazos pegados al cuerpo y unos andares torpes, se dirigen hacia el grupo -escribe Juanjo Benítez. Cunde el pánico y los jóvenes huyen. Los seres se detienen y, al poco, los muchachos hacen otro tanto. Se hallan a veinte o treinta metros. Los seres giran y dan la espalda a los cinco testigos. Parecen observar la luz roja que permanece inmóvil sobre el puerto de Conil.En esos instantes, los vecinos ven caer lo que denominan una "estrella fugaz". Es una luz pequeña, como una pelota de tenis y de un color blanco-azulado. Surge a escasos metros sobre las cabezas de los seres y se esfuma cuando parecía que iba a chocar contra ellos. Acto seguido, sin inmutarse, los dos seres se sientan en la arena y excavan un pequeño montículo a su alrededor. La "muralla" tiene forma de herradura. Segundos después, según los testigos, "se dejan caer de espaldas, siempre tiesos como palos".
Tres extraños humanoides aparecieron junto a la orilla
Dibujo de uno de los seres realizado por Juan Bermudez siguiendo las indicaciones de sus compañeros.
En esos tensos momentos, los seres se intercambian una pequeña esfera de color azul-celeste que parece flotar de un lado para otro. Estuvieron de esta forma algún tiempo hasta que uno de los jóvenes distinguió a través de unos prismáticos a otro extraño ser, mas impresionante aún que sus antecesores, que se hallaba a los pies de los otros dos. Este último humanoide tenía una altura colosal, Pedro González asegura que medía al menos tres metros, siendo su cabeza desproporcionadamente grande en relación al cuerpo y tenía dos enormes ojos negros. Según todos los testimonios recabados el gigantesco ser vestía un ceñido mono de color negro. De pronto, los dos "individuos" que estaban tumbados sobre la arena se reincorporaron, los testigos esperaban ver, de nuevo, a los humanoides pero en su lugar, había "aparecido" una pareja vestida completamente normal y no había rastro de las túnicas. El hombre era muy alto, rubio y vestía con vaqueros y camisa, ella tenía el pelo largo, moreno y vestía con una falda larga de color blanco.
Los dos seres de las túnicas hicieron un extraño montículo en la arena (Cortesía J.J. Benitez)
Cuando se levantaron eran dos personas aparentemente normales, aunque con unos rasgos poco usuales.
El extraño dúo se dirigió tranquilamente hacia el pueblo, y al pasar cerca de los muchachos estos los pudieron apreciar mejor. Comprobando que por su aspecto físico parecían turistas extranjeros, "alemanes" o nórdicos, sin embargo los rasgos faciales del hombre eran peculiares, pues tenía la frente muy ancha y el nacimiento del pelo se hallaba muy retrasado en la cabeza.
Mientras tanto, el humanoide de negro que había permanecido inmóvil en la playa, parecía vigilar estrechamente a los jóvenes. De pronto el gigante se encaminó hacia poniente, "volando" sobre una sustancia gaseosa, parecida a una pequeña nube blanca que se hallaba en su pies. El ser estaba completamente rígido, como una estatua, sin ejecutar movimiento alguno en sus piernas. Dos de los testigos, corrieron hacia la playa tras el gigante, pero los gritos de sus compañeros les hicieron desistir de su persecución. El extraño humanoide se detuvo en ese instante volviéndose hacia los dos jóvenes, fue así, cuando pudieron apreciar que el rostro de aquel ser no poseía facciones, excepto los ojos que eran de un negro intenso y ahuevados. Tuvieron la sensación de que les estaba advirtiendo de algo, pero los jóvenes no tuvieron un segundo para pensarselo dos veces y volvieron de inmediato con sus amigos...
Como si la historia aún no hubiese terminado, minutos mas tarde, pudieron contemplar otra extraña luz en el cielo que iba desde poniente a levante desplazándose, sin hacer el menor ruido, "como pegando saltitos en zigzag". Tras concluir el avistamiento, se incorporó al grupo el hermano de Loli, Juan Bermúdez. Una vez que le narraron lo sucedido se dispusieron a examinar el lugar donde habían visto a los humanoides en la playa. Llegados a la orilla, pudieron inspeccionar unos montículos en la arena, que supuestamente habían elaborado los humanoides antes de tumbarse. Apreciaron, entre los montones de arena, unos arañazos realizados por unos dedos muy finos y largos, semejantes, en aspecto, a los surcos delgados que deja un rastrillo.
Mientras tanto, el humanoide de negro que había permanecido inmóvil en la playa, parecía vigilar estrechamente a los jóvenes. De pronto el gigante se encaminó hacia poniente, "volando" sobre una sustancia gaseosa, parecida a una pequeña nube blanca que se hallaba en su pies. El ser estaba completamente rígido, como una estatua, sin ejecutar movimiento alguno en sus piernas. Dos de los testigos, corrieron hacia la playa tras el gigante, pero los gritos de sus compañeros les hicieron desistir de su persecución. El extraño humanoide se detuvo en ese instante volviéndose hacia los dos jóvenes, fue así, cuando pudieron apreciar que el rostro de aquel ser no poseía facciones, excepto los ojos que eran de un negro intenso y ahuevados. Tuvieron la sensación de que les estaba advirtiendo de algo, pero los jóvenes no tuvieron un segundo para pensarselo dos veces y volvieron de inmediato con sus amigos...
Como si la historia aún no hubiese terminado, minutos mas tarde, pudieron contemplar otra extraña luz en el cielo que iba desde poniente a levante desplazándose, sin hacer el menor ruido, "como pegando saltitos en zigzag". Tras concluir el avistamiento, se incorporó al grupo el hermano de Loli, Juan Bermúdez. Una vez que le narraron lo sucedido se dispusieron a examinar el lugar donde habían visto a los humanoides en la playa. Llegados a la orilla, pudieron inspeccionar unos montículos en la arena, que supuestamente habían elaborado los humanoides antes de tumbarse. Apreciaron, entre los montones de arena, unos arañazos realizados por unos dedos muy finos y largos, semejantes, en aspecto, a los surcos delgados que deja un rastrillo.
La huellas de los pies eran enormes, siendo su pulgar desproporcionado con el resto
Los testigos en el lugar de los hechos a los pocos días del incidente. Fotografía Diario de Cádiz.
Las huellas de los pies desnudos denotaban, evidentemente, que no calzaban zapatos. Las marcas correspondían a un pie de unos 45 cm. de longitud por 15 cm. en su parte ancha. El puente del pie aparecía curvado y con el dedo pulgar mas desproporcionado que el resto. Lo particular de éstas huellas, comentaron los testigos, es que tanto las pisadas del hombre como las de la mujer se hundían igualmente en la arena, aún cuando el sujeto era mucho mayor y lógicamente más pesado que la chica.
En el camino que tomaron la pareja hacia el pueblo hubo algo mas que les llamó poderosamente la atención. A unos 20 metros del surco aparecieron numerosas huellas, decenas de ellas, que parecían dar vueltas alrededor de un punto, sin embargo, los testigos, no observaron en ningún momento que la extravagante pareja diese vueltas de esta forma (¡).
