La audiencia pública sobre los UAPS celebrada el pasado martes 17 de mayo en el congreso dejó dos cosas bastantes claras:
1.- La mayoría de los incidentes registrados de UAPS no tienen explicación.
2.- A tenor de los datos expuestos, la metodología utilizada por el UAPTF no difiere mucho de la de algunos grupos de investigación civil con pocos medios y presupuesto.
Y estas dos conclusiones están conectadas. La falta de rigurosidad del grupo de estudio puede llevar a que las pesquisas efectuadas no concluyan en nada determinante. Pero por otro lado, no parece coherente que un comité que une la inteligencia del Pentágono y la Marina no sean capaces de presentar informes o estudios más sesudos. Nadie puede entender que el análisis de 400 casos no dé para más información o para conclusiones más precisas. Y esto a todas luces es alarmante, aunque se escuden en la falta de datos para poder seguir avanzando, ya que es difícil concebir que en con tantos sucesos registrados no hayan podido señalar al menos algunas hipótesis fiables sobre los avistamientos que contienen mayor índice de extrañeza y que se centran en objetos que demuestran capacidades aéreas inusuales.
El hecho de que presenten un supuesto vídeo OVNI ante un comisión del Congreso de una manera tan poco profesional demuestra que, o están intentando aparentar que es un asunto hasta cierto punto trivial, por mucho que aludan a la seguridad nacional, o es que realmente no tienen ni idea de lo que tienen entre las manos. En la exposición los gerentes del UAPTF no presentaron ni una sola imagen o documentación que avalara algunas de sus suposiciones. Todo quedó en el aire, con las mismas o más interrogantes que cuando presentaron el anterior informe. Lo dicho un grupo de aficionados.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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