En el camino que tomaron la pareja hacia el pueblo hubo algo mas que les llamó poderosamente la atención. A unos 20 metros del surco aparecieron numerosas huellas, decenas de ellas, que parecían dar vueltas alrededor de un punto, sin embargo, los testigos, no observaron en ningún momento que la extravagante pareja diese vueltas de esta forma (¡).
En medio del camino había una gran cantidad de huellas, en forma circular, que los testigos no sabían explicar cuando se realizaron.
Todo terminó por esa noche. Algo inquietos y asustados, los jóvenes gaditanos regresaron a sus casas y más de uno no pudo conciliar el sueño aquella larga madrugada...
Al día siguiente, según nos explica Pedro González, en una de las múltiples entrevistas que hemos mantenido con él, nada más despertarse, unos amigos le avisaron de que había un grupo de personas inspeccionando la playa, rastreando la arena con detectores y que varios helicópteros sobrevolaban la zona. Una vez reunidos todo el grupo acudieron al paseo marítimo pudiendo comprobar con sus propios ojos el amplio despliegue de rastreo que se efectuaba sobre la playa de los Bateles. "Por otra parte -revela Pedro-, días antes del 29 de septiembre una pareja de amigos que venían de Madrid, me contaron que circulando con su coche por la carretera situada junto a la playa de los Bateles. Cuando se disponían a bajar del vehiculo vieron como llegaba una furgoneta blanca y de la que bajaron siete personas perfectamente trajeadas. Uno de ellos se aproximó al automóvil de la pareja madrileña para pedirles la documentación. Por lo visto eran policías y les dijeron que se marcharan de allí."
Estos datos aportados por Pedro González, alertando de la presencia en Conil de "policías de paisano" y de personas rastreando la playa, son sumamente llamativos. Investigaciones que he conducido al mas alto nivel han arrojado informaciones insospechadas hasta el momento por su trascendencia y que podrían aclarar muchos puntos oscuros de ésta trama. Mis pesquisas señalan que, al menos, dos servicios de inteligencia europeos, incluyendo al español (CESID: Centro Superior de Información de la Defensa en su fecha, actualmente CNI: Centro Nacional de Inteligencia), pudieron estar al tanto de lo sucedido la noche del 29 de septiembre de 1989, sea cual fuera la naturaleza del fenómeno manifestado ante los muchachos. Por casualidades del destino, que en ocasiones es demasiado caprichoso, en aquella pequeña localidad gaditana, existe desde hace muchos años un importante destacamento de los servicios secretos españoles, dedicado concretamente al espionaje electrónico, cuya base de operaciones, por cierto, no se haya muy lejos de donde sucedió el incidente. Personalmente he corroborado que algunos de sus agentes conocen los pormenores del caso, siendo muy reacios a comentar abiertamente el hecho... pero dejemos esta información, de momento, "congelada"...
Añadir que el 29 de septiembre de 1989, las sofisticadas instalaciones del radar militar de Algeciras, encargadas entre otras cosas de controlar toda la zona sur de España, quedaron misteriosamente inutilizadas(¡), con la repercusiones que un "fallo" de esas características puede acarrear a la seguridad nacional...
Al día siguiente, según nos explica Pedro González, en una de las múltiples entrevistas que hemos mantenido con él, nada más despertarse, unos amigos le avisaron de que había un grupo de personas inspeccionando la playa, rastreando la arena con detectores y que varios helicópteros sobrevolaban la zona. Una vez reunidos todo el grupo acudieron al paseo marítimo pudiendo comprobar con sus propios ojos el amplio despliegue de rastreo que se efectuaba sobre la playa de los Bateles. "Por otra parte -revela Pedro-, días antes del 29 de septiembre una pareja de amigos que venían de Madrid, me contaron que circulando con su coche por la carretera situada junto a la playa de los Bateles. Cuando se disponían a bajar del vehiculo vieron como llegaba una furgoneta blanca y de la que bajaron siete personas perfectamente trajeadas. Uno de ellos se aproximó al automóvil de la pareja madrileña para pedirles la documentación. Por lo visto eran policías y les dijeron que se marcharan de allí."
Estos datos aportados por Pedro González, alertando de la presencia en Conil de "policías de paisano" y de personas rastreando la playa, son sumamente llamativos. Investigaciones que he conducido al mas alto nivel han arrojado informaciones insospechadas hasta el momento por su trascendencia y que podrían aclarar muchos puntos oscuros de ésta trama. Mis pesquisas señalan que, al menos, dos servicios de inteligencia europeos, incluyendo al español (CESID: Centro Superior de Información de la Defensa en su fecha, actualmente CNI: Centro Nacional de Inteligencia), pudieron estar al tanto de lo sucedido la noche del 29 de septiembre de 1989, sea cual fuera la naturaleza del fenómeno manifestado ante los muchachos. Por casualidades del destino, que en ocasiones es demasiado caprichoso, en aquella pequeña localidad gaditana, existe desde hace muchos años un importante destacamento de los servicios secretos españoles, dedicado concretamente al espionaje electrónico, cuya base de operaciones, por cierto, no se haya muy lejos de donde sucedió el incidente. Personalmente he corroborado que algunos de sus agentes conocen los pormenores del caso, siendo muy reacios a comentar abiertamente el hecho... pero dejemos esta información, de momento, "congelada"...
Añadir que el 29 de septiembre de 1989, las sofisticadas instalaciones del radar militar de Algeciras, encargadas entre otras cosas de controlar toda la zona sur de España, quedaron misteriosamente inutilizadas(¡), con la repercusiones que un "fallo" de esas características puede acarrear a la seguridad nacional...
Informe de la policía local donde se describe un avistamiento OVNI ocurrido el 29 de diciembre de 1989 (Cortesía J.J. Benítez).
Y tres meses después del avistamiento de los jóvenes, varios agentes de la policía local, fueron testigos de como unos extraños objetos iluminaban a su paso tanto las instalaciones de Telefónica como las de una "instalación" militar cercana a la playa de los Bateles. "Se ha podido observar - leemos en el informe policial redactado en la comisaria de Conil el 29 de diciembre- que en las inmediaciones de telefónica existían dos grandes focos de luz sobrevolando, dirigiendonos al lugar por la carretera del pago del sorro y a la altura del camping denominado los eucaliptos nos detuvimos para observar dichos focos, se pudo observar que los focos estaban parados y no se pudo apreciar ningún tipo de ruido de aparato en vuelo, dichos focos se apagaron inmediatamente (la extraña luz reacciono ante la presencia de los agentes)
convirtiéndose en un pequeño foco de luz tenue casi inapreciable, tomando seguidamente dirección donde anteriormente alumbraban, desde la inmediaciones de telefónica hasta unos 500 m. pasada la base militar, esto se pudo observar por un tiempo aproximado entre 60 y 90 segundos".
BUZOS, EXTRATERRESTRES Y BUQUES NO IDENTIFICADOS
En aquellos días de frenética actividad, los cinco jóvenes narraron en diferentes medios de comunicación lo que les había ocurrido la noche del 29 de septiembre, y a partir de ese momento fueron sometidos a todo tipo de críticas, dentro y fuera de su propio entorno.
La noticia fue publicada con gran expectación el 5 de octubre en el Diario de Cádiz. Los primeros que acudieron al lugar, fueron miembros del grupo GEIFO (Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni) que entrevistaron a algunos de los chicos e incluso participaron junto a ellos en una improvisada alerta OVNI. Los miembros de dicha agrupación ufológica, en un primer contacto, "aparentaron" creer en la historia, o eso al menos es la impresión que tuvieron los jóvenes a su marcha. A los pocos días, y en contra de esa primera sensación, GEIFO afirmaba a bombo y platillo, a través de la prensa local, que todo había sido una terrible equivocación por parte de los adolescentes.
En aquellos días de frenética actividad, los cinco jóvenes narraron en diferentes medios de comunicación lo que les había ocurrido la noche del 29 de septiembre, y a partir de ese momento fueron sometidos a todo tipo de críticas, dentro y fuera de su propio entorno.
La noticia fue publicada con gran expectación el 5 de octubre en el Diario de Cádiz. Los primeros que acudieron al lugar, fueron miembros del grupo GEIFO (Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni) que entrevistaron a algunos de los chicos e incluso participaron junto a ellos en una improvisada alerta OVNI. Los miembros de dicha agrupación ufológica, en un primer contacto, "aparentaron" creer en la historia, o eso al menos es la impresión que tuvieron los jóvenes a su marcha. A los pocos días, y en contra de esa primera sensación, GEIFO afirmaba a bombo y platillo, a través de la prensa local, que todo había sido una terrible equivocación por parte de los adolescentes.
Recorte de prensa donde se recoge la hipótesis del Geifo.
En su informe los sesudos investigadores gaditanos declararon que en aquellas precisas fechas se desarrollaban unas labores de cableado submarino frente a las costas de Conil, y que los testigos debieron de confundir las luces de los distintos elementos de la operación con OVNIs. Concretamente "culpaban" al buque cablero de bandera británica Monarch, que según datos de GEIFO, la noche del 29 de septiembre, estuvo trabajando muy cerca de la costa gaditana, siendo, por tanto, sus luces las denunciadas por los testigos. Independientemente que el relato de los jóvenes indicara que los objetos luminosos que habían divisado se hallaban en el aire y sobre Conil. Para mas inri, añadieron que la observación de los humanoides y la sorprendente transformación tenía una explicación sencilla y nada extraordinaria. En realidad, al menos para ellos, se trataban de buzos pertenecientes al citado buque, que tras desembarcar de una zodiac, decidieron dar un paseo por el pueblo, tras colocarse unos albornoces y cambiarse de ropa allí mismo sobre la arena de la playa. Las descomunales huellas las produjeron los buzos al andar con las aletas puestas en la orilla...
No es de extrañar esta actitud abiertamente crítica por parte de los integrantes del GEIFO, ya que siempre han destacado por su radical y desmesurado escepticismo ante cualquier manifestación OVNI.
Lo anecdótico del presente caso, para sonroje de mas de uno, es que el capitán del Monarch, el Sr. Donaghy, refirió a Juan José Benítez en una entrevista personal, que el cablero bajo su mando estuvo, como mínimo, a 50 Km de distancia de la costa aquella noche, lo que impediría lógicamente la visibilidad de sus luces desde tierra. Las pesquisas de Benítez tampoco hallaron pruebas de la presencia de dos buceadores nocturnos en la playa...
Además Donaghy, añadió otro detalle desconcertante durante la interesante conversación que mantuvo con el bravo periodista navarro, desde su navío, el capitán y su tripulación observaron unas extrañas luces rojas en el horizonte, que pensaron podría tratarse de un barco en apuros por lo que decidieron ponerse en comunicación con ellos, sin embargo, a través de la emisora recibieron una respuesta, en perfecto ingles, informandoles que se trataban de pescadores y que se hallaban en perfectas condiciones....
Pero la historia no acaba aquí para horror del GEIFO... otros testigos aun debían de confirmar que los incidentes del 29 de septiembre no eran resultado de la calenturienta mente de cinco imaginativos adolescentes... y que los buzos no podían estar en todas partes... aunque fueran en zodiac... o en el "barco volador"...
No es de extrañar esta actitud abiertamente crítica por parte de los integrantes del GEIFO, ya que siempre han destacado por su radical y desmesurado escepticismo ante cualquier manifestación OVNI.
Lo anecdótico del presente caso, para sonroje de mas de uno, es que el capitán del Monarch, el Sr. Donaghy, refirió a Juan José Benítez en una entrevista personal, que el cablero bajo su mando estuvo, como mínimo, a 50 Km de distancia de la costa aquella noche, lo que impediría lógicamente la visibilidad de sus luces desde tierra. Las pesquisas de Benítez tampoco hallaron pruebas de la presencia de dos buceadores nocturnos en la playa...
Además Donaghy, añadió otro detalle desconcertante durante la interesante conversación que mantuvo con el bravo periodista navarro, desde su navío, el capitán y su tripulación observaron unas extrañas luces rojas en el horizonte, que pensaron podría tratarse de un barco en apuros por lo que decidieron ponerse en comunicación con ellos, sin embargo, a través de la emisora recibieron una respuesta, en perfecto ingles, informandoles que se trataban de pescadores y que se hallaban en perfectas condiciones....
Pero la historia no acaba aquí para horror del GEIFO... otros testigos aun debían de confirmar que los incidentes del 29 de septiembre no eran resultado de la calenturienta mente de cinco imaginativos adolescentes... y que los buzos no podían estar en todas partes... aunque fueran en zodiac... o en el "barco volador"...
LLEGAR Y BESAR "EL SANTO"
"Tuve la gran suerte de ver con mis propios ojos a seres de otros mundos -el domingo 15 de octubre de 1989-, cuando investigaba el complejo fenómeno ovni ocurrido en Conil de la Frontera, en Cádiz, la noche del 29 de septiembre de 1989, en que cinco jóvenes de la localidad tuvieron su primer "encuentro cercano" con humanoides". Quien así de contundente se manifestaba era nuestro compañero y gran amigo Jesús Borrego, quien tuvo la "fortuna" de toparse con la misteriosa pareja de "alemanes".
"Estábamos tomandonos unos refrescos en un bar -nos relató Jesús Borrego autor de decenas de artículos dedicados a los OVNIs y otros enigmas- cuando los chavales (se refiere a los testigos) se quedaron mirando a una pareja que les rebasaba en dirección al mar. Lo extraño de ellos era la cabeza del hombre -rubio- así como su elevada estatura. La cabeza, aunque presentaba un tamaño normal, tenía el nacimiento del pelo mas atrás de lo habitual, destacándose una prominente frente. La estatura del hombre sobrepasaba los dos metros y la chica -morena- podría tener mas de un metro noventa, y ambos llevaban el pelo largo".
"Tuve la gran suerte de ver con mis propios ojos a seres de otros mundos -el domingo 15 de octubre de 1989-, cuando investigaba el complejo fenómeno ovni ocurrido en Conil de la Frontera, en Cádiz, la noche del 29 de septiembre de 1989, en que cinco jóvenes de la localidad tuvieron su primer "encuentro cercano" con humanoides". Quien así de contundente se manifestaba era nuestro compañero y gran amigo Jesús Borrego, quien tuvo la "fortuna" de toparse con la misteriosa pareja de "alemanes".
"Estábamos tomandonos unos refrescos en un bar -nos relató Jesús Borrego autor de decenas de artículos dedicados a los OVNIs y otros enigmas- cuando los chavales (se refiere a los testigos) se quedaron mirando a una pareja que les rebasaba en dirección al mar. Lo extraño de ellos era la cabeza del hombre -rubio- así como su elevada estatura. La cabeza, aunque presentaba un tamaño normal, tenía el nacimiento del pelo mas atrás de lo habitual, destacándose una prominente frente. La estatura del hombre sobrepasaba los dos metros y la chica -morena- podría tener mas de un metro noventa, y ambos llevaban el pelo largo".
El autor conversando con Jesús Borrego destacado investigador y escritor gaditano que presencio in-situ algunos de los inquietantes fenómenos ocurridos en Conil.
Borrego actuó con sangre fría y en compañía de algunos de los chicos, decidió seguir a la enigmática pareja que se dirigía hacia el mar a una distancia de unos 150 metros. La visibilidad era buena y aunque era de noche, había luna llena. Entonces sucedió algo inexplicable. La pareja había desaparecido súbitamente, cosa que era prácticamente imposible, teniendo en cuenta que allí no existía obstáculo alguno que dificultara la visión. Cuando dirigieron la vista hacia la playa observaron un punto oscuro a lo lejos. Esta mancha, en el horizonte, tenía el tamaño de un balón de fútbol y segundo a segundo fue aumentando de tamaño conforme se iba acercando. Los demás jóvenes, que se quedaron en el bar, pudieron ver en ese instante, aquella masa oscura que se aproximaba a una vertiginosa velocidad a los testigos. Parecía como si flotase en el aire y a veces avanzaba como si fuese empujada por una fuerza invisible.
Cuando llegó casi a la altura del grupo de "exploración", pudieron apreciar que tenía forma humana y que se trataba de una chica. En un principio, dada la velocidad que llevaba, apenas podían apreciar las piernas, sin embargo, una vez llegó a la altura de los testigos se detuvo y continuó andando como si nada. Se desprendió de la parte superior de la ropa y todos coincidieron en que se veía perfectamente el contorno de su figura, aún así no pudieron ver bien sus rasgos faciales. Ellos se encontraban a unos 60 metros de la orilla y por tanto de la mujer, que estaba en el borde del mar. La enigmática joven continuó caminando hacia poniente donde se encontró con otra persona que nadie vio de donde salió. Según Borrego, con la ayuda de Pedro González, que le cronometró el tiempo, "aquella persona había recorrido ¡cuatro kilómetros en 45 segundos!". Tras este extraño percance, que les distrajo de su primer objetivo, procedieron a seguir las huellas marcadas en la arena por la pareja. Las de la chica apenas si se veían, en cambio las del hombre las notaron muy profundas y de una longitud de casi 50 cm. Este detalle lo apreciaron nítidamente, ya que la arena estaba mojada. El rastro continuaba hasta adentrarse en el mar, "es como si hubiesen seguido su camino hacia el mar y hubiesen desaparecido en él"... Pues bien, cuando los chicos y el sorprendido Borrego, que solo aspiraba en aquella jornada conseguir una simple entrevista, regresaban al pueblo "vimos de nuevo a la pareja de marras, ¡y con la ropa totalmente seca!." señala el experto investigador gaditano que no daba crédito a sus ojos.
Juan Bermúdez nos explicó un nuevo detalle de la historia "cuando vimos a la pareja, a través de los prismáticos, parecía que el hombre me miraba fijamente, y eso que yo estaba escondido tras unos paneles publicitarios y a cierta distancia". Añadir que cuando pasaron ante ellos, en el pueblo, el hombre llevaba cara de pocos amigos y se les quedó mirando, pasando el brazo por encima del hombro de la chica en señal de protección. Juan Bermúdez les filmó con una cámara de cine de 8 mm. Sin embargo cuando envió la película para su revelado a Madrid ésta salió velada, y las imágenes grabadas anteriormente venían desordenadas a su vuelta...
"Solo puedo deciros una cosa -concluye Borrego- lo ocurrido en Conil de la Frontera, por muy inverosímil que parezca es real, yo fui testigo de ello, pese a quien pese". Dejamos a nuestro colega Jesús Borrego, conscientes de que su testimonio era una pieza fundamental en todo este "endiablado" rompecabezas de los "infiltrados". Pues la historia se complicaba hasta limites inimaginables con el descubrimiento de nuevos datos. La noche del 29 de septiembre la pareja se hospedó en un hotel de Conil tal y como apuntaron los jóvenes. Pues bien, Juan José Benítez constató que la documentación utilizada por el hombre y la mujer era falsa, aunque realmente los datos que facilitaron pertenecían a un matrimonio real alemán, pero que nunca había puesto un pie en España....
Pedro González nos facilitaría nuevos detalles de los turistas "alemanes"; "El señor de pelo rubio lo habíamos visto anteriormente por el pueblo varias veces, pero a raíz de aquello y de lo que nos ocurrió con Borrego desapareció súbitamente sin dejar rastro. Algunos vecinos del pueblo lo conocían y tuvieron la oportunidad de oírle hablar, comentaron que hablaba en varios idiomas. También escuche la historia de un crio de Conil que vio como un individuo muy alto y rubio despellejaba a un animal, al parecer un perro, en un lugar apartado de la playa, sin embargo, nadie tomó en consideración los comentarios del chico".
Cuando llegó casi a la altura del grupo de "exploración", pudieron apreciar que tenía forma humana y que se trataba de una chica. En un principio, dada la velocidad que llevaba, apenas podían apreciar las piernas, sin embargo, una vez llegó a la altura de los testigos se detuvo y continuó andando como si nada. Se desprendió de la parte superior de la ropa y todos coincidieron en que se veía perfectamente el contorno de su figura, aún así no pudieron ver bien sus rasgos faciales. Ellos se encontraban a unos 60 metros de la orilla y por tanto de la mujer, que estaba en el borde del mar. La enigmática joven continuó caminando hacia poniente donde se encontró con otra persona que nadie vio de donde salió. Según Borrego, con la ayuda de Pedro González, que le cronometró el tiempo, "aquella persona había recorrido ¡cuatro kilómetros en 45 segundos!". Tras este extraño percance, que les distrajo de su primer objetivo, procedieron a seguir las huellas marcadas en la arena por la pareja. Las de la chica apenas si se veían, en cambio las del hombre las notaron muy profundas y de una longitud de casi 50 cm. Este detalle lo apreciaron nítidamente, ya que la arena estaba mojada. El rastro continuaba hasta adentrarse en el mar, "es como si hubiesen seguido su camino hacia el mar y hubiesen desaparecido en él"... Pues bien, cuando los chicos y el sorprendido Borrego, que solo aspiraba en aquella jornada conseguir una simple entrevista, regresaban al pueblo "vimos de nuevo a la pareja de marras, ¡y con la ropa totalmente seca!." señala el experto investigador gaditano que no daba crédito a sus ojos.
Juan Bermúdez nos explicó un nuevo detalle de la historia "cuando vimos a la pareja, a través de los prismáticos, parecía que el hombre me miraba fijamente, y eso que yo estaba escondido tras unos paneles publicitarios y a cierta distancia". Añadir que cuando pasaron ante ellos, en el pueblo, el hombre llevaba cara de pocos amigos y se les quedó mirando, pasando el brazo por encima del hombro de la chica en señal de protección. Juan Bermúdez les filmó con una cámara de cine de 8 mm. Sin embargo cuando envió la película para su revelado a Madrid ésta salió velada, y las imágenes grabadas anteriormente venían desordenadas a su vuelta...
"Solo puedo deciros una cosa -concluye Borrego- lo ocurrido en Conil de la Frontera, por muy inverosímil que parezca es real, yo fui testigo de ello, pese a quien pese". Dejamos a nuestro colega Jesús Borrego, conscientes de que su testimonio era una pieza fundamental en todo este "endiablado" rompecabezas de los "infiltrados". Pues la historia se complicaba hasta limites inimaginables con el descubrimiento de nuevos datos. La noche del 29 de septiembre la pareja se hospedó en un hotel de Conil tal y como apuntaron los jóvenes. Pues bien, Juan José Benítez constató que la documentación utilizada por el hombre y la mujer era falsa, aunque realmente los datos que facilitaron pertenecían a un matrimonio real alemán, pero que nunca había puesto un pie en España....
Pedro González nos facilitaría nuevos detalles de los turistas "alemanes"; "El señor de pelo rubio lo habíamos visto anteriormente por el pueblo varias veces, pero a raíz de aquello y de lo que nos ocurrió con Borrego desapareció súbitamente sin dejar rastro. Algunos vecinos del pueblo lo conocían y tuvieron la oportunidad de oírle hablar, comentaron que hablaba en varios idiomas. También escuche la historia de un crio de Conil que vio como un individuo muy alto y rubio despellejaba a un animal, al parecer un perro, en un lugar apartado de la playa, sin embargo, nadie tomó en consideración los comentarios del chico".
Nuestras persistentes investigaciones en el litoral gaditano, en busca de mas testimonios que fortalecieran nuestras sospechas debían de dar sus frutos... y así fue. En el verano de 1993 seguimos la pista de un vecino de Conil que había tenido un siniestro encuentro con una gigantesca entidad...
El autor junto a J.J. Benítez, Pedro González y Juan Bermúdez durante un encuentro en Conil el 29 de septiembre de 1999, diez años después del increíble episodio de la transformación
Pero no fue hasta muchos años después, cuando al fin pudimos dar con el paradero del protagonista de éste nuevo encuentro. En compañía del infatigable Juan José Benítez, Pedro González y mi inseparable compañera Mari Carmen Muñoz, conseguimos que a regañadientes Antonio M. nos relatara su crucial experiencia.
Nuestro testigo es un hombre honesto y trabajador que lo único que le interesa es sacar adelante a su familia. No quiere publicidad y solo nuestra persistencia ha conseguido que podamos acceder a su testimonio tras años de insistencia. "Salí a mariscar temprano -nos relata Antonio-, era julio de 1993. Aun no había amanecido del todo y no había mucha claridad. Iba por la playa de los Bateles y mientras andaba por la orilla me cruce, a una distancia, con un "persona", aunque solo vi la silueta, le salude y seguí andando. Al momento pensé que "tio" mas alto, pues su altura era considerable. Entonces oí un ruido, un sonido como un silbido por detrás mía. Y al volver la vista lo vi bien... Era una cosa enorme. Con un traje negro pegado, con una cabeza enorme y dos ojos negros...". Antonio M. nos indica que el humanoide que le salió al paso podía medir unos tres metros de altura, y que su cabeza era desproporcionada en comparación con el resto del cuerpo. Incluso llego a afirmar que le costaría estar de pie en la habitación donde nos encontrábamos haciendole la entrevista. Parecía flotar en el aire, no muy lejos de la orilla, manteniendo una curiosa postura, ya que tenía ligeramente flexionado los hombros y las rodillas dando un aspecto de relajación. También nos explica que en esos momentos del encuentro, curiosamente, no sintió ningún temor ante la aparición, y decidió acercarse al misterioso ser, comprobando como éste se alejaba hacía atrás levitando. El joven pretendía acercarse pero aquel humanoide era esquivo. Sin embargo, en una de las intentonas, el inquietante gigante se le aproxima.
Nuestro testigo es un hombre honesto y trabajador que lo único que le interesa es sacar adelante a su familia. No quiere publicidad y solo nuestra persistencia ha conseguido que podamos acceder a su testimonio tras años de insistencia. "Salí a mariscar temprano -nos relata Antonio-, era julio de 1993. Aun no había amanecido del todo y no había mucha claridad. Iba por la playa de los Bateles y mientras andaba por la orilla me cruce, a una distancia, con un "persona", aunque solo vi la silueta, le salude y seguí andando. Al momento pensé que "tio" mas alto, pues su altura era considerable. Entonces oí un ruido, un sonido como un silbido por detrás mía. Y al volver la vista lo vi bien... Era una cosa enorme. Con un traje negro pegado, con una cabeza enorme y dos ojos negros...". Antonio M. nos indica que el humanoide que le salió al paso podía medir unos tres metros de altura, y que su cabeza era desproporcionada en comparación con el resto del cuerpo. Incluso llego a afirmar que le costaría estar de pie en la habitación donde nos encontrábamos haciendole la entrevista. Parecía flotar en el aire, no muy lejos de la orilla, manteniendo una curiosa postura, ya que tenía ligeramente flexionado los hombros y las rodillas dando un aspecto de relajación. También nos explica que en esos momentos del encuentro, curiosamente, no sintió ningún temor ante la aparición, y decidió acercarse al misterioso ser, comprobando como éste se alejaba hacía atrás levitando. El joven pretendía acercarse pero aquel humanoide era esquivo. Sin embargo, en una de las intentonas, el inquietante gigante se le aproxima.
El gigante observado por Antonio parecía flotar en el aire
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En medio del silencio del amanecer, de nuevo se escuchan los extraños silbidos que parecían provenir del visitante. Antonio, sin saber de donde le salió el valor, le contestó imitando el sonido agudo. El gigante parece sorprenderse dando un salto hacia atrás. Al comprobar que el ser se asusta nuestro protagonista vuelve a aproximarse. Ante sus atónitos ojos, aquella criatura, en menos de un segundo y sin que sepa como, se sitúa tras él.
Antonio, un poco más nervioso se vuelve y el ser realiza el mismo movimiento, colocándose de nuevo a sus espaldas. Fue entonces cuando el joven gaditano se siente mas inseguro y decide marcharse de allí dejando al inquieto gigante a su espalda. No acabarían ahí sus sobresaltos. Cuando llevaba un rato caminando a buen ritmo, se topa de nuevo al extraño humanoide frente a él. Esta vez no se detuvo a contemplarlo, y siguió su camino sin mayores incidentes hasta su domicilio. Es allí cuando, tras cerrar la puerta, una desagradable sensación se va apoderando de su cuerpo, y el terror hace mella en nuestro, hasta entonces impertérrito, testigo. La experiencia de Antonio M. es muy interesante, pues la descripción de la fisionomía del humanoide coincide extraordinariamente con la reseñada por sus convecinos en el año 1989. Sobre todo la mención a una desmesurada cabeza en forma de pera invertida, de tonalidad blanca pálida y con unos ojos negros ahuevados. Pero hay mas. La descripción facilitada por éste nuevo testigo, arroja un detalle singular, pues advirtió en la espalda del gigante, una delgada franja blanca vertical cubierta de vello.
Sin duda la historia parecía encajar. Pero las sorpresas no habían hecho mas que comenzar, en aquellos momentos no podíamos imaginar que en las mismas fechas del célebre episodio de la "transformación" en otras localidades gaditanas sobrevinieron otros hechos no menos inquietantes...
Antonio, un poco más nervioso se vuelve y el ser realiza el mismo movimiento, colocándose de nuevo a sus espaldas. Fue entonces cuando el joven gaditano se siente mas inseguro y decide marcharse de allí dejando al inquieto gigante a su espalda. No acabarían ahí sus sobresaltos. Cuando llevaba un rato caminando a buen ritmo, se topa de nuevo al extraño humanoide frente a él. Esta vez no se detuvo a contemplarlo, y siguió su camino sin mayores incidentes hasta su domicilio. Es allí cuando, tras cerrar la puerta, una desagradable sensación se va apoderando de su cuerpo, y el terror hace mella en nuestro, hasta entonces impertérrito, testigo. La experiencia de Antonio M. es muy interesante, pues la descripción de la fisionomía del humanoide coincide extraordinariamente con la reseñada por sus convecinos en el año 1989. Sobre todo la mención a una desmesurada cabeza en forma de pera invertida, de tonalidad blanca pálida y con unos ojos negros ahuevados. Pero hay mas. La descripción facilitada por éste nuevo testigo, arroja un detalle singular, pues advirtió en la espalda del gigante, una delgada franja blanca vertical cubierta de vello.
Sin duda la historia parecía encajar. Pero las sorpresas no habían hecho mas que comenzar, en aquellos momentos no podíamos imaginar que en las mismas fechas del célebre episodio de la "transformación" en otras localidades gaditanas sobrevinieron otros hechos no menos inquietantes...
OTROS ENIGMÁTICOS ENCUENTROS EN ALGECIRAS , BARBATE Y CHICLANA
Nuestro viaje hace escala en la ciudad de Algeciras. Andrés Gómez Serrano es un veterano investigador de OVNIs de Algeciras que lleva mas de 5 décadas dedicadas al concienzudo estudio y recopilación de encuentros con los No Identificados en toda la comarca del campo de Gibraltar. En su extenso archivo existe otra pieza clave para nuestro particular puzzle. De nuevo seguimos y encontramos el rastro de los humanoides de Conil. "El caso que te puede interesar ocurrió un verano a finales de la década de los ochenta - nos refiere Gómez Serrano en el interior de su acogedora casa, un autentico museo de la investigación ufológica- el testigo no recuerda la fecha exacta del mismo, pero lo que no olvidara jamás fue el susto que se llevó aquella noche, eso seguro. Tenía un chiringuito en la playa de Getares (Algeciras) era tarde, ya había cerrado y no quedaba nadie en el lugar. Estaba cerrando el puesto cuando lo vio venir del agua, de la parte de la orilla. Me dijo que era un ser enorme, muy alto y vestía un traje muy raro oscuro, de color negro, y lo mas extraño de todo era que venía caminando sobre el agua, flotando, aunque no movía sus pies, si no que mas bien se desplazaba como deslizandole hacia adelante. No pudo ver detalles de la cara ni nada mas... el traje le pareció como una túnica pero algo ajustada pues se notaba perfectamente las piernas... Le entró un miedo de muerte y salio corriendo dejando todo allí por medio, sin guardar ni sillas ni mesas. Fijate el susto que tendría que subió por medio del campo en dirección al cuartel de la Guardia Civil que estaba próximo para dar cuenta de lo que había visto. Cuando le calmaron y bajaron a la playa allí no vieron nada. El gigante había desparecido...".
El humanoide surgió de la noche caminando sobre el mar
Con las fechas que barajamos para el presente caso podríamos situarnos, incluso, pocas semanas antes de los hechos de Conil de la Frontera (Algeciras se halla a unos 77 Km de distancia de Conil) pero lo mas curioso es que, también, sobre la mismas época otro hecho excepcional ocurrió ésta vez en la paradisiaca playa de Caños de Meca (Barbate se halla a unos 21 Km de distancia de Conil). Nuestro protagonista Francisco H. no había dado mayor importancia a su "visión", no obstante cuando su hijo por cuestiones del azar, muchos años después conoció lo ocurrido en Conil inmediatamente lo relacionó con la rara experiencia vivida por su padre en la playa de Barbate. No obstante hay que señalar que tampoco recuerdan con exactitud la fecha del incidente, pero lo sitúan entre el verano del año 1989 o 1990. Aunque son naturales de Huelva, en aquellos años pasaban las vacaciones acampando en Caños de Meca. Sería el mes de julio o agosto, el matrimonio de unos 40 años y sus dos hijos dormían en una tienda de campaña instalada en la propia playa a una distancia prudencial de la orilla para evitar las subidas de la marea. Sucedió de madrugada, cuando Francisco despertó de repente y vio, a través de la puerta de la caseta (que tenia una "cuadrado" de platico trasparente a forma de ventana) dos siluetas que le observaban detenidamente en completo silencio e inmóviles. Eran dos humanoides, vestidos de blanco y no podía distinguir bien sus facciones. Estaban muy cerca de la tienda de campaña observando a los inquilinos de la tienda mientras dormitaban. También cree recordar que en el fondo, junto a la orilla de la playa había otros seres idénticos andando de un lugar para otro como buscando algo.
Francisco se despertó y vio a dos extraños humanoides frente a la caseta
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Un dato interesante de la experiencia narrada por Francisco es que tenía la extraña sensación, durante los instantes finales del encuentro, que aquellos individuos le querían decir algo, que querían entrar en contacto con él, pero no se produjo, aparentemente ningún tipo de comunicación. Por su aspecto parecían humanos, aunque su indumentaria era muy extraña totalmente blanca de una sola pieza y una tonalidad que nunca había visto antes. Sin aperente lógica, Francisco se quedó dormido, frente a la inquietante presencia de dos extraños frente a la tienda donde descansaba su familia, recordando el enigmático episodio nocturno a la mañana siguiente cuando se lo refirió a su esposa e hijos durante el desayuno, indicando que no sabía muy bien lo que sucedió aquella madrugada, pero, sin duda, había sido la cosa mas rara que le había pasado en la vida...
Pero aún hay un caso mas asombroso, sobre todo por la fecha en el que se produjo. Gracias al reportero y escritor Iker Jiménez tuve conocimiento de un evento ocurrido el día antes del encuentro de los Bateles, o sea el 28 de septiembre de 1989. En ésta ocasión la fecha es recordada perfectamente. El lugar, un bosque situado en Roche (Chiclana), que "causalmente" colinda con la playa de Conil. Varios jóvenes se hallaban jugando en el interior del bosque, cuando unos incomprensibles ruidos y un fuerte viento azotó los arbustos provocando gran miedo en el grupo. Entre los arboles y la vegetación observan, despavoridos, la presencia de una figura estilizada muy alta que se desplaza entre los arboles. Un silencio parece apoderarse entonces del bosque. Javier Gala, uno de los chicos, recuerda lo sucedido aquella noche y afirma que el siniestro individuo " era bastante alto, delgado, tenia largos brazos y era como una sombra de color morado y marrón que cambiaba de tonalidad, lo vimos desplazarse de un lugar para otro, parecía correr".
Pero aún hay un caso mas asombroso, sobre todo por la fecha en el que se produjo. Gracias al reportero y escritor Iker Jiménez tuve conocimiento de un evento ocurrido el día antes del encuentro de los Bateles, o sea el 28 de septiembre de 1989. En ésta ocasión la fecha es recordada perfectamente. El lugar, un bosque situado en Roche (Chiclana), que "causalmente" colinda con la playa de Conil. Varios jóvenes se hallaban jugando en el interior del bosque, cuando unos incomprensibles ruidos y un fuerte viento azotó los arbustos provocando gran miedo en el grupo. Entre los arboles y la vegetación observan, despavoridos, la presencia de una figura estilizada muy alta que se desplaza entre los arboles. Un silencio parece apoderarse entonces del bosque. Javier Gala, uno de los chicos, recuerda lo sucedido aquella noche y afirma que el siniestro individuo " era bastante alto, delgado, tenia largos brazos y era como una sombra de color morado y marrón que cambiaba de tonalidad, lo vimos desplazarse de un lugar para otro, parecía correr".
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Una criatura desconocida se desplazaba por el interior del bosque
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Lo mas irritante es que la criatura, similar en aspecto al Big-Foot (Pies Grandes), pero mas delgada, parecía estar en muchos lugares a la vez, pues varios testigos lo veían prácticamente en muy poco espacio de tiempo. Los jóvenes huyeron presa del pánico y a las pocos días leyeron en la prensa lo que había sucedido en Conil. Por temor a la repercusión decidieron silenciar su experiencia...
EXTRAÑOS "DEPORTISTAS"
Pero los humanoides deberían de regresar por enésima vez al litoral gaditano, nuestro abogado espera impaciente para terminar el relato de su extraordinario encuentro con dos humanoides a la carrera en el año 1992, muy cerca de la playa de los Bateles, cuando estaban a punto de pasar la noche a la intemperie tranquilamente. El cielo estaba despejado y una suave pero constante brisa de levante golpeaba el rostro de los dos sorprendidos excursionistas, la luna en cuarto creciente era muda testigo de los hechos;
"Todo quedó en silencio de repente -continua Luis S.- las gaviotas que escuchábamos hasta hace un momento dejaron de hacer ruido, era muy extraño..., todo estaba en el más absoluto silencio, entonces cuando esas dos "personas" se nos acercaron a menos de 10 o 12 mt, vimos que eran unos seres delgados, de unos 2.20 mt de altura, y que los dos iban increíblemente sincronizados en el movimiento. Ambos seres movían las piernas y los brazos a la vez. Apenas movían las articulaciones, no se veía que tocaran el suelo, pero tampoco os lo puedo asegurar. Iban corriendo, a la velocidad de una persona que fuera en bicicleta, no muy deprisa pero tampoco a un paso normal...".
Pero los humanoides deberían de regresar por enésima vez al litoral gaditano, nuestro abogado espera impaciente para terminar el relato de su extraordinario encuentro con dos humanoides a la carrera en el año 1992, muy cerca de la playa de los Bateles, cuando estaban a punto de pasar la noche a la intemperie tranquilamente. El cielo estaba despejado y una suave pero constante brisa de levante golpeaba el rostro de los dos sorprendidos excursionistas, la luna en cuarto creciente era muda testigo de los hechos;
"Todo quedó en silencio de repente -continua Luis S.- las gaviotas que escuchábamos hasta hace un momento dejaron de hacer ruido, era muy extraño..., todo estaba en el más absoluto silencio, entonces cuando esas dos "personas" se nos acercaron a menos de 10 o 12 mt, vimos que eran unos seres delgados, de unos 2.20 mt de altura, y que los dos iban increíblemente sincronizados en el movimiento. Ambos seres movían las piernas y los brazos a la vez. Apenas movían las articulaciones, no se veía que tocaran el suelo, pero tampoco os lo puedo asegurar. Iban corriendo, a la velocidad de una persona que fuera en bicicleta, no muy deprisa pero tampoco a un paso normal...".
Los humanoides pasaron frente a la posición de los testigos
"Vestían con unos monos, no excesivamente ajustados -continua Luis-, de color gris perla, de color brillante como las tela de raso, pero no era metalizado, no brillaba. La cabeza era muy extraña, algo más grande que la nuestra, totalmente calvos y con unos enormes ojos negros rasgados, inexpresivos. Su nariz era muy pequeña, casi chatos, la barbilla por el contrario era muy pronunciada, y su piel era grisácea muy pálida. Tenían como una especie de capa corta por detrás y llevaban botas, pero de estos detalles no me acuerdo muy bien. No parecía que nos vieran, nosotros estábamos a unos 15 o 20 mt del mar y ellos pasaron por delante nuestra hasta que se perdieron en la lejanía, yo calculo que todo duro apenas dos minutos". Los dos humanoides realizaron una trayectoria paralela a la línea de playa y en ningún momento cambiaron de velocidad ni de movimientos, tampoco giraron la cabeza.
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¿ABDUCCIDOS?
Luis recuerda que su compañero estaba muy nervioso tras la repentina aparición de los seres e incluso quería marcharse de allí, pero tras dialogar unos minutos con él, decidieron quedarse en el mismo sitio. Al poco tiempo, Ramón "inexplicablemente", a pesar del pánico que había contraído, se quedó profundamente dormido. Sin embargo, Luis que había permanecido más tranquilo durante la experiencia, no podía conciliar el sueño. Horas mas tarde, de madrugada, entre el cabo Roche y un faro existente en la zona, Luis pudo observar, en el cielo, a baja altura, una extraña luz amarilla "mortecina" que destacaba entre las luces de los pesqueros que faenaban en las proximidades. Tras intensificarse durante unos segundos, la misteriosas luz se fue desvaneciendo poco a poco hasta que Luis dejó de contemplarla. Minutos después Luis se quedó dormido y tuvo una terrorífica "pesadilla": "Estábamos en la playa y aparecieron de nuevo los seres -expone Luis- pero esta vez eran 7 u 8. Nos cogieron a mi amigo y a mi y nos separaron. Me llevaron a una extraña habitación que tenía el mismo color de la luz que vi antes en la playa... me desperté y comprobé que solo había dormido unos 15 minutos... no pude conciliar el sueño en el resto de la noche...". (Seria interesante realizarle un regresión hipnótica a Luis para conocer que puede esconderse tras ésta notable experiencia "onírica", pero éste es muy reacio a ello).
Al día siguiente, Luis y Ramón, marcharon del lugar sin poder despejar de sus mentes aquel furtivo encuentro con los extraños humanoides...
Curiosamente, sin Luis conocer los pormenores del "affaire" de Conil, nos comentó en el transcurso de la entrevista un incidente que nos recuerda extraordinariamente al increíble episodio vivido por el ufólogo Jesús Borrego. Nuestro testigo asegura que horas antes de que viera a los dos seres en la playa del Palmar, casi al anochecer, estando en un bar de Conil, vieron a una extraña pareja de extranjeros de apariencia nórdica. A Luis le llamó la atención que iban muy distantes entre ellos (no iban cogidos de la mano), sin hablar y andando hacia adelante. La chica que cruzó una mirada con nuestro testigo, tenía los ojos de un azul muy intenso y ambos llevaban el pelo corto. Al entrar la pareja en la playa a unos 200 o 300 mt desaparecieron misteriosamente de la vista del abogado...
Luis recuerda que su compañero estaba muy nervioso tras la repentina aparición de los seres e incluso quería marcharse de allí, pero tras dialogar unos minutos con él, decidieron quedarse en el mismo sitio. Al poco tiempo, Ramón "inexplicablemente", a pesar del pánico que había contraído, se quedó profundamente dormido. Sin embargo, Luis que había permanecido más tranquilo durante la experiencia, no podía conciliar el sueño. Horas mas tarde, de madrugada, entre el cabo Roche y un faro existente en la zona, Luis pudo observar, en el cielo, a baja altura, una extraña luz amarilla "mortecina" que destacaba entre las luces de los pesqueros que faenaban en las proximidades. Tras intensificarse durante unos segundos, la misteriosas luz se fue desvaneciendo poco a poco hasta que Luis dejó de contemplarla. Minutos después Luis se quedó dormido y tuvo una terrorífica "pesadilla": "Estábamos en la playa y aparecieron de nuevo los seres -expone Luis- pero esta vez eran 7 u 8. Nos cogieron a mi amigo y a mi y nos separaron. Me llevaron a una extraña habitación que tenía el mismo color de la luz que vi antes en la playa... me desperté y comprobé que solo había dormido unos 15 minutos... no pude conciliar el sueño en el resto de la noche...". (Seria interesante realizarle un regresión hipnótica a Luis para conocer que puede esconderse tras ésta notable experiencia "onírica", pero éste es muy reacio a ello).
Al día siguiente, Luis y Ramón, marcharon del lugar sin poder despejar de sus mentes aquel furtivo encuentro con los extraños humanoides...
Curiosamente, sin Luis conocer los pormenores del "affaire" de Conil, nos comentó en el transcurso de la entrevista un incidente que nos recuerda extraordinariamente al increíble episodio vivido por el ufólogo Jesús Borrego. Nuestro testigo asegura que horas antes de que viera a los dos seres en la playa del Palmar, casi al anochecer, estando en un bar de Conil, vieron a una extraña pareja de extranjeros de apariencia nórdica. A Luis le llamó la atención que iban muy distantes entre ellos (no iban cogidos de la mano), sin hablar y andando hacia adelante. La chica que cruzó una mirada con nuestro testigo, tenía los ojos de un azul muy intenso y ambos llevaban el pelo corto. Al entrar la pareja en la playa a unos 200 o 300 mt desaparecieron misteriosamente de la vista del abogado...
¿QUIEN DIJO QUE ERAN BUZOS?
Las investigaciones no han acabado. Mis continuas idas y venidas por distintos puntos de la geografía gaditana en busca de mas pruebas y datos siguen dando sus frutos. Uno de los últimos casos que he podido recopilar, apenas hace unos meses, es sencillamente sorprendente, pues entre otras cosas, me ha llevado a conocer varios sucesos desconcertantes ocurridos en otra ciudad de la Tacita de Plata de la que no tenía noticias hasta la fecha. Fueron unos buenos amigos Carolina y José los que me dieron un toque de atención a través de un providencial correo electrónico. Gracias a ellos pude escuchar el escalofriante testimonio de Eva J., una maestra de escuela que guardaba un secreto desde hacia varias décadas. Según me relató, una vez que nos acomodamos en una acogedora salita de su domicilio, en los años setenta, al poco de terminar la carrera, vivió un acontecimiento para el que no ha podido hallar una explicación lógica pese al gran tiempo transcurrido. Las primeras anotaciones de mi cuaderno de campo son suficientes; Era de noche y Eva celebraba junto a un grupo de amigos universitarios una plácida barbacoa en la playa. De pronto, frente a la atónita mirada de los jóvenes allí congregados, surgió un enorme ser de la orilla. Se trataba de un humanoide enfundado en un traje oscuro que progresaba a grandes zancadas. El inquietante visitante nocturno avanzó por la playa en dirección al pueblo. Su estatura simplemente impresionante... mas de tres metros de altura...
En la misma localidad gaditana (cuyo nombre reservo a conciencia para preservar futuras indagaciones) sucedió otro hecho inusitado del que existe un parte policial y que conocí gracias a la intervención de otro buen amigo, amante de los misterios, José Luis García. Sucedió la mañana del 1 de enero del 2003. Un matrimonio sevillano denunció ante las autoridades locales, que habían presenciado horrorizados como una mujer de extrañas facciones y de apariencia extranjera, alemana tal vez, se introdujo en el mar andando sobre lo que parecía un camino de piedras, hundiendose lentamente en el mar con los brazos semi-levantados en cruz, en una extravagante posición. La mujer se sumergió despacio en el agua hasta desaparecer completamente.
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En el cuaderno de campo del autor se recogen las ultimas investigaciones emprendidas en una localidad gaditana apenas hace unos meses
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Dos policías municipales acudieron al auxilió de la supuesta "suicida" comprobando que no había nadie en el agua. Apenas habían pasado 5 minutos desde que se diera aviso a las autoridades del percance, pero no hallaron nada en un minucioso rastreo de la orilla. Lo mas chocante de la historia es que los miembros de la policía local comprobaron, al penetrar en el agua, en su búsqueda desesperada de la supuesta victima, la total ausencia de un camino recto y uniforme tal y como presenciaron los testigos. El terreno era muy abrupto y una persona se hubiera sumergido a los pocos segundos de avanzar. Todo esto quedo reflejado perfectamente en un parte oficial al que hemos tenido acceso...
También he podido entrevistarme con agentes de ésta misma comisaria que han protagonizado otros hechos asombrosos...
También he podido entrevistarme con agentes de ésta misma comisaria que han protagonizado otros hechos asombrosos...
Marzo 2006. Lo dicho... la investigación no ha concluido...
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JOSE ANTONIO CARAV@CA
Pues hay más testigos de eso. Mi amigo Jose y yo, estábamos pescanto esa noche en los Bateles con una tienda de campaña y vimos algo muy parecido.
ResponderEliminarSi lo desea puede narrarme su experiencia en el siguiente email: jacaravaca101@hotmail.com gracias
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